-No quiero seguir, es todo.
Kakashi se quedo en silencio unos minutos, Sai era sin duda uno de los jóvenes talentos en los que tenía mayor esperanzas, lo analizó con la mirada de arriba abajo, estaba más delgado que cuando entró a Konoha, sus ojos negros se encontraban sin brillo, la tristeza era la única emoción que se dejaba ver por momentos en su rostro, la mayor parte del tiempo, frió y sin emoción. Se había tomado dos semanas libres por la muerte de un familiar, y ahora que volvía le decía que dejaría la pintura.
-¿Y sabes que harás?
-Entraré a otra especialidad, la pintura no es algo que me llama ya la atención, hay muchas áreas en las que podría intentar.
-En tal caso, como tu tutor, no te molestará que te de un consejo-el peligris apoyó los codos en su escritorio, se encontraban en la oficina asignada del profesor, Sai, que estaba sentado frente a él, entrelazó los dedos, algo preocupado.
-Mi decisión es definitiva…sensei.
-Lo sé-el peligris sonrió- mi consejo respeta tu decisión- Sai asintió, esperando que continuara- Konoha tiene distintas especialidades fuera del arte y la música, la mayoría como taller, te aconsejo que entres a varios para probar en cual carrera podrías continuar, yo firmaré un permiso para que tengas dos semanas de prueba.
-Muchas gracias, sensei- Sai se puso de pie haciendo una ligera reverencia.
-No es nada, te mandare el papel con mi ayudante, ya puedes retírate.
Sai se apuró a salir de la oficina, afuera se encontraba su maleta, tomándola se despidió de la secretaría y se apuró a salir del edificio. Una vez afuera, notó que buscaba a Itachi, dos semanas atrás, se marchó sin despedirse de su vecino, sólo había preparado su maleta y tomado un vuelo con Shikamaru sin avisarle ni siquiera a Naruto. Había llamado al rubio desde el avión, recibiendo una reprimenda por teléfono por parte de su amigo, algo que ocasionó la risa de Shikamaru al saber que Naruto era menor que él.
“-Avísale a Itachi, por favor, Naruto-kun
-Tu eres el que debía de haberse despedido de él”
En aquella ocasión, Naruto no había quedado de muy buen humor con él.
Varios alumnos pasaba por los edificios, algunos corriendo para no llegar tarde a clases, otros caminando a paso lento, sus ojos oscuros no tardaron en encontrar a la figura que buscaba, la coleta negra fue lo primero que distinguió, vestía con una camisa elegante de manga larga color negra, su pantalón pulcramente planchado era del mismo color, en sus manos cargaba su violín esta vez en un estuche negro, Itachi volteó a verlo, arrugó las cejas, algo molesto, al reconocer al pelinegro, les dijo unas palabras a sus compañeros, para después dirigirse a Sai.
-Hola niño- Sai se sintió intimidado ante el gesto de molestia de Itachi, incluso ese saludo había sonado intimidante.
-Hola, Itachi-san-su saludo sonó como un murmullo- ¿Naruto-kun no te contó?
-¿Algo que debió haberme contado mi vecino? ¿Algo que no te tomaría ni 5 minutos?
-Lo siento, Itachi-san
-No importa, de hecho ni debería reclamarte eso- el gesto del pelilargo cambio a uno decepcionado y herido- nos vemos, tengo un concierto en que participar.
-¿Aquí en la escuela?
-Si
-¿Podría ir?… realmente me gustaría oírte tocar en…
-No creo que puedas-Itachi miraba sobre el hombro de Sai, mientras que el pelinegro confundido por la negativa volteó hacía atrás.
-Shikamaru-san- en los labios del pelinegro se formó una sonrisa sincera, aunque un poco triste, gesto ante el cual Itachi se marchó de inmediato sin ser notado por el menor, el castaño saludó a Sai con una sonrisa, después de lo que el pelinegro volteó con el violinista-Se ha ido.
-¿Qué sucede?-preguntó Shikamaru al llegar a su lado.
-Mi vecino… estaba aquí a mi lado…y se fue.
