Capitulo I
El sol del atardecer bañaba con su luz naranja toda la villa, en uno de los tejados estaban Gaara y Naruto, era la primera vez que se veían después de mucho tiempo. Habían crecido bastante, bueno, más Gaara que Naruto y eso tenía un poco molesto al rubio.
-“Vaya broma del destino”-pensaba mirando de reojo a Gaara-“apenas le llego al hombro, Sasuke también me supera mucho en altura…hasta Sakura es más alta que yo”-se lamentaba con los ojos acuosos y dos lagrimones en los ojos-“pero no debo mortificarme por eso, porque aun así yo soy mejor shinobi, tengo mejores jutsus y más rapidez. Sí, no sé de que me lamento”.
Mientras Naruto tenía su monologo mental, el pelirrojo estaba tenso, había tenido una excusa para ir a la villa de la hoja escondida. Hokague había solicitado su presencia para una reunión de elite. Pero la verdad es que el ya tenía planeado visitar esa villa porque sentía necesidad por el rubio escandaloso. Gaara sonrió rememorando cuan difícil le había sido aceptar que estaba enamorado y más aún de un chico: Naruto Uzumaki. Lo miró de soslayo, ahora estaba un poco más grande, conservaba su cuerpo hermoso, un rostro bello y una mirada llena de franqueza e inocencia que lo hacían tan especial.
Naruto notó el escrutinio, mas no percibió los pensamientos que provocaba.
-Gaara, qué te pasa-preguntó mirándolo con incertidumbre.
Concentrado como estaba no respondió.
-Gaara, te pregunté qué te pasa-dijo frunciendo el ceño.
Silencio.
-Qué te pasa qué te pasa qué te pasa-dijo agitando los brazos rápidamente.
Una suave brisa corrió cuando Naruto sintió la mano de Gaara en su mejilla, silenciándolo.
-Gaara-susurró extrañado.
El pelirrojo lo miraba intensamente.
-Eres hermoso-dijo Gaara con voz seductora.
Naruto abrió mucho los ojos y se puso rojo.
-Yo siempre estaré cuidándote-Era su forma de decirle que lo amaba.
-Gaa…-Naruto fue besado con dulzura en los labios y tan impactado estaba que ni siquiera reaccionó.
Cuando sus rostros se separaron Gaara mantenía su mirada profunda en los ojos de Naruto quien seguía asombrado, entonces la arena los cubrió protegiéndoos y despertando así a Naruto de su letargo.
-¿Quién eres?-preguntó Gaara con voz aparentemente calma y anteponiéndose frente a Naruto para protegerlo.
-Tú no eres de la aldea de la hoja-dijo una voz-mi asunto no es contigo.
-¿Eh?- Naruto buscó con la mirada al intruso y pudo verlo, una silueta en el tejado de enfrente.
-Ahora lo es-respondió Gaara en referencia a su ataque contra Naruto.
- Ya veo- respondió la voz-eres un tonto.
-Quién eres, da la cara, cobarde y dime qué es lo que tienes en contra de la villa.
-No tengo porque darte explicaciones, pequeño insecto.
Antes que Naruto contestara Gaara atacó al intruso obligándolo a dejar su escondite, la furia que estaba despertando ese hombre llenaba sus sentidos. Aquel se posicionó frente a ellos, era un hombre de tez oscura, ojos amarillos y de la estatura de Naruto.
-¡Centella de fuego!-gritó atacando al dúo, que para esquivarlo se separó.
La descarga de poder fue tan impresionante que Naruto cayó de espalda sin poder sostenerse con la brisa huracanada que los empujaba, hasta a Gaara le costó un poco mantenerse de pie. El hombre rió a carcajadas y se burló de los chicos, pero Gaara movió su arena para atacar y cuando el sujeto alistaba su defensa se sorprendió al ver que la arena le pasaba por un lado e iba directo a Naruto.
-¡Pero qué…!-balbuceó el hombre.
Naruto fue envuelto por la arena que se cerró a su alrededor formando una especie de huevo.
-¡Qué!...-Naruto tardó unos segundos en darse cuenta que estaba encerrado-¡Gaara, qué estás haciendo!-juntó sus manos para abrir la prisión con su chacra pero sólo logró cansarse-¡Gaara, sácame de aquí!¡Quién te crees que eres para encerrarme!¡Gaaraaa!!.
