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Una noche solamente por lekam

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Notas del fanfic:

Se me ocurrió esto de la nada, así que solo diré nada, nada, nada, nada y por ultimo nada… solo lean… no tengo nada que decir!

El calor es infernal esta tarde, también puede ser por el hecho de que estoy encerrada en mi habitación, las ventanas, las cortinas, la puerta y toda conexión física con el mundo exterior está totalmente cerrada, no quiero ver a nadie, no soy la persona más sociable de este mundo, pero tampoco es que no tenga amigos, solo que hoy simplemente no quiero ver a nadie, no quiero saber de nada ni de nadie, no quiero que nadie me vea, puede que a esto la mayoría de la gente le llame “depresión”, eso fue lo que me dijo mi mejor amiga cuando me llamó por teléfono preguntándome como estaba y le dije que preferiría que no viniera, que necesitaba un poco de soledad.

 

 

 

Ahora estoy aquí tirada en mi cama en la oscuridad que me permite la tarde, con la cabeza colgando, a ver si así, con la sangre en la cabeza dejo de pensar en tantas tonterías, sí, mi corazón está roto y mi cerbero es tan buen amigo que quiere acompañarlo dándome el mejor dolor de cabeza de la historia, cualquiera que me viera diría que tengo pinta de drogada o mínimo de que me tomé todo el repertorio de bebidas que mi padre guarda.

 

 

 

Les explico mejor, hace unas semanas me le declaré a una amiga, si estoy perdidamente enamorada de ella, pero ahora estor perdidamente adolorida por su rechazo, me dijo que me exorcizara, que estaba loca y equivocada y más cosas por el estilo, wou te sientes miserable cuando te dicen eso y muchas otras cosas, pero no me rendí, sí, soy una maldita masoquista, pero qué más da, le hablé un par de veces más, dos más para ser exacta, y su rechazo siguió siendo el mismo.

 

 

 

Me mentalicé toda una maldita noche acompañada de mi mejor amigo estos últimos días “el dolor de cabeza”, de que no podría estar con ella, ni recibir ese tan ansiado beso de sus estupendos labios, poco después de eso recibí una visita inesperada de ella, donde por fin pude probar sus labios, aunque no de la manera que me lo esperaba, no me amaba, no me ama, pero una cosa quería de mí, la experiencia de estar con alguien del mismo sexo, es estúpido, y por eso sus tan anhelados labios me supieron a “nada” solo sentía “nada” había ¿pasión? ¿Deseo? Cualquier cosa menos amor, me sentí morir, es horrible cuando la persona que amas solo quiera una experiencia de sexo contigo, es en resumidas palabras, doloroso.

 

 

 

En esa ocasión la rechacé, pero ahora unos días después de eso no puedo dejar de recordar ese beso, ese beso tan vacio, que para ella no significo nada y para mí significó mi realidad, que la persona que yo amo es solo una persona que no me conviene y quiere de mi una nueva experiencia. Estos son los malditos pensamientos que tengo ahora, que no me los puedo sacar de la cabeza  y que me perturban cada vez que los recuerdo, ese beso que me hace derramar lágrimas y deshidratarme más día con día.

 

 

 

Mis pensamientos fueron interrumpidos por una silueta delante de mí que tapaba la poca luz que traspasaba por las cortinas, era ella, estaba aquí, o yo ya estaba alucinando, esto de que se te baje la sangre a la cabeza tiene efectos secundarios, eso pensé, pero confirme mi sospecha cuando escuche un:

 

 

 

-“hola, ¿estás ebria?”

 

-“si, así que puedes aprovecharte y como el genio de la lámpara te concederé un deseo”

 

 

 

¿Por qué dije eso? Eso es algo que yo también quisiera saber, ¿Por qué estaba en mi habitación? Porque mis padres son tan confiados que dejarían entrar a un psicópata o a mi peor enemigo si dice ser mi amigo y viene a visitarme.

 

 

 

-“¿cualquier deseo?”

 

-“soy el genio de la lámpara y estoy ebria, ¿Qué mas prueba quieres de que podría concederte cualquier cosa?”

 

 

 

Sentí sus labios nuevamente, y me supieron a gloria! MENTIRA! Me supieron a una lágrima nostálgica y al final para aminorar el daño, algo alegre.