-¿El pelinegro? Tal vez tenía prisa y se marchó-Shikamaru tomo la maleta de Sai y paso un brazo por sus hombros-Vamos a casa, ¿te parece?
-Si…vamos-aun así, no dejó de buscar a Itachi con la mirada, al retirarse abrazado con el abogado.
····
-El chico con el que estabas…
-¿Itachi-san?
Ambos chicos estaban en el que anteriormente había sido el estudio del pelinegro, ahora la habitación se había convertido en la recamara del castaño, todos los cuadros y los instrumentos que utilizaba para pintar habían desaparecido.
-Si, él. ¿Es él el que toca por las noches?
-Si, Itachi es un excelente violinista, es de los mejores de su clase, además de que es muy conocido, Naruto-kun me ha dicho que ya ha dado varios conciertos…-Sai se interrumpió al ver al abogado sonreír-¿Qué sucede?-preguntó confundido.
-Tú expresión al hablar de él, tu rostro se iluminó, parece que te hiciera muy feliz mencionarlo.
-Eso es una tontería- Sai se sonrojó ligeramente arreglando más a prisa la cama de Shikamaru.
El castaño sólo continúo guardando su ropa en los cajones con una sonrisa en sus labios, había notado una alegría que no le había visto desde que lo volvió a encontrar, su vecino era sin duda alguien muy apreciado para él.
-Sai-kun, ¿tus cuadros no se dañaran en el ático? No quisiste guardarlos bien, a excepción de ese que no quisiste destapar, todos los dejaste descubiertos.
-No importa, ya no sirven para nada.- la tristeza volvió a invadir el blanco rostro del menor, Sai había terminado de arreglar la cama y ahora se encontraba sentado en ésta.
-¿Estás seguro de que quieres dejar la pintura?-Shikamaru terminó de guardar la ropa de su maleta, y ahora miraba preocupado al menor.
-Si-Sai miraba al piso, como si fuera lo más interesante en la habitación.
Shikamaru se acercó a él hincándose frente a Sai, al encontrarse con sus ojos cristalinos el pelinegro trató de ocultarlo con una sonrisa, pero serió el joven Nara lo tomó con suavidad de su barbilla, limpiando con delicadeza las lagrimas que amenazaban con desbordarse de sus ojos.
-Entonces, ¿Por qué pareces tan triste?
-Sabes ¿por qué decidí dedicarme a la pintura, Shikamaru-san?-Sai le dedicó una mirada agradecido, por lo que el castaño se sentó a su lado.
-Cuéntame-le respondió negando con su cabeza.
-Tenía muy poco de vivir con Gaara, un día me llevó a una fiesta bastante elegante- el menor sonrió con añoranza, recordando lo guapo que había visto a Gaara esa vez-había un cuarteto de cuerdas, e interpretaban a Vivaldi, nunca había visto a Gaara tan feliz, le pregunte que lo tenía tan contento-Shikamaru vio el dolor de los ojos del pelinegro cada vez que mencionaba el nombre del pelirrojo-“Amo The four season, nada me gustaría más que ver lo que él imaginada cuando compusó tan hermosas melodías” Si yo llegaba a pintar aquello que Vivaldi sintió Gaara hubiera sido igual de feliz a esa vez.
Las lágrimas se desbordaron al terminar de hablar, no pudo pronunciar otra palabra, Shikamaru no tardó en abrazarlo, tratando de consolarlo, de detener las lágrimas que corrían por sus mejillas.
···
-¡Tú!…¡¡Chico estúpido!! ¿En que demonios estás pensando?-Sai se sobresalto ante la reacción tan violenta de Itachi al encontrarlo.
-¿A qué te refieres?
Sai estaba acostado debajo de un árbol en uno de los hermosos jardines de Konoha, se sentó asustado, mirando sin entender al mayor.
-Dejaras las artes, acaso eres alguna especie de idiota.
-¡No tienes derecho a hablarme así!-en un arrebato de energía Sai se puso de pie, señalando a Itachi con su dedo índice- ¡Tú no sabes lo que estoy pasando! ¡No sabes lo que me duele…!
