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My All por Shiko

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Notas del fanfic:



Me he pasado revisando la ortografia y gramatica por lo que cualquier cosa espero me avisan, esta vez va a ser un fic mas o menos largo -eso espero-, asi que, fanaticas del Sirius/Severus, esto va para ustedes... je je

Notas del capitulo:

Primer capitulo que se toma 31 paginas de word, me he inspirado, es que simplemente me fascina el Sirius/Severus, aunque tambien tengo pensado un Harry/Draco, espero que esta 'pequenia' introduccion sea de su agrado, no se cuando podre actualizar.

Alguna aclaracion?

Primero: Se desconoce el nombre de la madre de Lucius por lo que me tome la molestia de inventarme un nombre.

Segundo: Nunca han hablado de como Lucius y Severus terminaron como amigos con exactitud por lo que me he de suponer que mi hipotesis esta correcta, pues cual es?, es esta...

Como sabemos que las familias de sangre pura se mezclan entre si, se conoce, segun el arbol familiar de los Black que esta familia solo esta relaciona como otras dos, viniendo a ser dos familias Black -de los cuales Orion Black y Walburga Black se casaron para mantener el apellido dentro, ojo, no cometieron incesto porque eran primos en tercer grado-, los Weasley y los Potter, son esos tres apellidos que siempre se han mezclado entre si por lo que supongo que hay otras familias que tambien son sangre puras y se mezclan entre ellos por lo que me supuse que siendo los Malfoy de francia para que Lucius terminara en inglaterra su madre debe de ser inglesa y de familia sangre pura por lo que la otra familia que queda es la familia Prince. Es decir, habrian otros tres apellidos relacionados dentro de un mismio arbol familiar que por primera vez se relacionan con los Black, Potter y Weasley a traves del matrimonio de Lucius Malfoy con Narcissa Black, razon por la cual Walburga estaba muy emocionada por mezclarse con tan importante sangre pura.

Por eso, es que segun yo, puede que Severus Snape y Lucius Malfoy sena primos, o al menos asi lo puse en el fic.

Tercero: No es que Snape no sea mestizo, solo que aun no saben que su padre es muggle y me he de suponer que sus abuelos no esten contentos por eso...

Ahora la historia...

Un estruendo y una explosión es lo que siguió cuando los chicos que se hacían llamar Merodeadores salían corriendo de un salón, dos de ellos reían de buena gana, como si la vida se les fuera en ello mientras que otro se encontraba nervioso viendo en dirección hacia el aula y el más sensato de ellos solo sonreía, el momento le parecía graciosa aunque lastimosamente se veía en la difícil situación de reprender a sus amigos.




-… ¿Qué sucedió aquí?...-preguntó molesta McGonnegal mientras corría preocupada.




-… ¡maldición!...-escuchó a uno de los alumnos mayores que llegaba corriendo.




Lucius Malfoy había escuchado el estruendo por lo que se preocupó, corrió como nunca olvidándose de buenos modales y educación, empujó y golpeó a quien se le pusiera en el camino sin importar si era profesor o alumno, solo quería llegar al lugar encontrando humo saliendo de un aula, para ser especifico, el aula donde Severus Snape solía practicar las pociones, siempre iba adelantado a la materia además de que Dumblendore le tenía un cariño especial, como un padre a su hijo por lo que le había permitido el uso exclusivo de esa aula en especifico.




Bajo la mirada atenta de curiosos, de entre la nube de humo apareció Severus con el cabello chamuscado, la ropa llena de mohín y con manchas oscuras en el rostro, todo un espectáculo para James Potter y Sirius Black quienes se rieron aun mas fuerte al ver su obra maestra, Remus Lupin, por su parte se cubrió el rostro, no podía evitarlo ya que en verdad la escena era muy graciosa, mientras Peter Pettigrew se había unido a las risotadas de los dos primeros.




Sin pensarlo y olvidando su frialdad y orgullo característico Lucius abrazó a Severus revisándolo atentamente para comprobar si estaba herido, lo miraba atentamente de arriba abajo tratando de encontrarle alguna imperfección, a la final soltó un suspiro de alivio mientras giraba y miraba de forma molesta a los Griffindor, Ravenclaw y Huffelpuf quienes se reían acompañando en su gozo a los Merodeadores, por su parte los Slytherin habían hecho lo suyo, llamaron al director quien apareció en ese momento acallando las risas.




Severus nunca supo que había ocurrido con exactitud, había estado en el aula practicando una poción que le resultaba extrañamente difícil, cuando de pronto notó una mano que se extendía frente al caldero, su reacción fue tratar de tomarla solo que sus reflejos no fueron tan rápidos y lo que hayan lanzado había caído ya el liquido que comenzó a burbujear, al mirar a un costado para descubrir al malhechor se encontró con la molesta sonrisa burlona de Black y la sarcástica de Potter quien estaba detrás de este, los otros dos se encontraban cerca de la puerta, ni siquiera pudo reclamar ya que los chicos corrieron y justo entonces un golpe duro y todo se volvió oscuro, sentía un ardor muy fuerte en su ojo derecho, eso era todo y ahora Lucius se encontraba abrazándolo fuertemente.




-…veo que esto les divierte…-dijo Albus Dumblendore mientras caminaba tranquilamente hacia el grupo de bromistas.




-…no hay nada que ver, regresen a sus clases…-espantaba Flinch y su gata maullaba y mostraba los dientes si no hacían caso.




-…director…-dijo Peter preocupado.




-…explíquense…-exigió su jefa de casa.




-…solo… queríamos ayudar a Sniv-Snape con su poción…-se excusó James.




-…y veo que lo ayudaron muy bien…-respondió el director.




-…maldita sea…-intervino Lucius-…esta vez fueron muy lejos y no…-




-…Señor Malfoy, será mejor que deje esto a nosotros, usted se encargara del Joven Snape…-pidió suavemente Dumblendore.




Severus aun seguía en su estupor, así que cuando escuchó su apellido alzo el rostro, era extraño ya que se sentía volar; cerró los ojos y los volvió abrir encontrándose con la sonrisa del director, le quiso sonreír pero ni siquiera supo cómo hacerlo, miró hacia Lucius encontrándose con la imagen de sus “indeseables” sonriéndole de la misma forma que habían hecho al arruinar su poción, es cuando frunció el ceño en molestia.




-…vamos…-le dijo Lucius suavemente mientras lo tomaba de la cintura.




-…aja…-apenas pudo decir eso cuando puso su mano sobre su ojo, el mayor lo dirigió hacia la enfermería.





-…muy bien chicos, ahora a mi despacho…-la mirada del director había cambiado a una muy seria.





De mas está decir que esta vez el castigo por muy grande que fuera les había quedado pequeño como había dicho Lilly cuando se enteró de lo sucedido y corrió a ver a su amigo a la enfermería y hasta los puntos que habían perdido que esta vez eran más de 400 eran demasiado poco, inclusive Remus no se salvó de esta; ahora se encontraban con Hagrid en el bosque quien les hablaba sobre la maravilla de los animales mágicos, pero no importaban los castigos, ni que sus padres se hayan enterado y que también estén castigados en casa, solo les importaba el hecho de haber hecho sufrir a Snape, como se lo merecía.





Esa noche mientras los chicos reciben el comienzo de su castigo Snape se encontraba en la enfermería, Lilly le había llevado algunas manzanas las cuales comían, Lucius había ido a exigirle al director la expulsión de los Griffindor cuando se enteró por medio de Lilly sobre el castigo que les habían impartido.





-…me disculpo por ellos Sev…-dijo Lilly mientras terminaba de pelar una manzana muy al estilo muggle.





