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The four season (Las cuatro estaciones) por blackrain

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Notas del capitulo:

Hi!!

Para este capitulo he hecho algo que tenía rato que no hacía, un capitulo muy largo, espero que sea de su agrado y me comenten si algo no les gusto, no acostumbro hacer capitulos largos porque siento que les aburro...

Cancion: http://www.4shared.com/audio/b7cf3-VN/07_Vivaldi_-_Autumn_-_Allegro.html

Naruto es de Kishimoto...

 Oh!!

Una sorpresa en el capitulo, espero y no les moleste ^^

Las doradas hojas de los árboles se mecieron con suavidad por el viento, cayendo algunas con lentitud, una hoja cayó lentamente hasta posarse en el blanco rostro de un hombre pelirrojo, quien durmiendo a los pies del árbol abrió sus verdes  ojos con lentitud. Parado frente a él se encontraba un chico pelinegro de unos 14 años, el joven sonreía alegre ante la expresión amodorrada del peliorrojo.

-Sai-chan, ¿tienes mucho aquí?

-Quería verte dormir, disfruto viéndote así-el pelinegro no se mostró tímido ante esas palabras, el pelirrojo sólo lo tomó como un juego.

-Imagino que quieres salir a pasear, lo siento, ahora me preparo-Sai se sentó sobre el abdomen del pelirrojo para evitarle que se moviera.

-No importa-el menor colocó sus manos sobre los hombros del ojiverde-Sólo me importa pasar tiempo contigo, quiero que mejor sea solos.

-Como quieras, pequeño- el mayor revolvió su cabello en un gesto protector, ante lo cual el joven de ojos negros arrugó el entrecejo.

-Gaara, quiero dormir contigo-por un instante el pelirrojo se vio sorprendido, pero después sonrió.

-¿No eres ya grande para temerle a las pesadillas?

-Tú sabes  a que me refiero-el rostro de Sai se coloreo un poco al levantar la voz.

-No bromees con eso, no es divertido- el mayor se puso serio, apartando con suavidad a Sai de él.

-¡PERO HABLO EN SERIO!

“¿Por qué tú no me puedes ver como yo te veo, Gaara?”

-No sabes lo que dices.

-¡¡Te he visto dormir con hombres, sé que no te molesta hacerlo!!

Ante las palabras de Sai el pelirrojo se puso totalmente rojo, llevó su mano a su rostro tratando de ocultar su pena. Se volvió a sentar al pie del árbol, aturdido.

-¿Por qué con ellos si lo haces? Ellos no te conocen, ellos no saben nada de ti, ellos no te aman como yo…-los hombres con los que Gaara dormía eran conquistas de una noche- ¿Por qué no yo? Si tan terrible te parezco ¿Por qué no finges que soy alguno de ellos?

-No puedo.

-¿Tan repulsivo soy para ti?-los ojos del pelinegro se vieron cristalinos-ellos se parecen a mí…

Gaara guardó silencio. Sai, sentado  a su lado se esforzaba por no llorar, pero aun así las cristalinas lágrimas escapaban de sus ojos en silencio

-Sai, no puedo fingir que tú eres ellos, siendo que lo único que me ata a ellos es que finjo que eres tú el que está conmigo cuando estoy a su lado- el pelirrojo se veía devastado, sorprendido el menor no podía apartar sus ojos de él.

-Si eso es verdad… ¿Por qué no te hace feliz el saber que yo te quiero?

-Porque no puede ser- asustando al menor lo tomó de sus hombros- ¡No entiendes! Yo no puedo tocarte, me está prohibido corresponderte.

-No…-fue lo único que pudo articular al sentir sus lágrimas volver a correr por sus mejillas.

-Sai, eres un niño, soy bastante mayor para ti, incluso supero el doble de tu edad.

-¡Eso no importa!-agregó con desesperación- ni siquiera aparentas 25.

-Pero tu sabes que tengo 30, además sería un crimen.

-¡¿AUNQUE YO TE AME?!

-Aún no sabes lo que quieres, eres un niño…

Sai dio, con toda la fuerza que fue capaz de reunir, una bofetada a la mejilla del pelirrojo.

-¿Có…cómo puedes decirlo…? ¿Cómo te atreves…?-no pudo decir más debido a los sollozos que evitaron que pudiera hablar.

Gaara sólo había cerrado los ojos ante el golpe, esperando que Sai dijera o hiciera algo más. Cuando escuchó sus sollozos volvió a abrirlos. El menor cubría ahora su rostro con sus manos, mientras su cuerpo temblaba.

-La verdad es que tengo mucho miedo-empezó a hablar sin estar seguro si el pelinegro escuchaba sus palabras-no quiero perderte, Sai. Te amo, aunque sé que este sentimiento que tengo hacia ti es enfermizo y dañino no puedo evitarlo…Y ahora que tú me dices que sientes lo mismo por mí me hace tan feliz, pero aumenta mi desdicha el saber que tú  sufres igual que yo. Quisiera corresponderte, pero no podría soportar perderte.

-No entiendo…-las lágrimas se habían detenido y el menor se había tranquilizado. Dejando al descubierto su rostro clavo sus negros ojos en Gaara

-Sai, políticamente yo soy tu padre. ¿Sabes lo que harían si se enteran?

El menor sólo asintió, lo entendía a la perfección, si se llegaban a enterar los separarían. Posiblemente Gaara iría a la cárcel, y él terminaría de nuevo en el orfanato. Lo dudo sólo por un segundo, pasó sus manos con timidez por el cuello de Gaara, rodeándole en un dulce abrazó.

-No le digamos a nadie…-acercó su rostro al menor- curemos mutuamente nuestra desdicha… Gaara, por favor, protejamos mutuamente nuestros corazones.

Fue Gaara quien acabó con la distancia que los separaba, probando esa boca que era su perdición, a quien nunca podría negarle nada… El chico, al que desde la primera vez que vio considero bastante maduro para su edad, había dicho las palabras que era su obligación mencionar. Sus labios le supieron a gloria, los dulces besos del menor le hicieron sonreír con dulzura, paso sus manos por la cintura, atrayéndolo más a él, obteniendo un ronroneo por parte del menor.

-Si…-fueron las palabras del mayor cuando se alejó de Sai, el menor tomó una mano del mayor, con su rostro completamente rojo la coloco bajo su propia camisa, sintiendo el cálido contacto de su piel.

-Lleguemos al final…

···

-Sai-el pelinegro abrió sus ojos amodorrado, frente a él se encontraba el castaño, agachado para verle mejor.

-Hola, Shikamaru-san-agregó con una sonrisa.

Sai se encontraba acostado en el pasto, su cabeza estaba apoyada al tronco de un árbol, los ojos oscuros de Sai se dirigieron a la copa del árbol, las hojas empezaban a volverse doradas con la entrada de otoño. Vestía con un pantalón de mezclilla y un sweater negro, calzaba con unas botas altas.

-Te enfermaras ¿Qué haces aquí?

-Miraba el árbol-el menor no despegó sus ojos de las hojas- el otoño siempre me ha gustado bastante, pero este año…tiene un sabor amargo…

Shikamaru se hincó frente a Sai, tomando su mano dio un suave beso en ella.

-Yo lo endulzare por ti…-los ojos oscuros de Sai por fin se encontraron con los del abogado, agradeciéndole con una triste sonrisa.

No habían vuelto a estar juntos desde la vez que fue a su habitación a disculparse, lo único que hacían era darse castos besos o tiernas caricias. Sai sentía curiosidad, cuando estaban solos era el mayor el que siempre iniciaba, pero siempre era él mismo el que se alejaba.

