Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Por ti por Kaikai

[Reviews - 181]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hello~ e aquí alguien que sobrevive parcialmente a las turbulencias de la universidad...

este miércoles sí una prueba de once hojas!, estuve más de tres horas haciéndola y ni aún así terminé ;OOOOOO;

en fin, adivinen queeee!! en el próximo cap, al fin Uru y Kai hablan~

asi que dejen reviews para poder actualizar el próximo sábado~

 

En este cap:

Kai decide alfin ponerse los pantalones y hacer algo.

¿Cómo reaccionará Uruha?

27 semanas.

 

KAI.

Tomé la decisión de volver apenas Aoi me contó lo que pasaba en Japón. No estaba dispuesto a que un sujeto viniese y me quitase a quien amaba.

Lamentablemente las cosas no se dieron como quería. Tuve que esperar dos semanas extras, al final de las negociaciones con la productora estadounidense por el asunto de los nuevos equipos.

 

Cuando estaba sobre el avión fue para mí un alivio y pude volver a respirar tranquilo, rogando para que ese avión se demorara poco y volver a ver de nuevo a Uruha. Deseaba abrazarlo, poder hablarle, pedirle perdón, rogarle que me dejara entrar en su vida una vez más.

 

En esos días que habían sido casi años para mí, hablé todos los días con Aoi, quien me contaba como iban las cosas con Uruha y aquel sujeto.

-al parecer ese hombre está interesado en Uru, pero ya sabes como es él… ni cuenta se da, pero para mí es más que obvio-me dijo un día Aoi.

-¿a qué te refieres?- pregunté algo contrariado.

-bueno, es cierto que existen los amigos, pero… bueno Uruha me contó que ese hombre hasta le ha comprado regalos para el bebé e incluso va todos los días por él para llevarlo de vuelta a su casa por las tardes.

 

Todo aquello me tenía consternado y algo confuso, me sentía verdaderamente culpable, al final había sido yo quien había dejado a Uruha, por no creerle lo del bebé o más bien por no dejarle explicarme, pero ahora las cosas eran diferentes, apenas llegase iría donde Uruha y me humillaría ante él.

 

El vuelo fue relativamente normal, aunque para mí fueron horas eternas. Necesitaba llegar lo antes posible, ya había perdido demasiado tiempo con mi estupidez y necedad.

 

El aterrizaje fue bastante bien, apenas toqué suelo japonés tomé un taxi hasta la productora para hablar con Kai, sobre los acuerdos firmados en EE.UU.

 

Apenas le entregué los papeles y le informé de los debido salí corriendo de allí. Aún llevaba mis maletas más algunas bolsas de obsequios. Tomé un taxi y le pedí al chofer que se detuviera en una florería que encontramos por el camino. Le compré a Uru las flores que él más amaba, los gladiolos. Nunca olvidaré que la primera vez que le di flores, por casualidad le di las de este tipo y cuando vi esa felicidad en sus ojitos fue el día más feliz de mi vida.

 

Bajé del taxi, pidiéndole al chofer que me esperara, compre las flores, volví a subirme al auto y le di la dirección de la galería de Uru.

 

Llegar no fue difícil, no era horario punta por lo que las carreteras de Tokyo estaban relativamente expeditas. Al llegar, observé por la ventana del auto y respirando profundamente para tomar valor, bajé del taxi con mis cosas y me encaminé a la galería.

 

Estaba casi llegando, miré al parque que estaba en frente y recordé cuantas tardes estuve allí mirando a Uru desde lejos, observando cómo su cuerpo cambiaba a causa del embarazo, viendo como estaba tan cerca y tan lejos a la vez por mi propia culpa.

 

Seguí caminando tratando de ordenar en mi mente las palabras que le diría al verlo. Llegué al frente y pude observarlo a través del cristal que era toda la fachada de la galería. Estaba detrás del mostrador, parecía conversar con alguien por teléfono. Lo observé por unos minutos, lo vi colgar el teléfono y seguir ordenando unos papeles.

 

Me paré frente a la entrada, respiré profundo y entré.

 

 

URUHA.

Ese día había sido de locos, había tenido problemas con unos pintores, problemas con unos clientes y el dolor de cabeza ya no me dejaba casi pensar.

 

El sensor de la puerta principal anunció que alguien había llegado.

-de inmediato lo atiendo-exclamé aún con la cabeza agachada, mirando los últimos papeles que estaba ordenando.

 

No oí que la persona me respondiera por lo que extrañado levanté la mirada y vi lo que creí que nunca más en la vida pensé volver a ver, allí frente a mi mirándome fijamente estaba… Kai. Atrás de él pude ver unas maletas y otras cosas que en verdad en ese momento no me importaban.

 

Di algunos pasos saliendo de atrás del mostrador, acercándome a él, como si tratara de asegurarme que a quien veía era real. Él avanzó había mí, pero como si algo me repeliera retrocedí unos pasos.

 

Sentí que me mareaba, instintivamente llevé mis manos a mi vientre, sentía que todo me daba vueltas. Lo vi caminar rápidamente hasta mí cuando notó que estaba desplomándome.

-Uru, Uru… ¿¿estás bien??... ¿¿qué tienes??

 

Yo sólo lo miré unos momentos y todos los gritos, recriminaciones volvieron a mi mente en un abrir de ojos, todo ese dolor y pena me golpearon de frente nuevamente, al tenerlo junto a mí.

-de-déjame-le pedí bajito.

-¿¿q-qué??... ¿estás loco?, no puedo dejarte… llamaré a un médico.