-…sabes que tus disculpas no valen, te perdonaría a ti porque no serias capaz de hacerme lo que ellos me hacen, somos amigos desde niños, pero no a ellos…-suspiró para luego colocar algunos mechones detrás de su oreja dejando ver que su pupila no tenia iris, estaba totalmente blanca.





-…esta vez te dejaron ciego…-mascullo la chica-…ya verás que les lanzo una maldición por ti…-.




-…sabes que si lo haces tú amado caballero de armadura “roja” va a venir a reclamarle a este mago oscuro el haberte lavado el cerebro…-.




Lilly rió de buena gana, Sev sabía que a ella no le gustaba para nada James, por su parte Lilly tenía que hablar muy bien con los chicos, no le gustaba para nada como trataban a su amigo de la infancia, sabía que James lo hacía porque estaba celoso, pero no sabía la razón de los otros, así que no le quedaba de más que echarle la culpa solo a James y nada más que a James ya que era el cabecilla del grupo, las ideas eran de siempre de él.




Cuando Lucius apareció traía una cara de pocos amigos con la cual se acercó a la cama de Sev, este simplemente le sonrió a lo que se dio cuenta que detrás de él se encontraba Eileen Snape, su madre, esta corrió a abrazarlo fuertemente mientras besaba su rostro incluyendo varias veces el ojo lastimado de su hijo, según le había dicho Poppy, los efectos en su ojo pasarían dentro de un día, iría recuperando de a poco la visión aunque deberían ver la secuela ya que podría causar miopía o tal vez heterocromia, deberían llevarlo a San Mungo para algunas revisiones generales.




-…Buenas noches Señora Snape…-saludó Lilly.




-…hola Lilly, gracias por cuidar de mi niño…-le agradeció sin dejar de abrazar a Severus, este, por su parte se dejaba abrazar y acariciar por su madre, desde siempre ella tenía una toque mágico que no podía explicar, cada vez que ella estaba presente era como si se convirtiera en un niño de tres años que necesitara de todos sus cuidados y atención, como si una sola mirada y descubría todos sus secretos y el toque de sus manos que sanaban todos los dolores más rápido que una poción o magia misma, eso no era magia… aun no sabía cómo describirlo.




-…no hay de que, bueno, yo me despido, tengo que ir a reprender y aplicar mi propio castigo a unos malhechores…-dijo la chica mientras se levantaba de su lugar ofreciéndoselo amablemente a la señora quien denegó mientras se acomodaba mejor en la cama de su hijo.




-…Lucius, ¿estas bien?...-preguntó de forma estúpida el menor.




-…no imagínate, estoy tan feliz que podría bailar…-ironizó mientras se dejaba caer en la silla antes ocupada por Lilly.




-…gracias por el sarcasmo…-Severus se volvió a recostar.




-…deberían expulsarlos pero no, Dumblendore es demasiado indulgente, un día de estos quien sabe que podría pasarte…-de forma infantil, poco típica de Lucius y mucho menos de un Malfoy, de recostó en la silla y cruzó los brazos mientras mascullaba cosas sobre los Griffindor.




-…Lucius, será mejor que te retires, eres prefecto y debes hacer guardias según tengo entendido…-dijo Eileen.




-…es cierto…-suspiró el chico mientras se levantaba y retomaba su pose característica llena de orgullo y pedantería-…voy a cachar a esos Grinffindor ingresando después de su visita al bosque…-se retiró mientras una sonrisa burlona aparecía en su rostro.




-… ¿te quedas toda la noche?...-preguntó Severus a su madre una vez Lucius se había ido.




-…para eso vine…-respondió esta y luego un beso en la frente.




Las puertas de la enfermería se abrieron dejando ingresar a un Sirius Black desarreglado, con ropas rasgadas y sangre escurriendo en uno de sus brazos. Su mirada era seria y se notaba que sudaba demasiado, Poppy fue corriendo a atenderlo mientras observaba horrorizada el brazo del chico al cual llevo hacia la cama que se encontraba a un lado de la que ocupaba Severus, este miró al chico con curiosidad, de seguro alguno de los animales que están en el bosque lo habrá atacado, sentía que se lo merecía. Sirius por su parte giró su rostro y con una sonrisa sarcástica le preguntó:




-… ¿acaso te aseguras de que me estoy muriendo?...-mientras miraba de forma molesta a Severus, en verdad su presencia siempre le había resultado rara, de una forma en que no la soportaba, le incomodaba, tanto le incomodaba que cuando este estaba presente debía molestarlo, y si no estaba lo buscaba para molestarlo, inclusive llevó a inculcarles ese “odio” a sus amigos para tener una excusa sobre su molesta presencia, algo muy extraño, aun no comprendía.





-… ¿algún problema Señor…?...-intervino Eileen mientras se hacía saber presente en el lugar.




Sirius la observó, su parecido con Snivellus era impresionante, como dos gotas de agua, por la familiaridad en que confortaba al chico y por como acariciaba sus cabellos además de besar su cabeza es que se dio cuenta de que esa mujer era la madre de Severus Snape, quiso decir algo, quería comentar algo hiriente como: “acaso tu mami tiene que venir a consolarte”; llamarlo niño de mamá y un montón de cosas que rondaban en su cabeza, mas, al abrir la boca solo dijo:




-…no, nada…-así de simple.




Cerró los ojos mientras con un brazo se cubría los ojos esperando la pócimas que la enfermera le suministraría, era tonto ya que sentía un nudo, como un dolor que se intensificaba en su estomago y cerraba todo sus sentimientos ahí, de pronto quiso llorar, era algo que no hacía desde hacía mucho pero… ver a la madre de Snivellus ahí, cuidando de su hijo, le hizo sentir la necesitada de que su madre estuviera ahí e hiciera lo mismo por él. ¿A quien engañaba?, eso era algo imposible, nunca experimentaría el abrazo de una madre, no era lo mismo que la Señora Potter le abrazara porque por mucho que quisiera no era su hijo…




Entonces Pomfrey cerró la cortina teniendo así la privacidad para atender la herida de Sirius.




Eileen había esperado que el chico se presentara ya que los buenos modales así lo requerían, mas nunca dijo su apellido y simplemente cerró los ojos, cuando se los cubrió con su brazo supo que el apenas era un niño que se protegía de muchas formas. Con su respuesta hacia su hijo supo que trataba de mostrarse mayor, maduro y no débil, quería… tal vez quería rellenar algo, ¿Quién sabe?. Ahora solo le importaba su hijo.




-…estúpido…-susurró Severus mientras se recostaba mejor en la cama.




-…es un niño…-consoló su madre-…son unos niños…-dijo refiriéndose a los dos.




En la mañana siguiente la madre de Severus se despidió de su hijo con un beso en la frente, ella se fue justo después del desayuno por lo que al no tener nada más que hacer decidió volver a dormir, tal vez así llegaba el día siguiente más rápido y retomaba su vida diaria en el colegio, solo faltaban tres años y saldría, aunque Lucius se graduaría ese año, eso le ponía un poco triste, al menos le quedaba el cuarto solo para él. No supo cuanto tiempo paso, pero de pronto despertó cuando escuchó la insoportable risilla de las chicas, esa que siempre hacían cuando estaban frente a alguien que les gustaba, una risa que según ellas eran coqueta pero para él era simplemente insoportable. Si, esa risilla que hacían siempre que estaba frente a Black.




Fue cuando despertó, ahí supo la razón de esas risillas así que molesto se levanto de golpe, aunque eso fue un problema porque su mundo dio vueltas dejándose caer nuevamente sobre la almohada, al parecer dormir tanto no había sido una buena idea y esas estúpidas risillas chillonas seguían; taladraban su cabeza y le estaba creando unas fuertes pulsaciones que le convencían de un venidero dolor de cabeza. ¡Maldita sea!, donde estaba la enfermera para sacar a las chiquillas y que dejen de hacer tanto ruido.




