COMPETENCIA por Alhen Lawliet

- Dentente enseguida, Aiko.
- Kioma...
 
La niña se giró para ver de frente al dueño de aqueña voz tan autoritaria. Ahí, estaba un apuesto joven de cabellos castaños claros, viendola con desaprovación. Aiko solo agachó la cabeza algo avergonzada. aquellos ojos azules oscuros la veían fijamente.
 
- Aiko, ¿Qué crees que haces?
- Yo, solo... solo...
- ¿Solo Qué?
- Pues... yo... nada, lo siento.
 
El joven dejó de ver a la chica para centrarse en el pelinegro que estaba junto a una chica y otro. Se acercó a Ranma y cuando estuvo frente a le, lo miro más de cerca. El pelinegro se sintió incomodo por eso y retrocedió un poco.
 
Aquel joven lo tomó de las manos y dijo con voz melosa mientras sonreía.
 
- Eres muy lindo.
- Eh?
 
Aquello hizo sonrojar a Ranma y en Akane salió una mueca de "no puedo creerlo" Ryuoga puso una cara seria y no vio a aquel hombre con buenos ojos.
 
- De acuerdo, ¿Quién eres y qué quieres con Ranma?
 
Aqueño sonó muy raro en la voz de Hibiki, parecia ¿celoso? cierto o no, lo que si era seguro es que no confiaba en aquel muchacho y mucho menos en como sosteía las manos de SU amigo. Akane estaba tan consternada que no podía hablar, pero escuchaba todo con atención.
 
Aquel joven se presentó ante  los tres jóvenes, soltando las manos de Ranma, que hace tan solo unos instantes habia tentado. Se paró de forma "elegante" (tipo Tamki de Ouran high school) abriendo sus ojos viendo al chico trenzado.
 
- Kioma Otokimi, un gusto en conocerlos, soy el hijo único de una adinerada familia.
 
Todos se le quedaron viendo. El joven continuo.
 
- Se supone que a mis diecisiete años ya debo escoger esposa, pero ninguna mujer me ha gustado, entonces te conocí a tí.
 
Esto último lo dijo tomando de nuevo las manos de Ranma, Ryoga estaba que se moria del coraje. El joven Saotome no entendía nada. El joven siguió con su explicación. Sin soltar las manos del otro.
 
- Bien, veras, hace exactamente un año, cuando todo paso...
 
 
..........  flash back  ..........
 
 
Hace un año...
 
Un joven castaño caminaba por las calles que a esa hora estaban poco transitadas. Una pequeña iba con el. El cielo estan casi en el ocaso. Un joven pelinegro iba corriendo, se estrelló con el castaño y ambos cayeron al suelo.
 
El joven pelinegro kedo abajo del otro, al abrir los ojos, el que estaba encima, vio al rostro de aquel "angel". Kioma vio en aquel joven al esposo perfecto. Era hermoso, con facciones delicadas y un esbelto cuerpo. En verdad se había cautivado de aquel adonís a primera vista.
 
Ranma se levantó del suelo, ayudado por el apuesto caballero y se retiró del lugar, dejando enbobado a aquel pelicastaño. La pequeña que estaba con el lo vió con un semblante triste, sus ojos parecieron querer aguadarse, más no lloró. Su corazó pareció romperse en mil pedazos, más, no dejo que nadie notara su sufrir.
 
El joven vió como el tro que un minuto antes estuviera debajo suyo, una posición muy comprometesora y tentadora, su corazón latía a mil por hora y su respiración se cortaba, en definitiva, ese chico sería suyo, de una u otra forma. Sonrio con picardia, pues habia desidido una cosa y cuando algo entraba a su cabeza era dificil, si es que imposible, que se lo sacaran.
 
 
.......... end flash back ..........
 
 
Después de aquella explicación, todos se quedaron de piedra, más Ranma por la forma en que lo describia... ¿un angel? ¿lindo? ¿el esposo perfecto? ¿facciones delicadas? ¿cuerpo esbelto? Parecía que hablaba más de una mujer que de un hombre. Para variar, era de Ranma de quien hablaban.
 
El joven Kioma se acercó peligrosamente al rostro de Ranma, este no podía reaccionar, su mente le ordenaba que lo golpeara, pero su cuerpo permanecía inmovil su mente y su cuerpo estaban desconectados, Ryoga notó eso y le lanzó un golpe al castaño, más, este lo sotuvo con su mano y lo miró serio, sus ojos se clavaron en el otro pelinegro.
 
- Veo que quieres interferir entre mi futuro esposo y yo.
 
Eso hizo sonrojar a Saotomee, a Hibiki, el comentario lo hizo enfadar, soltó una serie de golpes pero todos eran esquivados por el chico. Trató de acertarle una patada pero antes de que pudiera reaccionar, un golpe le llegó al estómago dejándolo inconsciente.
 
Ranma se preocupó por su amigo.
 
- Ryoga!, ¿estas bien?
- No te preocupes, solo lo he dejado inconsciente, ahora duerme.
 
Ranma lo vió con algo de resentimiento, más, el otro, se acercó de nueva cuenta al pelinegro y sosteniendolo de los hombros y sin peridr permiso o tiempo de reaccionar, besó a Ranma. Éste estaba que no se lo podía creer, estaba siendo besado, POR UN HOMBRE. su cuerpo tembló y sus piernas le fallaban. El beso terminó y el mucacho se fue, no sin antes decir lo siguiente.
 
- Pronto volveremos a reunirnos, mi angel, cuando eso pase... oficialmente serás mi esposo.
 
Aquello dejó helado al pelinegro y su piel pareció palidecer. Cayó al suelo de rodillas mientras observaba consternado el lugar por donde se había marchado el joven millonario. Centró su vista entonces en su amigo y esperó a que este estuviera bien.
 
Akane vió todo con una gra preocupación en sus ojos. La pequeña Aiko se marchó tambien, no sin antes dar una última mirada a Saotome, dejando ver su rostro con una mueca de enfado, el chico se estaba llevando lo más preciado para ella, el cariño de kioma.
 
En las oscuras calles, Kioma caminába tranquilamente, seguido de la pequeña.
 
- Aiko.
- ¿Si?
 
Dijo ésta, levantando la mirada, curiosa de lo que le diria el chico.
 
- No creas que se me ha olvidado que intestaste agredir a Ranma.
 
La pequeña bajó la mirada, avergonzada y triste.
 
- No lo vuelvas a hacer, ¿entendiste?
- Si.
 
Después de un largo rato de silencio, la chiquilla habló, esta vez para preguntar.
 
- Señor Kioma.
- ¿Si?
- En verdad... ¿En verdad ama a ese joven?
- Claro, el ha hecho que mi corazón vuelva a latir, algo que creí imposible hace mucho tiempo.
 
La pequeña, que lo había mirado con algo de sorpresa, al principio, bajó su mirada, triste de aquella confeción. Aquel chico había logrado lo que ella por tanto tiempo intentó y no pudo.