 

 

 

-“entonces ya sabes lo que quiero genia”

 

-“¿me haces el favor de repetírmelo? El alcohol y yo no nos llevamos muy bien”

 

-“quiero una experiencia nueva”

 

-“y yo te concederé tu deseo”

 

 

 

La idea es masoquista, lo sé, tuve la esperanza de que me pidiera cualquier cosa, pero ella confirmó lo que quería, sé que me dañaré mas a mí que ella, es más, ella no se dañara, conseguirá lo que quiera a costa de mi sufrimiento, pero no tengo ganas de pensar, seguiré adelante con mi plan improvisado.

 

 

 

-“espera, ¿estás segura de eso?”

 

-“por supuesto, o ¿deseas otra cosa?”

 

-“no, nada más”

 

-“entonces vámonos”

 

-“¿A dónde?”

 

-“no pensaras que te daré tu experiencia nueva aquí en mi cama, mi cuarto, mi casa y mucho menos con mi familia dentro ¿o sí? Además ya me acabe todo lo que había que beber y tendré que buscar algo si me quiero divertir también”

 

 

 

No dije nada mas, y por más que algo dentro de mí me decía “detente idiota ¿Qué pretendes?” yo solo trataba de acallar esa voz con esa mueca en mi rostro que trataba de ser una sonrisa confiada, cogí mi súper mochila, meto de todo ahí y parece que siempre estuviera de viaje, cogí su mano aun sin mirarla y la jalé conmigo hacia la puerta de mi casa para salir a nuestra nueva experiencia.

 

 

 

Sabía a dónde debía de ir, alguna vez en una conversación de personas bisexuales, sí, mis amigos son la mayoría bisexuales, me dieron los mejores tips para “cuando me haga falta” léase los mejores hoteles con todas las comodidades. Íbamos tranquilas en un bus, podría recibir “El Oscar” por tan espectacular actuación, parezco la persona más confiada de este mundo como si supiera exactamente que hacer, como si tuviera toda la experiencia del planeta entero, sin embargo ella está algo nerviosa, se ve tímida y algo dudosa, esa timidez fue una de las cualidades por la que me enamore de ella, para mí es una cualidad.

 

 

 

Llegamos al hotel, era hermoso, mi amigo me dijo que era uno de los mejores y te daban cualquier cosa que pidieras, excelente! Supongo que necesitaré algo en algún momento, me adelante a registrarnos, lleva una mochila y unos lentes tipo fondo de botella y cualquiera pensará que eres una estudiante que necesita un lugar relajado para estudiar antes de un examen importante, aunque desentona mucho que mi compañera no lleve nada más que un bolso mínimo que parece de juguete, no hice caso al recepcionista que me mando una mirada acusadora mientras le pedía una habitación solo por una noche.

 

 

 

Sin hacer mas caso me dirigí al ascensor luego de coger mi llave y a mi acompañante que veía que cada vez se arrepentía mas, me reí internamente, parezco una loca, quiero darle algo que ella quiere y que yo solo quiero dárselo porque ella lo quiere, ¿me entienden? Porque creo que yo misma ya me enrede.

 

 

 

La habitación estaba bien, me gustaba, me encantaría que otro sea el motivo de esta experiencia más que solo curiosidad, pero la vida no es perfecta, por eso las rosas tiene espinas, “que frase tan emo” alguna vez me dijeron. Habían unos silloncitos que parecían de juguete, eran pequeñitos, como para sentarte de costado por miedo a caerte, en medio de estos había una mesita donde estaba un teléfono, al otro lado había un sofá frente a una hermosa mesa de centro con un pequeño arreglo de flores que le daba algo de calor al lugar, lo que más llamaba la atención era la gigantesca cama que tenia doseles a los cuatro lados, sosteniendo un gran techo de tela dorada, los almohadones eran rojos y las sabanas combinaban ambos colores, que encajaban a la perfección con las gigantescas cortinas y la refinada alfombra, ya veo porque el recepcionista no me creía eso de “vinimos a estudiar y necesitamos una habitación, la 213 urgente” habitación que me recomendó un amigo ¬¬.

 

 

 

Cuando la vi, parecía deslumbrada, tenía una cara de sorpresa como cuando le enseñas un dulce a un niño por primera vez, me encanta verla así, se ve linda, me gusta.

 

 

 

-“¿cómo lo haremos?”

 

-“¿quieres una clase teórica primero?”

 

-“no”

 

 

 

Me encanta hacerla sonrojar, me divierte hacerla enojar para que me muestre esa carita de molestia y ese sonrojo en sus mejillas.