-… ¡¿pueden callarse por favor?, esta es la enfermería, no un salón de citas!…-reclamó en voz alta a lo cual las risillas dejaron de escucharse para darle paso a exclamaciones sorprendidas y ahogadas.




La cortina que los separaba se abrió, lo supo porque lo escuchó ya que estaba dándole la espalda a esta.




-… ¿Por qué deberían callarse?...-escuchó la voz de Black-…son mis visitas…-dijo-…o… acaso estas celosos porque la única chica que te viene a visitar es tu mami…-afirmó mientras las chicas comenzaban a reír.




Severus frunció el ceño, decir que se había molestado era poco, prácticamente estaba furioso, su madre era algo sagrado.




-…pues al menos yo sé que soy querido en mi familia, no como cierto que tiene que andar mendigando amor ajeno, mírate, ni siquiera tu hermano te viene a ver…-contestó lo más hiriente que pudo mientras se acomodaba mejor la sabana.




Las exclamaciones de asombro no se hicieron esperar, las chicas susurraban que Severus había sido demasiado hiriente, claro, el decía algo por protegerse de Black y era el más malo de todos pero Black podía dejarlo ciego de un ojo, e inclusive atentar contra su vida y es el héroe, el genio aclamado por sus grandes ideas en el grupo de “Fastidiemos a Snape”.




-…Maldito, ¿Cómo te atreves a…?...-.




Los intentos de asesinato por parte de Sirius quedaron menguados cuando Pomfrey ingresó y molesta sacó a todas las chicas que se encontraban ahí diciendo justamente lo que había dicho Snape:




-…este no es un salón de citas, es una enfermería…-reprendió-…dejen descansar a los chicos…-.




-…idiota…-masculló Sirius mientras se volvió a acomodar sobre la cama.




-…mira quien lo dice…-ironizó Severus mientras se giraba para dirigirle su mirada aburrida al chico.




La hora del almuerzo había llegado y con ella la molesta visita del grupo de amigos de su vecino, ellos reían y gozaban sobre situaciones ocurridas en el pasado mientras de su lado Lucius se encontraba sentado presentándole apuntes y deberes mandados por uno de sus amigos: Nicolas Tablor, el se había convertido en un buen amigo suyo desde primero, había terminado en la misma casa y las misma clases, más los trabajos juntos los habían hechos buenos amigos. Nicolas era muy popular, incluso se podría decir que más popular que Sirius Black, ni siquiera el hecho de pertenecer a la casa de las serpientes impedía que las chicas se le acercaran, le escribieran cartas de amor y pidieran salir con él, lo que resultaba extraño era que no aprovechara eso y comenzara a salir con ellas, sino mas bien la denegaba amablemente, su comportamiento como un caballero que brindaba el puesto a las chicas, ayudaba cuando se le pedía y siempre estaba disponible para cuando lo llamaban había hecho de él el Premio Anual y considerado que estaba mal ubicado en esa casa y que debería pertenecer a Ravenclaw o Griffindor, era muy admirado, lo único que reclamaban todos era su amistad para con Snape, con el único que hacía “grupo” si dos personas se podían considerar así.




-…Tablor dijo que vendría después de clases y pasaría contigo hasta el toque de queda…-aviso Lucius-…tenia que arreglar sobre lecciones y deberes con los profesores, al menos este percance no va a dañar tu promedio…-dijo mientras miraba furioso al otro grupo.




A los cinco minutos apareció Lilly quien saludó a los Griffindor ya que eran los que estaban más cercanos a la puerta.




-…es el destino, ya ves Lilly que debemos estar juntos…-afirmó James mientras se acercaba a ella con la intención de abrazarla.




-…cállate idiota…-respondió molesta-…y me alegro de que estés en cama Sirius…-dirigió su mirada al brazo que ahora estaba verde de lo morado que había estado anoche-…espero que al menos dejen de hacer bromas tan pesadas…-y siguió su camino hasta Severus.




Al parecer la charla que le había dado al grupo no había servido de mucho ya que habían comenzado a echarle la culpa a Snape en voz alta, procurando que ellos los escucharan, Lilly estaba dispuesta a mandarles un insonorus si no se callaban pero fue detenida por Lucius quien elegante se levantó del asiento y se colocó a un lado de la cortina que estaba abierta, miró atentamente a los chicos como presagiando su futura muerte segura.




Sus ojos pasaron uno por uno mientras ellos le respondían la mirada con misma intensidad retadora, es cuando se encontró con los ojos mieles de Lupin… Lupin, un pobretón que era un bueno para nada, ni siquiera servía de consciencia ya que no detenía a sus amigos, a veces quería pensar que ellos se aprovechaban de él, pero cuando lo vio reírse de Severus el día de ayer supo que no era sí, sino que se aprovechaba de su lugar al igual que sus amigos; no solo el se había equivocado al juzgarlo sino también Dumblendore al pensar elegirlo de prefecto.




Lupin le respondió la mirada mientras ligeramente azorado bajó un poco la vista para luego dirigirla hacia el rubio, este por su parte frunció el ceño haciendo parecer una mueca de asco cuando cerró bruscamente la cortina.




-… ¡¿Cómo se atreve ese maldito Slytherin?! de seguro le ha lavado el cerebro a mi hermosa Lilly…-reclamó Potter.




Mas del otro lado de la cortina no los escuchaban porque había lanzado un hechizo que impedía que el sonido pasara.




Esa noche para fastidio de Sirius había llegado Tablor quien se encontraba hablando animadamente con Severus, por su parte el estaba muy aburrido ya que Remus había ido a dejarle los deberes y tareas para luego irse a cumplir con el castigo que les habían impuesto, ahora él se encontraba ahí, bostezando de lo aburrido que encontraba hacer tareas, al menos cuando las tenía que hacer en la sala común contaba con Remus que les pasaba los apuntes y el con James se ponían a jugar, a lanzarse papeles o que se yo, a idear un nuevo plan para fastidiar a Snape mas ese día tenia que soportarlo a los dos.




“Miss Universo”, así ahora se referían James y él cuando hablaban de Tablor, comenzaron a decirle de esa forma cuando los dos vieron que en el mundo muggle había un concurso de belleza mundial donde las concursante mostraban un lado gentil y amable, además de muy bien portado, un comportamiento de “yo voy a salvar el mundo y ya no va a ver más hambruna mundial, no habrá guerra ni pobres y deseo la paz mundial” que jodidamente se parecía al de Tablor. Desde entonces había quedado con ese apodo que solo lo reconocían los hijos de muggles o los que son mestizos, se reían mucho cuando entendían el porqué del nombre.




Ahora el miraba el techo mientras soportaba la estúpida risa del mejor hombre sobre la tierra, mas otra risa llamó la atención, una risa fresca y suave, muy diferente a las que había escuchado, al girar su rostro con curiosidad se dio cuenta de que esa risa era de Snape, en ese momento supo que nunca lo había escuchado reír, ni lo había visto con un rostro limpio, sus ojos brillosos y los dientes reluciente, de veía… adorable.




Entonces se dio cuenta que para él, el sinónimo de Severus Snape era ‘adórale’.




-…maldito grasiento…-masculló molesto mientras dirigía nuevamente su mirada al techo, los cuadros tenían mejores cosas que hacer que sus vecinos.




-… ¿estas bien Sevi?...-preguntó Nicolas mientras se acercaba a su amigo.




-…eh, si, solo que…-miró sus manos para luego dirigirlas hacia su rostro.




