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The four season (Las cuatro estaciones) por blackrain

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Notas del capitulo:

Bueno...

Ammm, no excusas.

Volvi a la escuela, ya voy a hacer dos semanas, así que me fugue de una clase y me fui al centro de computo para escribir el fic
(Jessy-chan es testigo)

Llegamos a la estacion que amo (Y me refiero a las canciones)

Tarde bastante, pero en compensacion este capitulo tiene muchas revelaciones, y un final sorpresivo ^^ (al menos desde mi punto de vista)

O, por cierto, lamento haber matado a Gaara. Empezare buscando su redencion...

La cancion es está

http://www.4shared.com/audio/Q7tDnb3n/04_Vivaldi_-_Summer_-_Allegro_.html

Naruto es de Masashi Kishimoto...

-Naruto-san, no muevas la mano.

-Pero realmente me duele mucho.

Kakashi soltó un suspiro, él y el rubio se encontraban en el taller, el menor vestía con un pantalón de mezclillas desgarrado de varias partes, permitiendo que su piel se viera entre las aberturas. Usaba una playera negra de manga corta, y sacudía su mano adolorido.

-Espera- Kakashi tomo la mano del rubio para revisarla.

El peligris vestía con un pantalón deslavado de mezclilla y una playera de manga larga color verde militar. Era un día domingo, iba a elaborar una exposición la semana siguiente y tanto el como el chico rubio había asistido a la escuela a preparar los cuadros.

Al sentir que el profesor tomó su mano el rubio se quedo quieto de inmediato, sus mejillas se sonrojaron ligeramente.

-Tienes una astilla en un dedo, siéntate en el escritorio y te lo quitare.

El rubio obedeció sin decir nada. Kakashi seguía siendo tan serio como al principio, pero ahora era más amable con él, su tono áspero había desaparecido por completo, aunque a veces le parecía ver algo de dolor de su rostro cuando estaban juntos.

Naruto tenía su mano a la altura de su pecho, por lo que el profesor había agachado su cabeza un poco para buscar la astilla, el rostro se su profesor estaba bastante cerca de él, el aroma de su colonia le llegaba al rubio, quien no podía apartar la vista de él. Su profesor era muy atractivo, no podía negarlo nadie. Las chicas de la escuela siempre andaban tras de él, las profesoras trataban de seducirlo, pero de manera extraña, por más atractivas que fueran su profesor siempre las rechazaban.

“Mejor para mí” Incluso el mismo se sorprendio de su pensamiento tan egoísta.

-Ya la encontré-Kakashi volteó a ver al rubio al rostro, encontrándose con los azules ojos del chico que lo miraban fijamente.

No pudo reaccionar cuando el menor llevó su mano libre su rostro, colocándola sobre su mejilla, acercó sus labios, tímidamente a los de su profesor, esperando que lo detuviera. El profesor nunca lo hizo, el rubio cerró sus ojos, terminando con la distancia que los separaba. Besó sus labios con timidez, sin respuesta al principio, pero empezando a tener participación por parte del mayor.

Sintió que  soltaron su mano, llevó ambas al cuello, pero al colocarlas, Kakashi lo alejó.

-Es hora de que te vayas a casa-Sostuvo su mirada ante la del rubio, quien fue él que desvió la vista.

-¿Lo que pasó…?

-Nos vemos luego…

No  iba a obtener respuesta alguna, desanimado se bajo del escritorio, caminó desganado. Pero sin poder apartar el recuerdo de lo que sintió al ser correspondido.

::::::::::::

-Buenos días.

Itachi se encontró con Sai a la salida de clases, había faltado sólo un día a la escuela y  en ese momento aparentaba estar bien.

-¿Qué haces aquí?

-Tomo clases aquí… ¿acaso no es obvio?-en los labios del pelinegro de cabello corto se formó una sonrisa, notablemente falsa.

-No deberías de estar en la escuela, deberías…

-Perdona, Itachi-san, tengo prisa, debo ir a la siguiente clase. No tengo nada, me encuentro bien, a mí no me ha pasado nada.

