Lentamente anude mi corbata y borre las arrugas que en mi traje se habían formado. Levante la mirada para encontrarla reflejada en el espejo; mis ojos estaban rojos e hinchados por tanto llorar y tenía un dolor de cabeza de aquellos que solo son superados por el dolor del corazón.
-¿JunSu? -me llamo YooChun- ¿Puedo pasar?
-Puedes...
-¿Estas llorando otra vez? -me miro reprochándome mi torpeza.
-Perdóname.
Nuevas lágrimas comenzaron a salir contra mi voluntad ¿Es que jamás se detendrían?
YooChun se acerco lentamente y me abrazo.
-Estará bien... todo estará bien...
-Me duele...
-Nos duele a todos, pero debemos ser fuertes; ChangMin y YunHo deben estar destrozados.
Lo mire, era verdad, esos dos habían sido los más perjudicados con todo esto... todo había sido un maldito accidente. El infeliz se había pasado una luz roja y, desgraciado, no había sobrevivido. ¡Como me gustaría reventarle la cara ahora mismo!... pero había muerto llevándoselo con él.
-Vamos, llegaremos tarde.
Me separe de él y deje que acomodara mi cabello; se acerco y dejo un beso sobre mis labios.
Llegamos al edificio donde seria la ceremonia, todos desfilaban a mí alrededor con trajes negros y llevaban ramos de rosas y lirios blancos.
Había mucha gente; de vez en cuando alguien se acercaba a mí para darme su pésame; los detestaba, salvo unos pocos, ellos jamás imaginarían por lo que pasábamos en este momento; aun así contestaba cortésmente, por respeto y porque no quería armar un alboroto.
YooChun regreso a mi lado después de que fuera a buscarme un poco de agua; parecía distraído y preocupado.
-Ya llegaron -me dijo, dándome a entender que los miembros del grupo que faltaban estaban ya en el lugar. Lo mire, su expresión era de disgusto.
-¿Esta todo bien? -pregunte.
-Es YunHo... me preocupa.
YunHo, después del accidente, se había distanciado de nosotros y actuaba frio; no había querido dirigirnos la palabra más que para lo necesario.
-Esta atormentándose por lo que paso.
Comprendí a que se refería; YunHo fue la última persona que le vio; fue él quien le dijo que no condujera porque habían bebido y tomara un taxi.
-¿Y ChangMin?
YooChun señalo un extremo de la habitación y dirigí mi mirada hacia ese lugar; encontré a ChangMin hablando con algunos de los presentes, no parecía abatido. La otra cara de la moneda era la negación; había estado actuando como si nada pasara y trataba de sonreír, pero estaba seguro de que cuando el mundo se le derrumbara él no podría resistirlo de pie y nosotros estaríamos ahí para no dejarlo caer.
Cassiopeia, Bigeast, todos los fans alrededor del mundo habían mandado flores y regalos en su nombre; el lugar estaba repleto, su muerte, inesperada, había sido un golpe irreparable para muchos... insuperable para otros.
Mi vista voló hasta posarse sobre YunHo y ChangMin, quienes ahora estaban juntos aunque permanecían en silencio. Ambos llevaban un elegante traje negro similar al mío, pero en ellos, de alguna manera, resultaba desgarradora la imagen que mostraban a mis ojos o a los de cualquiera que los mirara.
ChangMin, aun con la sonrisa que trataba de mantener, mirarlo daba pena, incluso pasar junto a él te llevaba a querer abrasarlo para aliviar tan solo un poco su dolor; y YunHo, solo había que ver unos segundos su postura para darse cuenta de que sufría silenciosamente.
Yo amaba a JaeJoong, era de mis mejores amigos, pero ellos... ellos que tuvieron que pasar por todo aquellos problemas y ahora sucedía esto...
No podía creer que lo que había comenzado apenas hacia unos pocos meses como algo cómico y hasta romántico terminara de esta forma tan desastrosa.
Derrame más lágrimas sin tratar ya de contenerlas, si debía llorar por todos, lo harían. Sentí la mirada de ChangMin sobre mí y lo mire, de reojo, tratando de enfocar lo mejor posible mi vidriosa mirada. Él estaba plantado en su lugar con pose ausente pero me miraba fijamente, susurrándome en silencio "Se fuerte, debes ser fuerte".
¡¿Cómo podía ser fuerte?! ¿Cómo podía él ser fuerte? ¡JaeJoong había muerto maldita sea! ¡Había muerto!
Me deje caer, sollozando y note como varias miradas, murmullos y algún flash de cámaras comenzaron. Eran unos malditos por venir a regodearse en nuestro dolor.
YooChun me tomo por los hombros, me levanto y me saco de la habitación.
-Susu, amor... tranquilízate.
-No puedo Chunie ¿Cómo pueden YunHo y ChangMin comportarse así?
-Susu, sentir dolor es inevitable... sufrir es opcional.