Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Por ti por Kaikai

[Reviews - 181]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Holi~ aún es jueves ^^*

bien, hemos llegado al fin de Por Ti... agradezco enormemente cada uno de sus reviews que contestaré apenas tenga tiempo.

Para la próxima vez que me lean faltara un poco, quiero terminar mi otro fic antes de comenzar a publicarlo, aunque como adelanto les digo que también es un Mpreg, KaixUruha y KaixRuki~ así que atentos!

Hoy ando buena onda, por eso no quise partir el final en dos XD

 

Último Capítulo:

No me arrepiento de nada, todo valió la pena!

 

PD: han visto el nuevo look de Ruki?... rubio de nuevo y la info del nuevo tour que empezó ayer?... he muerto de verdad!

Miren a Ruki~

PD2: Gracias por sus buenos deseos para que me mejorara... ya estoy mejor <3

 

URUHA.

No sabía qué hora era, pero me desperté algo desorientado, mas cuando sentí como alguien me apresaba más fuerte contra su cuerpo impidiendo que me moviera sonreí tontamente. Recordé todo de golpe y levanté uno de mis brazos para acariciar el rostro de Kai, que dormía plácidamente junto a mí.

 

Su rostro se veía tan cálido y tranquilo al dormir, su respiración acompasada tendía a relajarme. Alcé levemente el rostro y miré la hora que marcaba el reloj sobre la mesita de noche junto al lado de la cama donde estaba Kai. Marcaba las 4 de la madrugada… la última vez que había mirado el reloj había sido al entrar a la cocina para hablar con él y este marcaba un poco más de las 8 de la noche.

 

Preferí no seguir pensando en la hora y me dediqué a seguir mirando a Kai, se me había quitado un poco el sueño así que preferí hacer eso antes que mirar la oscuridad reinante en el resto del cuarto. El rostro de Kai estaba levemente iluminado por la clara luz de la luna.

 

No lograba conciliar el sueño, sentía una ligera molestia, pero no sabía en sí de donde provenía. Suavemente me solté del cálido abrazo de Kai y me recosté del lado contrario, respirando calmadamente. La molestia se pasó por un rato, pero después volvió. Decidí sentarme en la orilla de la cama, volví a mirar el reloj… marcaba las 4:25 de la madrugada. Seguí respirando tranquilamente, sentía un calor extraño y como si el corazón estuviese en mi cuello. Decidí ir por un vaso de agua a la cocina, me paré tranquilamente y cogí la polera del pijama que usaba y que estaba bajo mi almohada, pero grande fue mi sorpresa al encontrar que en la cama en donde estaba sentado había una sustancia café, como sangre y que era como moco. Me sorprendí mucho, por lo que en vez de ir a la cocina decidí ir al baño.

Una vez allí revisé mis piernas y verifiqué que cerca de mi entrada también habían rastros de aquella sustancia y se entremezclaba con lo que parecía ser semen. Me asusté un poco, pero como aún sentía que mi bebé se movía, no me alarmé.

 

En ese momento jamás me acordé de las indicaciones que me había dado la matrona para ir a la urgencia del hospital.

 

Me bañé tranquilamente, quitando el sudor de mi cuerpo, al salir de la ducha me sequé bien y fui por la otra parte de mi pijama al cuarto. Kai aún seguía dormido, acaricié levemente su rostro y sonreí ante un gesto extraño que hizo cuando pasé mi mano por su nariz.

Casualmente miré la hora, 5:10 de la mañana.

 

Bajé, tratando de no hacer ruidos, hasta la cocina, me había dado algo de frio por lo que puse la tetera eléctrica y me senté a esperar. Estaba en eso cuando sentí una leve punzada en mi vientre, después de que este se hubiese puesto duro. Me sorprendí, puesto que las contracciones que a veces tenía no tenían esa intensidad. La tetera hirvió y me serví el té que quería volviéndome a sentar. No paso mucho rato hasta que vino otra contracción, aún más fuerte… tanto que incluso me hizo agacharme del dolor.

