Sin darme cuenta ya estaba sentado, mi barriga había sido limpiada de ese gel y cubierta de nuevo con el sweater, estando frente al médico escuchando nuevas indicaciones. Me parecía estar dentro de un sueño… siempre había sabido que mi bebé estaba allí, pero por primera vez sentía que tomaba forma.
Caminamos de regreso al auto, mientras Ruki no dejaba de hablar de esto y lo otro respecto al bebé. Al llegar al auto y subirnos, Ruki se quedó en silencio.
-neee, Uru… ¿estás bien?
-¿ah?... sí, sí, descuida –le sonreí.
-¿estás seguro?... pareces algo ido.
-no… no… es sólo que… siento que todo ha sido demasiado rápido.
Ruki me sonrió- descuida, es normal… sólo relájate.
Apenas llegamos al restaurant de los chicos, Ruki corrió hasta el mesón en donde estaba Reita.
-¡Reita!, ¡Reita!... Uru-chan tendrá un bebé… ¡tendremos un sobrinito! –lo abrazó fuertemente.
-¿q- qué?... ¿de verdad?
-sí –le sonreí- lo confirmó el ultrasonido.
-wooo, ¡felicidades! –me abrazó cálidamente-¿quieres comer algo?... ¿algún antojo?
Me quedé pensativo.
-mh… ¿podría ser algo de pastel de chocolate?
-¡claro!-casi gritó Reita -te lo traigo de inmediato-caminó unos pasos y se detuvo girándose-pero no hablen nada antes de que llegue.
Vi como Reita desaparecía tras la puerta de la cocina.
-sabes –oí que Ruki me decía- aunque Reita no lo demuestre mucho… está muy emocionado de que vayas a tener un bebé. Ayer en la noche me hizo jurarle que le diría todo lo que nos dijera el médico hoy.
-¿de verdad? –no me lo podía creer.
-sí… y no sólo eso, ha comenzado a ver todos los programas y documentales sobre embarazos y bebés.
-nunca imaginé que hiciese eso.
-tú sabes como es Reita… no demuestra fácilmente sus sentimientos, pero está muy emocionado.
Acabábamos de terminar de hablar de Reita, cuando este pareció con un trozo enooorme de pastel, dejándolo delante de mí con un vasito de soda.
-¡¡¡graciiaaaas!!! –exclamé feliz, mientras comía.
Después de eso, le mostré las fotografías a Reita, quien observaba cuidadosamente las ecografías, preguntando todo lo que le mostrábamos. Le explicamos todo lo que había dicho el médico.
-chicos, ya me tengo que ir… tengo que pasar al supermercado para llenar la despensa y tener lo necesario para la cena de hoy. Vendrán ¿verdad?
-¡claro!, no nos perderíamos eso por nada –dijo Ruki.
-¿vendrá Aoi?-preguntó Reita.
-pues… lo invité ayer cuando me lo encontré, dijo que iría.
Me despedí de ellos y caminé hasta el supermercado que queda más cerca de casa. Compré muchas cosas, casi ni siquiera podía cargar todo, por lo que cogí un taxi que me dejó en la puerta de la casa.
Cuando bajé del taxi sentí algo extraño… como si alguien estuviese observándome. Me giré y traté de mirar si había algo o alguien cerca, mas no vi nada, por lo que entré tranquilamente a mi casa.
KAI.
No podía ser cierto… Uruha vivía a dos cuadras de mi nueva casa. Sí, después de irme del departamento que compartía con Uruha, me mudé a un hotel y después a una pequeña casa, que casualmente está cerquísima de la casa de Uruha.
Aquella noche era la cena de la que me había hablado Aoi. Sólo pude verle de lejos… no me dio la valentía para acercarme. Vi que se giraba, como si siguiese que alguien lo observaba.
Era extraño, pero me daba la impresión de que cada vez que lo veía su vientre crecía más.
Caminé hasta su puerta y a través de las cortinas pude observar su silueta moverse de aquí a allá por la casa. Suspiré fuertemente y decidí marcharme, de todos modos no sacaba nada quedándome allí si al final no era capaz de hablarle.
Me hubiera gustado tener más valentía y acercarme a él, si hubiese sido así probablemente no habría habido problemas en tocar a su puerta.
URUHA.
Traté de hacer una cena medianamente decente, no me destaco principalmente por ser un buen cocinero, quien destacaba en eso era Kai. Cuando vivíamos juntos era él quien cocinaba todo lo que comía… creo que de verdad si él no me hubiese enseñado algunas cosas ahora estaría muriendo de hambre.
Hice algo de arroz con curry y algunos acompañamientos con verduras salteadas o cocidas, había citado a los chicos a eso de las 8, ya faltaba poco, así que me dediqué a arreglarme un poco y a terminar de arreglar la mesa.
Estaba en eso cuando escuché el sonido del timbre, al abrir me encontré con el rostro sonriente de Aoi, me hice a un lado y le deje pasar.
-¿cómo has estado?-me preguntó.
-muy bien… ni te imaginas.
-y bien… ¿qué te dijo el médico hoy?... ¿está todo bien con el bebé?
Me senté en un sofá que estaba frente a él.
-todo está perfectamente, mi bebé es hermoso… según dijo el médico será un bebé bastante grande.
Aoi rio.
-bueno… no tiene por donde ser pequeño.
-sí es cierto-sonreí con algo de melancolía.
Aoi estuvo en silencio unos minutos y añadió.
