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El ayudante el urólogo por Mfer

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Notas del fanfic:

Notas iniciales: Que lo disfrutes mucho como yo me divertí realizándolo.

Notas del capitulo:

 

Sai y Naru

Aclaración: Uzumaki “Kawaii” Naruto le pertenece al Uchiha “Bastardo” Sasuke y todos los demás personajes de la serie le pertenecen a su propiedad el Sr. Masashi Kishimoto, yo sólo utilizo a sus personajes para animar mis fic y lo hago sin fines de lucro.

Hola a todos. Me llamo Uzumaki Naruto y tengo 18 años. La historia que voy a contaros me ocurrió hace como unos 15 día o más. Siempre he tenido algún problema a la hora de masturbarme porque tengo un poco de frenillo (membrana o ligamento) en el pene. Sin embargo hasta ahora nunca me había planteado el ir a operarme.


La razón de decidirme a hacerlo actualmente fue por que ya van llegan las vacaciones de verano y estoy deseoso de tener relaciones sexuales con otros chicos o chicas de mi edad (soy bisexual-ttebayo) y creo que ha llegado por fin el momento de que me inicie, ya que todos mis amigos ya han tenido alguna experiencia o ya tiene pareja.


Hace 15 días por fin, me toco ir a la consulta del urólogo para que me examinara. No iba muy animado que digamos porque no me apetecía que me tocara mi miembro un doctor viejo y quizás hasta pervertido de chicos inocentes como dice mi hermano Deidara, pero bueno, si quiera gozar este verano, no me quedaba más remedio.


Como a eso de las 4 de la tarde, y no duré ni 5 minutos de estar esperando en la sala cuando salió del consultorio un chico joven vestido con una bata blanca para llamarme. En ese momento se me iluminaron los ojitos. ¡Guau!, el urólogo que iba a mirarme y a tocarme era joven y además estaba buenísimo, piel blanca, ojos negros y cabello negros, y se miraba que se encontraba en excelente forma.


Pero cuando entré al consultorio del urólogo Ebisu y... la ilusión me duró poco: el chico joven no era el doctor, sólo era el un paramédico o ayudante que estaba asiendo su servicio médico, que solo se encargaba de rellenar los papeles y de hacer las recetas para que las firmara el doctor. El urólogo Ebisu era un hombre de unos treinta y ocho años.


Cuando le expliqué al doctor mi problema, miró su reloj y le dijo a su ayudante Sai (así se llamaba):


- Mira, como el problema de este chico es de menor importancia y yo tengo prisa por irme, si no te importa ocúpate de examinarle tú, ¿esta bien?


 - Sin problema doctor. - contestó.


- No te preocupes -me dijo el doctor- él también sabe de urología y está haciendo aquí el servicio, ya lleva más de un año a mi servicio, así que entiende de esto, ¿Verdad?


Le dije que no había ningún problema -ttebayo porque se fuera haces su cosas tranquilamente y me dejara con su ayudante. En serio que no tenía problemas de quedarme con un chico así de guapo. Así que al ratito de que se fuera el doctor, y su ayudante Sai me hizo pasar a una habitación contigua.


- Bájate los pantalones y los calzoncillos, y acuéstate en esa camilla.


Yo hice lo que me dijo. Él se puso unos guantes de látex y comenzó a bajarme lentamente el prepucio.


- Pues yo no veo ningún problema, tu miembro descapullar bien- dijo.


- Ya, pero si el problema es cuando la tengo erecta; perdón, cuando lo tengo erecto, porque hay una especie de telilla que me impide que se me baje el prepucio hasta abajo- contesté.


- Sí, sí. Eso es el frenillo; pero claro, yo necesitaría ver tu miembro completarte en erección y ver hasta dónde puedes descapullar. ¿Te importaría poner tu pene erecto?


- Hombre, no; pero ahora... – en el mismo momento que me dijo eso, me sonroje y no pude verlo la cara por la pena.


- No te preocupes. Me voy a ir y te voy a dejar solo y dentro de 5 minutos vuelvo. "De acuerdo".