Sai se retiró  apurado, dejando a Itachi aún más preocupado de lo que se encontraba antes. Esa sonrisa falsa sólo había logrado inquietarlo más.

-Tengo que seguir insistiendo- Itachi apretó con fuerza la agarradera del estuche de su violín, tenía clases también, por lo que de momento tenía que resignarse.

Sai no había vuelto a llorar, cuando lo dejó y fue a contestar el teléfono fue el único momento que lloró. El mismo tuvo que responder la llamada para sabes que sucedía, al tiempo que abrazaba a Sai para intentar calmarlo. El joven del teléfono le explicó todo, por lo que se quedó con Sai, pero el pelinegro le pidió que se retirara cuando ya se iba a dormir. El día siguiente no lo vio en todo el día, su casa estuvo cerrada y durante la noche no se atrevió a tocar el violín. Sabía que se trataba del joven pelirrojo, y sabía que se trataba de algo más que un amigo para Sai. Ahora que volvía a ver a Sai éste fingía que no le pasaba nada raro. A quien trataba de engañar.

-¡Itachi, apurate! La clase ya inicio.

Uno de sus compañeros lo llamó, sacándolo de sus cavilaciones.

:::::::::::::

-¿Qué es lo que quieres? Ya te dije que me encuentro bien.

-En tal caso, no te molestara que te visite, ¿verdad?

-No, claro… pasa- El titubeo de Sai fue muy notable, por lo que no paso desapercibido para Itachi.

El menor vestía con un pantalón negro y una playera azul clara, usaba sandalias de tela, caminaba lento, y se veía desanimado. Itachi lo siguió en silencio a la sala. Esta estaba un poco desordenada, pero todo parecía estar en su lugar.

-¿Qué es lo que quieres?-pregunto Sai sentándose en el sofá, se quitó sus sandalias, subiendo los pies al sofá.

-Acaso necesito excusas para venir a visitar a mi vecino-Itachi se sentó en el sofá frente de Sai- algo así como, una taza de azúcar.

Sai forzó una sonrisa, lo cual hizo que Itachi se levantara y se fuera a sentar en el sofá en el que Sai se encontraba.

-¿Por que finges que no te duele?

-Porque no siento nada… no me duele. Eso es lo que Gaara quería, ¿Por qué debería importarme?

-¿A qué te refieres?

Sai señaló a la mesa, sobre esta se encontraba un sobre blanco con su nombre escrito en él.

-Gaara no murió en un accidente, el mismo fue el que se quitó la vida. ¿Por qué debería de sentir algo? Él no se molesto en hablar conmigo, sabía que me tenía a mí, y yo no le fui suficiente.

-Léela, no sabes que es lo que te dice. No puedes juzgarlo por tratar de no preocuparte, tal vez quería decírtelo, pero pensó que te haría sentir culpable.

-Aunque la lea nada cambiaría, no hay prisa, nadie morirá si no la leo-Sai dibujo una sonrisa irónica en sus labios.

-La carta…

-Me la envió mi abogado, junto con otros papeles que ya he revisado y firmado-el rostro del chico de cabello corto volvió a un estado neutro.

-Necesitas llorar-Itachi trató de tocar a Sai, pero de manera sutil fue apartado-Tienes que sacar aquello que te lastima.

-Pero no tengo nada, nada me esta lastimando- Sai se puso de pie-. Podrías marcharte, tengo cosas que hacer.

Itachi soltó un suspiro, poniéndose de pie.

-Claro. Te veo luego.

::::::::::::::::::

-¡SAI-CHAN!-Naruto aporreaba con insistencia la puerta, haciendo tanto escándalo que ocasionó que Itachi saliera a ver.

-No te va a abrir-le comentó recargándose en el marco de su puerta.

Naruto volvió a tocar la puerta con insistencia, al no recibir respuesta se dirigió con Itachi.

-Uchiha-san, Sai-chan no se encuentra bien.

-Ya lo sé, pero se niega a dejar que alguien lo ayude.

-Debe de haber algo que podamos hacer.

