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Lichtgestalt por Hashiba_Sora

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Notas del fanfic:

mmmm thengo q dezir q era d akeexoz añoz en loz ke el athu era pa rikoz? O.o? para ke ze den una idea!!!
Ni gravitation ni la vida de Federico Garcia Lorca me pertenecen, ni la kanzion en la k me inzpire lichtgestalt de lacrimosa!!!, es mas, ni mi kulo me pertheneze!!! matta ne!!

Notas del capitulo: Bueno, pues ztha hizthoria ze me okurrio aze muxo (kuando aun entraba a lengua) leyendo la biorafia d un afamado poeta d la generacion del 27 Federico Garcia Lorca, u.u izthoria tragika!!!! pro komo n zu biografia no venian kozaz perzonalez, mi menthe empezo a trabajar xD!!! y d ai ztho!! ta taaaaan!!!! zpero lez guzthe
Lichtgestalt

Hashiba Sora

Capitulo 1: ¿Es lo correcto?

La lluvia caía estrepitosamente sobre la calle solitaria, los caballos se detenían ante algunas casas, aunque ya eran escasos, ya que la gente de posición acomodada, recibía a la modernidad, llevando autos costosos y que atrapaban miradas, las lámparas empezaban a alumbrar los caminos, puesto que, en cuestión de tan solo unos minutos anochecería.

Un hombre de cabellera rubia sostenía un paraguas negro, mientras caminaba por la amplia avenida, parando al fin, frente a las escaleras de una casa, que desde el interior, se podían escuchar risas y diálogos, las sombras de las siluetas se podían ver a través de la ventana, la cual estaba cubierta por finas y muy delgadas cortinas blancas.

Otra reunión mas, quizás seria aburrida, solo irían poetas, era obvio, ninguno era interesante, hasta el momento, no conocía a nadie que se entregara por completo a la poesía, algunos lo hacían por compromiso, por que creían tener talento, pero en verdad, muy pocos tenían ese don tan especial.

Dudo un momento en entrar, la noche era joven, conocía un lugar donde podría encontrar a una mujer dispuesta a divertirse…

Pero a decir verdad, tenia demasiada flojera para hacerlo y era raro que el lo pensara, pero quería que esta noche pasara sin ningún contratiempo, así además, tendría la oportunidad de tener mas inspiración para sus novelas, en realidad, no perdía nada estando ahí.

Toco la puerta con pesadez esperando a que alguien abriera la puerta.

-Pase, Yuki-sensei…- dijo una muchacha de pelo castaño que le sonreía dulcemente, la cual, al parecer era la sirvienta, ya que vestía como una, con su uniforme negro y largo, tapando debajo de la rodilla, su delantal pulcramente limpio y blanco, haciéndose a un lado para dejarlo pasar –Lo están esperando…

-Gracias, Ayaka-chan…- sonrió de una forma hipócrita ya que, no estaba en su carácter hacerlo, haciendo que la chica se ruborizara por tal acción y bajara la cabeza.

-Pase, por aquí…- dijo guiándolo hacia la sala, donde todos estaban ya reunidos.

En la sala había hombres maduros, como era de esperarse, bebían whisky, hablaban de cosas triviales en la sociedad, de los eventos más especiales, del arte, pero su forma de ser, era, tan aburrida…

-¡Yuki-sensei! – dijo un señor de avanzada edad que estaba sentado en un sofá, charlando con otras personas, que al igual que el, se alegraron al verlo entrar – Que gusto verlo

-Caballeros, su atención por favor – dijo un hombre corpulento tratando que sus compañeros lo miraran – Hoy estamos aquí reunidos para recordar a un gran hombre que hizo grandes cosas para el gran arte de la literatura…

En si no prestaba atención, le daba igual cual fuera la causa, de todas formas, solo era un pretexto para tomar o platicar de cosas sin importancia, una simple reunión ¿A quien querían engañar?...

-Perfeccionaremos la forma de escribir, sin seguir las reglas ni las normas, algo autentico de cada uno, retomando características de los grandes escritores que han dejado su huella a lo largo de la historia…

Bueno, cualquiera se puede equivocar ¿No? Lo único de lo que si estaba seguro es que seria lo más aburrido ya que al parecer era el más joven de todos, pero el más inteligente y el más cercano a la perfección.

-Y hoy me enorgullece presentarles a este asombroso chico, que a pesar de haber estudiado por años leyes, se ha entregado en cuerpo y alma a la poesía, Shuichi, ven muchacho – señalo a un chico que estaba junto a la chimenea contemplando a todos los presentes, los cuales, le brindaban una enorme sonrisa, excepto uno…

Lo miro con indiferencia, no le importaba en lo más mínimo quien era y no quería saberlo, eran cosas sin relevancia, y hasta tal vez tediosas.

Su forma de pararse, de hablar ante todos, su falsa sonrisa, era tan diferente a la del pequeño, que parecía… ser tan…sincero.

Los presentes brindaron por la gran fecha y por la prosperidad futura, si no bien, de una forma económica, si emocionalmente.

Aquel chico de pelo rosa estaba cerca al fuego, contemplando sus singulares movimientos, con las manos en los bolsillos.