“Supongo que al igual que yo, le es imposible olvidar a Gaara”

-¿Entramos a la casa?, hace frió, no quiero que te enfermes-Preguntó ofreciendo su mano para ayudar a levantarse.

-Si-Sai tomó la mano ofrecida, poniéndose de pie.

-Sai, ¿Quieres hacer algo por…?

-No-lo interrumpió con tristeza- Shikamaru-san, este año no tengo ganas de festejar.

-Está bien, lo entiendo…-Dando un beso en su frente entraron a la casa.

···

-¡Oto-san! ¡¿Qué hace usted aquí?!-Naruto no pudo evitar gritar asustado cuando encontró a su padre afuera de la oficina de Kakashi.

-Vine a hablar con tu profesor, ¿Acaso no puedo?-el tono que el padre del menor utilizó hizo que Naruto agachara la cabeza apenado.

-Mis disculpas padre, no quise dar a entender eso, es sólo que me sorprendió verlo aquí.

-Es su turno, Sr Namikaze-habló la secretaria llegando a su lado.

-Muchas gracias.

-No quiere que entre con usted, padre-Agregó con energía  Naruto, recordando la reacción de Kakashi cuando mencionó a su padre.

-No, espera aquí.

Sin poder hacer otra cosa el menor obedeció, sentándose en un sofá, inquieto.

···

-Shikamaru-san, ¿te sientes incomodo a mi lado?-Sai estaba sentado a la mesa de la cocina, ésta estaba ocupada por los papeles que Shikamaru revisaba, quien se encontraba parado tomando agua junto al refrigerador.

-A que viene eso…

-Cuando me tocas, ¿te sientes culpable por Gaara?-Sai no se atrevió a verlo al rostro.

-No, sólo no quiero presionarte.

-¿Presionarme?-Sai volteó a verlo entre sorprendido y divertido- ¿Crees acaso que soy un virgen miedoso?

-Bueno, al menos se que no eres virgen-agregó sonriendo.

-¿Y te molesta?

Sai se puso de pie, dibujando una sonrisa seductora que raramente mostraba.

-¿Quieres que te lo demuestre?

Shikamaru se arrimó con rapidez, tomando a Sai de la cintura lo hizo caer sobre la mesa, acostándolo sobre ésta. El rostro de Sai se tornó rojo, quería demostrarle a Shikamaru que podía seguirle el paso, por lo que se apuró a rodear su cuello, atrayéndole a él comenzó a morder sus labios. El castaño se trepó a la mesa, colocando una de sus rodillas entre las piernas de Sai, empezando a pasar sus manos por debajo de la ropa del menor, acariciando la piel, levantando su ropa, dejando su piel  al descubierto.

Sai pasaba sus manos por el cabello de Shikamaru, al ser molestado por la liga que sujetaba su coleta, la retiró, sintiendo las suaves hebras acariciar su rostro. El abogado llevó una de sus manos a su cabello, alejándose de Sai, pasando su mano por su cabello para tratar de sujetarlo.

-No debiste de haberlo soltado. Entrégame la liga.

Sai sólo se le quedó viendo, sus oscuros ojos lo analizaban intensamente.

-Olvídalo-en sus labios se formó una provocadora sonrisa- si quieres que tenga sexo contigo tendrás que pagármelo así.

Las mejillas de Shikamaru se colorearon casi imperceptiblemente, a veces  Sai podía ser demasiado sincero. Decidió no perder ante a quien consideraba un niño. Tomando con ambas manos, tanto el sweater como la playera, se las sacó con fuerza, dejando a Sai sólo vestido con tus pantalones y con su cabello alborotado.

-Después no digas que tú no empezaste-sonrió retador.

Cuando el mayor se agachó para besarle Sai colocó sus manos en su rostro, evitando que se acercara. Ante la mirada confundida del mayor dibujó una sonrisa.

-Tienes que quitarte tu camisa.

Shikamaru se puso de rodillas de nuevo, el menor seguía acostado en la mesa, mientras que su ropa se encontraba tirada en el suelo junto a las sandalias de ambos. La actitud de seguridad en el rostro de Sai le ocasionó una sonrisa, podía verlo en sus ojos, el joven pelinegro se estaba empezando a asustar. El mayor solo desabrochó el primer botón de su camisa de vestir de manga larga, sacándosela por arriba la tiró al suelo junto con la de Sai.

-¿Feliz?-Sai sólo asintió, pero Shikamaru notó que su confiada sonrisa había pasado a ser una sonrisa nerviosa.

El castaño pasó una mano por su cabello, pasado sus mechones por detrás de su oído para evitar que cayeran en su rostro. Llevó su mano colocándola abierta sobre el abdomen de Sai, cubriéndolo casi completamente. Su otra mano la acercó al rostro de Sai, tocando con su índice el labio inferior del pelinegro, haciéndolo abrir un poco su boca. Dibujo una sonrisa en sus labios, empezando a bajar su índice por la barbilla, acariciando con suavidad el blanco cuello.

Sai se sonrojó al sentir la mano que se encontraba en su abdomen posesionarse en su cintura. La otra mano que continuaba bajando se encontraba en su pecho, masajeando sus tetillas, lo que ocasionó que soltara un gemidito. Volteó a ver al Shikamaru al rostro conforme su mano continúo bajando. Su participación estaba empezando a ser demasiado pasiva, volteó a ver a Shikamaru al rostro para reclamarle pero al ver su expresión le fue imposible decir algo.

El mayor miraba intensamente su cuerpo conforme iba acariciándole. Sai conocía la expresión de ese rostro, la había visto varias veces dirigida hacía sus cuadros, admiración total, el deleite de amar lo que se ve. Pero esa mirada nunca había estado dirigida de esa manera a su persona y por un momento eso le causo mucho miedo.

-Shikamaru.

-¿Mmm?-el mayor continuaba concentrado en lo que hacía.

-¿No vas a besarme?

En los labios del mayor se dibujó una sonrisa, acercándose al menor comenzó a besar sus labios con pasión, mientras sus dos manos comenzaban a desabrochar el pantalón del menor.

-¿Estás asustado?-preguntó alejándose de sus labios para pasar a su cuello.

-No es la primera vez que lo hago-sus mejillas se tornaron completamente rojas al sentir los dientes de Shikamaru en su cuello, mordiendo con fuerza la blanca piel, lo que ocasiono que un quejido escapara de su boca.

-¿Incluso en una mesa?- la lengua del mayor comenzó a probar su piel, mientras sus manos por fin pudieron desabrochar el pantalón, tomándole con una mano de su cintura lo levantó un poco para sacar su pantalón, tirándolo al suelo cuando se lo quitó.

-Si- Sai tomó a Shikamaru del cabello, jalándolo para que sus labios prestaran atención a los suyos.

Al sentir como tiraba de su cabello con fuerza se dejó guiar, encontrando la boca ansiosa de Sai que no tardó en empezar a besar. El joven del cabello largo metió su mano en el bóxer del menor, sintiendo como se estremecía cuando empezó a acariciar su blanco trasero, estaba por empezar a introducir un dedo en su interior cuando tocaron el timbre de la casa. Sai lo arrempujó con fuerza y al tomarlo desprevenido el mayor cayó con fuerza al suelo.

-¡La puerta no está bien cerrada!-exclamó a modo de disculpa.

Adolorido Shikamaru se levantó, tomando su camisa al  ponerse de pie, Sai se bajo de la mesa, estando por correr a la puerta el abogado lo tomó de un brazo.

-Si abres la puerta así te tomaran por loco, no  es normal andar semidesnudo en otoño.