-…déjame ver…-dijo el más alto mientras tomaba su rostro entre sus manos y se acercaba peligrosamente sus labios-…o valla…-.




-… ¿Qué sucede?...-preguntó el menor.




-…al parecer tu ojo sufre de heterocromia…-suspiró mientras se dejaba caer en la silla.




-… ¿y es malo?...-.




-…no, solo que te hará diferente…-sonrió.




-…ah…-.



Y ahí quedo la conversación, mas ese acercamiento a Sirius le molestó, no sabía con exactitud el porqué le molestaba pero así era y no lo soportaba, una vez que Tablor se fue la enfermería quedó en silencio, Severus por su parte se encontraba leyendo un libro que su amigo muy amablemente le había traído desde la biblioteca, solo el sabía cuanto le gustaba adelantar la materia y le fascinaba la historia por lo cual le había traído un libro sobre antiguas leyendas las cuales le parecían muy interesante, inclusive el antiguo idioma usado en esa época, por su parte el silencio y tranquilidad de esa noche lo tenía cansado, por mucho que le gustara la biblioteca eso no quería decir que gustara del silencio por lo que se puso a susurrar una vieja canción de su familia.




Sirius no supo en qué momento se había quedado dormido por lo que cuando despertó una pequeña luz llamó su atención, al dirigir su mirada hacia la derecha se encontró con que Snape estaba leyendo y en su varita sostenía un pequeño lumus, aún no estaba en su totalidad despierto por lo que un murmullo llamó su atención y supuso que Snape no sabía leer por lo que tenía que hacerlo en voz alta, quiso reír mas la garganta le tenía seca, tal vez por no haber cenado como era debido, ¿Quién sabia?.




Can you feel me imagining… I’m looking in your eyes…
I can see you clearly… vividly emblazoned in my mind…




Era suave, al parecer Snape estaba enamorado, porque la canción le sonaba a romántica aunque nunca la había escuchado antes, al parecer Snivellus tenía una habilidad innata de componer melodías; extrañamente quiso escuchar la canción completa por lo que se quedó callado tratando de volver a dormir, mañana saldría de la enfermería y al parecer Snape también lo haría, al menos así no tendría que verle la cara por mucho más tiempo.




El encargado de despertarle el día siguiente había sido Remus, quien se había tomado la molestia de cubrirle la boca y nariz para hacerlo reaccionar, su escusa había sido que parecía muerto, al terminar de cambiarse de ropa se dio cuenta de que Snape ya no se encontraba en la cama que hubiere ocupado.




-… ¿y Snivellus?...-preguntó Sirius.




-…Malfoy llego por la mañana con Tablor y se fueron a desayunar…-dijo el castaño mientras suspiraba abatido-…solo te queda 15 minutos para ir a desayunar, recoger tus cosas y asistir a clases…-.




-… ¿Qué?, lo hubieses dicho antes…-reclamó el moreno mientras corría en dirección al comedor.





Ese día fue para Sirius el peor, todos los profesores le tenían tema, salía a cada rato al pizarrón, quedaba mal ante las chicas y sobre todo, tomaron lecciones sorpresa además de que le mandaron bastantes deberes para “compensar” los dos días que faltó, por su parte, Severus no había tenido mucho, en pociones hizo grupo con Lilly y Nicolas ya que debían ayudarlo, mientras el termino con James como siempre a lo que ninguno de los dos sabia que hacer ya que a Remus lo habían enviado muy lejos con Peter.




Sacaron un cero y ahora tenían que hacer un reporte de un metro sobre, según la ley, como, cuando y donde puedes usar el veritasemum, el peor dia de su vida y solo podía echarle la culpa a una sola persona, Severus Snape.




Severus había tenido un dia tranquilo, ahora se encontraba en su habitación en Slytherin, la habitación la compartía con Lucius, el próximo año la tendría para el solo ya que su primo se graduaría, ahora solo le quedaría tres años aguantando al grupo de Griffindor que lo molestaba, por suerte tenia a Nicolas y a Lilly de su lado, ahora se encontraba en el baño revisando sus ojos, en verdad eso de la heterocromia lo tenía bien preocupado, puede que su ojo termine resentido por lo de la poción y todo era culpa de Potter y su grupo, en especial ese Black que no se cansaba de molestarlo, como lo odiaba, ahora sus ojos desde siempre marrones ya no eran lo mismo, sentía que no combinaban con su rostro y mucho menos con su piel, sus abuelos se llevarían una muy gran sorpresa, aunque lo miraras de lejos notabas claramente la diferencia, por lo que ahora se encontraba tratando de que un mechón de cabello se colocara sobre este, podría acostumbrarse a ver a través del cabello, después de todo era fino, maldita sea, porque su ojo tendría que haber cambiado de marrón oscuro a verde oscuro, aunque aun se podría apreciar el color marrón en el centro de este, era muy molesto estar así, ahora no solo sería el vampiro sino que también sería el raro con ojos de diferente color.




Lucius ya había avisado a su madre de lo que tenia y ella le había mandado una carta diciéndole que ahora tendría que tener cuidado, por su parte solo esperaba aprender muy bien el hechizo glamur para asi esconder su ojo de curiosos.




¡Maldito Potter! Y sobre todo ¡maldito Black!




Sirius Black se encontraba con una linda chica de Huffelpuf, la chica era la típica tonta que siempre andaba detrás de él, pero no le importaba con tal de sentirse mimado, además ella le daba buenos regalos por mucho que Lilly se molestara por eso.





-…pobre, ¿te dolió?...-preguntó ella mientras acariciaba descaradamente su brazo que ahora tenía una tonalidad amarilla, aun faltaba un dia para que regresara al tono de piel correcto y bronceado.




-…claro que si, fueron dos colmillos que se clavaron e inyectaron veneno…-dijo mientras le mostraba los dos puntos grandes por cicatriz.




El chillido asustado de la chica y esta cubriéndose el rostro le hizo sonreír de forma galana.




-…que fea cicatriz…-dijo esta.




-…jeje, haría lo que fuera por proteger a mis amigos…-.




-…si, si… lo que fuera…-interrumpió Lilly-…ahora adentro que ya pasa el toque de queda y si no quieres recibir Crucius porque quiten más puntos de los que ya has hecho perder a Griffindor ponte a trabajar…-ordenó la pelirroja mientras cruzaba los brazos esperando que ingresara.




La chica que lo acompañaba no esperó mucho y huyó corriendo, espantada por Lilly.




-…gracias, ahora ya no tendré con quien salir a Hogsmade…-reprochó.




-…pues te olvidas que no puedes salir por estar castigado…-aclaró la chica mientras le seguía y detrás de ella la puerta se cerró.




Y así pasó el fin de semana más aburrido en la vida de los Merodeadores, James quería planear algo más grande que hacer en contra de Snivellus solo que Lilly los descubrió y con Remus detuvieron todo intento por parte de ellos, así que ahí estaban en la biblioteca pasando el domingo más aburrido de su vida hasta que ingresó Snape, aunque estaba acompañado de Nicolas Tablor y de un chico que reconoció como un Ravenclaw, conversaban animadamente a lo que Snape sacaba un libro de uno de los estantes y se lo pasaba el chico que se dispuso a sentarse en una mesa que estaba disponible cerca de donde habían sacado el libro.





Por su parte Snape se había montado a una escalera tratando de alcanzar un libro que al parecer estaba muy alto con lo que Tablor le ayudó sosteniéndole de la cintura ya que por el esfuerzo casi se había caído. Por ese toque Snape se había asustado y ahora le reclamaba en voz alta a lo que el chico se disculpaba riéndose.





