UN SUCESO INESPERADO
-Ah!, Se...Sebastian...deten...ah!- gemia el pequeño ojiazul, sus manos estaban aferradas a la cama con furia y sus ojos estaban cerrados con fuerza
-Pero si esto fue una orden suya bochan- dijo Sebastian bajando a lamer uno de los erectos pezones del pequeño pero sin dejar de mirar ni un segundo a su joven amo, esas eran imagenes que no se veian muy seguido
-Yo no me referia a esto!!- gruño Ciel haciendo una mueca de dolor cuando su mayordomo salio de el y volvio a penetrarlo con fuerza, habia 3 cosas que le enfurecian de esa situacion, que el ojirojo hubiese modificado sus palabras, que se lo estuviera haciendo con la cara que ponia cuando hacia la limpieza y el hecho de que, quizas, habia una remota, pequeñita, infinitesimal probabilidad de que le estuviera gustando.
Sebastian sonrio ante las palabras del menor, si bueno, tal vez " estoy aburrido, quiero que me enseñes otra cosa" pronunciado con aburrimiento durante clases de violin no era precisamente una orden, vamos, cualquier persona normal pensaria en un millon de cosas diferentes que enseñarle al niño antes de pensar en lo primero que habia cruzado la mente de Sebastian, pero el conde tenia la culpa de que hubiesen terminado asi, por no ser especifico sobre que queria que le enseñara y en segunda, porque se habia estado quejando todo el tiempo, pero jamas le habia pedido que parara... vale, si se lo habia pedido, cerca de un millar de veces, pero el siempre lo besaba o hacia algo para no dejarlo terminar su frase n_n.
La experta mano de Sebastian bajo por el pecho desnudo de Ciel hasta llegar a su ereccion, cuantas veces lo habia hecho venirse? 2? 3? una mas no haria daño a nadie.
Cuando recien habia comenzado a mover su mano a lo largo de la virilidad del ojiazul leves toquidos a la puerta llamaron la atencion de ambos
-Sebastian-san?- hablo la sirvienta desde el otro lado
-Que sucede Meirin?- inquirio Sebastian aumentando el ritmo de su extremidad, Ciel, al darse cuenta de que solo su voluntad no era suficiente para lograr que su boca permaneciera cerrada solto como pudo la sabana de la que se encontraba sujeto y cogio una de las enormes almmohadas de su cama poniendosela en la cara para sofocar sus sonoros gemidos.
-Etto...llaman a la puerta- anuncio la peliroja.
-Diles que el bochan no esta disponible en estos momentos- soluciono el mayordomo, hablaba con tal naturalidad que realmente nadie se hubiera imaginado jamas que era lo que estaba haciendo
-Demo...Sebastian-san, no buscan al bochan, lo buscan a usted- dijo ella, al oir esas palabras ambos se sobresaltaron, Ciel se olvido del placer que sentia y Sebastian de proporcionar dicho placer.
-A mi?- pregunto extrañado el ojirojo retirando las dos piernas de Ciel de sus hombros
-Hai- Sebastian se quedo pensativo, aparte de Grell, o no se, Undertaker quien podia estarlo buscando precisamente a él?.
-Enseguida voy Meirin, gracias- los pasos de la sirvienta se fueron alejando y el ojiazul, que por alguna razon habia estado conteniendo el aliento, pudo volver a respirar. Por primera vez desde que habia caido en esa cama se daba cuenta de que sus piernas y sus manos habian estado temblando todo el rato
-Quien te busca?- quiso saber el menor, aun respiraba agitado
-No lo se bochan- respondio el mayor -Pero no se preocupe, acabare con esto antes de bajar- el chico se mostro extrañado y solo comprendio hasta que el ojirojo tuvo su miembro erecto en la boca y lo hizo correrse en ella.
***
Cuando Ciel salio de su cuarto unos 5 minutos despues de que Sebastian lo hiciese, claro, no se iba a quedar ahi semidesnudo esperando a que el demonio volviera aunque para lograr salir hubiera tenido que vestirse el solo, simple accion que le habia costado un...monton.
Decia, cuando el conde pudo acomodar su ropa de una forma medio decente se dirigio inmediatamente a la entrada principal, sin embargo gracias a el silencio en el que la mansion estaba sumido no hubo necesidad de estar verdaderamente cerca de la puerta para poder espiar a gusto la conversacion que su mayordomo mantenia, o bueno, la conversacion que se supone debia mantener.
Aunque aguzo sus oidos lo mas que pudo no logro escuchar nada, la unica explicacion logica que al ojiazul se le ocurrio era que la persona que estaba siendo opacada por la alta figura de Sebastian habia causado un impacto tal en el susodicho que lo habia dejado sin habla
Como si eso pudiera pasar! Sebastian sin habla? y luego que? Bard haria una buena cena?
-Quien es, Sebastian?- pregunto Ciel en voz alta logrando que una pizca de autoridad se impregnara en sus palabras.
Sebastian dio media vuelta al instante, tenia la expresion de querer esconder el hecho de que queria esconder a toda costa lo que habia detras de el, Sebastian escondiendo cosas? y luego que? Finny tendria bien cuidado el jardín?
El demonio le sonrio a ojos cerrados
-Bochan, su cuello- dijo señalando el suyo propio con un gesto de mano que rebosaba sensualidad. En el lugar donde antes habia estado el cuadro de sus padres ahora se hallaba un enorme espejo de marco dorado, Ciel subio corriendo los escalones que lo separaban del susodicho encontrando en su reflejo una hermosa marca rojiza adornando su piel. Sintio el calor subir por sus mejillas violentamente, una vez mas, como Kami-sama le dio a entender, se acomodo la ropa de manera que ese gracioso chupeton quedara perfectamente bien escondido.
-No me cambies el tema!- grito bastante cabreado
Volvio a bajar, esta vez todas las escaleras y esquivando al mayordomo fue directo a ver quien carajos era el que tocaba a la puerta.
Ahi, al umbral de la entrada principal, con una luz proviniente del exterior detras suyo que la hacia lucir como una aparicion casi-divina, estaba aquella muchacha que conocieran casi un año atras, la hermana de aquel convento tan maldito como el, Matilda Simmons.