 

 

 

-“Ponte cómoda, relájate y toma un baño”

 

-“¿que harás tu? ¿No quieres acompañarme?”

 

-“no comas ansias, cumpliré tu deseo, pero ya me conoces, así que será a mi manera”

 

 

 

Vi como sonreía y se dirigía al baño del dormitorio, ella me conoce, sabe que tengo un carácter dominante y temperamental, todo lo contrario a lo que demuestro cuando ella me pide algo, pero si esta solo será una experiencia de sexo, la sabré aprovechar y disfrutar, y ya que la disfrutare aprovechemos para molestar un poco al recepcionista, que la verdad no me cayó muy bien.

 

 

 

Para cuando salió de la ducha ya habían pasado alrededor de 20 minutos en los que me había divertido mucho hablando con el recepcionista, sin decirle nada pase por su lado sin dejar de mirar de reojo el albornoz que cubría su piel, fue mi turno para la ducha mientras seguía dando los pasos para que mi plan improvisado marche a la perfección.

 

 

 

Un tiempo después salí de la ducha como ella lo hizo, solo con un albornoz, la vi sentada en el sofá, estaba nerviosa y sonrojada, sonreí abiertamente cuando vi que había una carriola dentro de la habitación y estaba claro que había sido revisada.

 

 

 

-“¿para qué es todo eso de la carriola?”

 

-“¿quieres una explicación teórica de todo lo que te hare con cada cosa?”

 

-“no, supongo que no”

 

-“entonces no preguntes mas y ven aquí a la cama”

 

 

 

Se sentó en la cama, aun tímida y tapándose con el albornoz, cómo si no fuera a verla luego, acerqué la carriola a la cama y extraje dos copas que llene con champaña y le di una copa a ella.

 

 

 

-“brindemos”

 

-“¿Por qué?

 

-“por una nueva experiencia”

 

 

 

Soy una hipócrita, mientras por fuera parezco una maldita aprovechadora, por dentro me estoy rompiendo, ¿es posible que esta persona que parece tan tierna y tímida me haya rechazado, me haya roto el corazón, y ahora solo quiera sexo? Maldita sea! Es que no puede dejar su maldito papel y portarse al menos un poco cruel para no sentirme tan mal!

 

 

 

El sonido de ambas copas al juntarse me hizo mirarla nuevamente, bebió todo el contenido de una sola vez, me impresionó, no sabía que bebía, pero solo espero que no trate de doparse, cuando probé la champaña estaba en su punto, me gusta, pero definitivamente más me gusta lo que tengo delante mío.

 

 

 

-“tranquila, no quiero que te embriagues y no disfrutes nada”

 

 

 

Le quite la copa y la puse a un lado, en cuanto me voltee, comencé a besar su cuello, ese cuello que me fascina y que muchas veces vi desde atrás y soñé con besarlo infinitas veces, poco a poco iba avanzando y ella se dejaba hacer por mí, cayó en la cama mientras yo la empujaba lentamente, y uno de sus gemiditos salió, música para mis oídos, que cursi que soy.

 

 

 

-“te deseo”

 

 

 

Y eso fue como el pase libre al parque de diversiones, poco a poco le fui quitando el albornoz, primero descubrí un hombro y lo besé, lo lamia y por puro gusto lo mordí, arrancándole otro gemido de sus labios, me podría volver adicta a su piel en este mismo instante y no dejarla ir jamás, pero solo duraría una noche y debía saber aprovecharla.

 

 

 

Su otro hombro corrió con igual suerte y  el albornoz iba descendiendo lentamente, hasta dejar al descubierto sus pechos, parecen dos florecitas rosadas que me invitan a ser probadas y no las decepcionare, sus brazos aun estaban dentro del albornoz, era algo estorboso, así que antes de besar sus pechos saque lentamente cada brazo besándolo y aspirando su aroma, tratando de grabar en mi mente su aroma para recordarlo alguna vez, el albornoz ya estaba casi fuera de ella, su medio cuerpo superior estaba a mi entera disposición, y por fin iría tras esas montañitas que sobresalían de su pecho, bese uno primero y ella gemía con cada contacto, el besar no era suficiente, succione y trate de ahora grabarme su sabor, mientras también trataba de grabar sus gemidos en mi memoria, usar gusto, tacto y oído a la vez se me estaba haciendo un poco difícil, trate de no reírme ante tal pensamiento, y disfrute más todo a la vez.