-No hay nada, ni siquiera admite que se encuentra mal-Itachi arrugó el entrecejo.

-¿Por qué no lo ayudas? Si alguien entiende lo que siente, eres tú que haz pasado por lo mismo-Naruto no dejó agregar nada a Itachi-nos vemos, si ves a Sai dile que estoy muy preocupado por él.

“¿Qué tanto sabe Uzumaki?”

::::::::::::::::

El rubio llego a la mansión, caminando por los jardines con aire preocupado, ambas manos estaban en las bolsas de su pantalón color negro, usaba una sudadera naranja con las mangas arremangadas.

-Naruto-sama- una de las mujeres que trabajaba en la mansión se acercó corriendo al joven, haciéndolo olvidarse de sus preocupaciones-Su padre vino a visitarlo.

Naruto se vio alarmado, las visitas de su padre siempre lo preocupaban.

-Voy-respirando profundo se apuró a correr rumbo a la mansión.

 

-Hijo- Naruto Uzumaki era la viva imagen de su padre, los mismos ojos azules, el cabello dorado, el hombre mayor se veía mayor que Naruto, pero fuera de la edad la única diferencia que radicaría en ambos sería las marcas que existían en las mejillas del menor.

-Padre, ¿a qué se debe el honor de tu visita?

-Es verdad que deseas estudiar arte en Konoha.

-Si padre, ¿A qué se debe tu repentino interés? Mi madre te lo había dicho con anterioridad.

-Kushina me lo contó hace como un año.

-Entonces…

El padre de Naruto se encontraba sentado en el enorme sofá del salón, vestía con un elegante traje azul marino y una corbata plateada, sus elegantes zapatos golpearon con suavidad el piso, un poco impaciente. Naruto se encontraba parado frente a su padre sin verlo directo al rostro, todos sus encuentros eran siempre así, humillándose ante él

“Se que no es tu culpa cielo, pero se lo debemos” Esa habían sido las palabras de su madre cuando le preguntó por la actitud de su padre.

-Hay un profesor en  tu escuela que conozco.

-¿A quien?

-Kakashi Hatake.

-¿Kakashi-sensei?-Naruto lo volteó a ver a su padre directo al rostro, estaba completamente sorprendido que ni cuenta se dio de lo que hacía.

-Me voy, tengo muchas cosas que hacer. Pasare por tu escuela uno de estos días.

Su padre se levantó y se marcho sin decir nada más.

“¿Kakashi-sensei conoce a mi padre?”

:::::::::::::::::::::::::::

Itachi se sentó, sobre la alfombra, en una esquina de su estudio. Estaba descalzo, vestía con un pantalón viejo de mezclilla y una camisa de manga corta color blanco. Frente a él estaba el estuche de piel que pocas veces utilizaba, en la tapa tenía grabado un nombre.

“Sasuke Uchiha”

El violín que utilizaba para practicar Vivaldi tenía las iniciales de ese nombre. Las iniciales de su hermano. Llevó su mano al violín, tomándolo inseguro, sostuvo el arco con sus manos, suspirando profundamente se puso de pie.

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Sai estaba sentado en su sofá, aún en la mesa de centro se encontraba la carta de Gaara, no quería leerla, no quería saber nada de Gaara. Había cerrado con llave su estudio para no volver a entrar, todas sus cosas relacionadas con el pelirrojo estaban encerradas ahí. Pero esa carta, la maldita carta, se había vuelto su obsesión. En la misma mesa había dejado un encendedor y un vaso, quemaría la carta y se olvidaría del asunto. Lo ubiera hecho desde hace varias horas, pero cada vez que tomaba el encendedor pensaba en lo que Itachi le había dicho.

-¿Qué sabe Itachi-san sobre lo que estoy pasando?-se preguntó enojado tomando el encendedor y la carta.

El timbre de la puerta sonó, se quedo sin moverse, esperando que se marcharan.

-¿Sai-san?-La voz le sonó conocida, pero no era alguien a quien hubiera escuchado recientemente.