Sai guardó silencio abruptamente, Itachi estaba sorprendido, pero a la vez muy dolido.
-¿Estás seguro que yo no sé por qué estás pasando?-El mayor se dio la vuelta, marchándose.
Sai se quedó aterrado, algo se había roto y acababa de formar una enorme brecha entre los dos.
-No tenía derecho a decirme que hacer, fue culpa suya-se dijo no muy convencido, terminando en un murmullo- fue culpa de Itachi.
-¿Sai-kun?- Naruto estaba parado frente a él, no lo había visto llegar a su lado, en sus manos cargaba un folder color crema.
-Naruto-kun, ¿Haz visto?
El menor estaba serio, sus azules ojos lo miraban acusadoramente, sus labios un poco apretados no osaron abrirse en lo que le ofrecía la carpeta, mientras Sai la tomaba preocupado.
-¿Qué es?- la abrió, encontrando el papel que Kakashi le había prometido, por lo que la respuesta del rubio nunca llegó- ¿Por qué estás enojado conmigo?
-Sai-kun, la reacción de Uchiha-san era de preocupación, y tú lo sabes mejor que nadie. La manera en que lo lastimaste, Uchiha-san tenía razón, tú no sabes si él te comprende o no.
-¿A qué te refieres?
-Debo de irme, nos vemos después.
···
-Sai-kun, ¿Qué haces aquí tan temprano?
-¿Te molesta que venga a molestarte a tu habitación?
Shikamaru había acondicionado su habitación también como oficina, todos sus trabajos los hacía por medio de la computadora, razón por la que no le afectaba quedarse con Sai, el castaño vestía sólo con su pantalón pijama debido a que acababa de levantarse apenas una hora antes, traía el cabello atado en un media cola desordenada por acabarse de levantar, los ojos oscuros del pelinegro se dirigieron de manera automática a la bronceada piel del torso bien formado del mayor, mientras un ligero rubor coloreaba sus blancas mejillas.
-Sabes que no me molesta tu presencia, por el contrario, me agrada tenerte cerca, ¿Te sucede algo? Te veo algo desanimado.
Sai caminó un poco inseguro hacía a Shikamaru, al estar frente a él no supo qué hacer, por lo que incomodo se quedó a su lado.
-Sólo estoy cansado-se atrevió a responder por fin.
-En tal caso, quédate a descansar conmigo- por un instante la sonrisa de Shikamaru le pareció algo seductora.
El Nara tomó a Sai por la cintura, haciéndolo caer con él a la cama, el pelinegro se sonrojó hasta la raíz de su cabello, ganando una suave carcajada por parte del mayor.
-Sai-kun, eres tan lindo-mencionó abrazándolo con un poco más de fuerza.
-Shikamaru-san, ¿acaso estás ebrio?
-Sai-kun, ¿le dices eso a todas las personas que tratan de coquetearte?
-¿Coquetearme?- la expresión de Sai era incomprensible.
-¿Acaso te desagrado?
-¡No!-se apuró a aclarar Sai, estaba en la cama abrazado al castaño-es sólo que no sabía que albergabas esos sentimientos hacía mí.
-Desde hace bastante, cuando eras más pequeño y acostumbrabas pasar mucho tiempo conmigo, pero antes eras muy pequeño para declararte algo como eso. ¿Te molesta que te lo haya dicho?
-No, pero no sé qué decirte.
-No me digas nada-Shikamaru se acomodó en la cama, dejando su mano sobre la delgada cadera del pelinegro, quien algo sonrojado apoyó sus manos en el torso del moreno- sólo prométeme que lo pensaras ¿de acuerdo?
-Te lo prometo.-el pelinegro cerró sus ojos, permitiendo que el sueño lo embargara.
···
-Si claro, muchas gracias, te lo encargo-el joven colgó su teléfono.
-¿Aprovechando su descanso?
-¡Kakashi-sensei!, no sabía que estaba aquí-el menor sonrió un poco incomodo ante la presencia de su profesor.