 

 

 

Bese su pecho hasta que sus florecillas rosadas se pusieron duras, me era divertido ver esa imagen, ella sonrojada, con los ojos entrecerrados viendo lo que hacía y tratando de reprimir sus gemidos, ya sabía que lo estaba haciendo, pero aun así se le escapa uno que otro y me parecía divertido, fui descendiendo luego de dejar sus pezones totalmente erectos, pero antes volví a su cuello, que por alguna razón sabía que le gustaba que la besara ahí, además estaba más cerca de sus labios y podía escucharla gemir con más fuerza.

 

 

 

El albornoz se estaba convirtiendo en mi enemigo mientras trababa de bajar por su cuerpo, desaté el lazo que lo unía y lo abrí por completo, en un movimiento maestro logre quitárselo de debajo de ella, dejando su cuerpo totalmente desnudo sobre las sabanas doradas, que gran contraste, que gran imagen que de seguro jamás olvidaré, me encanta, me vuelve loca, ese cuerpo perfecto, yo aun con el albornoz parecía observar un banquete que no dudaría en disfrutar.

 

 

 

Ella cree en la igualdad de todo, para lo cual comenzó a deslizar mi albornoz mucho más rápido de lo que yo hice con el suyo, cuando ambas estuvimos desnudas una frente a otra, se acercó más a mí y trató de besarme en los labios, antes de llegar a su destino ataque sus orejas, quería saber si era sensible ahí también, y pues sí, lo descubrí cuando un gemido sonoro salió por tan repentina acción, toque sus pechos, que antes solo había besado y succionado, al tacto directo eran diferentes, eran perfectos, y se me ocurrió una idea mientras ella miraba curiosa cada parte que era besada por mí.

 

 

 

Me acerque a la carriola y saqué una venda negra, le vende los ojos, al principio se asusto un poco, creo que creyó que la ataría a la cama u algo así, no estaría mal la idea, pero creo que disfrutara más con esto.

 

 

 

-“¿Qué estás haciendo?”

 

-“te vendo”

 

-“¿para qué?

 

-“para que no espíes”

 

 

 

La deje tendida en la cama sobre las sabanas, vendada no sabía a dónde mirar, solo se guiaba por lo ruidosa que puedo ser cuando busco algo, cuando recordé las fresas y el chocolate que había pedido al recepcionista mi sonrisa se ilumino.

 

 

 

Poco a poco fui subiendo a la cama y puse en sus labios una fresa con chocolate, que al principio la sorprendió pero luego mordió con tal seducción que estuve a punto de caer en sus labios nuevamente, mordí lo que sobro de aquella fresa, recibiendo lo que llaman un beso indirecto. Tenía mejores usos para las fresas con chocolate, me encantan la fresas y el chocolate seria sacado del mismo paraíso, comencé a verter el oscuro manjar en su cuerpo, y aunque ella se estremeció un poco supuso lo que me propondría, la limpiaría yo misma, de la mejor manera, comencé a asearla con mi lengua, disfrutando del chocolate y la frescura de su cuerpo, las fresas solo eran acompañantes silenciosos de mis travesuras en su cuerpo, cuando antes de llegar a su parte baja decidí saltarme la sección más importante y pase a verter un poco de chocolate entre sus muslos para saborearla por ahí también.

 

 

 

Volví a subir a su abdomen luego de un rato de aburrirme del chocolate y ahora jugaba con su ombligo, me dedique a besarla un buen rato en distintas partes de su cuerpo, que la sorprendía pues no sabía donde besaría la siguiente vez por estar vendada.

 

 

 

De improviso sus brazos rodearon mi cuello se acerco a mí y pego su cuerpo al mío, terminó encima mío, y los restos de chocolate nos pegaban aun más, lanzó una risilla al escuchar mi desagrado ante el pegajoso dulce que ahora nos unía, comenzó a tocarme a la aventura, pues aun no veía, me reí ante su timidez y poca destreza.

 

 

 

-“primero deberás aprender, así que te enseñare”

 

-“quiero que me enseñes ya”

 

-“la ansiedad no es la mejor amiga”

 

-“pero tu si”

 

 

 

Golpe bajo, demasiado bajo, debía recordar que solo era su amiga y que esto solo era una experiencia, así que la poca felicidad en la que se estaba envolviendo mi corazón debía desparecer ya.