 

Traté de tranquilizarme, sabía que no sacaba nada alterándome. Decidí que mientras no viniese otra estaba bien, así que me terminé mi té y me encaminé a las escaleras.

Había subido algunos escalones cuando vino otra contracción casi igual de fuerte que la anterior, pero esta duró más y vino acompañada de algo más, agua… mucha agua que corrió entre mis piernas rápidamente. Ahí sí que de verdad me asusté.

-¡K-Kai!-lo llamé fuerte, esperé unos minutos en silencio, esperando su respuesta, pero sólo oí más silencio. Iba a gritarle cuando vino otra contracción que duró mucho más que las anteriores-¡K-Kai!!-el dolor me dominaba-¡¡¡K-KAI!!!-no podía más, tenía miedo, estaba aterrorizado, sabía que mi bebé estaba por nacer, tenía que ir al hospital… pero no podía solo, necesitaba a Kai, yo ni siquiera podía moverme-¡¡¡¡KAI!!!!

 

KAI.

No tenía idea de qué hora era, pero sentía que a lo lejos alguien me llamaba en un comienzo pensé que era sólo un sueño, por lo que me giré a un lado y traté de seguir durmiendo. Fue allí cuando noté que Uruha ya no estaba a mi lado. Abrí extrañado los ojos y rompiendo el silencio de la noche lo oí.

-¡¡¡¡KAI!!!!

 

Medio aturdido aún a causa del sueño, me levanté y corrí hacía donde pensaba que estaba Uruha gritando mi nombre, porque si de algo estaba seguro era de que no era un sueño.

Llegué a las escaleras y le vi, estaba afirmado de las barandas de estas, encogido sobre sí mismo y se sujetaba el vientre.

-¡Uruha!-lo llamé mientras corría hasta él y me agachaba para ver su rostro-amor, ¿qué tienes?

 

Lo vi levantar su rostro, sus ojos estaban bañados en lágrimas que habían comenzado a caer por sus mejillas. Tomó mi mano y la apretó fuerte mientras volvía a gritar. Estuvo así cerca de un minuto y soltó mi mano.

-K-Kai…-respiró profundo y continuo-el bebé viene.

 

Ahí sí que me alarmé, mas él siguió hablando.

-vístete, abre mi closet, abajo a la derecha hay un bolso verde, tómalo así tal como esta.

-sí, sí, sí-sólo atinaba a asentir, sin siquiera moverme.

-K-Kai… muévete-me dijo.

 

Ahí fue cuando recién reaccioné, al parecer volvía a tener otra contracción, corrí hasta el cuarto, tomé lo primero que encontré de ropa, busqué el bolso, me lo crucé, tomé las llaves del auto y una frazada para cubrir a Uruha.

Bajé corriendo y lo vi sentado en el piso, tratando de regularizar su respiración, me agaché junto a él.

-¿p-puedes caminar?-le pregunté.

 

Él me miro y asintió levemente-sólo deja que la contracción se vaya totalmente.

Esperé por algunos segundos, hasta que él mismo ayudándose con la baranda se puso en pie.

-apurémonos antes de que venga otra.

 

Asentí y lo ayudé a caminar, tomándolo de la cintura. Estábamos casi llegando a la puerta cuando le vino otra, mas no se sentó en el piso, la resistió de pie yo sólo atiné a abrazarlo y a sujetarlo fuerte, mientras lo oía reprimir el grito mordiendo mi ropa.

 

Al poco rato esta pasó, por lo que rápidamente le quité la alarma al auto y abriendo la puerta trasera, senté a Uru atrás para que fuese más cómodo. En ese minuto adoraba a Aoi por haberme pasado uno de los autos de la compañía “uno nunca sabe si el bebé puede o no adelantarse, así que llévatelo”.

