– Bien, hoy es el día – hoy intentaría finalmente lo que no se había atrevido en meses. Hoy invitaría a Iruka-sensei a salir. Llevaba semanas planeándolo minuciosamente, aunque sospechaba que no todo saldría como planeaba
Se imaginaba una escena de ensueño, donde bajo la luz de la luna, se mirarían a los ojos y le diría…
– Cásate conmigo
Ok, eso era demasiado pronto – Y demasiado cursi, claro – pero por algo tenían que empezar. Era temprano en la mañana e iba camino a la reunión semestral de profesores en la Academia Ninja, donde hace unas semanas había aceptado dar clases de Técnicas de Lucha Avanzada Cuerpo a Cuerpo a alumnos del 3er curso en adelante (Ordenes de Tsunad-sama, claro, por supuesto) donde discutirían el promedio de calificaciones general. En pocas palabras, tendría que esperar unas dos horas de discurso acerca de cuanto habían bajado las calificaciones este mes en comparación con el anterior, además de soportar las quejas de los demás profesores de cómo se estaban quedando sin hojas y sin pergaminos – ¡Nada mejor para empezar el día! – pensó sarcásticamente.
Cuando estuvo a unos metros de la casa de Iruka-sensei, se detuvo. Se subió a un árbol justo en frente de la casa y se escondió entre las ramas. Miró su reloj.
– En dos minutos… - murmuró, mirando fijamente la puerta, esperando a que se abriera.
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Diez minutos después, la puerta se abrió de golpe y salió un Iruka-sensei más que apurado cargado de pergaminos y con un trozo de pan en la boca. Cerro de otro portazo y se fue de prisa en dirección a la Academia Ninja. Eso lo hizo recordar algo ¡Se había olvidado de llevar las calificaciones de sus estudiantes! Demonios, ya inventaría algo. Había estado muy ocupado las últimas semanas espiando a Iruka-sensei, memorizando sus horarios, rutinas, viendo a quienes frecuentaba…
Rayos, estaba tan mal, ¿En que estaba pensando al obsesionarse con ese hombre? Bueno, ya no importaba – lo hecho, hecho está – se dijo, y ahora que estaba determinado a conquistarle, no iba a dudar.
Siguió al moreno desde una distancia prudencial hasta que lo vio entrar corriendo a la Academia. Espero unos veinte segundos y también entro, dirigiéndose rápidamente al salón de profesores, el cual tenía una gran mesa alargada en el centro de la habitación, encontrándose con un director bastante molesto
– Llegas tarde
– Lo siento, me quede dormido
– Sí, claro. Hoy todos se quedaron dormidos. Toma asiento de una condenada vez
Tomó asiento junto al profesor de los más pequeños, a la derecha de la larga mesa, posición más que ventajosa ya que Iruka-sensei estaba sentado diagonal a él y un poco más adelante, con las morenas mejillas ruborizadas y la cabeza baja de vergüenza. Podía mirarlo fijamente sin que este lo mirara a él.
– Bien, ¿Qué tenemos esta ves? Y por el amor de Dios, espero que sean buenas noticias. Se suponía que la donación que tuvimos de equipo audiovisual seria de gran ayuda para estas pequeñas promesas Ninjas – el director dijo lo ultimo con mucho sarcasmo, sentándose finalmente en la cabecera de la mesa.
Todos los profesores se removieron incómodos, desviando las miradas. Iruka-sensei se mordía el labio inferior.
– ¿Y bien? ¿Con quién empezamos?
– Ehm… ¿Yo? – preguntó tímidamente el profesor de 3er curso o algo así – bueno, si hubo un alza en las calificaciones pero… no es… mucho.
– ¿De cuánto estamos hablando exactamente?
– Bueno… las calificaciones subieron un… 7% en comparación con el mes pasado. – 3er curso bajó la mirada después de decir esto.
– ¿Eso es todo? – una vena empezó a latir en la frente del director, sin embargo ningún otro musculo de su cuerpo se movió.
– Si, eso es todo. – 3er curso se hundió en su silla y no volvió a pronunciar palabra.
– Demonios – juro por lo bajo – ¿Quién es el siguiente?
Así, uno por uno ofrecieron sus informes, todos con prácticamente los mismos resultados, mientras el director ponía una mueca cada vez peor en su arrugado rostro.
Finalmente fue el turno de Iruka-sensei de hablar
– Bueno, tengo casi el mismo porcentaje de calificaciones que los demás. En mi curso solo aumentaron un 9% en comparación con el mes pasado.
– Demonios – repitió el director – Kakashi-sensei ¿Nos hace el honor? Que sea rápido.
Entonces fue su turno de decirlo. ¡Demonios!
– Pues, ya que acabo de comenzar a enseñar, no tengo ningún punto de comparación – Será mejor irme por la tangente… –
– No me importa. Tuviste que haber promediado las calificaciones en base a un 100% para saber cuál es el promedio general
– Bueno, el punto es que no tengo el promedio exacto de las calificaciones… – se rascó la cabeza, único signo de nerviosismo.