-Un momento-Sai dejó las cosas en la mesa de centro y se dirigió a la entrada.

Al abrir la puerta vio a un joven de unos 21 años, vestía con ropa casual un pantalón verde militar y un saco informal color negro, usaba una camisa blanca con los primeros botones desabrochados, dejando al descubierto un poco de piel bronceada de su pecho. Su rostro bronceado se veía cansado y su cabello castaño, largo, estaba atado en una cola alta. Ambos oídos estaban perforados. Hacía buen tiempo que no lo veía, pero lo logro reconocer.

-Nara Shikamaru-san.

-Hola, Sai-kun, cuanto tiempo. Me dejas pasar.

-Claro, pasa- Sai se movió permitiéndole entrar.

El castaño era más alto que el pelinegro como por una cabeza, entró a la sala, viendo las cosas que Sai tenía en la mesa de centro.

-¿Qué te trae por aquí, Nara-san? O disculpa, ¿Quieres algo de beber?

-No, gracias, por favor ven siéntate, tenemos que hablar.

El castaño se movió para que Sai se sentara a su lado.

-¿Haz leído la carta?

-¿Por qué debería de hacerlo? Nada va a cambiar lo haga o no.

-Sai-kun, en tal caso no sabes que era el abogado de Gaara.

-¿Tú? Pero…- guardó silencio al recordar que era la voz que había escuchado en el teléfono.

-Gaara y yo éramos buenos amigos. No sé si lo recuerdes, pero tú y yo éramos buenos amigos.

-Claro que lo recuerdo, Nara-san. De recién que llegue con Gaara tu fuiste quien mejor me trató.

-Entonces, Sai, a cambio de eso, lee por mí la carta que Gaara te dejó.- El castaño tomó el sobre de la mesa y se lo ofreció al pelinegro.

-Yo…-el pintor tomó el sobre ofrecido-sólo lo haré por ti.

-Gracias.

Sai abrió el sobre, clavando la vista en la elegante caligrafía que tan bien conocía. La leyó en silencio, al terminar de leer apretó la carta contra su pecho, hacía el esfuerzo por no llorar, pero algo apretaba su corazón con fuerza.

-¿Sai?-Shikamaru tocó con suavidad el brazo de Sai, el pelinegro tomó de una mano la chaqueta de Shikamaru, apretando con fuerza, gesto ante el que el abogado lo abrazó, acunándolo con dulzura en su pecho.

-Ya no puedo- Sai empezó a llorar abundantemente, correspondiendo el abrazó del mayor con fuerza- me duele mucho… Shikamaru, ¿Por qué Gaara no dejó todo y se quedó conmigo?…

-Sabes que él no era así-los ojos del joven Nara se humedecieron, Gaara había sido su amigo de toda la vida.

Shikamaru escuchó el sonido del violín a la distancia, conocía la canción, una de las favoritas de Gaara.

-Sai,- empezó a acariciar con dulzura el cabello azabache- no te preocupes, todo estará bien, saldremos de esto.

-¿Te iras pronto?-preguntó recordando que no traía maleta

-¿Quieres que lo haga?

Sintió como negaba con su cabeza, abrazándolo con más fuerza.

-Me quedare, todo el tiempo que necesites.

-Yo no puedo seguir solo…-Sai de nuevo lloraba- no puedo sopórtalo… voy a dejar la pintura.

-Si piensas que te hará feliz, hazlo. Yo estaré contigo, yo voy a cuidarte hasta que te alivies.

 

Notas finales:

Bueno, si les gusta y quieren rápido la continuacion haganmelo saber y me fugo de otra clases xD...

Bueno, no. Sólo me apuro.

"Soñe con mis labios... Mis labios bajando suavemente, creando un camino de besos por tu columna, lentamente. Entreteniendome con tu dulce piel, provando con mi lengua el delicioso sabor. Marcando con mis dientes lo que consideré mi propiedad. Mientras mis manos apresaban tu cintura de manera egoista, posesiva, evitando ... que te fueras. ¿Para qué?... Para volver a despertar solo en mi cama"


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