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Por ti por Kaikai

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Notas del capitulo:

hello~ son las 2:15 am y actualizo, muuuucho más temprano que la vez pasada... a este fic le faltan DOS CAPÍTULOS para terminar, así que estad atentas!

Ojalá que les guste el cap, fue hecho con amor... en uno de los caps sgtes se viene un lemon 1313

Hey, para quienes son de Chile, no olviden el eclipse de sol de este domingo~ y nunca miren el sol directamente con sus ojos, ni tampoco con lentes de papel celofan o mica, por que pueden quedar ciegos :/

 

En este cap:

Una cita al médico que determinará situaciones interesantes.

 

URUHA.

Finalmente el día del control llegó, estaba más emocionado que nunca, porque sabía que Kai estaría allí para ver a nuestro bebé. Aquel día me desperté más temprano que nunca, pero me quedé en cama un rato observando como poco a poco el sol iluminaba más mi cuarto. Decidí levantarme a eso de las 9, ordené todo, me duché, vestí y mientras tomaba desayuno el teléfono sonó.

-¿alo?

-¡¡Uruuuu!! –escuché un grito por el otro lado de la línea

-¿¿Ruki??... ¿¿¿por qué gritas???

-¿¿cómo que porqué??... ¡estoy emocionado por ti amigo!

-¿¿eehh?? Y ¿¿por qué??

-ay, Uru… ¡me sorprendo tu poca emocionabilidad con las cosas! –lo oí exclamar algo fastidiado-no me digas que no estás emocionado con el hecho de que Kai irá contigo al control.

 

Respiré profundo.

-claro que lo estoy... es sólo que intento controlar mis nervios… y-yo tampoco quiero parecer histérico.

-jajajaja… pues yo estaría como loco, jajajaja – pareció calmarse un poco y después de unos momentos habló-me contarás todo después ¿¿verdad??

-claro Ruki, como siempre, descuida

-no me refiero a lo del bebé, o sea también me importa –aclaro- pero también quiero saber lo de Kai ¿¿si??

-jajaja claro Ruki, oye… a ti no se te quita lo curioso ¿eh?

-buuu… no me culpes por querer saber cómo se encuentra mi mejor amigo –exclamó y de verdad juraría que hizo un puchero, en donde quisiese que estaba.

 

Hablamos unos minutos más y después tuve que colgarle, puesto que ya se me iba a hacer tarde. Eran las 10:30 cuando sentí sonar el timbre de mi casa, me miré por una última vez en un espejo que había en el pasillo de la casa y presuroso abrí la puerta, allí sonriente estaba Kai, con un lindo ramo de flores en sus manos.

-h-hola-me dijo –te traje esto –y me extendió las flores.

 

Las recibí encantado y le dejé pasar, mientras yo iba por un florero para poner las flores tan lindas que había traído.

Después de eso nos dirigimos presurosos a la consulta del médico, puesto que ya íbamos algo tarde.

 

Al llegar a la consulta, habíamos perdido nuestra hora, por lo que tuvimos que esperar un buen rato a que el médico se desocupara del paciente que atendía en ese momento. Nos sentamos tranquilamente en la sala de espera.

 

KAI.

No podía creer que estuviese allí, iba a poder ver por primera vez a mi hijo, junto a Uruha. Habíamos llegado algo tarde así que tuvimos que esperar al médico. Mientras tanto Uruha había cogido una revista y yo… bueno yo me dediqué a mirar a Uruha. Jamás me cansaría de mirarlo, nunca podré explicarme como pude pasar tanto tiempo lejos de él. Hojeó tranquilamente la revista por un tiempo, hasta que de improviso se giró hacia mí.

-¿estás nervioso?-me preguntó.

-un poco –admití- tendrás que sujetarme en caso de que me desmaye –bromeé.

-jajajaja… vamos, no es para tanto –lo miré serio- ¿hablabas en serio?

-claro que sí… para mí será la primera vez que vea a mi hijo y… bueno significa mucho para mí-admití algo avergonzado.

 

Él sólo me sonrió y acercó tímidamente su mano derecha hasta mi rostro acercándolo a él.

-eres muy lindo… no me arrepiento de haberte dado una segunda oportunidad.

