Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Empatía por Yu-Okawa

[Reviews - 71]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

D.GRAY-MAN pertence a Katsura Hoshino.

Este fanfic fue elaborado sin pretender algun proposito lucrativo.

Notas del capitulo:

Espero esta historia sea de su total agrado. Es una historia corta y espero que les divierta tanto como me divierte a mi escribirla e imaginarla.

 

EMPATÍA

 

I

EN LOS ZAPATOS DEL OTRO

 

 

Komui no se cansaba de decirle a Kanda Yû lo importante que era ponerse en el lugar del otro, claro está, que Komui no acaba de comprender que a Kanda le importaba un comino si hería a la gente con sus comentarios o acciones, al final de cuentas a él eso no le preocupaba en lo absoluto.  No era culpa suya que aquella gente fuese tan inútil y tan odiosa.

 

Aún así Komui seguía insistiendo en ello y no paraba de repetirle una y otra vez lo importante que era establecer lazos amistosos y demás basura sentimentalista. Al menos así era para Kanda.

 

–¿Eso es todo?-pregunto Kanda con desgano una vez terminada la larga perorata de Komui.

 

–No, Kanda. Lamentablemente no.-Kanda trono la boca en forma de molestia y miro enfadado una vez mas a Komui.

 

–Si nada mas me hablaste para esta porquería de dialogo…

 

–Kanda, no era para esto-interrumpió Komui- solo que se presento la oportunidad de hablar de ello. Nadie en la orden quiera acercarse a ti, por como eres, les tratas como basura.

 

–¿Y a mi que?. Si no es una misión me largo.-Kanda dio media vuelta y se dirigió a la puerta que sin duda le sacaría de esa pocilga de oficina, pero sonaron tres golpes sobre esta para después abrirse.

 

–Buenas tardes. saludo cordialmente Allen. Kanda le miro desde su privilegiada posición, solo proporcionada por su altura y trono la lengua. ¡Justo lo que faltaba, aquel llorica haciendo acto de presencia!.

 

–Tomen asiento, ahora si les diré la razón del por que les he llamado.- Komui puso ambas manos en el escritorio y les miro seriamente, eso solo podría significar una cosa. O quizás dos.

 

Allen y Kanda se miraban retadoramente, uno frente al otro. De sus cuerpos pendían un montón de cables extraños que les conectaban a una maquina, sobre sus cabezas, un extraño casco de metal se posaba en ellas.

 

Habían varios científicos de las distintas ramas de Black Orden tras aquellas aparatosas maquinas, que no dejaban de pitar un solo segundo y que mostraban extrañas líneas en sus verdes pantallas. Todos hablaban entre si mientras anotaban algo sobre los cuadernos que cargaban.

 

 

Komui suspiro cansinamente, al tener a ambos exorcistas en aquella habitación, claramente el ambiente era tan tenso que podría cortarse con un cuchillo para mantequilla.

–¡Bien chicos!, Necesito medir la sinapsis de su cerebro a la hora de la batalla, estos cascos pueden hacer eso sin necesidad de usar algún método doloroso o causar algún daño colateral. Esto nos brindará datos de velocidad de respuesta en batalla y demás cosas que nos serán útiles para futuros encuentros con Akumas o el conde.

 

Por ello deben hacer exactamente lo que les solicitemos.-Komui suspiro y continuo con su discurso, explicando detalladamente aquel experimento que se llevaba a cabo en la sala de entrenamientos.– Al recopilar los datos de su velocidad de sinapsis nos proporcionara una mayor información sobre la sincronización de la inocencia y sus portadores, tenemos una teoría algo difícil de explicar pero si la teoría es verdadera, dentro de poco podremos conseguir mas exorcistas y podremos darle mas batalla al conde.-dijo seriamente Komui mientras miraba a Kanda, era una orden desde la central, aunque el espadachín se negará tenía que cumplirlo.

 

–Bien, ustedes comenzarán a pelear y se detendrán cuando se los indiquemos, y reanudarán la batalla cuando nosotros se lo exijamos.-Allen asintió y miro la sala de entrenamiento, no había ni buscadores ni  mas exorcistas que ellos ahí, solo estaban él y Kanda junto con todos aquellos científicos. Fue entonces cuando vio una maquina extraña con un rollo gigantesco de papel y una aguja sobre este. Quizás esa era la maquina con la que medirían aquello.

 

Komui se hizo a un lado,  despejando lo que pronto se convertiría en una batalla.

 

–Comiencen.- Allen corrió rápidamente hacia Kanda activando su inocencia y este le esperaba con la mano sobre el mango de su katana, ya listo para hacer picadillo al Moyashi.

 

–¡ALTO!- grito Komui y Allen se detuvo abruptamente, derrapando sus pies por el suelo. Ambos exorcistas voltearon a ver a los científicos y vieron que todos tomaban nota de aquello, algunos en sus libretas y otros mentalmente.

 

–Comiencen- volvió a oírse la voz de Komui y ellos retomaron la batalla de donde se habían quedado.

 

Así habían pasado varias horas, entre que peleaban para después detenerse abruptamente a  una orden para después comenzar a pelear de nuevo.  Ambos tenían cuidado de no enredarse con tantos cables y tropezar. Sus respiraciones agitadas les delataban, ambos estaban cansados. Y uno que otro golpe habían logrado asestarse.

