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I THINK I por Caterina

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Notas del fanfic:

 

Esta es la primera historia que publico, y digo publico y no escribo por que yo no soy la autora, sólo la estoy traduciendo. Esta historia pertenece a TooDarnLazy y el original en ingles podéis encontrarlo en Fanfiction.net, con el mismo titulo.

 

Leí el primer capitulo traducido por otra persona en la misma página. Me gustó, y me quede con ganas de leer más. Como soy alguien impaciente por naturaleza y tenía algo de tiempo libre, decidí buscar el original y traducirlo yo misma.

 

Es una historia interesante y bien desarrollada, que me fue gustando más y más a medida que lo iba traduciendo. Por eso me gustaría que llegará a más lectores. No está terminada y lamento decir que TooDarnLazy actualiza muy esporádicamente, así que, iré traduciendo lo que tiene escrito hasta ahora.

 

He respetado la historia en la medida de lo posible, el argumento y el grueso de la narración están intactos, pero es verdad que he hecho algunos cambios. No se ingles, por lo que he usado traductores on-line, que francamente no son nada del otro mundo. Me he encontrado con párrafos cuya traducción no entendía muy bien, así que he tenido que improvisar y escribirlos yo mismo siguiendo el hilo del argumento. También he enriquecido las descripciones, de lugares, cosas, etc. Pero eso es todo. Espero que os guste.

Notas del capitulo:

 

Historia escrita por TooDarnLazy

Traducida por Caterina

 

Los personjes de esta historia pertenecen a Masashi Kishimoto.

 

Inmóvil Sasuke miraba con indignación mal disimulada el techo blanco dejando que los largos minutos pasaran delante de sus ojos, e intentando coser los recuerdos rotos que atravesaban como relámpagos su cabeza. Estaba de regreso en Konoha, arrastrado de nuevo allí por el dobe. La sola idea le hacía rechinar los dientes y apretar los puños, consumido de ira y frustración, especialmente cuando Itachi aún estaba vivo.

 

Había matado a Orochimaru, cuando ese bastardo trató de transferirse a su cuerpo. El Uchiha se burló mentalmente, como si alguna vez fuera a permitir que alguien se apoderara de su cuerpo. Orochimaru fue un idiota de primera clase si por un momento creyó que Sasuke realmente le daría su cuerpo a cambio de poder.

 

Después de deshacerse de la serpiente, y por casi tres años, había buscado la oportunidad perfecta para matar a su hermano. Itachi era resbaladizo, era difícil de encontrar, y las pocas veces que Sasuke lo vio, estaba con su compañero, o desaparecía rápidamente. Finalmente, se las arregló para encontrarlo en la frontera de Konoha con Suna.

 

Itachi estaba solo en ese momento. Sin mediar palabra Sasuke lo atacó de forma rápida y brutal, con espantosa violencia. Se batía con una rabia y un encarnizamiento furiosos y le complació descubrir que se había hecho más fuerte bajo la tutela de Orochimaru. Logró dar algunos golpes a su aniki, no obstante Itachi seguía siendo muy poderoso. Contrarrestó los ataques de Sasuke y en un momento de vulnerabilidad por parte del moreno menor trató de utilizar el tsukuyomi en él, pero esta vez el sharingan de Sasuke había madurado lo suficiente como para luchar, aunque tratar de mantenerse fuera del poderoso genjutsu había resultado muy desgastante para su chakra, lo que inclinó la balanza a favor del Akatsuki. Sin embargo, antes de derrumbarse y para su satisfacción, le había hecho un profundo tajo en la parte delantera del torso, que tardaría un largo tiempo en sanar y que, definitivamente, dejaría una cicatriz para recordar al mayor de los Uchiha la existencia de su pequeño hermano.

 

El socio de piel azul de su hermano había aparecido unos minutos después de que el Uchiha se hubiera derrumbado. El hombre tiburón hizo una evaluación rápida de la situación, recogió a Itachi con cuidado, y desapareció con su carga, dejando a Sasuke tirado en el suelo de arena. Temiendo que aprovecharán el estado en que se encontraba para atacarlo por sorpresa, trató de permanecer consciente el mayor tiempo posible después de que el dúo de Akatsuki se marchara. Le estaba costando un gran esfuerzo.