Sai estaba por reclamar que tardaría en vestirse cuando Shikamaru le entregó su camisa. Sai la tomó, poniéndosela notó que le venía como vestido, el moreno era más alto que él, le pareció que mediría lo mismo que su vecino, las mangas le venían grandes, pero no tenía tiempo de preocuparse por acomodarla, ahora tocaban la puerta con la mano, por lo que se apuró a ir a abrir.

-Lo siento mucho-dijo al abrir la puerta-¡I-itachi-san!

El pelinegro arrugo su entrecejo al ver a Sai, no negaba que le gustaba lo que veía, el pelinegro traía como únicas prendas la camisa blanca y el bóxer negro que se lograba transparentar, lo que ocasionó que estuviera a punto de lanzarse sobre él a quitarle ambas prendas conforme lo devoraba. Pero su furia fue más poderosa, ya que entendía lo que significaba que estuviera vestido así, o que sus mejillas estuvieran sonrojadas mientras su respiración seguía agitada y su azabache cabello alborotado.

-Vine a traerte esto-Sai notó que estaba furioso, pero que podría decirle, ¿qué no hacía nada con Shikamaru?, para que mentirle si sabía que eso no era verdad.

Algo confundido Sai tomó una caja que le era ofrecida, no entendía que podía darle en esa caja.

-Llegó a mi casa por error, me extrañó que no me pidieran firmar, parece que no lo trajo el correo.

-Gracias Itachi-san-Sai se sintió un poco incomodo al sentí que Itachi no apartaba la vista de su persona, por lo que al saber que no tendría derecho de comentar nada se dedicó a analizarlo.

Itachi Uchiha vestía con un pantalón negro, le venía ligeramente ajustado, traía una chaqueta de aviador de apariencia bastante vieja, pero que le hacía más llamativa, la traía abrochada por qué no pudo saber que usaba debajo de está. Ocultas por su pantalón Sai logro ver que Itachi usaba unas botas militares, las reconocía porque él tenía unas iguales, regalo de Gaara de su pasado cumpleaños.

-Gustar pasar, Itachi-san-le traicionó su inconsciente haciéndole abrir su boca.

-No, gra…

Itachi fue interrumpido por Shikamaru que llegó con ellos.

-¿Por qué tardas tanto, Sai?

Para Itachi no pasó desapercibido que el mayor sólo vestía con un pantalón y su cabello suelto estaba revuelto. La camisa que no usaba sin duda se trataba de la que Sai traía puesta.

-Voy-Itachi clavó sus ojos en la marcada mordida que Sai tenía en su cuello, molesto volteó a ver al castaño, quien al notar la molesta mirada del violinista sonrió burlón al entender el significado de ésta.

-Sabes, no me molestaría pasar un rato-cuando Sai volteó a verlo el rostro  del joven violinista dibujaba una sonrisa.

-Ah, claro, pasa no hay problema- Sai volteó a ver a Shikamaru a modo de disculpa.

-Me iré a bañar, te espero arriba.

Para Itachi no pasó desapercibido el tono en que lo dijo.

“¿Acaso crees que te dejaré terminar con lo que te quedaste?”

Cuando el castaño subió las escaleras Sai condujo a Itachi a la sala, el mayor no podía apartar la mirada de la delgada figura que se lograba transparentar bajo esa camisa que le venía grande.

-¿Gustas tomar algo?

-No, gracias-Itachi se sentó en el mismo sofá donde el menor se había sentado.

El paquete estaba en la mesa y le miró con curiosidad, el menor no lograba saber quien se lo había enviado, pero le parecía grosero abrirlo estando Itachi ahí.

-¿No volverás?-la pregunta le hizo voltear con Itachi.

-¿A qué te refieres?

-No volverás a la Konoha- esta vez no fue una pregunta.

-He estado hablando con Shikamaru, quiere que vuelva con él.

Fue en ese momento cuando el violinista notó la amenaza en la que se había convertido el castaño. No sólo el menor se saldría de la escuela, sino que también se marcharía y tal vez nunca lo vería. Naruto tenía razón, él había permitido que se lo robaran con tal facilidad. Tomó a Sai de la barbilla, inclinándose dio un suave beso a sus labios.

Sai no se atrevió a hacer nada por evitarlo, no debía continuar, lo sabía, pero no podía evitarlo. Cerró los ojos, quería probar más, rodear su cuello y atraerlo más a él, abrir su boca para permitirle profundizar ese beso, pero no se atrevía, sabía que no era correcto que lo hiciera. Abriendo sus ojos arrempujó con suavidad a Itachi, alejándolo de él.

-Itachi-san, por favor, retírate de mi casa- trató de sonar ofendido, pero lo único que logró fue verse triste.

-No te vayas con él… vuelve a lo que eres bueno y quédate conmigo-el mayor se marchó.

Sai se quedó clavado en su lugar “¿Eso fue acaso alguna especie de confesión?”

-Son imaginaciones mías-se dijo con una sonrisa nerviosa.

···

-Un momento-comentó Kakashi al escuchar cerrarse la puerta, se encontraba dando la espalda debido a que guardaba unos papeles en un archivero-En que puedo ayudar…

-Cuanto tiempo, Kakashi-kun-en los labios de Minato se dibujo una triste sonrisa.

-¿Qué hace usted aquí?-la mirada de Kakashi era acusadora, el profesor miraba con odio al rubio frente a él.

-Vine hablar contigo.

-No tenemos nada que hablar usted y yo.

-Pues si no quieres hablar tendrás que escucharme-lo ojos de Minato Namikaze eran de suplica, lo que hizo a Kakashi odiarse, odiaba su debilidad por no atreverse a correrlo en ese instante-Kakashi-kun, te he estado tratando de ver desde hace años.

-Desde que embarazaste a la madre de Naruto-kun- Kakashi le dedicó una mirada de odio al mayor, pero para Minato no pasó desapercibido que al mencionar el nombre de su hijo no lo había dicho con desprecio, sino con un ligero tono de dulzura.

-Nunca me quisiste escuchar, ella me engaño, yo no lo amaba.

-Como tal vez de igual manera nunca me amaste a mí, Minato-por primera vez el maestro de artes se atrevió a mencionar su nombre, y al hacerlo estaba cargado de odio- Tú sabías que te amaba, si ya no me querías sólo tenías que decirlo y te hubiera dejado ir. Te amaba de tal manera que lo primero que existía para mí era tu felicidad.

-¿Por qué no entiendes que yo no te engañe? Te amaba… aún te amo, nunca me case con Kushina, nunca le di mi nombre a un hijo que desearía nunca haber tenido… Yo te quería a ti.

-¿Cómo te atreves a decir eso?-Kakashi sintió como el odio hacía Minato se volvía más intenso- Minato Namikaze, deberías apreciar lo único bueno que salió de ti… Nuestra plática ha terminado, lárgate de mi oficina.

En ningún momento ninguno de los dos había levantado la voz, Minato se puso de pie.

-Sabes que no me voy a rendir tan fácil.

Minato salió de la oficina, mientras que Kakashi se dejaba caer en la silla de su escritorio, apoyando sus manos en éste, ocultó su rostro entre ellas.

-¿Kakashi-sensei?-escuchó la tímida voz de Naruto a su lado.

Respirando profundo el mayor se enderezó a mirarle. Naruto lo miraba preocupado, pero al mismo tiempo el menor se veía triste y desanimado, forzó una sonrisa al notar que estaba bien.

-No te preocupes, no le he dicho nada malo de ti a tu padre-sonrió el mayor para tratar de tranquilizarlo- has sido un excelente ayudante.