-…hey, chicos, miren esto…-susurró Jame mientras sostenía su varita bajo la mesa y decía un simple:-…stallus…-con lo cual Snape tropezó ridículamente y cayó al piso, si no hubiera sido por Nicolas se hubiera golpeado fuertemente contra la mesa, el chico de Ravenclaw se acercó a ayudarles.




-… ¿estas bien?...-preguntó este.




-…si, gracias…-dijo Snape mientras se levantaba ayudado por Nicolas, inclusive la bibliotecaria se había acercado a ver que había ocurrido.




-…oye, Snivellus, ¿te olvidaste como atar tus cordones?...-se burló James.




Este por su parte solo frunció el ceño y giró su rostro haciendo que su cabello se moviera bruscamente y sin más dirigiéndose a su lugar junto a sus amigos.




-…valla, no me había dado cuenta…-susurró Remus.




-…eh, ¿de qué cosa Moony?...-preguntó Peter.




-…Snape tiene un ojo de color verde y el otro marrón…-dijo-…tal vez no lo tomé en cuenta porque siempre llevaba el cabello sobre el rostro, pero ahora que lo tiene tras las orejas y mas la caída…-quedó pensativo-…esa condición es muy rara…-.




-…y no me digas que lo hace especial y un montón de babosadas mas Moony…-James se acomodó mejor en su asiente mientras se despeinaba el cabello.




-…pues si…-frunció el ceño-…aunque veo que a ti eso no te importa…-.




-…hum, no…-respondió Sirius, en parte era verdad y en parte mentira.




-…Sirius, Sirius…-y un grupo de tres chicas se acercó de una forma que dejaban entrever de que adoraban a Black.




Severus se encontraba asqueado, no era por el hecho de que no tenía a nadie quien le admirara de la misma forma en que esas chicas lo hacían con Black y su grupo de amigos, sino por el simple hecho de que este se provechaba de forma descarada de ellas, muchas veces les tenia pena.




-…Severus, ¿me puedes prestar tus apuntes de la clase de Transfiguración?...-preguntó Janice Bloock, era una de las pocas cinco chicas de su promoción pertenecientes a Slytherin.




-… ¿Por qué debería prestártelas?, ¿acaso nunca copias en clases?...-respondió molestó mientras le extendía sus pergaminos.




-…hay, gracias, eres un amor…-dijo la chica sarcásticamente mientras tomaba los apuntes y se disponía con un vuela-pluma a transcribir las anotaciones.





Ella era una muy buena amiga suya, aparte de Lilly la única chica con la que conversaba, aunque no dudaba de pensar que le utilizaba para poder sacar mejores notas, pero que mas daba, eran serpientes, fríos y calculadores y eso era lo que hacían, sacar provecho de sus amistades por eso mismo conocía muy bien a Nicolas, tanto, que sabía que detrás de su forma de ser existe un de serpiente cascabel, de esas que seducen con una apariencia suave a sus enemigos haciéndoles creer que no causan ningún daño, para de ahí atacar a sus espaldas.




Para él la única amistad verdadera que tenia y a quienes podía confiar ciegamente era en Lucius quien aparte de ser uno de sus mejores amigos también era su hermano, exactamente su primo, la madre se Lucius es prima de su madre por lo que eran primos en segundo grado algo que nadie sabía en el colegio además del director quien era su padrino y por lo mismo sabia su relación sanguínea con los Malfoy; también estaba Lilly Evans, ella era su amiga desde niños, se conocieron cuando sus padres decidieron mudarse a esa urbanización muggle, no sabía que ella era bruja hasta que se encontraron en el anden, ella buscaba junto a sus padres el expreso de Hogwarts mientras el había llegado con su madre y tía, junto a Lucius que le acompañaban en su primer día de clases, recuerda esos momentos, fueron los más bochornosos dado que su madre llevó una cámara con la cual tomó fotos a todos, incluyéndolo a él con Lilly y Lucius, también a los padres de Lilly con ellos, en ese momento en verdad sentía vergüenza de que su madre lo consintiera tanto.




Al ingresar al colegio conoció a Nicolas Tablor, un chico castaño de ojos azules muy encantador, también muy alto para su edad, nunca hablaron más de lo debido aunque por asares del destino siempre lo tenía a él como compañero para trabajos además de que compartía pupitre, es entonces en donde se vio con la obligación de hablarle y comenzaron a entablar una amistad, no muy profunda, pero amistad al fin y al cabo ya que iban juntos a todas las clases, desayunaban uno al lado del otro –al igual que en el almuerzo y cena- y siempre se encontraban en la biblioteca, de un momento a otro terminarían por entablar ganadería y amistad.




Por otra parte se encontrar esta chica: Janice Blook, ella era, si se podía llamar así, una amiga, no tan entrañable, pero amiga al fin y al cabo con la cual se pasaba discutiendo y lanzando sarcasmos, era divertido y sin saberlo los dos coincidían en que era entretenido llevarse como lo hacían, los días en el colegio eran más llevaderos.





Y fue así como terminó el tercer año, Severus había sido invitado a la ceremonia de graduación de los Séptimos, ahí vería a Lucius recibir su diploma, su madre se encontraría ahí junto con sus tíos, ya le habían enviado la lechuza avisándoles, por su parte, una vez terminada la ceremonia iría con Lucius por última vez en el expreso, seria los últimos momento en que lo vería y compartiría momentos con el ya que su padre lo enviaba a estudiar a Francia, país de donde proviene su familia; se estaba preparando psicológicamente para soportar el solo a Potter y compañía, en especial a Black.





Ahora sí, totalmente arreglado como sabía que su madre esperaba encontrarlo se encontraba caminando por los pasillos en dirección al Gran Comedor que había sido transformado en una sala conmemorativa para la graduación, es cuando se encontró con quien menos deseaba.




-…Black…-susurró.




Y ahí se encontraba su némesis besuqueándose con una chica de Ravenclaw.




Sin más prefirió seguir de largo para ir a encontrarse con sus tíos, madre y Lucius.




Sirius sostenía a la chica por su cintura mientras se besaban pasionalmente, pues como no si con ella había perdido su virginidad no hace más de tres meses y su cuerpo reaccionaba totalmente a los toques de ella y de cualquier chica.





Unos pasos habían llamado su atención, es cuando abrió los ojos notando que su compañera aun seguía besándolo, dirigió la mirada a un costado y notó a un chico que iba vestido elegantemente, su cabello negro estaba medio recogido en un pequeño moño y su piel blanca contrastaba bastante con lo oscuro de la túnica, era un chico pequeño por lo que no creyó que se graduaba, cuando este pasó cerca se dio cuenta de que se trataba de Snape.




-…valla Snivellus…-dijo mientras se soltaba de la chica quien se molestó pero al darse cuenta de quien estaba presente se arrimó sobre Sirius riéndose de la cara de molestia que tenia Snape-…pareces mas vampiro de lo que ya eres, ¿acaso vas a un concurso de disfraces?, porque si es así déjame decirte que Octubre ya paso hace mucho tiempo…-.




La chica rió de buena gana por lo que dijo Sirius mas Severus solamente dirigió una mirada hacia el moreno.




-…lo mismo digo, porque andas disforzado de perro vagabundo…-contestó-…y lo peor de todo en celo…-remató observando a la chica para luego dar la vuelta y seguía su camino.





Mientras caminaba sonreía por lo que acababa de decirle a Black, mas no tomaba en cuenta todo lo que escuchaba a la final ingresó al Gran Comedor donde se encontró a su madre, su tía Rose y su tío Abraxas Malfoy quienes conversaban animadamente con Dumblendore.