 

Enzarzados nuevamente en una batalla, esquivando el golpe del otro con ingeniosos y rápidos movimientos, ninguno parecía  ceder  y aunque fuese un experimento no por ello, se enfrascaban menos en la batalla. Kanda odiaba aquel mocoso que estaba frente suyo, alguien tan confiado, alguien tan contradictorio como el Moyashi que no era capaz de entender que estaban en una guerra, que debían haber sacrificios. Siempre queriendo salvar a todos.

 

Allen había sido detenido por la katana de Kanda en un rápido movimiento de este para bloquear su ataque, salto hacia atrás quedando a un par de metros del japonés, y su cabello comenzaba a pegarse a su rostro a causa del sudor, su respiración agitada y sus mejillas rojas era el claro indicio de su cansancio.

–¿Te rindes tan pronto?-pregunto Kanda no sin superioridad.

 

–¡Ja!, ¡eso quisieras!- Allen lanzo nuevamente un ataque que Kanda cubrió a la perfección pero no contó que el puño de Allen asestara un golpe en su mejilla. Su rostro apenas y se movió pero estaba furioso por ello. Sin medirse reacciono rápidamente y asesto un golpe seco en el estomago de Allen. El albino camino hacia atrás sosteniéndose el estomago con ambas manos y Kanda le miraba fijamente.

 

Allen trataba de recuperar el aliento mientras estaba doblado en dos, Kanda solo se limpio con el dorso de su mano el hilo de sangre que resbalaba por su labio.

 

–¡Deténganse!-ordeno nuevamente Komui.

 

Allen alzo la mirada y vio que Kanda le miraba con odio y con ese estupido aire de superioridad, era como si con su mirada le insultase. Se levanto y miro a Kanda una vez mas para después ver desaparecerle justo frente a él. Le busco con la mirada por los alrededores y pronto se percato de la sombra que se cernía sobre él.

 

Se movió a un lado antes que Kanda pudiese atacarle por arriba, apenas y había logrado esquivarle, Komui seguía gritándoles que se detuvieran pero ninguno quería hacerlo ya. Allen ataco a Kanda y este al albino. Se lanzaron el uno contra el otro, pero antes de poder alcanzarse de sus cascos comenzaron a brotar chispas.

 

Ambos se detuvieron presas del dolor de recibir tales descargas directas en su cabeza, ambos gritaban e intentaban quitarse el casco, pero aquel dolor era tan agudo y constante que les impedía moverse con libertad. Los científicos sin esperar comenzaron a manejar las maquinas, intentando apagar todo aquello y así terminar con ello, pero simplemente no podían.

 

Una maquina exploto al no poder contener la descarga y pronto todas se apagaron de golpe, las descargas dejaron de llegar a los exorcistas que inmediatamente cayeron al piso inconcientes.

 

–¡HABLEN A LOS DOCTORES!-grito con desesperación Komui.-¡RESISTAN!.

 

 

La cabeza le dolía a horrores, sentía que todo en él estaba mal y todo por culpa de ese jodido científico loco que era Komui. Ese hombre era un peligro para la humanidad mas significativo que el conde. Abrió los ojos y la luz le deslumbro, volvió a cerrarlos para después abrirlos nuevamente. Miro a su alrededor y vio que estaba en la enfermería de la orden. No había nadie ahí, era de día y no tenia ni la mas puta idea de cuanto tiempo llevaba ahí.

 

Solo sabía que tan pronto como ese estupido malestar en la cabeza se fuese y dejase de sentir el cuerpo extraño iría a patearle el trasero a Komui. Ese hombre necesitaba quien le pusiera los puntos en claro, y uno de ellos era el jamás incluirle en ningún jodido experimento.

 

Sentía demasiado extraño su cuerpo quizás por las descargas, se puso de pie y noto algo distinto, sus pies eran de una piel mas blanca que la suya. Vio esto con rareza y pronto vio sus manos. Una de ellas mostraba esa mano deforme que el Moyashi, y solo ese niñato poseía.

 

–¡Mierda!-dijo alarmado Kanda. Se levanto pronto, tambaleante y con pasos titubeantes busco un espejo sin éxito. Chasqueo la lengua pero pronto vio la jarra con agua. Se acerco lentamente y se asomo en ella.

 

El reflejo que el agua le devolvió no era el de él. Aquel rostro era el de Allen y lo peor de todo es que él era el que movía ese cuerpo ahora. Aquello no podía ser cierto.

 

¡Estaba en el cuerpo de Allen!.

 

Bien es cierto que Kanda no entiende nada de empatía o amabilidad, ponerse en los zapatos del otro nunca es fácil pero ponerse en los zapatos del otro de esa forma, ¿Era realmente necesario?.

 

Notas finales:

 

¡Wooola!, espero estén todos bien, aquí vengo a darles lata con otra nueva historia de esta parejita tan encantadora, no será una historia larga ni mucho menos con trama complicada, nada mas hay que ver el largo de los capítulos para darnos cuenta de ello.

 

No se preocupen, ya lo se. Office Boy continuará, no pienso descuidarlo por nada del mundo, solo que esta historia ya la tenia metida entre neurona y neurona y no pude resistirme a escribirla.

 

Espero les este gustando y la disfruten. Nos vemos.

 

Ja na!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).