Naruto negó con su cabeza, aún  con la sonrisa triste en sus labios, se había apoyado al escritorio y sólo estaba a un paso de distancia de él.

-Se que hablaron.

-¿Tu padre te contó?-preguntó incrédulo, le costaba creer que le contara algo así a Naruto.

-No, mi padre casi no me dirige la palabra. Mi madre y él nunca se casarón, ella me contó que cuando eran más jóvenes le engaño para que durmiera con ella, pensando que si tendría un hijo mi padre la querría y se casaría con ella- el chico de ojos azules no se atrevía a mirarle al rostro- la verdad es que no funcionó, mi padre nos odio por eso, nunca nos lo va a perdonar, pero me mantiene por obligación.

-¿Por qué me cuentas eso?

-Mi mamá me dijo que mi papá amaba a alguien, pero nunca me contó quien era, Kakashi-sensei, ella no es mala persona, sólo estaba muy enamorada de mi papá, por favor, no la odie por lo que hizo. Estoy seguro que es usted esa persona, y se lo digo porque sé que merece ser feliz con mi padre.

Kakashi notó que de los ojos de Naruto estaban por salir lágrimas, lo tomó con suavidad de la cintura y lo atrajo hacía él, besando con sus labios con dulzura, probando los dulces labios del menor que sólo se dejaba hacer.

“Te amaba de tal manera que lo primero que existía para mí era tu felicidad”

Kakashi era consiente con quien estaba su corazón ahora. Naruto se alejó de él, rodeando con sus manos el cuello de su profesor ocultó su rostro en él, poniéndose a llorar de alivio.

-Tenía tanto… miedo-logró decir el pequeño rubio entre sollozos, sonriendo con dulzura Kakashi  correspondió su abrazo tratando de calmarlo.

···

Sai escuchó la música del violín, por lo que salió a ver al balcón, la luz del ocaso teñía todo en dorado. Itachi estaba  en su estudio, tocando el violín con la misma concentración de siempre, al verlo, interrumpió su interpretación, dejando el violín de lado se dirigió  hacia él.

 -Lo lamento, no deseaba molestarte

Ante su comentario pelinegro sólo sonrió, Sai dio un paso hacia atrás al ver que Itachi saltaba a su balcón.

-Itachi-san, ¿acaso sigues molesto conmigo?

Al querer alejarse más de él Itachi lo tomó con fuerza de un brazo, jalándolo con su otra mano de su camisa hizo saltar sus botones. Por lo que algo asustado Sai hizo el intento de alejarse, pero el mayor lo tomó de la cintura atrayéndolo hacía él comenzó a besar con un poco de rudeza su torso.

-Itachi-san, pa…ra-Sai sintió arder su rostro al notar que Itachi mordía una de sus tetillas, al escuchar pasos tras de sí volteó sin poderse alejar del pelinegro que lo sostenía con fuerza-¡Shikamaru-san!, ¡¡No es lo que crees!!

Shikamaru estaba serio, pero no se veía molesto, para sorpresa de Sai el abogado se acercó a él, tomándolo por la barbilla lo hizo mantener su cabeza ladeada para empezar a besar sus labios con pasión. Mientras esto sucedía, Itachi se dedicaba a desabrochar su pantalón, al bajarlo empezó a recorrer las blancas piernas de Sai con sus manos, posando de un momento a otro algún beso en la piel de su abdomen. Shikamaru soltó su barbilla, sacándole a Sai su camisa empezó a lamer su columna en descenso.

- Es verdad-Shikamaru se alejó de Sai, enderezándose para que el menor pudiera verle, dijiste que no tendrías sexo conmigo a menos que soltara mi cabello-en sus labios se dibujó una sonrisa seductora mientras soltaba su cabello- tú también deberías de hacerlo, Uchiha-san, o no podrás divertirte con nosotros.

Itachi dibujó una sonrisa en sus labios que hizo que Sai se estremeciera.

-¿Lo harías por mí, amor?- le preguntó a Sai mirándolo al rostro.

Sin poder resistirse Sai retiró la liga que sujetaba el negro cabello de Itachi.

Shikamaru se vio molesto, por lo que se apuró a meter su mano bajo el bóxer de Sai, presionando con fuerza su miembro, con lo que ocasionó que un fuerte gemido escapara de la boca del menor.

-Eres un tramposo, Nara-san, yo había pedido eso.

-¡Ya déjenme!-Sai se molestó al notar que planeaban cosas como esa a sus espaldas, forcejeó para soltarse de ambos, pero Shikamaru lo tenía bien sujeto, con un brazo por su cintura, mientras con su otra mano masturbaba su miembro, lo que causó que con sus movimiento los gemidos de Sai se volvieran más audibles.

-Sujétalo bien.

Itachi se puso de pie, mientras  el abogado continuaba haciendo sentir placer al menor, que ya había dejado de moverse y ahora sólo gemía con fuerza, sintiendo como sus pies se aflojaban por momentos debido al placer, pero como Shikamaru le tenía bien sujeto por la cintura no temía caer. El pelinegro de cabello largo se deshizo de la camisa de manga larga que usaba y desabrochó su pantalón, bajando el cierre, dejando a la vista su bóxer negro. Sai logró notar, asustado, un bulto en la ropa interior del pelilargo de cabello largo.

-Estoy tan ansioso-le dijo con una sonrisa burlona, tomándolo de una mano lo hizo llevarla a su miembro, tocándolo por encima de su ropa- y es tu culpa, pintorcito.

-Ya deja de jugar con él, o me lo devorare yo completo-reclamó el joven de cabello castaño.

-Voy, eres tan amargado, no te gusta tomarte nada con calma-Itachi rodeó con un brazo el cuello de Sai, acercándose para besarlo con profundidad, recorriendo con su lengua todo el interior de la boca de Sai, mientras el pelinegro correspondía el beso de igual manera, sintiendo como por momento el aire estaba por acabársele, en parte también por los gemidos que Shikamaru le ocasionaba con sus caricias.

Shikamaru aprovechó el momento para soltarlo y acomodarse en la posición que anteriormente tenía el violinista, hincado en el suelo frente a Sai, tomó al pelinegro con firmeza por la cadera para evitar que se moviera.

-Ya.

Itachi continuó besando un poco más los labios del pelinegro, hasta que Shikamaru bajo el bóxer de Sai, haciendo que el pelinegro se separara de su vecino al sentir la lengua de su abogado pasar por su miembro.

-Shi…Shikamaru-gimió su nombre volteándolo a ver.

-Te gusta, cariño-el asentir de Sai hizo que Itachi se viera enojado- quiero más atención de tu parte- le pidió pasando su lengua como si de una paleta se tratara y haciéndolo gemir de nuevo con fuerza.

-Te vez  muy sexi con tu cabello suelto… eres tan atractivo-Itachi empezó a besar el cuello del pelinegro mientras toqueteaba su trasero desnudo.

-Ya me toca

-¡¿Qué?!-preguntó Sai asustado al sentirlo tras él.

-Abre tus piernas, amor-le pidió arrempujando un poco su espalda para que se inclinara.

-No, me vas a lastimas.

-Si obedeces lo que te pide te va a gustar- comentó Shikamaru alejándose de su masculinidad.

-Sigue-le pidió al ver que dejaba de darle placer.

-Bueno, haz lo que te pide-Shikamaru arrempujó la cadera del menor, haciendo se inclinara y su trasero rosara con el miembro al descubierto de Itachi.

