Capitulo 2 El ciclo se repite
La alarma del reloj sonó a eso de las 7 de la mañana. Mido alargo la mano para apagarlo aunque en su interior había un deseo incontenible de estrellarlo contra la pared.
- Ah sentí que no descanse nada. Se quejo en un susurro mientras hacia atrás los mechones de su cabello que chocaban en la frente.
Con sus ojos y su cuerpo cargados de sueño volteo hacia su derecha. Y se encontró con la agradable sonrisa de su chico, aun recostado sobre en la almohada.
- Buenos días Ban!
El solo encontrarse con esa mirada color miel, le dio calor a su fatigado corazón.
-Bueno días pequeño idiota. Como estas? Le pregunto después de besar los labios del menor.
- Anda duerme otro poco, yo preparare el desayuno. Comento el castaño para después estirarse y posterior dar un salto de la cama al piso. Y continúo estirándose todo el camino que le llevo al baño.
En la siguiente media hora el departamento olía a huevos con jamón y tocino. El rubio acomodo la mesa. En lo que su compañero terminaba de cocinar.
- Eres necio pequeño idiota, debiste aprovechar y dormir otro poco.
- No Ban en verdad estoy bien. Respondió en forma enérgica.
El castaño le vio mientras suspiraba el rubio era terco en dar su brazo a torcer y lo que menos quería era comenzar una nueva discusión. Ya habían tenido una la noche anterior y con esa bastaba. No estaba en sus planes pasar el tiempo que les quedaba discutiendo por tontería y media.
Después del desayuno, de lavar la loza y bañarse juntos, ambos estaban listos para dirigirse a la universidad.
- Ginji. Externo el castaño en un tono serio.
- Si Ban?
- Vas a tener que cubrir ese.................Comento Mido señalando la mancha violácea en el cuello de su pareja.
- Chupetón? Respondió el rubio en forma inocente...
- Si ese, se ve horrible...mas que un beso parece que un vampiro te extrajo toda la sangre.
- Anda ponte esta camisa y la acompañas con esta corbata.
- Pero Ban.....! Externo Chibi Ginji en forma de berrinche. Pero sabia que ante Mido cualquier intento de queja era inútil el castaño era el único con la ultima palabra. En parte era una forma de evitar discusiones y empañar su relación. Cada vez que Mido se disgustaba el rubio se entristecía terriblemente y había optado por dejar que el castaño siempre tuviera la razón.
Se dejo acomodar la corbata de color verde con rayas en un tono más oscuro contrastando con el claro. Mientras se dejaba acomodar la corbata observo la imagen en el espejo. Su compañero atrás de El acomodando y anudando aquella corbata.
Sintió el aroma de Mido que le enloquecía. Nadie dudaría de que a pesar de conocerse hace casi tres años. Seguía loco por El.
Sonreía con esa sonrisa tonta y adorable que le caracterizaba cada vez que la tela le pasaba por la nariz en la forma en que Mido jugueteaba con El.
Por un momento su corazón se entristeció, se aproximaba el verano y como había podido convencer al guapísimo y varonil compañero que adoraba, sin embargo se aproximaba el momento. Como se despediría.?
- Te pasa algo?
- No Ban, nada...
- Ginji...
- En verdad Ban no pasa nada es solo que.....Te ves tan guapo que es una lastima que tengamos que ir a la escuela......
- A es eso....Ahora lo podemos arreglar...Haciendo el intento por deshacer lo que ya había logrado.
- No , no no...( con una rápida sacudida de cabeza)
- Es broma Ban..
El camino a la escuela fue sin accidentes como de costumbre. Quizás una diferencia era que el rubio se quedo dormido en el trayecto. Mido no se quejo, pensó que si le dejaba descansar un poco mas. Todo estaría mejor.
En la clase en la que había presentado " proyecto arquitectónico II." Como había predicho el rubio el resultado fue un E de excelente.
El maestro quedo más que complacido con la maqueta del museo del templo Budista que actualmente hacia de museo y que plasmo en forma magistral.
Al terminar la clase Mido tuvo que ir a arreglar un error en la redacción de su nombre en la calificación del profesor. El rubio sentía un poco de cansancio, por lo que decidió esperarlo sentado en una de las bancas de la universidad, bajo la fresca sombra de los árboles.
Cuando se acerco Toshiky Uryu uno de sus compañeros y el segundo mejor en la clase.
- Te debes de sentir muy bien con una E en tus calificaciones verdad Ginji.?
- Si, eso es algo muy bueno no crees?
- Idiota no entiendes cuando se te habla en sarcasmo.?
- Si yo hubiera sido el compañero de Ban esa E seria Mía. Externo con rabia jalando al chico por la camisa.
-Uryo si yo hubiera querido trabajar con un bastardo engreído como tu lo hubiera hecho no crees?. Interrumpió Mido que se había acercado mientras el rubio sacaba su frustración con el menor.
-Mido....
- No se por que escogiste a este mediocre cuando Yo soy casi tan bueno como tu.
- Casi dijiste y en el casi hay una diferencia. Externo con un tono de burla. A su condiscípulo.
Su compañero se alejo indignado.
Mido le vio alejarse en una actitud defensiva, por si el intruso amenazaba con regresar.
Cuando se dio cuenta que no lo haría, se dirigió a su pareja,
- Estas bien Ginji.?
- Si Ban no paso nada, solo me agarro desprevenido. Eso es todo.
-Me tengo que ir a trabajar Ban.
- Cuídate Ban nos vemos en la noche.
Y se alejo a toda prisa. Sin más despedidas. Dejando a su compañero de pie solo, siguiéndole con la mirada hasta que le vio abordar un autobús que le llevaría de la zona universitaria a l zona comercial y de negocios Shinjuku.