El moreno rió-que tierno, quieres proteger a tu amante-se burló mostrando la electricidad que corría por su brazo de4recho-no te va a servir de nada, porque vas a morir y luego lo mataré a…¡ARGG!!-gritó al sentir que su brazo izquierdo era triturado, no se había dado cuenta que mientras hablaba la arena avanzaba a su espalda, logró safarse, eso sí, el brazo izquierdo estaba destrozado.
-El único que va a morir serás tú-Le dijo Gaara con los ojos inyectados de odio.
-¡Cállate!-gritó el otro lanzando su ataque eléctrico al cielo.
Gaara frunció el ceño.
El cielo brilló y cientos de rayos cayeron buscando impactar al pelirrojo que se protegió con la arena.
-¡Eres un inútil!-se burló Gaara riendo burlón.
-¡Maldito!-murmuró el otro.
Gaara se abalanzó en un aparente ataque corporal y cuando el otro iba a encararlo estacas de arena sólida intentaron golpearle los costados teniendo éxito.
Gaara rió maquiavélico.
El hombre retrocedió tambaleante bañado en sangre-no…no me mates-suplicó aterrado.
Gaara lo miró impasible y su arena cubrió al hombre y en segundos este era exprimido como una naranja salpicando de sangre su alrededor. No queriendo que Naruto observase tan desagradable escena, arrojó el cuerpo lejos de allí.
Naruto notó que el armazón de arena perdía consistencia hasta desvanecerse por completo, Gaara estaba de pie frente a él y recibió un puñetazo.
-¡Quién te crees que eres para dejarme fuera de la pelea!-le gritó fúrico.
Gaara lo miró sereno, con un brillo especial en los ojos que desconcertó a Naruto. Entonces imágenes del beso desfilaron por su mente poniéndolo colorado y haciéndolo bajar la mirada.
-¿Estás bien?-preguntó tratando de ahuyentar los nervios.
Gaara le sostuvo la barbilla levantándole la cara para obligarlo a mirarle.
-¿Me aceptas?-preguntó con voz seductora, pareciendo tranquilo pero más nervioso aún que Naruto. Era un hombre inteligente y uno de los mejores ninjas, pero un torpe en cuestiones sentimentales, eso lo tenía claro y se veía así mismo brusco, temía espantar a Naruto.
El rubio siempre había visto a Gaara como un chico muy atractivo, pero jamás se hubiera imaginado lo que estaba viviendo, y le encantaba, Gaara se veía cute y además sincero. Lentamente Naruto asintió.
Gaara sintió como un peso opresor desaparecía de su pecho y se inclinó para besarlo, esta vez Naruto respondió, sintió que Gaara lo abrazaba y tímidamente apoyó sus manos en el pecho del pelirrojo sin sospechar cuanto lo excitaba con ese simple gesto. Sus labios se rozaron despertando sensaciones alucinantes, sus lenguas se encontraron acariciándose, conociéndose, los dos tenían los corazones acelerados.
-¡Naruto!-exclamó asombrada una voz femenina.
Los chicos se separaron bruscamente.
Ino los miraba azorada, jamás, ni en sus más loco sueños se imaginó al chico de la arena en acciones románticas, había llegado a creer que el muchacho era una máquina sin ningún tipo de sentimiento, también la escandalizó el hecho de que seduciera precisamente a Naruto ¡el ser más ingenuo del planeta!
-I…Ino-Naruto estaba como un tomate.
Gaara la miró amenazadoramente, la chica titubeó, le horrorizaba las reacciones del pelirrojo, pero para su suerte Naruto calmó los ánimos.
-Qué haces aquí-preguntó riendo nerviosamente. Apretó la mano de Gaara en un gesto cómplice antes de soltarlo.
El pelirrojo lo miró sonriendo internamente, Naruto le daba mucha paz.
-es que…-Ino aún desconfiada tragó grueso-atacaron la aldea, Kakashi se encargó de dos pero no sabemos cuantos son, trataron de entrar al templo.
-¡¿Qué?!-el rubio recordó al sujeto que los atacó.
-Vamos, nos solicitan-apremió Ino.
La chica no se atrevió a cuestionar la compañía de Gaara, pero no dejaba de mostrar el semblante azulado.