-Seguimos- dijo metiendo su miembro por completo a su boca, Sai sintió como Itachi entraba de una sola embestida a su interior…

Sai abrió sus ojos, enderezándose asustado, se descubrió solo en su habitación, notando que su sabana tenía una mancha se sonrojó, sintiendo su rostro completamente rojo al recordar su sueño. Se puso de pie dirigiéndose a prisas al baño.

-Ojalá Itachi-san y Shikamaru-san nunca se hagan muy buenos amigos… ¡¡Yo no debería tener sueños como ese!!-se gritó asustado.

···

Sai lanzó el lápiz al suelo, mirando asustado la imagen que estaba en su block. No se había dado cuenta en qué momento tomó el lápiz y el papel.

-Fue culpa de Itachi-la imagen perfecta de verano que tanto había estado rondando por su mente cuando escuchaba al pelinegro tocar-fue culpa de Itachi-se repitió tratando de engañarse a sí mismo.

-¿Sai, puedo pasar?-El pelinegro se apuró a cerrar su block, escondiéndolo detrás de su escritorio.

-Claro, adelante- se apuró a corre a la puerta, dibujando en sus labios una sonrisa.

Shikamaru entró a la habitación, mirando a Sai, para después ponerse a revisar la habitación del pelinegro con su mirada.

-¿Sucede algo?, te vez molesto- la vista de Shikamaru se clavó en un portarretratos que estaba en el buró junto a la cama de Sai, éste estaba boca abajo, evitando que la fotografía se viera.

-La verdad es que si-el castaño soltó un suspiro, Sai le  puso más atención, notando que vestía con traje y traía su portafolio-tengo que salir, ire a Tsuna.

-¿Cuando?

-Mi avión sale en una hora.

-Pe… - Sai parecía que diría algo pero cambió de opinión-Ten buen viaje.

A Shikamaru le extrañó la reacción por parte de Sai, pero tenía cosas que arreglar, que para no preocupar al pelinegro no le mencionó que era sobre el testamento de Gaara.

-¿Estarás bien?

-No te preocupes por mí, me las se arreglar solo, además tengo cosas que arreglar en la escuela.

-Sai-Shikamaru lo tomó con suavidad de la barbilla, lo que causo que las mejillas de Sai se volvieran rojas-¿Estás bien?

-Cla-claro-tartamudeó asustado, ¿cómo explicarle que su reacción se debía a un sueño extraño que había tenido?

-Sobre lo que hablamos… ¿Lo has pensado?

-Sí, pero Shikamaru-san, no estoy seguro si deseo volver a Tsuna, cuando me fui lo hice con la esperanza de no volver a ver a Temari-sama y Kankuro-sama…

-No volverías con ellos, ahora estarías conmigo… Buscaras una nueva escuela y podrás comenzar de nuevo…

“¿Comenzar de nuevo?”

-Cuando vuelvas tendré la respuesta- el pelinegro volteó a ver a su buró.

-Bien, debo irme-El mayor abrazó a Sai dando un dulce beso en sus labios-pórtate bien-le dijo con una sonrisa cuando se separó de él.

-Si-las mejillas estaban un poco sonrojadas- te acompaño a la puerta.

···

-¡Ten buen viaje!-Itachi llegó a la puerta de su casa cuando vio a su vecino pelinegro despedir un taxi.

El chico Uchiha vestía con unas bermudas azul marino, y una camisa sin mangas color blanca, la cual le venía ajustada, usaba unos tenis deportivos blancos, su cabello estaba atado en una coleta más alta de lo común (No  tan alta como la de Shikamaru, la clásica cola de caballo, espero me entiendan), al notar que Sai lo vio lo saludó con la mano, alcanzó a notar, para su sorpresa que Sai estaba completamente rojo al responder a su saludo, y entró casi corriendo a su casa.

-¿Qué le pasa?-se preguntó confundido sacando sus llaves de su bolsa.

···

-¡Naruto-kun!-el chico rubio se apuró a voltear hacía atrás al oír que era llamado.

-Sai-chan- en sus labios se formó una sonrisa amable, lo que animó a al pelinegro a acercarse.

-Venía a disculparme contigo-Le entregó una pequeña caja blanca que el rubio recibió con notable curiosidad.

-¿Qué  es esto?

-Pastelillos de crema batida, le pedí a Shikamaru que me enviara unos en cuanto llegara a Tsuna, son bastante buenos con té de cereza. Lamento mucho lo de la vez anterior, yo…

-No, está bien, Sai-chan, se que estabas sufriendo, además yo no debí de haberme entrometido en su plática, era algo entre ustedes.

-Entonces me perdonas.

-Claro-el rubio sonrió alegre- después de todo eres mi amigo.

-Naruto-kun, hay algo que me gustaría preguntarte.

-Dime-el rubio espiaba interesado la caja.

-Yo… he estado pensando en volver a Tsuna.

Naruto se puso serio, pero siguió mirando la caja, dando la apariencia de encontrase más interesado en ésta que en la plática.

-¿Y realmente quieres volver?-preguntó después de un breve momento de silencio.

-No lo sé, cuando viví allá fui muy feliz, tal vez necesito hacerlo.

-Sai-chan- Naruto lo miró directo a los ojos- la persona que te hacía feliz antes ya no está, ¿no has pensado que no importa a donde vayas, si no entiendes que ese es el problema no serás feliz?

-Pero- Sai sabía que su amigo tenía razón- nunca podre saberlo si no lo intento.

-Tsuna es muy lejos, ¿verdad?, no extrañaras a Uchiha-san?

-Te-te extrañaré a ti-el rostro de Sai se coloreo rojo- ¡¿Por qué me preguntas por Itachi-san?!

Naruto sólo dejó escapar una risita, se veía divertido por la reacción de Sai.

-Bueno, es tu vecino, y Uchiha-san es muy guapo, imagino que no ha de ser desagradable verlo todos los días.

-Pues, no-Sai recordó la imagen de Itachi cuando el día anterior lo había visto llegar de correr, pero de inmediato volvió a su mente ese sueño extraño que había tenido,  coloreando de un rojo intenso su rostro.

-¿Estás bien, Sai-chan?-Naruto trató de ocultar su sonrisa, pero le era imposible no reír de la reacción de Sai.

-Sí, lo estoy- Sai respiró profundo tratando de calmarse.

-Ya le contaste a Uchiha-san.

-Le dije hace días…

-¿Cómo lo tomó?-Al rubio volteó a verlo, Sai se sintió incomodo con la  atención que el menor ponía a ese tema.

-Me dijo…-Sai guardó silencio, pero en voz baja continuó- que volviera a lo que era bueno y me quedara con él.

-Linda declaración-sonrió el rubio.

-¡No fue una declaración!-gritó asustado.

-Tengo que irme Sai-chan, ya es hora de que vaya a ayudar a Kakashi-sensei, te busco cuando salga-el joven pelinegro notó que el rubio estaba inusualmente alegre cuando se fue corriendo.

···

Sai abrió los ojos al escuchar la música, había estado arreglando la casa y se quedo dormido sin querer en la habitación de Shikamaru, talló sus ojos tratando de quitarse lo adormilado. Se puso de pie y sin pensarlo dos veces se dirigió al balcón. Al salir se quedó en la puerta del balcón, la imagen de Itachi lo tenía hipnotizado, hacía un par de meses que no lo veía tocar y ahora que lo hacía sentía que todo estaba bien, notó como los delgados dedos del violinista viajaban por las cuerdas magistralmente. El arco viajaba con gran velocidad pero sin equivocarse ni una sola vez.

“¿Por qué Itachi-san se ve tan triste?”