 

Justo cuando estaba a punto de desmayarse, oyó una voz, que no había vuelto a escuchar en casi seis años, dando fuertes gritos, y una figura vestida de color naranja apareció ante sus ojos. Pelo escandalosamente rubio, mejillas con cicatrizes en forma de bigotes, ojos de azul cristal, de una tonalidad tan especial que nunca había visto en otro lugar, y advirtió algo familiar todavía en esos rasgos que lo miraban con la preocupación grabada en ellos antes de quedar extendido exánime en el suelo.

 

Cuando despertó, vio una deslumbrante luz nívea. Su cuerpo estaba dolorido, sentía la garganta seca y le dolía ligeramente. Tenía sed. Tragó y miró alrededor. Estaba en una habitación desconocida de paredes blancas, frías y asépticas. Intentó incorporarse pero sólo podía mirar el techo incapaz de mover sus extremidades debido a las restricciones de chakra. Lo que debía hacer era pensar con calma, usar toda la frialdad que tenía y comenzar a idear un plan para escapar. La situación no podía ser tan mala, después de todo. Aguzó el oído por si escuchaba algún ruido, pero no captó nada. Lo primero era averiguar como era su entorno, así que lo estudió más detenidamente. Desde su precaria situación recorrió con la mirada el lugar donde se hallaba. La habitación era espartana, completamente blanca, de paredes desnudas y sin ventanas. Estaba recostado en una cama dura y desnivelada, con sábanas blancas de hilo y una almohada estrecha y llena de nudos. Además de la cama donde era retenido contra su voluntad, disponía de un sillón abatible para las visitas supuso, y mirando a su derecha pudo ver una cómoda de madera lacada en blanco, con tres cajones, sobre ella dos pequeños vasos de vidrio transparente. En cada uno había una flor en diferente estado de conservación. Uno de los jarrones contenía un narciso fresco y el otro un ramillete de flores silvestres marchitas, que reclamaba por ser cambiado; las reconoció como esas florecillas que se ven por doquier en los campos o creciendo al borde de los caminos. Se preguntó de quien eran. Sabía que el narciso probablemente era de Sakura, pero no podía imaginar de quien podrían ser las flores marchitas. No podían ser de otra admiradora; dudaba que alguna de ellas tuviera un certificado de seguridad lo suficientemente alto para visitarlo, y mucho menos saber que estaba de vuelta.

 

El sonido de la puerta abriéndose llamó su atención, pero mantuvo los ojos fijos en las flores. Alguien con un poderoso chakra entró, seguido por dos más débiles. Podía reconocer a Sakura en uno de los más débiles, aunque no había entrado en contacto con ella desde el patético intento de rescate en Kusa no Kuni. A juzgar sólo por su chakra, se podría decir que había crecido.

 

- Uchiha Sasuke - dijo una gélida y cortante voz femenina. Un aumento de chakra, y sintió las restricciones que lo mantenían inmóvil disueltas. Despacio, como si estuviera moviendose por debajo del agua, volvió la cabeza hacia la voz.

 

La reconocida y prestigiosa ninja médico y Hokage de Konoha, Tsunade, a su lado Sakura y una mujer de cabello castaño oscuro que la acompañaban. Se negó a mirar a Sakura, y centró su atención en la rubia, que no era más vieja de lo que recordaba. El rostro de la Hokage era grave, con una muy ligera curvatura en su labio superior.

 

- Tu cuerpo ha sanado bien, no se observaron heridas de consideración cuando fuiste traído hace once días. Serás dado de alta hoy, pero Morino Ibiki tiene algunas preguntas para ti. Vistete, y los ANBU que esperan fuera te acompañaran a la división de Tortura e Interrogatorio ANBU - dijo Tsunade. Luego se volvió y le dijo a Sakura - Tienes cinco minutos - y se retiró de la habitación junto con la otra mujer.