-Uruha… si Kai quisiese hablar contigo… ¿lo dejarías?
Parpadeé sorprendido, sí que era raro que Aoi hablase de Kai.
-¿de qué hablas?
-ya sabes… que Kai quiera verte, hablar contigo.
-bueno… yo de verdad a estas alturas ya casi no me planteaba esa posibilidad, pero… creo que si él quisiera lo dejaría.
Aoi iba a añadir algo cuando volvió a sonar el timbre.
-esos deben ser Reita y Ruki.
Caminé de prisa hasta la puerta y les abrí a esos dos, que apenas abrí dejaron de discutir.
Ruki entró rápidamente y Reita le siguió.
-¿qué discuten ahora? –les pregunté.
-nada… es sólo que…
-sólo que Reita es un insensible y no me dejó cocinarte la tarta que te gusta- dijo con un puchero.
Sonreí.
-qué bobito… eso da lo mismo –añadí- porque no pasan, Aoi ya llegó.
Cenamos en calma, hablando de cualquier tema que saliese. Hacía mucho que no me sentía tan bien y cómodo en compañía de otras personas. En un instante observé en silencio como los chicos reían y hablaban entre ellos, me sentía feliz, pero a la vez sentía que Kai hacía falta en aquel lugar. Acaricié levemente mi barriga y sentí que dentro de todo aunque fuese una parte de Kai estaba allí entre nosotros.
Los chicos alabaron mi cena y después de reposar un poco, pasamos al living para comer unas galletas y tomar algo de té.
-neee Uru… ¿nos mostrarás el video?-preguntó ilusionado Ruki.
-Ruki, tú pudiste verlo en vivo y en directo-le reprochó Reita despeinándolo.
Ruki hizo un puchero adorable con su boca.
-jajaja déjalo Reita –miré a Ruki- descuida iré por todo de inmediato – y me puse de pie, caminando rápidamente hasta mi cuarto, tomé la carpetita en donde tenía todo y caminé de vuelta al living.
Les pasé las fotografías que me había entregado el médico y me dirigí hasta el reproductor de DVD para poner el disco en que el médico también había grabado la ecografía.
Atrás de mí oía a Ruki explicándoles a los chicos que era cada imagen.
Me giré y vi algo que me extrañó un poco… Aoi tomándole una fotografía a una de las ecografías. Pareció notar que le miraba, puesto que levantó su cabeza y me sonrió.
-es para presumir de mi nuevo sobrino.
Le sonreí, Aoi y sus locas ideas.
Vimos el video y de verdad que Ruki parecía una mezcla entre medico y padre explicando cada movimiento o parte de mi hijo que salía en la televisión.
No nos dimos ni cuenta cuando ya era casi la medianoche. Aoi se despidió disculpándose, aduciendo que tenía una reunión importantísima en la mañana, mientras que Reita y Ruki me ayudaron a recoger las cosas de la cena y a ordenar todo.
Me acosté pasadas la una de la mañana, me sentía feliz, completo, por alguna razón que desconozco, sentía que nada me faltaba. Acaricié con amor mi vientre y le susurré cuanto lo amaba.
Me giré un poco, puse una mano bajo mi almohada y me dormí.
KAI.
A la mañana siguiente volví a pasar por casa de Uruha, cuidando de que en caso de que saliera de su casa no me viese, mas al pasar por afuera las cortinas aún estaban cerradas, por lo que supuse que aun estaría dormido.
Llegué al estudio justo a la hora de una reunión que tenía con Aoi y algunos productores más. La reunión fue igual de aburrida que muchas otras que ya había tenido, lo mío no era toda esa burocracia que se formaba en torno al mundo de la música, lo mío era tocar la batería, ver arreglos técnicos, no estar con un traje formal sentado en una silla junto a mil papeles, pero como mi trabajo en la productora no era solo ser músico de soporte… me resigné y mentalizado logré sobrevivir a aquello.
-¡¡¡Kai!!!, ¡¡Kai!! –oí que alguien me gritaba mientras salía apresuradamente de la sala de reuniones, al girarme noté que era Aoi-hola Aoi, ¿qué cuentas?
-uff… muchas cosas, pero no es algo como para conversar en un pasillo… ¿qué tal si nos tomamos un café en la cafetería?
Me extrañaron sus palabras, pero ya que quería hablar y yo quería un café, acepté.
-¿recuerdas que ayer te dije que Uruha me había invitado a su casa a cenar y ver la ecografía que le hicieron?
-claro que lo recuerdo… ¿¿porqué??
-mira… -me dijo mientras sacaba su celular, buscaba algo en él y me lo pasaba.
Fruncí el ceño y me fijé en lo que me pasaba.
¡No podía creerlo!, en la pantalla de aquel celular estaba una fotografía a una ecografía. Levanté mi cabeza mirándolo con una clara expresión de duda y expectación en mis ojos. No fue necesario expresar mi pregunta.
-sí… es el bebé de Uru.
Toque con delicadeza la pantalla… como queriendo ir más allá y tocar directamente a ese bebé.
¡¡Dios!!, como me gustaría poder tomar en brazos a ese bebé. Toqué levemente la pantalla y por accidente pasé a la siguiente foto [imaginen que es un celular touch, que con sólo tocar la pantalla se pasa a la siguiente foto] y vi una fotografía de un feliz Uruha, con sólo una polera y pantalones, con lo que su barriga resaltaba completamente.
-sabes…-le dije a Aoi-creo que esto era lo que necesitaba… lo buscaré y hablaré con él.