Sirius caminaba ofuscado hacia la sala común de Griffindor donde se encontraban sus amigos jugando ajedrez mágico, sin abrir la boca para nada se dejó caer en uno de los sillones mascullaba incoherencias sobre Snivellus.




-… ¿puedes dejarlo pasa?...-preguntó Remus.




-… ¿eh?...-se extraño el moreno dirigiendo su mirada hacia Remus quien había dejado uno de los libros sobre la mesa-… ¿a qué te refieres?...-cuestionó.




-…a Snape…-respondió este-…es el ultimo día, mañana regresamos a casa, solo digo que le dejemos en paz…-.




-…yo no voy a dejar en paz mi única diversión…-se negó James mientras continuaba el partido contra Peter.




-…no estoy diciendo que lo dejes por siempre…-el castaño se encogió de hombros-…solo… hasta inicio del cuarto año…-.




-…Remus… tu…-interrumpió Lilly que bajaba por las escaleras y había escuchado lo dicho por el licántropo, el chico por su parte se escondió detrás de uno de los libros.




-…es que no lo soporto…-reclamó Sirius.




-…pues si no lo soportas déjalo en paz, si haces como que no existiera mejor…-la chica daba ideas.




-…si, para ti es fácil… tu querido amigo Snivellus…-se quejó James mientras su caballo mataba una esfinge-… ¿seguro que no tienes una inclinación amorosa para con Snape?...-la preocupación del chico era palpable.





-… ¿estás loco?...-Lilly se acercó a golpearle la cabeza por lo dicho-…si quieren saberlo pues Severus y yo somos amigos desde pequeños, somos vecinos, vivimos uno frente al otro en la misma urbanización…-.




-… ¿ah?...-se extrañaron todos.




-…pero… como…-todos miraron a Peter-…es decir, es un sangre pura, ya que en Slytherin solo hay sangre puras por lo que, las sangre puras solo viven en urbanizaciones de magos y se relacionan solamente con magos…-.





-…eso díselo a sus padres…-la pelirroja se encogió de hombros-…su madre se fascina por cada cosita muggle que le muestres, según tengo entendido sus abuelos nunca los visitan por el lugar donde viven, inclusive insistieron a la Señora Eileen en que les entregue la tutela de su hijo…-explicó.




-…oh, entonces es un Slytherin que es traidor de la sangre…-rió James mientras maquinaba en su mente alguna otra forma de poner a Severus Snape en ridículo, que mejor forma en decirle a todos que es un traidor a la sangre, las palabras usadas por quienes se relacionan directamente con los muggles siendo sangre pura.





-…por cierto, si descubro que utilizan esta información para gastarle una broma o sobornar a Sevi se la verán conmigo…-la mirada de la chica era amenazante, en ese momento estaba pensando que hubiera sido mejor quedarse callada para así ahorrarle algún problema a su amigo.





Por su parte Sirius comenzaba a sentir que la familia de Snape debería haber sido su familia, el ahora era un traidor a la sangre y solo por haber terminado de Griffindor, ni siquiera se relacionaba con muggle abiertamente, apenas y comenzaba a descubrir cómo era ese extraño mundo junto con James; en esos momentos sentía que admiraba a la madre de Snape por separarse de sus padres y vivir en un barrio muggle, de cierta forma se dio cuenta que envidiaba a Severus Snape.





Las despedidas en el anden eran muy emotivas, ahora Severus se encontraba con Lucius abrazándose cariñosamente, Lucius le daba palabras de aliento para que soportara como se debía a los Merodeadores, mientras algunos chicos lanzaban comentarios sugerentes, entre ellos que se buscaran un motel –eso eran los hijos de muggle-.





Sirius, al bajar del expreso se reunió con su hermano, lastimosamente tendría que regresar a su casa y soportar a sus padres con sus ideales y cosas oscuras, se había quedado observando el abrazo de esos dos lo cual llego a molestarle de sobre manera, a él ni siquiera su hermano le abrazaba de esa forma.





Y así comenzaron las vacaciones, tres largos meses de sufrimiento para Sirius hasta que James y sus padre le invitaron a pasar las dos últimas semanas en su casa comprometiéndose con sus padres de llevarle al anden el día del comienzo de clases, entonces él se encontraba en esos momento con James en la habitación del último ideando un descabellado plan que les llevaría hasta la casa de los Evans, en verdad su amigo o estaba obsesionado con Lilly o en verdad estaba enamorado.





Fue así como después de una súper odisea llegaron hasta lo que parecía un parque normal con un montón de enanos muggles que jugaban y gritaban emocionados por todos lados, de lejos vieron a Lilly meciéndose en el columpio junto con su hermana, un año menor, que la mirada de cierta manera resentida, es cuando un Snape totalmente vestido como muggle se acercó a Lilly y juntos se fueron caminando tranquilamente por una pequeña calle.





A los dos le dio cierta impresión ver a Snivellus como todo un muggle caminando tranquilamente mientras conversaba con su pelirroja amiga.




-…maldito Snivellus…-reclamó James mientras apretaba los puños, sus celos salían a flote.




-… ¿Qué haremos?...-preguntó Sirius sin perder de vista a los dos amigos.





-…utilizaremos la capa y les seguiremos…-propuso el morocho mientras sacaba la capa la cual colocaron sobre sus cabezas cubriéndoles el cuerpo en totalidad y así comenzaron a seguir a sus presas.




Sirius y James nunca en su vida habían ingresado en un centro comercial muggle por lo que quedaron fascinados por toda esa ‘temnologia’ o como sea que le digan esos seres no mágicos, era muy extraño y lo que más le llamo la atención fueron que en sus mascotas no tenían lechuzas, eso sí que era raro, ¿Cómo se mandarían la correspondencia?... un gran misterio, le preguntarían a Lilly ya que ella es hija de muggles.





Los siguieron un momento hasta que ellos compraron unos dulces muy simples según sus puntos de vistas, luego, entre risas y comentarios regresaron por el mismo camino hasta que llegaron a una lindas casas, Lilly y Severus habían ingresado al jardín de una de ellas en donde la puerta les fue abierta por quien Sirius reconoció como la madre de Snape, las puerta quedó un momento abierta por lo cual los dos se miraron y en un asentimiento mutuo decidieron ingresar, llevaban la capa de invisibilidad por lo que no sería descubiertos con facilidad.





Lilly y Severus ingresaron a la cocina donde Eileen les servía un poco de pastel el cual olía delicioso con lo que la boca se les hacia agua. El maullido de un gato llamó la atención de todos, fue cuando se dieron cuenta de que un gato siamés se encontraba sobre una repisa, en una pose majestuosa, digan de su estirpe de buena raza los miraba con unos penetrantes ojos azules, al parecer ese animal les había descubierto.





-…Tattoo…-llamó Severus-…ven acá…-le hizo seña al asiento que se encontraba a su lado.





La gata respondió con un maullido para luego mirar fijamente en donde James y Sirius se encontraban, fue cuando Severus se levantó y estiró los brazos a ella, está muy emocionada y encariñada se dejo cargar.




-…desde que me presentaste a Tattoo cada vez me convenzo de es humana…-comenta Lilly.




-…es muy linda…-sonríe el chico mientras deja que ella se siente en la silla vacía a su lado, la gata por su parte mira detenidamente donde se encuentran James y Sirius.




La conversación entre los tres se volvió de los más aburrida ya que hablaban de cosas sin importancia para los dos espectadores invisibles, por su parte James y Sirius ya sentían que les salían raíces por estar parados tanto tiempo, es cuando James jaloneó ligeramente a Sirius dándole a entender que debían seguir, fue cuando llegaron a la sala y tomaron un corredor hacia lo que parecía ser el despacho, entonces James habló:




-…es la oportunidad de hacerle algo a Snivellus…-dijo este-…estamos en su casa, que mejor momento no podemos perder oportunidad, además de que no podrá culparnos porque no sabemos donde vive…-usó el tono malicioso.