-¡Genial -ttebayo!.


Un ayudante que estaba como un queso me estaba pidiendo que me empalmase para él en una habitación en la que estábamos los dos solos. Sin embargo, de la emoción y de los nervios que tenía encima, no conseguía empalmarme. Al rato volvió.


- ¿Todavía estás así?


- Lo siento, pero es que no he podido.


- No te preocupes. Ya sé que una consulta no es el lugar más indicado para que a uno se le ponga dura... Vamos a ver qué podemos hacer... Ya sé, te voy a dar algo. No sé si te va a gustar, así que por favor no te molestes, pero algo hay que hacer.


Bueno, tú dámelo.


Fue hacia un maletín y sacó de él una revista y me la acercó. ¡No podía ser! ¡Una revista homosexual porno!. En ese momento se me puso durísima y la vez me puse rojísimo. Me la miró y se sonrió.


- Vaya, pues parece que sí te ha gustado- dijo con una voz un poco nerviosa. - Bueno, vayamos allá.


De nuevo me comenzó a descapullar lentamente.


- Detente porque me esta doliendo un poco.


- Sí. Tú lo que tienes es un poco de frenillo. Pero afortunadamente tienes poco. Lo que vamos a hacer en darte un pequeño corte aquí. Pero hasta septiembre no vamos a poder operarte; así que, mientras tanto, para que vaya dando de sí el frenillo te voy a mandar un ejercicio para que hagas durante estos dos meses todas las noches durante media hora. Mira: con el pene en erección, vas a bajarte y subirte el prepucio (piel) hasta donde puedas. Cada vez más. Así...


Sai comenzó a bajar y subir el prepucio lentamente durante un buen rato. Era la primera vez y, de momento la única, que un hombre me masturbaba. Poco a poco me fui poniendo cada vez más caliente. En ese momento se me fue la mirada hacia su paquete y pude comprobar que bajo la bata se escondía un buen miembro empalmado.


Estaba tan caliente que sin pensarlo ni un minuto (en otro momento no lo hubiera hecho ni loco) agarré con mi mano todo su paquete.


Sai se quedo totalmente inmóvil y bastante cortado, pero al ratito me sonrió y siguió masturbándome pero ahora con más fuerza. También que yo comencé a sobarle su gran miembro por encima del pantalón. Entonces él se quitó la bata y se bajo los pantalones y los calzoncillos para que pudiera seguir manejando su instrumento sin problema.


- ¿Ves?, yo también estoy operado del frenillo. – dije.


Me hizo levantar de la camilla y me tumbó en el suelo. Él también se tumbó haciendo conmigo la posición del 69.


- Sigue masturbándome, no pares. – Mientras que yo estaba que no me lo creía.


Se me iban a salir los ojos de la emoción y del placer que estaba recibiendo. Al rato se metió toda mi miembro en la boca y comenzó a chapármela de arriba abajo. Hice lo mismo que él. Y así estuvimos hasta que nos corrimos. Después nos limpiamos los restos de semen, nos vestimos y nos fuimos porque era la hora del cierre del ambulatorio donde estaba la consulta.


Ha sido mi primera experiencia y la verdad es que fue alucinante. La pena es que hasta después del verano no van a operarme y por lo tanto este verano sólo podré disfrutar, si se da la ocasión, de buenas mamadas y nada más. Lo bueno es que en septiembre tengo que volver a la consulta con los análisis de sangre que me han pedido antes de operarme y entonces lo volveré a ver.


 


Ojala se invente una buena excusa y pueda echar durante un rato de la consulta al doctor Ebisu. Y quién sabe una vez que me opere lo que podré llegar a hacer con ese tiarrón. Estoy deseando meter mi miembro en su maravilloso culito. ¿Si todo esto llega a ocurrir?... Nos vemos.


*//* Fin *//*

Notas finales:

Espero que haya gustado, se que ha sido un poco corto y espero merecer un Reviews. Nos vemos pronto en otras de mis locuras que próximamente publicare de “Mi nuevo asistente” y “Mi familia lejana y sus amigos”.


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