Esa hermosa melodía la había escuchado muchas veces antes, Gaara solía tararearla cuando la escuchaba, o seguir el ritmo de la música con sus dedos cuando estaba trabajando en el escritorio. Las lágrimas que empañaron su visión no tardaron en desbordarse, corriendo por sus mejillas, llevó su mano a su rostro limpiando las gotas de agua salada. Trataba, pero no podía dejar de llorar. Itachi terminó la interpretación y volteó hacia donde él se encontraba, al verlo se vio sorprendido, dejó el violín en la mesa y se dirigió a él. Al notar que lloraba se vio asustado y de un salto brincó el balcón.

-¿Estás bien?- Sai trató de decir algo pero lo único que pudo hacer fue asentir y llorar con más fuerza cuando Itachi lo tomó de sus brazos.

Itachi sonrió con tristeza, no había visto a Sai llorar desde que escuchó la noticia de su amigo y entonces había negado sus sentimientos, bloqueando su dolor. Le dolía saber que de seguro había llorado en brazos del castaño, que le había contado lo que lo lastimaba tanto, mientras que él no se había atrevido a hacer nada por él. El pelilargo pasó su mano por la espalda del menor, atrayéndolo a él en un abrazo, Sai lo rodeó por la cintura, ocultando su rostro  en el pecho del mayor sin dejar de llorar.

-¿Te sientes mejor?-Sai asintió, por lo que Itachi lo alejó de él, inclinándose un poco limpió las lágrimas de Sai con sus manos-Me alegró que ya llores sinceramente.

-Sólo… lo hice una vez antes-las mejillas del menor se sonrojaron al sentir que las manos del pelinegro seguían acariciando sus mejillas con dulzura.

-No es bueno que evites llorar, si lo haces pronto te quebraras-el mayor pelinegro colocó una mano sobre el corazón de Sai- aquí, se hará trizas y no habrá quien pueda repararlo si tú no lo permites.

-Yo…-Sai clavó sus oscuros ojos en los de Itachi- No hay nadie que pueda reparar mi corazón. Shikamaru lo ha intentado, pero incluso él  nota que me es imposible sonreír con sinceridad-el menor colocó su mano sobre la de Itachi- No tengo remedio, mi corazón…siento como si ya se hubiera roto…

-De…-Sai colocó su dedo índice sobre los labios de Itachi.

-Me dejas contarte… ¿puedes escuchar un secreto que nunca le había contado a nadie?-Itachi tomó su mano con la que tenía libre, dando un beso a sus delgados dedos asintió. Su otra mano seguía sobre el corazón de Sai, siendo aún sujetada por la pálida mano del menor-La persona que vino aquella vez, el hombre pelirrojo que conociste era mi padrastro, me adoptó siendo muy joven, se hizo cargo de mí sin ayuda de nadie, yo era pequeño y fui muy feliz, pero pronto no me bastó, yo quería más de Gaara, sus palabras de cariño filiar no me hacían feliz, quería más  de Gaara, quería que me mirara como lo más importante para él… Un día, cuando cumplí años decidí declarármele, me arriesgaría a perder lo que tenía con él- las lágrimas volvieron a correr por las mejillas de Sai, por lo que Itachi se apuró a limpiarlas- Logre que me correspondiera, el admitió sentir lo mismo que yo sentía por él, y sin dudarlo me entregué a él por completo. Si alguien nos hubiera descubierto hubiéramos perdido todo, él sería enviado a la cárcel y a mí me habrían alejado de su lado para siempre, nos prometimos que guardaríamos el secreto hasta que yo fuera mayor y pudiéramos estar juntos.

-Cuando tuvieras 21 años…

-Dentro de poco faltarían dos años, pero entonces sucedió esto-Sai quitó su mano de la que Itachi tenía en su corazón, llevando su mano a su bolsillo sacó su cartera, esculcando un poco en ella le dio  un papel doblado y arrugado a Itachi.

El mayor desdobló la hoja, descubriendo una elegante caligrafía leyó el breve contenido de esa carta.

“Mi adorado niño:

Para cuando leas esto seguro ya habrás recibido la noticia. Perdona por causarte tanto daño. Nos han descubierto, lo contaran y perderé todo. Entiende amor, el dinero no me importa, pero si yo voy a la cárcel, ¿Quién cuidara de ti? Perdóname, esto es mi último intento por protegerte. Shikamaru se hará cargo de todo, todas mis cosas pasaran a tu poder, no te preocupes podrás dedicarte al arte que tanto amas y que a mí me hace tan feliz, Shikamaru, siendo mi abogado sabe cómo hacerse cargo de todo.

Tuyo por toda la eternidad:

Sabaku no Gaara”

-Shikamaru, tu abogado, ¿es la persona que vive contigo?

Sai asintió.

-Viejo amigo de Gaara y mío, fue la única persona en la que Gaara confió nuestro secreto.

-Él te amaba-se vio obligado a admitir del pelirrojo que tan vagamente recordaba

-Lo sé y sé que es lo más horrible que existe, pero no puedo evitar sentir odio por Gaara, por haberme protegido de tal manera, por no haber huido conmigo y olvidarse de todo, pero entonces recuerdo que nuestra relación no era las misma desde hace un par de años, raramente estábamos juntos, nuestro cariño, a pesar  de ser profundo estaba empezando a cambiar, yo hacía todo lo posible por seguir, pero Gaara cada día tenía menos tiempo de estar conmigo, pero aún así, yo esperaba con ansías el día que cumpliría 21 años para estar juntos.

Itach volvió a doblar la carta, sabía que era la carta que Sai había estado por tirar, metió la carta en su propio bolsillo. Colocó sus manos en las mejillas de Sai, limpiando las lágrimas con sus pulgares acercó su rostro al del menor, dando un beso casto a sus labios.

-Te aliviaras- le dijo alejándose de él sin intentar nada más- tiene mi palabra que sucederá, pero tienes que dejar de negar lo que eres tú, tal vez te duela, pero tienes que intentar volver a tu vida, a hacer lo que antes hacías.

Sai sabía que Itachi se refería a la pintura, pero no se sentía con fuerza de reclamar nada, el violinista había sido muy amable en escucharle sin juzgarle y no quería arruinarlo con sus palabras absurdas.

-Debo de irme, a menos que quieras que me quede contigo- por un instante a Sai le pareció que Itachi deseaba que le pidiera quedarse, pero no quiso engañarse a sí mismo.

-No es necesario, ya has hecho bastante por mi Itachi-san-Sai sonrió agradecido al mayor, quien le correspondió la sonrisa.

-Tu abogado está loco-Itachi acarició con dulzura la curva que formaba la sonrisa de Sai- una sonrisa tan hermosa como ésta no puede ser falsa.

Sai recordó que Shikamaru le había mencionado con anterioridad algo así (Fue en Summer Adagio Presto lo que le dice es que cuando habla de Itachi su rostro se ilumina y que es algo que le hace muy feliz, o algo así)

-Buenas noches, Itachi-san.

-Descansa cariño-el mayor se dio la vuelta, alejándose de Sai entró a su estudio cerrando la puerta, Sai podía jurar que cuando Itachi cerraba la puerta había una sonrisa en sus labios.

-Debe de haberse equivocado- se dijo poniéndose rojo cuando comprendió su despedida- sin duda se equivocó-pero aún así la palabra “cariño” no podía apartarse de su mente.