-…buena idea, así me puedo desquitar de lo que me dijo la ultima vez…-sonrió Sirius, entonces comenzaron a caminar tratando de estudiar el lugar, aun se encontraban bajo la capa por si acaso aparecía alguien cerca, fue cuando James se sacó la capa al comprobar el perímetro.




Sirius se encontraba doblando su utensilio de maldades mientras James caminaba cerca de ahí, fue cuando noto una habitación, trató de abrirla doblando la perilla pero no funcionó al parecer estaba con seguro, entonces sintió pasos y escuchó voces cercanas, se asustó y miró a los dos lados encontrándose con la mirada retadora de la gata la cual, podría jurar, le había sonreído de forma malvada antes de comenzar a maullar avisando de su ubicación, es cuando escuchó la voz de Lilly y Severus acercándose a donde se encontraba, miró hacia donde se suponía debía estar Sirius pero no lo encontró dándose cuenta de que el muy cobarde se había colocado la capa, así que susurrando un ‘traidor’ notó que la ventana a un costado estaba abierta y sin mas corrió el riesgo de romperse un brazo.




Cayó al otro lado, sobre el césped que amortiguó su caída y corrió como si su vida dependiera de ello, es cuando llegó a la acerca que puso respirar, ahora Sirius tendría que vérselas como escaparía del lugar.





Sirius miraba a los chicos, Lilly había cogido a la gata quien se había arrimado a ella y luego le había dirigido una mirada hacia él, la gata sabia que este ahí… en verdad que Lilly tenía razón, ese animal parecía más humano de lo que aparenta, inclusive, parecía que tenia poderes mas allá de los pensados, cuando se fueron del pasillo el decidió seguir su camino buscando como salir de la casa, pero al parecer esta estaba hechizada con lo que se confundió y sin saber cómo pronto se vio frente a un escalera la cual subió cuando escuchó a la madre de Snape arreglando algunas cosas, al llegar arriba se encontró con una cómoda sala con muchos estantes de libros y un escritorio en una esquina en el cual estaban dispersos los utensilios del tercer año de Hogwarts, fue cuando se dio cuenta de que encima de una puerta estaba el nombre de Snivellus, sonrió, al menos valía la pena curiosear, conocer su secretos para poder burlarse de él iniciado el año.





Al ingresar se encuentra con un cuarto ordenado de color blanco, muy diferente a lo que se había imaginado que sería la habitación de Snape, se quitó la capa con lo que se puso a curiosear los estantes de libros, esos extraños muñecos que tenia sobre una repisa y los armarios, ¡por Dios, inclusive era más ordenado que él!.





James parecía león enjaulado dando vueltas en un mismo sitio, Sirius se estaba demorando, además de que ya era hora del almuerzo y debían de regresar a su casa o sino sus padres se preocuparían; Lilly salía de casa de Severus de quien se despidió con un beso en la mejilla, al salir hacia la acera dispuesta a cruzar la calle para ir a casa donde su madre le esperaba se dio cuenta de que había alguien muy conocido y detestado por ella: James Charlus Potter.




-…Potter…-susurró muy al estilo de Severus, al parecer estar mucho tiempo con su amigo le afectaba.




-…Lilly…-y su rostro se iluminó, el amor de su vida se encontraba ahí, frente a él, era el momento de colocarse como un niño perdido y asustado, tal vez así lograba conquistarle-…Lilly, por fin veo a alguien conocido, me he perdido, ni siquiera sé como llegue aquí…-le lloró de forma lastimera mientras se prendía a ella.




-…ah…-Lilly estaba sorprendida, como era posible que se perdiera un adolescente, aunque, siendo que era mago de una familia de magos que no conocían nada muggle, ni siquiera iban a la calle de muggles supuso que era normal esos casos por lo que suspiro y se obligó a decir:-…ven a mi casa, si quieres llamamos a tus padres para avisarles donde estamos…-aunque su voz salió cansada y ofuscada.





-… ¿enserio?...-se emocionó James-…voy a conocer a mi suegros…-exclamó.





-… ¿Qué?, ni te atrevas a decir eso frente a mis padres…-reclamó la chica.




-…pero ¿Por qué?, si nosotros nos vamos a casar…-.





Y un golpe fue lo que recibió en pleno rostro al decir eso.





-…idiota, nunca más Lilly, nunca más…-mascullaba la pelirroja mientras cruzaba hasta su acera-…apúrate que no tenemos todo el día…-le ordenó al morocho quien se sostenía el rostro.





-…si, mi amada Lilly…-le dijo mientras la seguía.





Severus caminaba por su casa, se encontraba un poco cansado así que decidió ir a darse una ducha y luego bajaría a almorzar, era lo mejor, aunque con el pastel se le había quitado un poco el hambre.





Sirius estaba sentado en la cama de Snape leyendo unas hojas que había encontrado debajo de la cama, al parecer eran hechizos, entre ellos había uno que se llamaba levicorpus el cual se había memorizado, ahora se disponía a leer el siguiente hechizo cuando el sonido de la puerta llamó su atención, rápidamente tiro las hojas bajo la cama, se puso la capa y entonces ingresó Snivellus; Sirius miró hacia varios lados cuando se dio cuenta de una puerta contraria por la cual ingresó encontrándose con un baño, ahí pensó estar seguro.





Severus se quitó el abrigo y lo dejó sobre la cama por lo que se dirigió hacia el baño, al ingresar puso el pestillo a la puerta dejándolo totalmente encerrado, sin saberlo, con Sirius Black, su peor enemigo. Por su parte el invisible se encontraba totalmente asustado, el baño no era tan grande como para que dos personas caminaran libremente si chocarse, entonces se pegó lo mas que pudo a la pared mientras, ante él, se desnudaba un pequeño y menudo Severus Snape, es cuando pudo notar que todo su cuerpo era blanco, un blanco pálido comparado con el de los vampiros, su espalda era amplia, pero no tanto como cualquier varón adolescente en crecimiento normal, se podía comparar con el de una mujer, al igual que ese trasero, al parecer las vestimentas de Snape lo desagraciaban mucho, si vistiera mucho mejor llegaría a ser un chico muy popular, entonces este se dio la vuelta para quitarse el interior y es cuando Black notó el vello púbico era negro, un negro profundo como su cabello…






Levantó la cabeza bruscamente tratando de concentrarse en algo diferente cuando se dio cuenta de que estaba cara a cara con Snape, ahí notó que lo que había dicho Remus era verdad, uno de los ojos de Snape era verde y el otro marrón, aunque anteriormente, que recordara, no había sido así.





Snape se metió en la ducha cerrando la puerta de ese compartimiento para descanso de Sirius quien caminó un poco hasta situarse en la parte más alejada, para ser exactos, una esquina a un lado de la puerta donde se apoyo en la pared y se dejó caer en el piso hasta sentarse a esperar el tiempo que fuese necesario hasta que Snivellus saliera de su baño, solo esperaba que James lo estuviera esperando o ideando alguna forma de sacarlo de ahí, es cuando sintió algo golpear su muslo, al bajar la mirada se encontró con una pequeña barra de jabón con bastante espuma es cuando escuchó la puerta corrediza y notó que Snape buscaba con la mirada el lugar donde había caído el jabón, es cuando movió ligeramente su mano provocando que la barra saliera de la capa.