-¿Tu también te estas aburriendo? – pregunto acercándose a el con un vaso de whisky en la mano.

-Solo quería distraerme un poco, me estaba hartando…- suspiro sin dejar de ver el fuego aun moviéndose de un lado a otro.

-Entiendo…

-¿De verdad? Pareces un poco apartado, ausente

-Quizás lo sea…

Su voz, algo había en el que le atrapaba, no era su conversación, ni solo era su inocencia ni su nula experiencia sobre la vida, ni sus irresistibles ojos, era algo que no podía explicar con palabras, era algo fuera de su conocimiento.

La reunión siguiente, Shuichi también estuvo ahí.

Hablaban de cosas al parecer aburridas pero que a ambos les interesaban.

-Yuki, ¿Te molestaría ir a mi casa mañana y ayudarme con unos escritos?

-Sera un placer…

oxoxoxoxoxoxoxoxoxo

A la mañana siguiente, el sol salía pesadamente, mostrando un increíble panorama ante los ojos de Eiri, que esperaba paciente bajo un roble a la llegada de Shuichi, quien le llevaría a su casa para mostrarle los ya mencionados escritos.

Al llegar, su cabellera rosa fue iluminada tenuemente por el sol al salir de aquella carroza, sonriendo al verle.

-Pensé que no vendrías…- dijo acercándose al rubio.

-Te he dado mi palabra

¿A quien quería engañar? Podía haberlo dejado plantado…

La casa era de dos pisos, en el interior, había una elegante decoración, en el estudio, había estantes repletos de libros y figuras de porcelana.

-Toma…- dijo extendiéndole una libreta con hojas sueltas al mayor – aun no están en limpio.

-No importa…- Eiri leía las hojas con la casi perfecta caligrafía de Shuichi

-Iré por agua –se encamino a la puerta, siendo observado por Eiri

-Sin hielos – al momento de girar y querer detener a Shuichi, todas las hojas se cayeron al suelo, haciendo que el menor regresara e imitara a Eiri, quien se había agachado para recogerlas.- Lo siento –se disculpo.

-No importa

Eiri rozo sin querer la mano de Shuichi, haciendo que este se ruborizara.

-En..en… se…seguida vuelvo…- susurro saliendo con la cabeza baja.

Se volvió a sentar en donde estaba momentos antes, sacando un cigarro de la cajetilla, ese rostro, esa forma tan inocente de comportarse…

¡Dios! ¡¿Por qué estaba pensando en esto?! ¡No era correcto! ¡Era ilegal!

Se tomo el rostro entre ambas manos tratando de tranquilizarse.

Respiro profundo y se dijo miles de razones por las que no podía haber algo mas que una amistad entre el y Shuichi…

-He vuelto…- susurro desde la puerta con una jarra de agua y ese ligero sonrojo cubriendo su expresión aniñada.

Pero fue suficiente verlo para que esas razones fueran olvidadas…

oxoxoxoxoxoxoxoxoxo

El bullicio de la gente era tan estresante, simplemente quería verlo, por eso había ido a esa reunión.

Buscaba su cabellera rubia por entre las personas, una tras otra entraban, pero el no aparecía…

Bajo la cabeza, sus ojos se entristecieron y las lágrimas estaban a punto de brotar…

-Por aquí Eiri-san, lo había extrañado – dijo Ayaka recibiendo al invitado.

-Yo también Ayaka-chan- responio solo por cortesía.

-¡Eiri-san! es un gusto verlo de nuevo…

-Eiri-san, lo estábamos esperando…- dijo otro señor acercándose a el.

Shuichi seguía con la cabeza baja…

-Parece desinteresado, finge desinteres…- se repetía para si mismo y no correr en ese instante a los brazos de Eiri.

-¿Me disculpan un momento? – dijo Eiri a las personas que lo rodeaban.

-¡Viene aquí! – murmuraba Shuichi feliz.

Pasaron, diez segundos, quince, un minuto…

-¿Por qué no viene? – pregunto alzando la cabeza.

-¿Extrañado?

Yuki estaba recargado justo en la pared de frente con una copa en la mano.

-¿Por qué debería de estarlo? – pregunto fingiendo estar enojado.

-Parecías esperar a alguien…

-Cla…cla…claro que no…- respondió evitando verlo – he traído de nuevo los manuscritos – dijo cambiando la conversación.

-Muéstramelos

Hurgo en sus pantalones y cerca de el, ya que los había metido en una pequeña bolsa.

-Están arriba, los deje al llegar.

-Entonces, vayamos

oxoxoxoxoxoxoxoxoxo

Al llegar, el cuarto estaba cubierto de polvo y los más grandes objetos, eran escondidos por sabanas blancas, la puerta era pesada y hacia un ruido horrendo al ser abierta.

-Deben de estar por aquí – dijo riendo – pero es que no recuerdo donde los puse, es que hace unos momentos eran estorbosos y…

-Cállate…- lo interrumpió Yuki acercándose decididamente hacia el…

-¿Eiri-sensei?...

En ese instante, Yuki tomo su rostro entre sus manos acercándolo mas, hasta que al fin, junto sus labios con los de el, uniéndolos con un entregado beso…
Notas finales: dejen reviews!!!!

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