 

Estaba asustado, no sabía cómo ayudar a Uru, que se quejaba atrás mío. En cada semáforo que nos daba rojo, me giraba para mirarlo y darle aunque fuera con una caricia o una sonrisa algo de apoyo.

-e-estoy bien… descuida-me decía él sonriéndome-sólo segurate de que lleguemos pronto.

 

 

El hospital estaba relativamente lejos de donde vivíamos, por lo que nos tomó algo así como 20 minutos en llegar allá. Apenas llegamos a la entrada, un paramédico me llevó una silla de ruedas, donde sentó a Uruha y corriendo lo llevó adentro.

 

URUHA.

Llegar al hospital fue un alivio, sabía que allí podrían ver como estaba mi bebé y me quitarían el dolor.

Lamentablemente, mientras me instalaban en un cuarto Kai no podía estar conmigo, pero después de que me pusieron la típica bata hospitalaria y que me pusieran un monitor en torno a mi barriga lo dejaron pasar.

-¿¿cómo estas??-me preguntó preocupado, noté en sus ojos y en el tono de su voz lo asustado que estaba.

-bien-le respondí-el paramédico me dijo que apenas venga la matrona y el médico, me dirán como está nuestro bebé y verán que ponerme para el dolor.

 

Él sólo me sonrió y tomó una de mis manos, cálidamente.

 

Esperamos unos minutos, que al menos para mí fueron eternos… miré la hora y ya eran casi las 6 de la mañana.

Acababa de hacer eso cuando entró la matrona y le médico, me pidieron algunos datos, me revisaron y me explicaron la situación.

-su parto se adelantó, lo que usted vio como sangre es el tapón mucoso que protegía el saco amniótico de cualquier agente extraño y como consecuencia sus membranas se rompieron –me explicó la matrona- ahora lo que no entiendo es porque-pareció pensar unos momentos, me miró fijamente y añadió-¿tuvo relaciones sexuales?

 

La miré nervioso y después miré a Kai.

-p-pues sí.

 

-ahhh, entonces ahí está la explicación… ¿recuerda que entre las indicaciones que le di hace algunos controles, fue que se abstuviera de las relaciones sexuales el último trimestre?

 

¿Acordarme?, claro que me acordaba, pero en el minuto D, ni siquiera se me pasó por la mente.

 

-eso fue lo que desató toda esta situación, normalmente en una mujer esas indicaciones no se dan a no ser de que presente complicaciones, como en su caso no tenemos experiencia con hombres, por eso se las di, pero tampoco debe preocuparse… su bebé concluyó su maduración pulmonar dentro de esta misma semana, por lo que todo debería estar bien –en eso vi como entraba un hombre con mascarilla, la miré nervioso- descuide me dijo acercándose a mí y tomando mi otra mano, la que no tenía Kai- él es anestesista, le pinchara la espalda para que deje de sentir las contracciones, en un rato más se pasaran, cuando el termine vendré, lo revisaré y lo pasaremos a pabellón.

 

Yo sólo me limitaba a asentir, el anestesista hizo que me pusiese de costado y en algunos minutos él ya había terminado. Me estaba acomodando de nuevo de espalda cuando volvió a entrar la matrona, miró un papel que salía del monitor al que estaba conectado.

-los latidos de su hijo están muy bien, por ser usted un hombre y como nunca hemos tenido un caso así, la cesárea se realizará de inmediato para que su hijo no corra riesgos y usted tampoco. El médico que atenderá su cesárea tiene mucha experiencia en esto y la matrona que va a ver a su hijo también, así que le pido que esté tranquilo.

La miré y le sonreí, ella volvió a salir y me giré para ver a Kai.

 

KAI.

Estaba verdaderamente asustado, no sabía que Uruha tenía prohibición de tener relaciones sexuales. Me sentía impotente no podía hacer nada por Uru más que tomar su mano y apretarla con cariño, mientras le pedía que soportara un poco más. Después de la anestesia al parecer dejó de sentir las contracciones por lo que me quedé más calmado.