 

Sasuke miró hacia el techo de nuevo. El nombre de Morino Ibiki le era vagamente familiar, y en su mente apareció la imagen de un hombre alto, corpulento y con cicatrizes en la cara que llevaba un abrigo negro. Eso fue todo; Morino había sido el primer examinador de los exámenes chuunin años atrás.

 

Una tos suave perturbó sus pensamientos, pero se negó a mirar a la kunoichi de pie al lado de su cama.

 

Sin desanimarse, Sakura se trasladó hacia la cómoda y sacó el narciso del pequeño jarrón para sustituirlo por otro que había traído con ella. Con una pequeña sonrisa, dijo - Me alegro de que estés mejor, Sasuke-kun. He estado controlando tu evolución casi todos los días, cuando mi horario me lo permitía -.

 

A Sasuke le llamó la atención la falta del tono llorón y la sonrisa boba habituales en la chica, y se preguntó esperanzadamente si por fin habría perdido el tonto entusiasmo que sentía por él.

 

- Naruto - continuó vacilante, mientras sus dedos jugaban de forma distraida con la flor que había quitado. Sasuke se tensó como la cuerda de un violín ante la mención de aquel nombre - Naruto sólo vino a visitarte una vez después de que te trajo de vuelta. Dijo que te encontró en la frontera de Konoha con Suna, cuando regresaba de Suna junto a Jiraiya-sama. Estoy un poco preocupada por él... No lo he vuelto a ver desde el día que vino a visitarte -.

 

Terminó de jugar con la flor y se volvió hacia Sasuke, un poco herida porque seguía sin mirarla. Empujó hacia atrás la decepción, le dedicó una pequeña sonrisa y dijo - Bueno. Me tengo que ir; esta a punto de terminar mi descanso. Tu ropa esta en el cajón de arriba; alguien la dejó allí después de lavarla y arreglarla. No se quien lo hizo -.

 

La sonrisa de la ninja médico abandonó su rostro mientras se acercaba a la puerta, donde se detuvo para volverse a mirar por encima de su hombro - Me alegro de que hayas vuelto, Sasuke-kun. Y estoy segura de que Naruto también - luego salió de la habitación de manera silenciosa.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Naruto permanecía aovillado, con el mentón descansando sobre las rodillas, mientras la suave brisa que soplaba enredaba sus cabellos dorados. Los había dejado crecer, con la excusa de que así era más fácil realizar el hari jizoo, y actualmente su desordenada mata de pelo rubio le llegaba a los hombros. Su hitai-ate mantenía el ahora largo flequillo alejado de los ojos, y había pensado recogerselo de la manera en que lo llevaban Iruka-sensei y Shikamaru. Estaba sentado en su lugar preferido para estar solo y meditar; en la parte superior de la cabeza del Yondaime en el Monumento Hokage. Le encantaba sentarse en la cabeza de su héroe, ese lugar contaba además con el aliciente de que muy abajo podía ver su aldea extendida ante él, rodeada de bosques. Desde ese emplazamiento Konoha lucía como un broche prendido en un paño tejido con brocado verde. Era tarde y anochecía, un par de estrellas brillaban ya con fuerza en el azul turquí del cielo, y las luces empezaban a parpadear aquí y allá rescatando a la villa de la oscuridad que traería la noche.

 

Los pensamientos del rubio se volvieron hacia el traidor que había llevado de vuelta todo el camino desde la frontera de Suna con Konoha. Tsunade-obaachan le había informado de que Uchiha sería interrogado. Él no podía poner reparos a eso; era un procedimiento estándar, y Sasuke se había convertido en el archienemigo de Konoha, después de todo.

 

Aún no sabía que pensar de toda esta situación; era por eso que sólo había visitado a su ex compañero de equipo una vez, el día después de haber llegado a Konoha. Había lavado y remendado la ropa de Sasuke en la medida de su capacidad, que no estaba nada mal, ya que Iruka-sensei había insistido (entiendase amenazado), que aprendiera a coser correctamente, entre otras habilidades que el hombre creyó necesario que él adquiriera. Sus excusas para no volver a verlo fueron los informes de misión que tenía que presentar, los cuestionarios a los que fue sometido, y las misiones de menor importancia que se le habían asignado (o más bien que había pedido), después de ese primer día. Por eso tampoco se había molestado en sustituir las flores silvestres que le llevó en su primera visita.