-n-no… ve-vete…

 

KAI.

¿¿Cómo era posible que me pidiese dejarlo ahí, así??... no lo tomé en cuenta y lo tomé en brazos, mientras él aún me pedía que lo dejara solo. Lo tendí en un sofá que había en la recepción de la galería.

-so-sólo vete… p-por favor

-no, entiéndelo… vine a hablar contigo… necesi-

 

¡Uruha!... ¡Uruha!

 

Alguien venía corriendo en dirección a nosotros gritando el nombre de Uru, lo que hizo que me quedase callado.

 

Uruha abrió sus ojos que sin yo haberlo notado ya estaban cubiertos de lágrimas.

-Mitsuo…-lo oí exclamar.

-Uru, ¿¿estás bien??... ¿qué tienes?... es el bebé, te llevaré a un me-

-sácame de aquí… ¡por favor!-exclamó con dolor, sentí que ahora era él quien huía de mí, vi como ellos dos se hablaban, como el hombre que había llegado recién miraba casi con devoción a Uruha y de inmediato comprendí de quien se trataba.

 

Vi como el sujeto tomaba en brazos a Uru y como este se abrazaba a él sin dirigirme la mirada. Los vi salir de la galería, no sabía a dónde lo llevaba, no sabía como estaba, no sabía nada… nada, nada, nada… Uruha había hecho una vida aparte después de que me había ido, pero lo entendía absolutamente, había sido mi culpa.

 

Volví a mi casa abatido, dejé las maletas tiradas por ahí y me tiré en el sofá de la sala mirando el techo, tratando de pensar en los pasos que seguiría de ahí en adelante, porque si algo tenía claro era que recuperaría a Uruha fuese como fuese, casi había muerto de celos al verlo en brazos de otro hombre, compartiendo con él lo que se suponía debía compartir conmigo.

 

URUHA.

Le pedí a Mitsuo que no me llevase al médico, no era un doctor lo que necesitaba… necesitaba sentirme seguro, protegido, por lo que sólo le pedí que me siguiera abrazando. Sin darme cuenta me quedé dormido en sus brazos.

 

Cuando desperté me encontré en el sofá de mi casa cubierto con una manta. Mi cabeza aún estaba siendo bombardeada por los acontecimientos recientes y comenzaba a dolor de nuevo. Me senté suavemente y acaricié mi pancita.

Estaba confundido, si Kai quería hablar conmigo era porque quizás estaba arrepentido, pero era tanto el dolor que me sentía cuando los recuerdos venían a mi mente que todo el panorama cambiaba.

-bebé… parece que tu papá volvió, nee –le hablaba bajito- pero estoy muy confundido… no sé si darle una oportunidad, no sé nada.

 

Apoyé mi cabeza de costado en el respaldo del sofá, en silencio, cuando lo sentí patearme.

-¿eeh?... ¿qué fue eso hijo?-sonreí- ¿¿acaso quieres que hablé con papá?? – y lo sentí patearme nuevamente… no sabía si era coincidencia o si de verdad tenía que ver con lo que estaba preguntando, pero de cierto modo aquello me sirvió para esclarecer mi mente.

 

KAI.

A la mañana siguiente le levanté lo más temprano que pude, ordené mis maletas, organicé las cosas que había comprado en EE.UU, limpié y ordené mi casa y a eso de las 9 salí de mi casa, llevando en mi mano una pequeña bolsita.

Apuré el paso cuando estaba cerca de casa de Uru, me paré en frente, abrí la puerta de la cerca y me paré en frente… dejé la bolsita sobre la alfombrita de entrada a la casa, toqué el timbre y corrí a esconderme atrás del poste de luz más cercano, sé que era algo tonto hacer aquello, pero estaba decidido a que Uruha me diera otra oportunidad.

Pasaron sólo algunos segundos desde que logré esconderme hasta que vi como Uruha abría la puerta y veía en el piso la bolsita, lo vi tomarla y mirar de inmediato su interior… esbozó una sonrisa, para después mirar fijamente a su alrededor para después entrar.

 

Salí de mi escondite sonriendo… no sabía que estaba pensando Uruha, pero me conformaba con haberlo visto esbozar una sonrisa tan linda y que no había visto hacía tanto tiempo.

 

 

URUHA.

Ya de por sí que alguien tocase a mi puerta era raro, lo era aún más que al abrir encontrase una bolsita de regalo frente a mi puerta. La abrí y noté que eran unos pequeños zapatitos de bebé… sonreí y miré alrededor, pero no había nadie, así que me entré... de seguro había sido Mitsuo.

 

Coloqué el nuevo regalo de mi bebé sobre una repisa de la pieza que le estaba armando.

Tomé mis cosas y salí… ya se me estaba haciendo tarde para irme a la galería.

 

Cuando llegué a la galería recordé lo que había pasado el día anterior allí y un golpe de dolor llegó a mi corazón, estuve toda la mañana inmerso en un cerro de papeles y llamadas de teléfono sólo para evitar recordar todo aquello.

 

Era casi la hora de la comida cuando vi a Mitsuo caminar hasta donde yo estaba, le sonreí y me puse en pie pasar darle la bienvenida.

-gracias-le dije-me encantó el regalo…

 

Lo vi fruncir el ceño.

-¿de qué regalo hablas?... no te he enviado nada.

 

Abrí los ojos sorprendido… si no había sido él… no, no podía ser, ¿Kai?

 

 

Notas finales:

besitos <3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).