-Es lo que parece-el mayor sonrió de manera amable-¿Cómo le fue en sus evaluaciones?
Ninguno de los dos podía olvidar el beso pero como por acuerdo mutuo ambos fingían haberlo ignorado.
-Bien gracias-Naruto cambió su bonita sonrisa a una más relajada.
-¿Seguro?-pregunto el profesor enarcando una ceja.
-¡Kakashi-sensei!¡Quizá no lo aparente, pero soy un alumno de A! (Nota de blackrain: en mi país la calificación máxima es un 10, mi amiga Jessy me conto que calificación de 10 le suena a reprobado por que en su país la máxima es 20, para evitar problemas me quedare con las calificaciones de letras, me parece que la máxima es A+ y la mínima es F. Si anteriormente es puesto calificaciones numéricas en el fic, les pido que me disculpen y lo ignoren) -el menor infló las mejillas en un gracioso puchero.
Kakashi sonrió ante el gesto, pero el menor pudo notar como tristeza ensombrecía sus facciones.
-Kakashi-sensei, ¿usted conoce a mi padre?
-¿Tu padre?-Kakashi se sorprendió ante la pregunta-La verdad es que no conozco a nadie con apellido Namikaze fuera de ti.
-Mi padre se apellida Namikaze, Uzumaki es el apellido de mi madre.
“Lo sabía, desde el principio supe que era hijo de Minato Namikaze”
-Kakashi-sensei, ¿está usted bien?
La palidez del mayor fue bastante notable, incluso el menor se asustó creyendo que se desmayaría.
-Si, sólo necesito sentarme, creo que me afectó el no haber desayunado.
-Quiere que le traiga un jugo-Naruto no lo dejo responder siquiera-no tardo.
El rubio se apuró a correr, no estaba seguro de que pensar, era consciente que el mayor no había respondido su pregunta, pero no entendía por qué la mención de su padre le había ocasionado esa reacción.
“¿Acaso mi padre le hizo algo horrible a Kakashi-sensei?”
···
La melodía del violín rompió el silencio, Sai despertó al escuchar, aún seguía en brazos de Shikamaru, quien continuaba durmiendo, cerró sus ojos, disfrutando la canción, deseando salir a escuchar al balcón. De inmediato recordó la reacción que tuvo ante sus palabras, también Naruto había tenido esa reacción molesta, ¿acaso había perdido a dos amigos con un solo discurso?
-¿Estás bien?-El castaño lo miraba preocupado.
-¿Por qué?
-Parece como si fueras a llorar.
-Hoy lastime a Itachi-san y dije algo que hizo enojar a Naruto-kun… empiezo a perder lo que me importa sin poder hacer algo para evitarlo.
Shikamaru besó la frente de Sai, quien cerró sus ojos sorprendido.
-Olvídalo no importa que tanto pierdas, yo seguiré a tu lado, a mi me tendrás cuando me necesites.
Sai sonrió, llevando sus manos a la barbilla de Shikamaru acercó su rostro con timidez, probando tiernamente lo labios del mayor, quien no tardó en tomarlo de la cintura para atraerlo más hacía él, el beso necesitaba más por parte de ambos, Shikamaru abrió la boca, buscando probar más de la deliciosa boca, quien indecisamente abrió los labios, permitiendo al mayor probar más con su lengua, tomándolo firmemente de la cintura se dio la media vuelta, dejando al chico de piel blanca sobre él, empezando a acariciar su cuerpo, deteniéndose abruptamente al sentir agua caer en su rostro y alejándose de él.
-¿Estás bien, Sai?- preguntó preocupado al notar las lágrimas en sus ojos- lo siento mucho, me excedí.
-No es eso-el menor negó con su cabeza, sonriendo ante el gesto preocupado-estoy feliz, sólo son lágrimas de alegría.
La sonrisa alegre de Shikamaru y su cálido abrazo, no logró hacerle olvidar la enorme necesidad que sentía de salir al balcón y ver al violinista para acabar con el vacio que lo carcomía por dentro.