 

Era el quinto día desde que Sasuke había sido llevado a la división de Tortura e Interrogatorio ANBU. Naruto sabía que el interrogatorio había terminado en realidad, tres días atrás, ya que el ex traidor les había dicho bastante más de lo que esperaban, lo que dejó a Ino que se había unido a los interrogatorios, sin practicamente nada que sonsacarle de la mente. Sasuke había sido inusualmente abierto en sus respuestas sin necesidad de recurrir especialmente a la tortura en él. Probablemente le importaba un comino la información que les daba, excepto cuando trataban de ahondar en sus habilidades o averiguar sobre Uchiha Itachi. En esos temas había estado algo más reticente, pero no opuso mucha resistencia, una vez que Ino se puso a trabajar. Naruto reflexionaba sobre eso.

 

Tsunade-obaachan lo había puesto al corriente de los resultados. La mujer se sorprendió al enterarse de que Sasuke había matado a Orochimaru. Naruto también se sorprendió al principio, pero luego se dio cuenta de que se trataba de Uchiha Sasuke; uno de los más poderosos shinobis. Además, Orochimaru se encontraba en su estado más débil debido a la urgencia por trasladarse a un nuevo cuerpo. Jeh. Sasuke no era tan grandioso después de todo; sólo tuvo suerte de enfrentarse a la maldita serpiente en el momento adecuado.

 

Una paloma describió pequeños círculos por encima de su cabeza interrumpiendo sus reflexiones, se posó con suavidad junto a sus pies y comenzó a arrullarle. Naruto le dedico una sutil sonrisa y con cuidado tomó el pequeño rollo de pergamino que el propietario del ave había atado en su pata con una delgada corea de cuero. Reconoció de inmediato la letra de trazos estrechos. Leyó la nota de Tsunade-obaachan mientras acariciaba distraidamente el lomo del animal con la otra mano.

 

La nota era una simple orden de comparecencia, que debía cumplir inmediatamente. No daba detalles sobre los motivos de la reunión, pero la palabra "ahora" aparecía al menos tres veces. Naruto arqueó una ceja ante el hecho, y luego se dio cuenta que el resto de la nota estaba escrita con trazos duros. Se preguntó por que estaría enojada la anciana esta vez. La mujer se puso muy furiosa cuando después de un largo año de misión de buena voluntad en Suna se presentó con un ensangrentado Sasuke sobre su espalda y un Jiraiya aparentemente indiferente a la zaga. Luego, hace dos días, algo o alguien la había enfurecido lo suficiente como para que lanzara por la ventana los pedazos que quedaban de su maltrecho escritorio. Después de eso bebió hasta sumergirse en un agradable estado de sopor, aunque sólo unos pocos lo sabían.

 

Exhaló un hondo suspiro mientras se ponía de pie, lo que provocó que la paloma le graznara con indignación para a continuación echar a volar en desbandada. Estiró los brazos hacia el cielo para desperezarse y bostezó ruidosamente, entonces hizo los sellos de manos correspondientes al shunshin no jutsu. Una ráfaga de chakra más tarde se encontraba frente al despacho de la Hokage, saludó con entusiasmo a los dos ANBU destinados a custodiar la pesada puerta y entró en la oficina, con un leve sentimiento de aprehensión instalado en su estómago.

 

- Tsunade-obaachan - chilló a todo pulmón, sonriendo mientras esquivaba un pergamino que le lanzó la mujer por llamarla de esa manera. Evitar los objetos que le lanzaba se había convertido en una tradición - ¿Qué es tan importante como para que me mandes llamar, eh?. ¿Y a qué viene tanta prisa... ? - se fue acallando poco a poco al ver el aspecto estricto de la cara de la Hokage, Jiraiya con los brazos cruzados y apoyado de pie en la gran ventana de la oficina también estaba inusualmente solemne. Estaban tan serios, tan serios que casi retrocedió un paso instintivamente, intimidado.

 

- ¿Tsunade-obaachan... ? - preguntó con un hilillo de voz.