Severus se dio cuenta que la barra estaba frente a la puerta, en el piso por lo que salió de la ducha y camino desnudo y mojado hasta la puerta, Sirius estaba sorprendido y miraba atentamente el rostro de Snape con tal de no ver alguna otra parte, es cuando se dio cuenta que este se acercaba y agachaba justo encima de él para coger el jabón, su pecho había quedado frente a su rostro y sus pezones mojados y rosados estaba ahí, tan lindos como el de cualquier chica, quiso desviar la mirada pero no podía ya que al hacerlo se encontró con la entrepierna por lo que regresó su mirada hacia los pezones, ¡pero qué calor que hacia ahí!.





Diez minutos después Severus se encontraba secándose y poniéndose la ropa, cinco minutos después y Sirius podía respirar ya encontrándose solo en el baño y la habitación.





-…por Dios, ¿Qué… que fue eso?...-preguntó al descender su mano hacia el pantalón, justo en su entrepierna y sin haberse dado cuenta estaba mojado-…maldición…-.





En diez minutos pudo salir de la casa encontrándose así en la acera buscando a su mejor amigo el cual salía bien animado de la casa de enfrente la cual reconoció como la de Lilly y no por saber donde vive sino porque vio la mala cara de su amiga en la puerta.





-…Sirius, que bueno que me encuentras…-chilló James mientras se acercaba a su mejor amigo y le susurraba:-…sígueme el cuento, luego te explico…-.





-… ¿en dónde demonios te metes James?, me tenias preocupado…-reclama el-…hasta que pude salir…-susurró.





Y así, en una hora regresaron a casa de los Potter donde fueron reprendidos gravemente, James contaba animado el gran avance que había tenido con Lilly y como sus “suegros” lo adoraban mientras el solo le había dicho que no había encontrado nada interesante en casa de Snape.






Y así durmió James mientras el recordaba el cuerpo y rostro de Severus, en especial sus ojos.






Pronto comenzaron clases y las molestias para con Snape había sido retomadas por el grupo, mas de parte de James quien ahora era el que más incitaba al grupo mientras Sirius ya no se demostraba tan participativo, al parecer el hecho de haber visto desnudo a Snape le había hecho cambiar la forma de pensar que tenia para con él, se dio cuenta de eso cuando un día se encontró a si mismo escribiendo en un pergamino unas rimas que describían perfectamente te el cuerpo de Snivellus, Lilly las encontró y solo le dijo: “¡te enamoraste!, con razón no molestas a Severus, y dime ¿Quién es la afortunada?”, todo el grupo le molestó con la afortunada pero él no quería decir nada, ¿Qué iba a responder a sus preguntas?, primero tendría que decir que no es afortunada sino afortunado y segundo, tendría que aceptar que estaba enamorado de Snape. Ahora no sabía qué hacer con esos versos por lo que no le quedaba de mas que sacar su lado romántico, al menos, de alguna forma tener una acercamiento con Snape.





Severus Snape llevaba ya un mes en clases cuando comenzó a recibir una notas poco ortodoxas si se trataba de conquistar a alguien, la primera vez que leyó una se sonrojó completamente mientras Nicolas trataba de leerla a sus espaldas, es cuando la arrugó y se dispuso a botarla a la basura, es cuando vio que Nicolas la iba a sacar para leerla que prefirió llevársela con un simple wingardium, ahora las guardaba cada una en un lugar secreto dentro de su habitación, por suerte Lucius ya no se encontraba ahí o sino de seguro que hubiera descubierto las notas y lo estaría molestando.





En la primera semana de recibir las notas se dio cuenta de que Nicolas, su querido amigo, se encontraba molesto por algo, no sabía lo que era y además no le importaba, con tal de que no interfiriera con sus trabajos y así estaban en clase de pociones el siempre hacia equipo con Nicolas a quien había cogido de llamarle Nico como apodo de cariño y él le llamaba Sevi.






-… Sevi, ¿Qué te pasó ahí?...-preguntó Nicolas mientras tomaba su mano izquierda con la cual sostenía varios ingredientes.








-…ah, eso fue Potter…-respondió simplemente mientras Nicolas continuaba con una suave caricia.






A los dos días, sin saber porque, Black le molestó, desde que había ingresado a cuarto año no le había gastado ninguna broma, solo Potter pero el ya no, ese cambio de actitud le molestó de sobremanera, fue así cuando también se dio cuenta de algo, en el cuarteto faltaba uno y ese que faltaba era Remus Lupin, mas no le importo, es cuando un día Sirius le retó a faltar las reglas y fue así como terminó hiendo a la casa de los gritos donde descubrió un hombre lobo que casi lo mata, claro que Sirius se arrepentiría después pero nunca lo haría saber, el susto que le pegó a Snape le hizo cambiar de parecer para con Sirius, este había pasado a ser Black y ahora perro pulgoso, mas nunca más regreso a ser Sirius, lo estaba odiando más que nunca, por otra parte esto hizo que Remus y el entablaran lo que parecía ser una especia de ‘amistad’ si se llamaba así, lo cual ponía alegre a Lilly –quien no sabía que era su amigo-, Snape había quedado con Lupin nunca revelar nada a ninguno de sus compañeros ni de su casa ni de casa ajena mientras que el prometía frenar a sus amigos, en especial a James, de todas las bromas que le hacían.








Y así llegó Navidad donde Lucius había ido al castillo a visitarlo, se sorprendió al saber la especie de ‘amistad’ que le unía con Lupin, mas nunca se enteró de que era un licántropo, este por su parte aun trataba de forma fría al muchacho quien se comportaba lo más amable posible mas eso no hacía posible que entablaran alguna amistad, Lucius prefería hablar con Lilly que con Lupin y siempre tomaba a Snape de la cintura y lo abrazaba amablemente mientras reía con él, era una camaradería que en cierta forma le molestaba y no sabía cómo actuar ante eso más que de forma tímida, sentía que no encajaba en ese grupo por lo que siempre salía de ahí a reunirse con Peter, James y Sirius quienes luego hacían bromas a Lucius, en especial Sirius y esa vez se dio cuenta de que le hizo sentir mejor cuando no frenó una broma que James le iba a hacer a Snape, era como si un peso se quitara de encima, Snape ocupaba el lugar que él quería ocupar ante Lucius Malfoy, un lugar que sabia nunca seria suyo, pero al menos ahora conocía una forma en que no doliera tanto esa realidad.





Así paso el tiempo y el día de San Valentín llegó en el cual James se encontraba triste porque Lilly había aceptado salir con Huffelpuf y lo había mandado a volar, Sirius por su parte salía con un grupo de chicas proponiendo divertirse juntos a los chicos, pero James estaba tan triste que no quiso saber nada, por su parte Remus observaba desde la entrada a Hogsmade como Lucius y Severus caminaban animadamente uno al lado del otro, hasta que Lucius pasó su brazo sobre los hombros de Severus es que gruñó.




-… ¿sucede algo, Moony?...-preguntó Peter.




-…no, nada…-negó sin dejar de ver hacia la pareja.




Sirius se había dado cuenta de que Remus estaba molesto por algo ya que además gruñía y el no hacia eso por nada así que dirigió la mirada al mismo sitio encontrándose con la parejita abrazada, eso le molestó de sobremanera ya que creyó que o Lucius se hacía pasar por el que le mandaba las cartas de amor o en verdad a Snape no le importaba para nada sus mensajes, es cuando cogió su varita y sin pensarlo hizo lo peor que se podía hacer a alguien y el que sería el peor episodio en la vida de Snape, el que usen tu propio hechizo en tu contra y muestren tus interiores burlándose cruelmente.
Notas finales:

Y ahi esta...

Espero haya sido de su agrado y saber que les parecio...

Un gusto.

Shiko-sama.

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