Que difícil
Un chico castaño de ojos azules se encontraba mirando la cancha de tenis, esa cancha donde todos los días se divertía, esa cancha de tenis donde había conocido a sus amigos, esa cancha de tenis donde conoció a la persona que ama.
Desde el primer día que me inscribí al club de tenis, te vi.
Cuando tus ojos cruzaron mi camino, desde que los mire sentí algo dentro de mí, es algo difícil de explicar.
Siempre sobresaliste para mi, poco a poco aunque no te buscara aparecías frente a mí, estábamos en el mismo curso, te sentabas a mi lado, pero jamás hablabas y a mi me apenaba hablarte primero, ambos siempre en silencio, siempre observándote, siempre en silencio.
Aunque creo que siempre se noto que tú me llamabas la atención, las demás personas pensaron que era admiración, hasta cierto punto yo creí que eso era también, pero la manera en la que siempre pensaba en ti no era normal, siempre que veía tus labios algo dentro de mi decía “¿a que sabrán?” e inmediatamente quitaba esos absurdos pensamientos de mi mente.
Fue varios meses más tarde que realmente me di cuenta de mis sentimientos hacia a ti, me gustabas, desde el comienzo fue inevitable.
Y que difícil fue, confesarme a mi mismo lo que sentía, que difícil, fue tratar de encontrar una explicación a lo que sentía ya que jamás hemos hablado y aun mas difícil fue encontrar una manera para hablarte.
Y cuando te sientas a mi lado, no te dejo de observar y sin importarme nada, ni si quiera la clase mis ojos siguen sobre ti, en las noches siempre abrazo mi almohada pensando que eres tu, en esas noches de insomnio donde mi mente solo esta donde tu estas.
Los principios de los enamoramientos siempre son bonitos ya lo sé ¿y qué más da? A cada imomento trato de disfrutar cada instante, aunque tú no me conozcas.
y que difícil fue pensar en una manera de tratar de hablarte.
Hoy llegue temprano al instituto, no pude dormir mas, solo pensaba en ti, en una forma de hablarte, en una forma de llamar tu atención que no fuera en la cancha de tenis, en donde ni siquiera me hablabas.
- Tal vez diciéndole hola para empezar funcionaria- me dije a mi mismo, eh inmediatamente pegue mi cabeza contra la mesa ¿en qué rayos estoy pensando? Eso es ya ni siquiera pienso, jamás eh sido bueno pensando.
Y otra vez tu estas en mi mente.
Levanto mi cara un momento y miro hacia la ventana.
Un “hola ¿Cómo te va?” sería mejor, si eso sería lo ideal, pero que fácil es pensarlo y qué difícil es decirlo.
- Tal ves sea bueno practicarlo antes de decírselo- suspire y negué con mi cabeza, parecía una chica enamorada, que miedo.
- Hola ¿Cómo te va?- dije aun mirando hacia la ventana.
- Hola, muy bien ¿y a ti?- oí que contestaron tras de mi ¿será posible? Nadie más tiene ese tono de voz.
Voltee a mi lado y ahí estabas tu acomodando tus cosas, ¿Cuándo llegaste? Ni si quiera me di cuenta.
- Muy bien, gracias.
- Me da gusto …– me miraste interrogante.
- Fu…- iba a contestarte.
- Tezuka ven un momento- dijo el capitán Yamato entrando al salón.
- Con permiso- fue tu contestación y te fuiste.
Al día siguiente, en el entrenamiento matutino me pare frente a ti, me arme de valor y dije.
- Hola ¿Cómo te va?- dije sonriéndote, me miraste.
- Muy bien ¿y a ti?
- Muy bien.
Y ahora aquí estoy tan enamorado, ya no hay dificultad, ya nada puede salir mal.
- Perdona por tardarme – dijo alguien tras de mí, lo más seguro es que Kaidoh y Momoshiro estuvieran peleando otra vez.
- Hola ¿Cómo te va?- te dije sonriendo y mirándote cuando llegaste a mi lado.
Me miraste confundido y luego sonreíste de lado.
- Muy bien ¿y a ti?
No era tan difícil.