 

- Uzumaki Keimei Naruto - comenzó Tsunade, e inmediatamente el joven rubio se puso rígido y una profunda arruga cruzó su rostro.

 

- ¡Tsunade-obaachan! - empezó, pero se detuvo cuando la mujer movió una mano con autoridad frente a él, luego hizo un gesto para que tomara asiento delante de su nuevo escritorio. El leve sentimiento de aprehensión se extendió por su cuerpo como una llama y sus rasgos se endurecieron mientras esperaba a que la mujer continuara - Se trata de Sasuke, ¿no? - preguntó, toda su alegría se había esfumado.

 

La Hokage lo miró con lo que él interpretó como culpa y tristeza en sus ojos - Uzumaki Keimei Naruto - repitió, sin tener en cuenta el aspecto descontento en el rostro del muchacho - Me complace comunicarte que el Consejo está dispuesto a perdonar a Uchiha Sasuke -.

 

Naruto entrecerró los ojos con astucia - ¿A qué precio? - dijo observándo a la rubia mujer con la suspicacia que mostraría un gato ante un ratón que maulla.

 

Tsunade sonrió un poco por dentro, sabía que Naruto ya no era tan denso o idiota como aún pretendía aparentar, era más sagaz e inteligente de lo que dejaba entrever, y muy dotado para la diplomacia además. En contra de lo que muchos pensaban tenía una cabeza muy bien amueblada - Uchiha Sasuke tiene que casarse con alguien para probar su lealtad a Konohagakure no Sato -.

 

El rubio delante de ella se cruzó de brazos y dijo con impaciencia - Estoy agradecido por ser informado de los asuntos relativos a Uchiha, ¿pero que tenga que casarse con alguien qué tiene que ver conmigo?. Por que asumo por tu tono de voz que tiene algo que ver conmigo -.

 

Jiraiya resopló desde donde estaba, y Tsunade se puso visiblemente incomoda; una reacción que sólo mostraba ante Shizune, Sakura, Jiraiya y Naruto.

 

- El Consejo ha decidido... que seas tú quien se despose con Uchiha -.

 

Unos segundos después...

 

- ¡NANI! - Naruto saltó acalorado de su silla, clavó la mirada en la rubia delante de él, y estrelló con ira un puño sobre la mesa - Es una broma, ¿no?. Por favor, dime que es una broma. Por favor... -.

 

Tsunade casi se acobardó por la forma en que su voz se volvió suplicante al decir la última palabra - Lo siento, Keimei, pero no es ninguna broma -.

 

Naruto se hundió en su silla, aturdido - Me has llamado por ese nombre... vas en serio, ¿no?. ¿Significa eso que vas a revelar mi secreto?. ¿Todo el mundo va a saber que en realidad soy una chica? - Él, o más bien, ella, apretó con fuerza los reposabrazos de la silla.

 

- No de inmediato, Keimei. Es tu secreto, por lo que depende de ti revelarlo cuando estés lista, pero voy a tener que hacerlo por ti si te tomas demasiado tiempo -.

 

- ... ¿Por qué yo? -.

 

- ¡Maldito Consejo!. Durante todos estos años ellos sabían que Sarutobi-sensei había usado un genjutsu en ti. Quieren que el linaje Uchiha continué, y quieren asegurarse que los niños que nazcan sean viables - dijo chasqueando la lengua con desprecio, mientras hacia gestos en el aire con las manos, Jiraiya resopló de nuevo - Por lo que quieren una mujer fuerte para que engendre los niños Uchiha. Además, piensan que casarlo contigo es un incentivo adicional para que Uchiha permanezca en Konoha, debido a dos factores; tú gran lealtad a Konoha, que esperan que lo mantenga aquí, y el interés que Akatsuki tiene en ti -.

 

- ¿Me quieren para engendrar bebés Uchiha y actuar como cebo para Itachi? - Naruto preguntó incrédula, sus ojos de abrieron enormemente, incapaces de disimular la sorpresa.