 

 

 

-“te enseñare a disfrutar”

 

 

 

Repentinamente metí mis dedos a su vagina, ella lanzó un gemido sonoro y aunque había algo de incomodidad me dejo continuar, se abrazó más a mí y tuve que separarla y volverla a echar para que me dejara más acceso a ella.

 

 

 

 Mis dedos no deberían ser lo primero que debía sentir, pero eso me permitió comprobar que ya estaba algo mojada, me reí cuando mis dedos salieron con una sustancia pegajosa que sabia no era chocolate, acerque mis dejos a su rostro.

 

 

 

-“no lo ves, pero en mis manos tengo algo que salió de allá abajo”

 

-“no digas eso”

 

-“ya estas mojada, me pregunto si lo haces tú sola”

 

-“no digas eso!”

 

 

 

Definitivamente me encanta hacerla enojar, el solo imaginármela masturbándose para mí es un deleite, pero no puedo ser tan malvada y pedírselo ¿o sí?

 

 

 

-“hazlo para mí”

 

-“¿Hacer qué?”

 

-“tócate para mí”

 

-“no… no quiero”

 

-“entonces no te haré nada más”

 

 

 

Me alejé de ella, sentándome en un rincón de la cama, desde donde aun podía verla, la vi dudar un poco, y me sorprendí cuando la vi aun echada en la cama y dirigiendo sus dedos hacia su intimidad, las ganas de dejarla seguir eran inmensas, pero en esta ocasión sería solo mi turno de explorarla, la detuve a tiempo besando sus manos y riendo sonoramente.

 

 

 

-“nunca creí que fueras capaz, pero es mi turno”

 

 

 

No quise preguntarme si lo iba a hacer por complacerme o por querer lo que yo le ofrecía, sin impórtame eso, comencé a besar nuevamente su cuerpo, dejando marquitas en su cuello y su cuerpo, veía su desesperación por que continuara con el siguiente paso, y no la hice esperar más, desde su cuello a su pecho y de su pecho trace una línea imaginaria hacia su intimidad, dando primero pequeños besitos que la estremecían, y la hacían hacer caras de pasión que me excitaban aun mas.

 

 

 

Probé su sexo con mi boca aunque no fuera necesaria mas estimulación, estaba claramente excitada, así que volví a introducir mis dedos, veía que la molestia no era como la primera vez, y si había rastro alguno de ello lo olvido en el instante que mis dedos comenzaron a moverse dentro de ella, arrancando gemidos, haciendo que sus manos sujetaran las sabanas como único apoyo, poco después de mi diversión ella se corrió en mis manos con un sonoro gemido que me deleito por completo, sonreí con mi mano llena de su esencia, le quite la venda con la otra mano e hice que mirara mi mano, ella se sentó algo cansada en la cama y seductoramente comenzó a lamer mis dedos probándose ella misma.

 

 

 

La imagen por demás me excito, sin necesidad de comprobarlo yo ya estaba algo mojada en mi parte inferior. Logramos acomodarnos mejor en la cama mientras nos besábamos y probamos nuestros cuerpos, mis manos volvieron a tocar su cuerpo y repasarlo, era realmente hermosa y el tacto era firme y adictivo, seguíamos repartiendo besos en nuestros cuerpos tratando de probarnos en toda nuestra extensión.

 

 

 

Cuando pensé que no habría nada más que hacer por mi cuenta sentí sus labios en mis pechos y un gemido no pudo evitar salir de mí, sus labios trataban de succionarme y eso me estaba gustando, no sabía cuán bien se podía sentir, los labios de una mujer son muy diferentes a los de un varón, son más suaves, más delicados y creo que mas abrazadores, los gemidos esta vez fueron solo míos, mucho más cuando sentí una intromisión en mi sexo, que rápidamente supo la perfecta sincronía de movimientos para darme más placer, no tarde mucho en correrme, y así como ella lo hizo yo también probé mi esencia de sus dedos.

 

 

 

Ambas estábamos algo agitadas, me era fácil suponer que ella se había corrido nuevamente ante la excitación de hacerle esto a alguien, pero mi diversión aun no acababa, me levanté algo cansada de la cama y me dirigí a la carriola que estaba algo abandonada, saqué un peculiar juguetito de una de las charolas, que presentación más rara para un juguete así, le mostré las pelotitas unidas por un cordón que tenía en mi mano, y ella se sonrojo, entendiendo lo que haría con aquel objeto.