– Entonces danos un estimado, han sido tus alumnos por casi dos meses, ya deberías estar familiarizado con sus calificaciones – el director empezaba a impacientarse.
– Ehh.. – ¡Piensa kakashi, piensa! – Mis alumnos en Técnicas de Lucha Avanzada Cuerpo a Cuerpo tienen un promedio sobresaliente. Todos son grandiosos luchadores – tuvo un acceso de risita nerviosa. Por supuesto que era mentira, todos eran terribles, demasiado hiperactivos para prestarle atención y demasiado flojos para luchar.
– Esta bien. No quiero oír de nuevo acerca de la escases de tizas y pergaminos, así que es todo por este mes. Pueden irse.
Todos se levantaron, apurados por irse de una vez. – De acuerdo, es ahora o nunca – Iruka-sensei se había levantado y estaba hablando con 2do curso. Caminó hacia ellos y cuando solo estaba a unos pasos, el director lo interceptó.
– Kakashi-sensei, me gustaría agradecerle por tomarse un tiempo de su apretada agenda y venir a enseñar, la verdad al principio pensé que esto no funcionaria, pero veo que… – estuvo escuchando hasta que oyó la risa de Iruka-sensei, quien estaba un poco más adelante, dándole la espalda. Se acerco más a ellos para escuchar de qué hablaban.
– Eso tuvo que ser terrible, Tommy-sensei – dijo el moreno, riendo sin parar.
– Si, la verdad es que lo fue. Es decir, ahí estaba yo, con los pantalones en los tobillos, delante de toda una clase, mientras Zen se reía sin parar de mí. Te lo dijo Iruka-kun, esa niña es casi un genio y es excelente con las armas, pero es demasiado traviesa.
– ¿Iruka-kun? ¡Demonios! –
– … También necesitare que actualices los perfiles estudiantiles para la próxima semana y además… ¿Me estas escuchando? ¿Por qué pones esa cara?
– Ah… nada, si. Por favor continúe – ¿2do curso detrás de Iruka-sensei? ¿Desde cuándo? ¿De qué me he perdido?
– … y también es muy buena con los cálculos, por eso me preguntaba si podrías ayudarme a actualizar su perfil. Quiero decir, tu sabes mas de estas cosas que yo, y luego podríamos ir a tomar un poco de ramen ¿Por favor, Iruka-kun?
– Si no quita esa estúpida cara de cachorro abandonado ¡Se la quitaré yo mismo a golpes! –
– … para ver como lo haces. Creo que eso es todo ¿Lo recordarás todo?
– Ahm… sí, claro.
– Bien, porque Tsunade-sama quiere…
– Bueno, veras Tommy-sensei, la verdad yo ya estoy bastante ocupado y…
– … así que te dejare para que lo medites bien. Adiós.
– Si, adiós director.
– ¡Vamos Iruka-sensei!
– … y Ken Watanabe es tu estudiante, así que no entiendo en que podría yo ayudarte…
– ¡Ah por favor, Iruka-kun! Lo cierto es que solo quería una excusa para invitarte a salir – Esto lo dijo con galantería, guiñando un ojo – Dejémonos de tonterías y vayamos por ramen ¿Si?
Iruka-sensei se ruborizo intensamente y desvió la mirada
– ¿Qué dices?
– Yo…
– Discúlpame, pero Iruka-sensei prometió ayudarme a mí con los perfiles ¿No es así? – ¿De dónde salió eso? Puso el brazo alrededor del moreno, apretando un poco para que le siguiera la corriente – Nunca hice esto de los perfiles antes, así que Iruka-sensei me ayudara ¿Verdad?
– Ah ¡Sí! Es cierto, se lo prometí hace bastante tiempo la verdad. Lo olvide por completo. Lo siento Tommy-sensei pero no podré comprometerme hoy.
– Ah… bueno – Tommy-sensei se vio enfadado por un momento, pero luego recupero su sonrisa de Casanova – ¿Qué tal mañana?
– La verdad es que también necesito ayuda con… nuevas técnicas de enseñanza – Rayos, eso ni siquiera era creíble – Tommy-sensei lo miro con cara de enfado, pero tuvo que tragársela cuando Iruka-sensei lo respaldo.
– Estaré encantado de ayudarte a mejorar tus… técnicas de enseñanza. Disculpa Tommy-sensei, no sé cuando estaré libre, tengo varios asuntos que atender, pero ¿Qué te parece si te aviso?
– Bien, si. Claro. No te preocupes Iruka-kun. Estaré esperando por ti. – lo dijo con lascivia, ignorando completamente a Kakashi-sensei. – Adiós.
– Adiós.
¡Vaya! No fue como esperaba, pero no resulto nada mal
– Iruka-sensei ¿Nos vamos?
– Claro ¿En tu casa o en la mía?