···

La luz de su habitación se volvió innecesaria por lo que se levantó a apagarla, limpió la pintura de sus manos en su pantalón antes de tocar el interruptor, al apagarse la lámpara los rayos de sol mantuvieron iluminaba su habitación, Sai volvió a mirar su caballete. La noche anterior había bajado sus cosas del ático, quería intentar lo que Itachi le había  dicho que hiciera y a pesar de lo mucho que le había dolido tomar el pincel y empezar a pintar, pudo terminar la imagen que había  plasmado en el block que había sacado de atrás del escritorio.

Las lágrimas no habían dejado de correr durante todo el rato que estuvo pintando, pero al final les quedó una gran calma, pintar lo había tranquilizado como nada antes lo había hecho. Dibujando una alegre sonrisa en sus labios se apuró a ir a bañarse, tenía ganas de salir y comer algo afuera, después de todo se lo merecía, era su cumpleaños.

···

-¡Uchiha-san!- el sábado por la mañana no había tanta gente en la universidad, Itachi Uchiha había acudido a practicar para un concierto cuando se encontró con Naruto Uzumaki.

El rubio vestía con una bermuda y estaba sin camisa, sobre su hombro desnudo cargaba una toalla color naranja usaba una sandalias negras mientras que en su mano cargaba una caja blanca adornada con un listón negro.

-¿Qué sucede, Uzumaki?-preguntó sin ánimo, el joven Uchiha vestía con un pantalón de mezclilla y una camisa de manga larga- ¿Acaso no tienes frío?-preguntó algo extrañado por la vestimenta.

-Un poco, iba entrando a la alberca techada cuando te vi, podrías darle esto a Sai-chan de mi parte, asegúrate que le quede bien-le dijo ofreciéndole la caja y guiñándole un ojo-pensaba ir a visitarlo, pero imagino que no ha de tener muchas ganas de celebrar este año.

-¿Su cumpleaños?

-¡¿Acaso no sabías?! Bueno, imagino que es normal, Sai-chan no suele decir cosas como esas, yo no lo hubiera sabido de no ser por qué encontré sus papeles cuan Kakashi me pidió que lo diera de baja.

-¡¿Ya lo ha hecho?!-preguntó sorprendido.

-No te asuste, lo convencí de esperar una semana más, pero no entiendo que ganaremos con esto Uchiha-san, Sai no parece querer volver.

-Ya sólo es cuestión de él, sólo pudimos ganar tiempo para él…

-No olvides darle el regalo y mis felicitaciones… Por cierto, la siguiente vez que te le declares a Sai-chan se más directo, Sai-chan no se atreve a aceptar lo evidente- Naruto se apuró a echarse a correr para entrar al agua tibia.

-Lo tomaré en cuenta- al menos el menor estaba de su parte

···

-Escapa demasiada agua-Sai miraba la su regadera, estaba goteando y por más que buscó no encontró una llave para poder arreglarlo.

-Espero que a Itachi-san no le moleste prestarme una…

-¡Voy!-el pelinegro se apuró a ir a abrir la puerta-Hola, pintorcito.

-Me sigues llamando así-murmuró Sai extrañado, pero el mayo llevó su mano a su rostro, borrando una mancha de éste

-Pero hoy tengo motivos-mostró su pulgar manchado de pintura, en los labios de Itachi estaba dibujada una alegre sonrisa- has vuelto a pintar. ¿Qué puedo hacer por ti, pintorcito?

A Sai le extraño ver a Itachi tan feliz porque había vuelto a pintar

-¿Tienes una llave para apretar las tuberías?

-¿Sabes hacerlo?- la expresión del mayor fue escéptica.

-No, pero no puede ser tan difícil, he visto hacerlo cientos de veces y no es tan complicado.

-Iré por ella-Itachi no pudo reprimir la sonrisa “yo quiero ver esto”

Sai se quedo esperando en la sala, junto al cuadro que tanta atención le había llamado la vez anterior había uno nuevo, el cuadro que él mismo había pintado.

“Realmente lo guardó”

Sai pasó sus dedos por el marco el marco dorado, Itachi se había esforzado en conservarlo de manera perfecta.

-¿Te gusta el marco?, busque uno que le viniera bien, pero al final terminó siendo opacado por la belleza del cuadro.

-El marco es muy bonito- el pelinegro sonrió con dulzura-Gracias por cuidarlo tan bien.

El mayor correspondió su sonrisa, nada le hacía más feliz que ver a Sai tan contento, le ofreció la llave y Sai la tomó.

-Gracias, ¿te la regreso luego?

-Claro, oye, ¿te molesta si te acompaño?

-¿Por qué?-Sai tomó con ambas manos la llave, mirando un poco preocupado al mayor.

-Para ser sincero, quiero ver el desastre que haces con la llave.

-¡No haré ningún desastre!

-Es lo que quiero ver.

Sai tomó a Itachi de la muñeca, jalándolo rumbo a su casa.

-Te lo voy a demostrar.

 

-Bien ¿y  ahora?- Itachi estaba apoyado en el lavabo, miraba interesado a Sai estaba parado sobre una caja para arreglar la regadera, al levantar las manos su camisa dejaba al descubierto su blanco abdomen, el violinista se veía muy feliz.

-Me las puedo arreglar-Sai logró encontrar lo que tenía que apretar, pero antes de hacerlo notó que Itachi se acercó a él.

-Te vez bastante bien desde este punto de vista

Sai se puso completamente rojo y sin darse cuenta de lo que hacía dio la vuelta hacía el lado incorrecto.

-¡Estás bromeado!

-Nunca bromearía con eso-la regadera empezó a tirar bastante agua, asustando a Sai por lo que el menor perdió el equilibrio, antes de ir a parar al suelo Itachi lo sujeto de la cintura, ayudándolo a pararse en el piso firme-¿Estás bien?

Sai sólo asintió, le era imposible apartar su mirada de Itachi, el mayor estaba empapado, las gotas de agua corrían por su rostro, deslizándose por su piel, su ropa estaba pegada a su cuerpo, los ojos negros del violinista no se apartaban de su persona, notó en ellos que quería besarle incluso antes de que se acercara a él, pero lo único que hizo fue cerrar sus ojos y permitir que los labios del pelinegro se encontraran con los suyos, mientras sus manos que continuaban en su cintura le abrazaron de manera más posesiva, abrió su boca, quería más, ya no le bastaba ese dulce contacto, ante su invitación el mayor no tardo en profundizar el beso, irrumpiendo con su lengua en su boca, jugando con la suya, Sai sintió su saliva correr de sus labios, Itachi le arrempujó, arrinconándolo contra la pared. El menor aún sentía el agua mojar su cuerpo, había dejado de ser tibia para volverse helada, no podía respirar normalmente, colocando una mano en la barbilla de Itachi lo aparto de él.

-¿Te quedaste sin aire?-en los labios de Itachi se dibujo una sonrisa, acercándose de nuevo a él empezó a lamer sus labios.

-¡Deja de burlarte de mí!

-Sólo digo la verdad, eres bastante atractivo-el mayor se alejó de él, viéndole al rostro, pero el más joven desvió la vista.

-¡¡Vez!! ¡Vuelves a hacerlo!!

-¿Yo te gusto?-preguntó poniéndose serio.

El pelinegro no sabía que contestarle. Itachi le enloquecía, pero temía aceptar algún otro sentimiento por temor a enamorarse y salir herido.  Ante el silencio de Sai Itachi se separó de él.

-Estamos desperdiciando agua sin razón-Itachi tomó la llave que había caído al suelo.

-Lo siento Itachi-Sai miró que el mayor podía arreglar la llave sin necesidad de subir a la caja- no sé qué decirte.

-Lo entiendo-el mayor sonrió mientras apretaba la regadera y ésta dejaba de gotear-vez pintorcito, no era tan difícil.