 

Me sorprendió bastante que me dijera eso, tomé entre mis manos su mano y fui yo quien ahora comenzó a acercarse a él, lentamente a su rostro, tratando de memorizar cada gesto o movimientos que hiciese su rostro a medida que me acercaba. Él sólo se dejaba, en ningún momento hizo algún intento de alejarse, lo que me dio luz verde para seguir. Estaba a escasos centímetro de su boca, podía sentir el aire que exhalaba en cada respiración, ese dulce aroma que siempre tenía gracias al perfume que le gustaba, sólo unos centímetros para volver a probar esos labios que tanto me gustaban y a los cuales era adicto… sólo unos centímetros más…

 

Takashima-san, Yutaka-san… pueden pasar, el médico los espera.

 

Argh, había estado a milímetros de su boca y ¡pasaba esto!

En fin, es lo que hay… solté un suspiro de resignación después de separarme de Uruha y caminé atrás de él rumbo a la consulta.

Cuando entramos nos sentamos frente al médico, él nos explicó algunas cosas respecto a los pocos meses que nos quedaban.

 

Después de unos momentos en que nos entregó varias recetas para que Uru se hiciese unos exámenes, le pidió que se recostase en una camilla.

Una vez allí, vi como Uruha se levantaba la polera, bastante holgada por lo demás.

-Kai-me llamó-ven aquí-extendió una de sus manos llamándome para que me pusiera junto a él.

 

Miré dubitativo a Uruha, miré al médico quien me sonrió, señalándome con la cabeza el lado de Uruha, contrario al suyo.

-lo correcto es que el padre participe en todo esto –dijo sonriendo, mientras tomaba una huincha y media la barriga de Uruha.

-la altura corresponde a las semanas que tiene… así que eso está bien –me miró y añadió-¿les gustaría verlo?...

 

Le sonreí asintiendo, lo vería, lo vería.

 

Puso el transductor sobre su vientre y encendió la pantalla.

-¿¿es aquello doctor??...-le dije casi gritando apuntando lo que se veía en la pantalla.

-cálmese Yutaka-san… aquello es apenas la placenta –me dijo tranquilo.

 

Me avergoncé un poco por lo explosivo que había sido, mas Uruha apretó suavemente mi mano dándome a entender que me apoyaba.

Pasaron unos momentos hasta que el médico al fin habló.

-allí está, vea Yutaka-san… ese es su hijo.

 

Y allí frente a mí, tenía al bebé que tenía Uruha en su vientre, aquel bebé que negué por tanto tiempo tercamente y que por culpa de eso no había podido conocer antes, perdiéndome muchas de las etapas más importantes de aquel proceso.

 

Sentí que mis ojos se llenaban de lágrimas y que mi mano era apretada por la de Uruha, no podía dejar de observar la pantalla, viendo la carita de mi hijo… mi hijo, que lindo se oía.

 

Finalmente el médico terminó el examen y nos pidió que volviésemos a sentarnos frente a él.

-bien Takashima-san, su hijo se encuentra en perfectas condiciones, debe estar alerta, frente a determinados síntomas que podrían dar indicios de un trabajo de parto.

 

Frente a sus palabras me asusté.

-pero doctor… a Uru aún le faltan muchas semanas para cumplir los 9 meses.

-lo sé Yutaka-san, pero desde este mes, las probabilidades de un parto prematuro aumentan considerablemente a causa del gran tamaño que va tomando el vientre de Takashima-san.

-comprendo-exclamé lentamente.

 

URUHA.

Dentro de todo me alegraba ver a Kai tan preocupado por mí. Cuando lo vi casi llorar frente a la imagen de nuestro hijo, también me emocioné profundamente. Al fin un capítulo de esta historia de tanto dolor y sufrimiento estaba quedando atrás.

 

Ya estaba preparado, para las noticias que me había dado el médico, ya había leído con anterioridad sobre los riesgos de los últimos meses.

 

Salimos de la consulta bastante contentos, Kai iba que gritaba de felicidad, mientras llevaba en la mano una fotografía del bebé que el médico había accedido a imprimirle.

 

De repente sentí como Kai tomaba una de mis manos y me hacía caminar a su lado. Mi corazón comenzó a latir de la emoción. Cuanto tiempo sin sentir su mano junto a la mía, sus dedos entrecruzados con mis dedos, en una señal que para algunos podría resultar vana y como casi una niñería, pero para mí significaba mucho, ¿acaso era este el inicio de una nueva etapa?

 

Caminábamos sintiendo la brisa golpear nuestros rostros. Kai sólo sostenía la fotografía en su mano, parecía más preocupado en buscar algo.