 

La matrona vino de nuevo, nos explicó algunas cosas y al salir noté que Uru me miraba.

-¿estás bien? –le pregunté.

 

Él me sonrió.

-claro que estoy bien, al fin no tengo ese molesto dolor y estás conmigo.

 

Me acerqué y lo besé, Uruha debía ser verdaderamente valiente, no sólo corrió el riesgo de embarazarse sabiendo que no sabía que ocurriría sino que también soportó solo todo lo que le hice y el tiempo que estuvo sin mí y para aumentar todo ahora soportaba esos dolores.

 

-no pienses nada malo ¿si?-me dijo en un susurro alejando su rostro un poco del mío-soy feliz con todo lo que está pasando… al fin después de tanto tiempo podremos conocer a nuestro Takara… ¿acaso eso no te hace feliz?

-por supuesto que me hace feliz, harás mi sueño realidad en sólo un rato más…-me callé y añadí-pero no puedo evitar sentirme algo culpable por todo lo que has pasado.

 

Sentí como me daba una palmada en la nuca.

-¿estás loco?-me miro frunciendo sus cejas-esto, todo mi embarazo ha sido lo mejor que me ha pasado, junto con que volvieras conmigo… estoy más que feliz, no tienes de qué sentirte culpable.

 

Me volví a acercar a él para besarlo libremente introduciendo mi lengua en su boca, estábamos en eso cuando sentimos que alguien carraspeaba. Nos separamos y vimos a otra matrona.

-buenos días, soy la matrona que atenderá a su hijo… me preguntaba si tendrían una muda lista para que lo vistamos.

-sí, claro-respondió rápidamente Uruha, me miró –Kai pásame el bolso, por favor.

 

Se lo tendí y vi como hurgueteaba dentro de él hasta sacar una bolsa transparente con lo que parecía ropita y pañales. Se la extendió a la matrona y esta se marchó.

 

URUHA.

Hasta ese minuto me había calmado bastante, pero vi como volvía a entrar la matrona del comienzo junto a unos paramédicos.

-listo Takashima-san, el pabellón está preparado para recibirlo –me sonrió y fue ahí cuando me puse nervioso-cálmese Takashima-san… todo estará bien –la matrona tomó mi mano y la frotó un poco… él es su pareja –miró a Kai.

-sí-le respondí.

-¿entrará él a la cesárea?

 

Miré a Kai, hasta ese momento no se lo había preguntado.

-¿quieres?-le pregunté.

 

Lo vi abrir mucho sus ojos.

-¡¡claro!!

 

Después de eso, me sentaron en una silla de ruedas y en la entrada del pabellón tuve que separarme de Kai, se lo llevaban para que se vistiese y a mí me pasaron al pabellón. Una vez dentro y después de unos minutos en donde me habían cubierto con unos paños y encendido algunas luces, vi como Kai entraba y se ponía a un costado de mí. Tomó mi mano y besó mi frente. Le sonreí nervioso.

 

Pasó un buen rato en que no supe nada, sólo sentía como los médicos trabajan y como Kai seguía tomando mi mano, atento a lo que ocurriese.

Aún estaba mirando a Kai cuando escuché como un médico decía ¡listo!, seguido de un llanto… sabía quién era.

Traté de levantar mi cuello para verlo, pero me fue imposible a causa de la barrera que habían puesto frente a mí, mas no pasó mucho rato para que la matrona apareciese con un bultito de pañales de tela mostrándomelo y colocándolo en mi pecho.

Solté la mano que sostenía Kai y lo acaricié. No abría aún los ojos y dejó de llorar apenas lo pusieron junto a mí. Miré a Kai que aún seguía junto a mí, estaba quieto, con la mirada fija en Takara…

-K-Kai… amor –lo llamé.

 

Fue ahí cuando tendió a reaccionar y me miró.