 

Jiraiya decidió intervenir en la conversación - Esos renegados... no les importa lo que le ocurra a Naruto, siempre y cuando mantenga a ese traidor lo suficientemente feliz como para engendrar mocosos con el linaje Uchiha para ellos. Apuesto a que todo ese argumento de "Una mujer fuerte para que engendre niños viables" es sólo una patraña. Todo por Uchiha, para que el maldito permanezca fiel a la aldea - dijo con voz grave.

 

Tsunade suspiró se echó hacia atrás y se frotó los fatigados ojos - Es... verdad. También exigen que Uchiha reciba una formación especial con Kakashi, o con cualquier otro instructor que él desee, en realidad, esperan que así se calme y además esté listo para luchar contra Itachi, entonces cuando crean que esta adecuadamente preparado dispondrá de un período de tiempo en el que podrá usarte como cebo y acabar con Itachi. Y hasta se atrevieron a insinuar que si de alguna manera eras asesinada en el proceso, mejor que mejor -.

 

- Todo esto para que Sasuke se quede en Konoha... realmente lo quieren aquí, ¿no? - dijo Naruto en voz baja mirando al suelo - Por supuesto; ¿cómo no iban a desear tener la posibilidad de deshacerse de Kyuubi? - La última parte apenas la susurró, pero los dos sannin la escucharon de todos modos. Tsunade tuvo la sensación de que una mano le estrujaba el corazón dolorosamente mientras miraba a la niña rubia que en esos momentos usaba un henge de chico delante suyo. No, realmente no podría seguir llamándola niña por más tiempo puesto que ese mismo año seria su decimoctavo cumpleaños. Una joven al borde de la edad adulta, que por motivos de seguridad, tuvieron que hacer pasar por hombre desde el momento de su nacimiento, ya que muchos de los habitantes de Konoha eran unos idiotas de mente estrecha, que la odiaban erróneamente puesto que eran incapaces de diferenciar entre Kyuubi y el jinchuuriki de Kyuubi.

 

- Pero, ¿por qué tengo que casarme con el teme?. Soy un buen cebo sea cuál sea mi posición - dijo Naruto, de forma desolada.

 

- Porque, como su esposa - escupió Tsunade la palabra - Tendrías alguna autoridad sobre él, hasta cierto punto por supuesto. Además esta el cuento de los bebés saludables -.

 

- Es cierto... - respondió Naruto suavemente. Luego, con voz más fuerte, le preguntó - ¿Qué pasa si me niego? -.

 

Ante la pregunta Tsunade adquirió un aspecto francamente criminal, y la expresión de Jiraiya no era demasiado diferente - El Consejo dejó claramente implícito que si te niegas nunca serás tenida en cuenta como candidata a Hokage. Y, desafortunadamente, el Consejo juega un papel importante en el nombramiento de un Hokage -.

 

El rostro de Naruto adquirió un matiz derrotado - ... Ya veo -.

 

Tsunade odiaba ver esa expresión en la cara de Naruto. Estaba tan fuera de lugar en ese rostro que había llegado a asociar sólo con sonrisas burlonas y traviesas, aunque sabía que la mayoría de ellas eran parte de la fachada que Naruto había edificado con tanto esmero.

 

- Uzumaki Keimei Naruto, ¿cuáles son tus sentimientos por Uchiha?. Si no quieres hacer esto, si tienes la más mínima duda o reserva al respecto, házmelo saber. Lo suspenderé todo, y tanto el Consejo como Uchiha se pueden ir al diablo - dijo con ferocidad. Naruto parecía tranquila en ese momento, pero Tsunade podía ver que estaba tensa por el modo en que agarraba los apoyabrazos de su silla, los apretaba con tanta fuerza que tenía los dedos crispados y los nudillos blancos.

 

- Sasuke es mi mejor amigo... él es una persona valiosa para mí - comenzó Naruto, pero Jiraiya la interrumpió.

 

- Yo sé cual es tu camino ninja; sé que es importante para ti proteger a tus seres queridos, pero Naruto, ¡a veces tienes que pensar en ti misma!. ¿Podrías vivir con Uchiha el resto de tu vida si tuvieras que hacerlo?. ¿Realmente vale la pena? -.