 

Pasado unos minutos, en los cuales habíamos caminado bastante y en los que ya me había cansado, Kai pareció ver lo que quería y caminó aún más rápido.

-Kai, Kai… camina más lento, por favor –le dijo obligándole a detenerse.

-amor… ¿estás bien?... lo lamento, olvidé que ya no puedes caminar tan rápido-se excusó.

-está bien descuida… pero ¿caminamos más lento ahora?-le pedí.

 

Kai volvió a tomar mi mano y me sonrió asintiendo. La caminata desde ahí se hizo más pausada. Me hizo entrar en un pequeño café, nos sentamos en una mesa más bien alejada de la calle, en donde sólo podíamos oír la música ambiental del local, mas no el ruido de la calle. El café era bastante tradicional, él pidió un expresso y yo sólo un trozo de torta que se me había antojado apenas leer el nombre.

 

Nos mantuvimos en silencio unos momentos, no sabía de qué hablar con Kai, a decir verdad la situación me intimidaba bastante.

-Uruha-lo sentí llamarme de repente-¿ya le has buscado nombre al bebé?

 

Me quedé en silencio, había pensado algunos, mas aún no me había decidido.

-mh… he pensado dos –hice una pausa y añadí- Takara o Sora.

 

KAI.

Me gustaban los dos nombres que había elegido Uruha, mas se suponía que el bebé sólo se debía llamar con un nombre.

-me gusta Takara… me gusta su significado-le sonreí. [Takara significa tesoro]

-a-a mí también me gusta mucho ese –añadió sonrojándose.

-entonces ¿lo hemos decidido?-pregunté.

-sí-añadió escuetamente.

 

Lo vi seguir comiendo su pastel, se veía tan lindo sonrojado, sabía que lo estaba mirando y por eso estaba avergonzado.

-Uru… te traje aquí, porque necesito hablar contigo.

 

URUHA.

Levanté la mirada asustado y extrañado… mas a la vez estaba esperanzado respecto a lo que quería hablar.

-d-dime.

-bueno… tú sabes que te amo ¿verdad?-me preguntó.

-s-sí –responder aquello era bastante embarazoso.

-pero lo que quiero saber es si… ¿tú aún me amas?

 

Abrí mis ojos, no sabía que me preguntaría aquello, pensé que me preguntaría otras cosas, no eso.

-y-yo….-estaba muy nervioso, traté de tranquilizarme respirando suavemente y de forma profunda- s-sí.

-¿¿de verdad??-me preguntó sonriendo.

-s-sí… aún t-te amo.

 

Lo sentí abrazarme repentinamente.

-no sabes cuánto esperé y anhelé oírte decir eso.

 

Me hablaba bajito al oído, se separó lentamente de mí… su rostro quedó frente al mío, sentía mi cara muy roja y estaba seguro que ya parecía tomate de lo sonrojado que estaba. Sus manos se dirigieron a mi rostro, lo acarició levemente. Para ese entonces yo ya había cerrado mis ojos disfrutando de aquel momento de intimidad. Fue en ese momento cuando sentí sus labios en los míos, tan suaves y gentiles como los recordaba. Su lengua tocó levemente mis labios pidiéndome abrirlos, no me negué y gustoso los abrí. No sé cuánto tiempo estuvimos besándonos, sólo tenía la noción de sentir su lengua dentro de mi boca, su lengua tocando y acariciando la mía, sin querer que ese tiempo se acabase, pero como no todo es para siempre, sentí que Kai se alejaba.

No quise abrir mis ojos, no quería que el abrir mis ojos me hiciese olvidar aquella sensación que aún sentía en mis labios. Volví a sentir su boca cerca de la mía y casi por instinto abrí la mía, quería que me volviese a besar, quería volver a sentirme suyo. Sentí que se reía bajito frente a mi acción y que se acercaba más.

-¿quieres volver a ser mi novio?-me dijo en susurros pegando sus labios a los míos.

 

No pude evitar abrir mis ojos, me topé con los de él, que me miraba expectante frente a mi respuesta, le sonreí… levanté mis brazos y con mis manos acaricié su rostro también, por alguna razón se me hacía más hermoso en ese momento que en cualquier otro.

-sí.

 

Notas finales:

¿les gustó?

respondo reviews mañana, ya es muy tarde y muero de sueño y hambre u______u


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