-acércate, amor… es nuestro hijo-le sonreí, sabía que quizás se sentía algo confundido y atemorizado.

 

KAI.

Estaba como tonto sólo mirando al bebé, esa cosa pequeña que hasta hace unos momentos había estado en la barriga de Uruha. No sabía qué hacer, si acercarme a Uru, si tocar al bebé… quería hacer todo a la vez, pero mi cuerpo no se movía. Mi vista seguía fija en Takara.

-K-Kai… amor.

 

A lo lejos oí la voz de Uruha llamándome y fue como si recién hubiese vuelto a la realidad y lo miré.

-acércate, amor… es nuestro hijo.

 

Estaba algo confundido aún.

-acérquese –me dijo la matrona cuando la miré como pidiéndole permiso-es su hijo, tóquelo, abrácelo, dele besitos.

 

Le sonreí y me acerqué a Uruha, que ahora estaba acariciando la cabecita de nuestro hijo.

-Ta-Takara –lo llamé, más el bebé no reaccionaba, sólo miraba a Uru.

-jajajaja parece que sólo quiere a mami, ¿verdad Takara?

-¡Uru!-le dije haciendo un puchero aquella broma había logrado que la tensión que sentía se fuese.

-jajajaja… es broma amor-me sonrió.

 

Me acerqué al bebé y le di un besito en la cabeza, que era lo único que no estaba cubierto por el pañal de tela.

-Takara… hijo, soy tu papá – acaricié su cabecita y pareció que ahí recién notó mi presencia, puesto que me miró.

-ves que sólo hacía falta que te acercaras-me dijo Uru.

 

Lo miré y le sonreí, él me devolvió una de esas sonrisas grandes que tanto amaba. No me resistí y me acerqué a su rostro dejando un beso, que fue casi como una caricia en sus labios.

-te amo-le dije mirándolo y acariciando con una de mis manos su rostro.

-yo también-me respondió él, sonriéndome.

 

Pasó un rato más mientras disfrutamos de nuestro hijo, hasta que la matrona dijo que debía llevárselo para vestirlo y revisarlo.

No quería pasárselo, quería que se quedara conmigo siempre, pero entendía sus razones y se lo entregué.

 

Después de eso me llevaron a mi cuarto, me acomodaron bien y entró Kai.

-Ruki y Reita están afuera, los dos están como locos queriendo verte a ti y a Takara.

-me imagino-le sonreí.

-¿necesitas algo?-me preguntó depositando un beso en mi frente.

-sólo que te quedes conmigo.

-lo haré descuida, pero antes iré a buscar a los chicos que se están muriendo por la espera, además en un rato más llegará Aoi y Mitsuo, ambos llamaron cuando salí de pabellón.

 

Sólo asentí con la cabeza, sonriéndole.

 

Lo vi salir y momentos después vi una cabeza rubia y bajita correr hasta mí, abrazándome.

-¡¡Uruuuu!!, estaba asustado cuando Kai me llamó y le dije a Reita y también se asustó y cuando llegamos nadie me decía nada y no encontrábamos a Kai y me asustab-

-Ruki, amor… cálmate-Reita lo interrumpió, mientras se paraba atrás de él, colocando una mano sobre su hombro.

 

Él lo miró y bajó el rostro avergonzado.

-descuida Reita… estoy bien-miré a Ruki y le acaricié la cabeza-ya enano, estoy bien… estamos bien, descuida.

 

Levantó su mirada.

-y ¿Takara?... ¿dónde esta mi ahijado?-preguntó.

-está con las matronas, lo están revisando… lo traerán en un rato.

 

Los chicos se sentaron y seguimos conversando de varias cosas, hasta que sentimos que alguien golpeaba la puerta. Kai abrió dejando pasar a alguien. Era la matrona con una cunita. Se acercó a mí, tomó el bultito amarillo que era mi hijo y me lo pasó.

-felicidades, es un niño completamente sano.