 

Naruto se quedó callada después de la intervención de Gama-sennin, se sumió en sus reflexiones casi un minuto, finalmente respondió insegura - Sé lo que quieres decir, Ero-sennin... Sasuke es importante para mí. Pero no sé si lo am... si me gusta de esa manera o no... Tsunade-sama, ¿podría darme un tiempo para pensar en ello?. ¿Por favor? -.

 

Tsunade y Jiraiya entendieron que la joven se estaba tomando la situación de forma muy seria cuando llamó a Tsunade, Hokage-sama en vez de por su apodo habitual. Tsunade sintió como el dolor y la cólera crecían en su interior mientras miraba esa carita de ojos tristes delante de ella, ya que faltaba la chispa que por lo general siempre estaba presente en esos ojos celestes.

 

- Por supuesto, Naruto. Pero, lamentablemente, tienes que responder al Consejo en dos días, y todavía tengo que informar a Uchiha de la situación... que haré sólo si tú estas de acuerdo con ella -.

 

Naruto se levantó temblorosa, al igual que Tsunade - Entiendo, Tsunade-sama. Tendrás mi respuesta mañana a las seis de la tarde -.

 

Tsunade se acercó impulsivamente y acarició la suave cabellera rubia de Naruto.

 

- No te sientas presionada a aceptar, Naruto. No te preocupes por el Consejo o por Uchiha, malditos sean. No me importa; que el Consejo encuentre otra manera de convencer a Uchiha para quedarse si no aceptas. No te voy a forzar a hacerlo si no quieres - dijo Tsunade mientras continuaba acariciando la cabecita rubia con cuidado. Naruto se inclinó ligeramente hacia el delicado toque, y luego cabeceó afirmativamente.

 

Con una débil sonrisa, dijo - Mañana a las seis, entonces. Me voy... tengo mucho en lo que pensar. Oyasumi, Tsunade-obaachan, Ero-sennin - Naruto levantó la mano para despedirse aunque de forma poco entusiasta y después salió por la puerta.

 

Inmediatamente, Tsunade se desplomó en su silla y sacó dos pequeños vasos de cerámica y una botella de sake. Jiraiya tomó la botella de las manos de la mujer y sirvió un vaso para ella y otro para él, notando que era uno de los licores más fuertes que Tsunade guardaba en su reserva. La Hokage se lo terminó con rapidez y se sirvió otra ronda.

 

- Ella aceptará, te lo puedo asegurar - dijo Jiraiya malhumorado mientras volvía a coger la botella. Tomó un sorbo y continuó - Se preocupa mucho por Uchiha. Estos tres años de entrenamiento sólo han sido para traer de vuelta a ese traidor. Y ahora ella podría ser la clave para que él se quedara en el pueblo, definitivamente estará de acuerdo con el plan del Consejo. Malditos sean esos viejos, por explotar su lealtad hacia Konoha y sus sentimientos por Uchiha -.

 

Tsunade tomó unos tragos directamente de la botella, su vasito ignorado ya sobre el escritorio. Esperaba así aliviar el dolor de cabeza que empezaba a sentir - ¿Entonces, crees que está enamorada de Uchiha? -.

 

- Probablemente. Y probablemente ni siquiera se ha dado cuenta, todavía -.

 

- Mmhmm -.

 

- ¡Malditos cabrones! - renegó Jiraiya de nuevo con los dientes apretados.

 

Tsunade dejó la botella y el hombre de pelo blanco la agarró - Debí reformar el Consejo hace añosss cuando comencé este trabajo - dijo Tsunade, dos manchas de color habían aparecido en sus mejillas y comenzaba a pronunciar las palabras ligeramente mal - Tienen demassiado poderr... y el Hokage sólo es una marionetaa en sus manoss. Después de quee se aclare lo de Uchiha, esso es lo prrimero que voy a hacer - se frotaba la frente como si quisiera estirar la piel encima de su dolor.

 

Jiraiya asintió, y en silencio se terminaron la botella de sake.

 

Notas finales:

 

Keimei es una de las palabras en japonés para el amanecer.

 

Apreciaría vuestros comentarios y críticas constructivas.


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