 

 

 

Me subí a la cama y ella se acomodo sin esperar que le dijera algo, se abrió de piernas permitiéndome mejor acceso y vista a su sexo, poco a poco fui introduciendo aquellas pelotitas en su interior, desde la más pequeña hasta la más grande, eran 5 y en cada entrada era algo molesto para ella, pero luego le producía placer que me lo demostraba dando gemidos y jadeos permitiendo que continuara.

 

 

 

-“sabes lo que sigue”

 

-“si”

 

-“¿quieres que lo haga?”

 

-“estoy esperando por eso”

 

 

 

Sin avisarle retire de un solo tirón aquellas pelotitas, sintiendo que con cada salida disfrutaba mas, se corrió nuevamente y sonreí ante su acrecentado sonrojo y su agitación, se veía hermosa, pero ya estaba algo cansada, veía como se estaba quedando dormida mientras yo seguía repartiendo besos por su cuerpo, llegué a su rostro y besé sus mejillas y su frente.

 

 

 

Mientras yo la besaba ella caía en el mundo de los sueños, el cansancio de tres orgasmos supongo, tres orgasmos es algo bueno ¿no? Me pregunté si se dio cuenta de que no he besado sus labios es toda la sesión, no porque no quisiera, pero es solo un paso para no dañarme, ella solo quería sexo y si la besaba seria yo quien olvidaría eso.

 

 

 

Quedó dormida y se acomodó aun mas entre las almohadas, la tape con la sabana, no vaya a ser que se resfríe, me separé de ella dejándola dormida, me dirigí al baño y me di una ducha rápida, tenia grabado en mi memoria su cuerpo, su sabor, su sonido, me era suficiente.

 

 

 

Me cambie deprisa, y antes de llegar a la cama pase mirando la carriola, habían otros juguetitos que se pueden utilizar, pero no quise ser muy dura con ella, supongo que era su primera vez en todo sentido, tampoco iba a ser tan criminal de meterle ese consolador gigante que había pedido por puro gusto de hacer enojar al recepcionista.

 

 

 

Me acerque a la cama y pude ver que dormía tranquila, le acaricie el rostro y cogiendo un papel y lapicero de mi mochila le dejé una pequeña nota junto a la almohada que decía “nos vemos”, la coloqué lo más próximo a ella, para que pueda verla en cuanto despertara, estaba dispuesta a irme ya, cuando al ver su rostro no pude resistir la tentación de sus labios, me acerqué a ella, y sin tratar de hacer mucho movimiento besé sus labios, un beso corto y casto, muy distinto al que había recibido de ella. Cogí mi mochila y salí de la habitación.

 

 

 

En la recepción le di una sonrisa de burla al recepcionista, me imagino que estará pensando luego de todas las cosas que le pedí por teléfono, no me importó y pagué para que extendieran mi tiempo de reservación de la habitación un día más, aquel hombre me preguntó si volvería y simplemente le respondí que no, sin decir más salí del elegante hotel.

 

 

 

Ya era de noche, yo me sentía extraña, cansada, no mucho, la ducha había sido buena, la experiencia aun mejor, la tarde infernal se había convertido en una fría noche, en la que me dirigía a la estación de buses, mi mochila era mi única acompañante, preparada para un viaje, esa mañana había hablado con mi padre y lo convencí de que me dejara viajar y visitar a algunos familiares, aceptó tranquilo deseándome buena suerte.

 

 

 

La brisa de la noche se está volviendo demasiada fría a pesar de que es verano, el bus ya llegó y yo lo abordo sin mirar atrás, luego tendré que llamar a mi mejor amiga para explicarle que mi viaje no lo planee pero simplemente se dio.

 

 

 

Ya no lloro, simplemente tengo el recuerdo de que ella junto a mí aunque no me ame.

 

 

 

¿Por qué lo hice?, aun me lo pregunto, ¿Por qué no me detuve?, eso ya no me importa.

 

 

 

 Jamás estaremos juntas, ella obtuvo lo que quiso y yo ya estoy tomando más conciencia de mi realidad.

 

 

 

La brisa es aun fría, pero la luna y mi mochila serán por ahora mis compañeras en este nuevo viaje.

 

 

 

**FIN**

Notas finales:

Weno, ¿Qué les pareció? Si les gusto me avisan okey, bye bye!!


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