 

Me sonrió y salió. Ruki fue el primero en acercarse a verlo.

-Uru, Uru… ¿lo puedo cargar?-sus ojitos ilusionados me miraban.

-claro-le respondí y se lo pasé cuidadosamente.

 

Kai se acercó a mí y me besó en la frente.

Vi como Reita regañaba un poco a Ruki, por haberme pedido a Takara y como este hacía un puchero, me reí ante aquello, eran tan diferentes en personalidad, pero el amor que sentían era inigualable.

 

Ruki comenzó a preguntarme algunas cosas respecto al bebé mientras lo mecía en sus brazos. Vi como le hacía algunas gracias puesto que Takara había despertado. Estábamos en eso cuando oímos golpes afuera y vimos como Aoi y Mitsuo entraban.

-¡hola chicos!, miren a quien me encontré afuera sin saber si entrar o no-dijo Aoi apenas cerró la puerta señalando a Mitsuo.

 

Les sonreí a ambos y los invité a pasar, los dos me traían flores, las dejaron sobre una mesita y se fueron a mirar a Takara que con unos ojos enormes los miraba a todos.

 

Desvié mi mirada de ellos y la posé en Kai, quien también casualmente, me miraba. Le sonreí y extendí mi brazo hasta que mi mano rodeo su nuca y lo acerqué a mí para besarlo profundamente.

 

KAI.

Ver como esos cuatro le hacían morisquetas a mi hijo era de lo más chistoso, eran todo un caso. Me giré y vi que Uru también los miraba. Pasaron unos momentos y él también comenzó a mirarme, me sonrió y acercó su brazo a mí, sentí como su mano rodeó mi nuca y acercó mi rostro al suyo para besarme profundamente, gustoso acepté ese beso.

 

Me separé de él y acaricié su rostro.

 

Por detrás teníamos los gritos de esos locos. Los a Uruha, para luego mirarlos a ellos.

-¡hey, dejen a mi hijo, ahora es turno de que papá lo cargue! –fui hacia ellos diciéndoles aquello, me paré en frente de Ruki y tomé a Takara-es mío, mío, mío-les dije infantilmente, mientras me alejaba de ellos y Ruki hacía pucheros, llorándole a Reita.

 

URUHA.

Ver aquella imagen, como Kai cargaba a nuestro hijo, ver a Aoi, Reita y Mitsuo riendo por sus niñerías y a Ruki llorando porque según él Kai no lo dejaría cargar al bebé, como Reita intentaba consolarlo por algo sin sentido. Así fue como siempre había soñado estar en el momento en que mi hijo naciese, con mis amigos disfrutando del momento y a Kai, el hombre al que amaba, con su hijo en brazos, disfrutando de nuestro hijo.

 

Sonreí ante ello.

Definitivamente aquella aventura en la que me había involucrado para cumplir el anhelo de Kai había valido cada lágrima, dolor o sufrimiento, porque nada se comparaba a la carita de mi hijo mirándome o la expresión de devoción en el rostro de Kai.

 

 

SEMANAS DESPUÉS.

 

URUHA.

Era el primer mes de vida de Takara y nuestras vidas habían cambiado completamente. Las noches en vela por que Takara se despertaba, las ojeras a causa de esto, correr a hacer una leche o a cambiar los pañales. Tuvimos tanto Kai como yo a adecuarnos a todo eso.

Aquella noche los chicos vendrían a nuestra casa a celebrar el primer mes.

 

Veía como Kai preparaba la cena concentradamente, mientras yo estaba sentado frente a mesón de la cocina, con Takara en mis brazos dándole su leche.

 

Me puse en pie y me acerqué a Kai. Él pareció notarlo y se alejo un poco de la cocina, acercándose a mí.

-te amo-le susurre bajito cerca de sus labios.

-yo también-me respondió él –para siempre…

 

FIN

 

Notas finales:

Gracias por sus reviews... nos leemos la próxima vez (:


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).