¡¿El Sakurazukamori es virgen?!… Matar no es la única experiencia en la vida.
Hola soy Medora trayèndoles esto que espero les guste. Como ya sabrán X es de Clamp y lo que he escrito no tiene otro fin más que el de divertirme y de paso divertirlos a uds.
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La vida había vuelto a su habitual ruido y movimiento. Tokio ahora se veía tranquilo, bueno hasta el punto de lo normal, es decir, por fin se había terminado todo eso del Apocalipsis. En fin, la verdad es que al menos entre tanto ajetreo ya era posible tener un rato de calma.
Dragones del cielo o de la tierra, ambos podían disfrutar de sus respectivas vidas, sin mayor problema que la vida misma. La responsabilidad de salvar a la tierra y a sus habitantes con ella se trataba de cosa del pasado.
Aunque hay que decir que con todo y que algunos resucitaron, no por ello cambiaron y se volvieron blancas palomas, no, ya que lo que cada quien es no puede ser cambiado…ni siquiera con la muerte o el amor. Entre este tipo de personas se hallaba Seishiro Sakurazuka, pues el oficio de asesino lo traía en las venas, por ello siguió con el truque de matar por dinero… además ¿qué otra cosa iba a hacer?, matar era su única gracia y no por haber revivido eso iba a cambiar.
Así fue como se lo veía en esa ocasión, regresando de cumplir con un trabajito. Lo bueno del ramo del asesinato era sin duda la generosa paga, ya que eso le permitía darse el lujo de estropear un fabuloso traje con la sangre de sus víctimas sin el menor remordimiento, total para eso se trabajaba tan duro ¿no?
Una vez que se vio librado de la cosa aquella de los dragones intentó alejarse de sus antiguos camaradas, lo mensajeros, pero se encontró que éstos comenzaron a reunirse como si de un extraño ritual se tratase, quesque para rememorar viejos tiempos. ¡Como si lo del fin del mundo hubiese ocurrido hace eones! Suspiró tratando de alejar todo aquél pensamiento que le aconsejara razonablemente que se alejara de allí, que más daba, no perdía nada con verlos, o al menos eso creyó. Ya sin tantas dudas arribó por fin a casa de Yuto, el rubio trabajador social con cara de gigoló.
Con lo silencioso que era nadie notó su presencia por lo que alcanzó a escuchar un fragmento de conversación por parte de los que ya se encontraban en el lugar.
-… ¿en serio es cierto?
-Si
-je j eje, ¡¿quién lo diría?!
-¿Qué tanto murmuran?- dijo a modo de saludo el asesino del cerezo.
Al parecer fue su imaginación, pero los dos tipos que hablaban se quedaron sorprendidos de verlo allí…más bien se los veía asustados… como si fuese de él de quien estuvieran hablando.
-Sei…Seishiro ¡Que sorpresa!, me alegra que pudieras venir- empezó a balbucir el dueño del lugar.
-Veo que sólo Fuma y tu están aquí.
-Si, lo que pasa es que Kanoe fue a comparar el alcohol y Satsuki la acompañó- informó el rubio.
-¿Y los demás?- preguntó Seishiro.
-Aún no llegan, pero seguramente que ya no tardan.
-Mm, ya veo… por cierto ¿de qué hablaban cuando entré?
-Bueno, pues…verás… es que- balbucieron ambos chicos sin poder responder algo coherente y concreto.
-¿Saben?, creo que hablaban de mi- propuso con una media sonrisa por la palidez que demostraban los rostros de los exdragones.
-Bueno, la verdad es que si.
-¡¡FUMA!!
-Vamos Yuto tu también te mueres por preguntárselo.
-Preguntarme ¿qué?
-Es que… no, antes de decírtelo promete que no nos matarás, en todo caso mejor no nos respondas, pero no quiero que manches mi alfombra, como acostumbras a hacer con tus trajes- dijo Yuto señalando las mangas de la vestimenta del asesino, pues no se cambió para la reunión.
-Ja ja, se me olvidó cambiarme… pero no creo que sea algo tan malo como para matarte, además no ganaría nada con eso. Me gusta que me paguen por lo que hago y hasta que no haya un precio por tu cabeza, considérate seguro de mi.
-Con eso me conformo… díselo tú Fuma.
-Todo yo, mira la cosa es sencilla Sei-san ¿eres o no virgen?
-Ay que bruto eres Munou- le riño Yuto.
Pero el Sakurazuka se limitó a darles una risita nerviosa por toda respuesta… no era posible que esos supiesen que no había tenido experiencias de ese tipo. ¡¿Para qué las necesitaba?! si era cierto que Subaru le gustaba pero, jamás le había permitido tocarlo, es decir jugaba con el chico y todo, besitos y nada más. ¡Ay! Menuda situación. No tenía forma de negarse, ya que en lugar de hacerlo esa estúpida risa salió.
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Ja ja ja esta loquera estuvo gruesa, El Sakurazukamori virgen, j a aún estoy botándome de la risa.
Veamos si Subaru le enseña dos que tres cosas.
Prometo actualizar los demás fics pronto. Cuídense y espero sus comentarios les haya gustado o no.
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