-¡YO NUNCA DIJE QUE LO FUERA!

Itachi dejó escapar una carcajada, que fue interrumpida por un ruido que venía del primer piso.

-¿Hay alguien más en tu casa?

-No, estoy solo-el menor se apuró a dirigirse a hacia el ruido pero Itachi lo tomó del brazo.

-¿Estás loco, qué tal si es un ladrón?

-¿Hay ladrones por aquí?-de repente Sai se vio preocupado.

-Pues nunca he sabido de un robo, pero siempre hay una primera vez…

-¡¿PERO POR QUÉ EN MI CASA?!

-Yo que se además… ¡HEY! ¡¿A dónde vas?!

-A decirle que se largue-Sai se dirigió a paso firme- Esta es mi casa, no tiene derecho.

Itachi no pudo reprimir una sonrisa ante la valentía que demostró. Corriendo se apuró al acompañarle.

-Itachi ¿y ahora qué pasó?

La llave que se encontraba en la cocina estaba tirando bastante agua, y no tardaron en escuchar ruidos de arriba.

-Las tuberías de tu casa no se deben de haber cambiado desde hace tiempo- ambos se dirigieron a la entrada a prisas y vieron que venían bajando agua por las escaleras-Afuera está la llave de paso, vamos.

Sai se abrazaba a sí mismo ya que aún se encontraba mojado. Itachi cerró bien la llave.

-¿Ya?

-Sí. Vamos a mi casa, llamaras al dueño de ahí, hace demasiado frió para que estés en tu  casa.

-Pero quiero cambiarme.

-Vamos…

 

Sai estaba parado en la habitación de Itachi, era la primera vez que entraba ahí y el lugar le pareció bastante agradable.

-Toma-el mayor le entregó una caja blanca con un listón negro-Uzumaki me la entregó, es por tu cumpleaños y según lo que me dijo creó que es ropa, lo lamento yo no lo sabía.

-No importa Itachi-san-le sonrió agradecido.

-Saldré para que te cambies, puedes poner tu ropa en el cesto.

Itachi estaba afuera de su habitación sentado en el pasillo mientras miraba su puerta. No había sacado un cambio de ropa, pero había puesto  el aire caliente, por lo que ya no le molestaba tanto. La puerta se abrió un poco por donde Sai sólo asomó la cabeza.

-Creo que Naruto se equivoco de regalo.

-¿Por qué lo dices?-preguntó interesado.

-Ammm-el menor dejó de esconderse rascando su mejilla apenado no se atrevió a ver a Itachi de frente.

-Increíble, te viene bastante bien

El pintor vestía con un kimono negro, tenía adornos de hojas de color café, una clásica estampa otoñal, el cinto era blanco, las mejillas sonrojadas y el rebelde peinado de Sai le impidieron pensar bien al violinista, se acercó al menor, rodeándolo por la cintura lo empezó a besar con pasión mientras entraba a su habitación.

Itachi llegó hasta su cama, tirando a Sai sobre esta se colocó sobre él, el menor correspondía sus besos con igual deseo, pasando sus manos por su cuello, mientras el violinista las pasaba por sus piernas, introduciéndolas en el kimono, notando la desnudez bajo la prenda.

-Mi ropa interior estaba mojada-mencionó rojo como tomate, dejando de besarle de inmediato.

-Mejor para mí-el chico Uchiha volvió a besar sus labios con voracidad, mientras su mano rosaba el miembro desnudo de Sai, quien gimió con fuerza.

-No Itachi-el joven de piel más blanca lo trató de alejar-¡No lo hagas!

De inmediato el mayor se alejó de él, al ver a Sai notó que las lágrimas se asomaban por sus ojos.

“Tan horrible es para ti que yo te toque”

-Itachi, ¿me quieres o sólo te interesa acostarte conmigo?-preguntó Sai tratando de evitar que su llanto iniciara.

Itachi se hincó al pie de la cama, tomó un pie del menor, depositando un beso sobre éste.

-¿Que quieres que te diga?-sus palabras sonaron como una suplica

Esa no era la respuesta que el pintor esperaba, le dolía, para su sorpresa le lastimaba tanto que Itachi no le dijera que le quería, pensar que sólo estaba interesado en su cuerpo le dolía, podía hacerlo pero no le bastaba eso, sabía que cuando se cansara de tener sexo con él lo botaría de inmediato.

“No podría soportar que se cansara de mí siendo que yo estoy enamorado”

Para su propia sorpresa se descubrió perdidamente enamorado de él, quería negarlo y decirse que sólo era pasión y era a causa de que estaba confundido, pero de había sado cuenta cuando estaba en su cama, él hubiera sido capaz de permitirle llegar a Itachi a donde quisiera si se lo hubiera pedido de la manera correcta

-¿Estás bien?

-Itachi-san- Sai se puso de pie- yo no puedo seguir.

-Es por el castaño-la imagen desolada de Itachi le sorprendió, el mayor seguía mojado, su cabello suelto aún goteaba al igual que su ropa.

A Sai le dolía verlo así, quería decirle que realmente estaba enamorado  de él para ver de nuevos su sonrisa, pero no podía apartar de su mente a Shikamaru y el hecho de que le había prometido que se iría con él, estaba bastante confundido y le era imposible arriesgarse a sufrir siendo que no sabía si Itachi le quería.

No quería enfrentarlo, no quería seguir con esa duda, quería saber que realmente lo querían sin importar que pasara, no importaba que Itachi le hiciera perder el control de esa manera, no importaba lo feliz que lo hiciera, sabía que Shikamaru le quería, lo podía ver en su mirada, el aprendería a quererlo como Shikamaru merecía, sabía que debía sacrificarse por ser feliz.

-Itachi-san, me iré con Shikamaru de nuevo a Tsuna, dejaré la pintura y me dedicare a prepararme para cuidar las empresas de Gaara, el haberlos conocido a ti y a Naruto-kun fue lo mejor que me pasó aquí. Gracias por todo.

Sai tomó su ropa y se retiró de la habitación, dejando a Itachi solo. El joven no hizo nada por moverse, apoyó su cabeza en su cama cerrando los ojos…realmente odiaba a su maldito orgullo que no le permitía correr tras él y buscar hacerlo comprender lo mucho que le quería…

-Maldita sea… yo ya no lo quiero- empuño con fuerza su mano golpeando el colchón de su cama- ¡¿POR QUÉ DEMONIOS TUVE QUE AMARLO?! Maldito de mí que permitió que estos sentimientos crecieran tanto

Notas finales:

Notaron la sorpresa??, fue el trío, no quise ponerlo con cursivas para que no supieran que era sueño, aunque me imagino que algunos no se lo creyeron ^^

Bueno, saque un monton de inspiración leyendo mangas de Mei Sakuraga, son taaaaaaaaaaaaan sexosos y su dibujo es buenisimo, yo no paro de fantasear con Yukimura y Shinome, personajes protagonicos de Kirai Ja Nikeido...

De pura casualidad alguien tendra la segunda parte de este manga en español, la haye en ingles, pero el ingles no es lo mió... Me encuentran en Face como Iknem Didraco, por si saben de ese manga, bueno si no y me quieren agregar haganlo, no me molesta, solo avisenme de donde me conocen o me asustare, como acabo de abrir ese face me asusta cuando alguien que no conozco me agrega, lo se raro, pero me metieron un susto con un virus de messensger por  aceptar a alguien que no conocia...

"¿Quien es el cobarde aquí...El que usa el chantaje para amenzarme...o... el que sacumbe ante él con el pretexto del chantaje"

Kirai Ja Nikeido


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