Una vez en el autobús el chico se acomodo en un asiento junto a la ventana mientras se despedía con la mano de su compañero a la vez que el hacia señas que significaba que se veían mas tarde.
Una vez que el transporte arranco el joven se sintió preocupado esa simple carrera le había dado taquicardia podía sentir el golpeteo del corazón contra su pecho y su respiración se acelero, a la vez se sintió aliviado de que Mido no se percato de nada.
La verdad es que ese día no se sentía como de costumbre estaba fatigado, le dolía un poco la cabeza y la garganta, hasta casi podía predecir que iba a tener algo de fiebre y el cuerpo sentía como si hubiera hecho muchísimo trabajo de gimnasio.
Una vez más tranquilo se concreto a ver sin mirar por la ventana, era un momento con el mismo.
-" El ciclo se repite una y otra vez". Se dijo para si mismo en sus pensamientos.
-" Lo bueno en cierta forma es que es antes de las vacaciones de verano, deseo hacer tantas cosas, deseo que vayamos a la playa, y que nos quedemos algunos días, Solo Ban y Yo."
-" Se que cerca hay un parque de diversiones.....Pero sobre todo, estar juntos solo Ban y yo."
-" tiene que ser las mejores vacaciones de nuestra vida...En verdad tienen que ser".
El viaje le pareció imperceptible sumergido en sus propios pensamientos, no se dio cuenta de nada mas.
Al llegar a Shinjuku se dirigió al Honky Tonk.
Shinjuku es la parte de Tokio conocida como la zona comercial se encuentran la mayoría de la tiendas comerciales y bares y lugares recreativos.
La arquitectura del lugar es sumamente moderna. Es un lugar con mucho turismo.
El chico camino tres cuadras de la parada del autobús hasta el café donde trabajaba. Era miércoles, sabia que ese día entre semana había mucha clientela, algunos lugares como cines o bares daban promociones del 2x1 y eso hacia que hubiera mucha gente en la zona.
Con cada paso se sentía mas abochornado metió dos dedos sobre el cuello de la camisa intentando aflojarlo. Pero no logro mucho. El odiaba las camisas formales y para colmo con corbata. Pero el sabia que la situación lo ameritaba y no podía darse el lujo de abrir los botones. Y dejar a la vista aquella mancha que había sido fruto de su noche apasionada.
Una vez dentro las campanas de bienvenida de la puerta, le hizo saber a su jefe que ya había llegado.
- Llegas antes de lo acostumbrado Ginji...Que paso estas enfermo o que? Fue una pregunta un poco sarcástica. Por parte de Wan. El chico tenía por costumbre llegar media hora mas tarde, nunca media hora antes de su hora de entrada.
- Hola Paúl ya estoy aquí. Externo saludando y fue adentro a dejar su maleta escolar.
-Wow además hoy vienes vestido como profesionista Ginji, hoy nuestra clientela femenina agradecerá tu esfuerzo. Externo Paúl mientras seguía al rubio con la mirada.
-No es para tanto Paúl. Solo fue algo que se le ocurrió a Ban.
- Pues felicítalo de mi parte.
- Además Ginji , tu sabes que la mayoría de las chicas que acuden lo hacen solo para verte.
- Les gustas, Ginji y para mi el tenerte aquí es un buen negocio.
- Creo que exagera jefe. Externo el chico sonriendo mientras se servia un vaso de agua fresca y empezaba a beberlo.
Después de unas dos horas de trabajo el joven se sentía cada vez mas cansado, con la sensación de febrícula, sentía que transpiraba y esa sensación le hacia sentirse incomodo.
- Estas bien Ginji.? Pregunto Paúl que noto que no sonreía con la clientela como acostumbraba.
-Estoy bien jefe, solo un poco cansado.
-No te ves muy bien que digamos, deberías irte.
-En verdad estoy bien. No hay problema.
Habían pasado unos veinte minutos cuando una linda joven de cabello negro, se aproximo a la barra.
-Señorita le puedo servir en algo?
-Sr. Wan, Ginji su ayudante...
- Si? Pregunto Paúl con curiosidad.
-Bueno le pedí un refresco de cola.
-Y como de costumbre muy amable, me lo llevo y me lo sirvió....
- Eso es lo normal, entonces por que esta Usted aquí.? Insistió Paúl.
-Después se lo tomo!. Me sirvió la bebida y se la tomo! , Y se dio media vuelta y se fue!!
- Eso no es para nada normal. Externo la chica.
De inmediato Paúl abandono la barra y se fue a buscar al chico que había salido por la parte de atrás.
Se encontró con el joven que se había desmayado.
Lo siguiente lo vivió como un sueño, fracciones que solo recordaba incompletas como cuando queremos recordar el sueño de la noche anterior.
Sintió en medio de su confusión que se movía.
Abrió los parpados que los sentía tan pesados como si las pestañas fueran lastre.
Solo podía ver hacia arriba al techo, su cuerpo no le respondía para nada, era como si solo los parpados hubieran sido vencidos y alcanzaba a ver vagamente en donde estaba, parecía un pasillo y en el techo lámparas con una luz mortecina pasaban velozmente. Donde estoy? Se pregunto, al cerrar los ojos se perdió una vez mas.
La segunda vez que recuerdo algo fue otro momento de pesadilla igual que el anterior, habían otras personas a su lado, no reconocía los rostros, solo sentía como le despojaban de la ropa que portaba, mas que la retiraran, la desgarraban y sentía uñas sobre su sensible y ardiente piel, le lastimaban.
Pero estaba débil demasiado, al igual que confundido, se sentía mareado su cabeza le daba vueltas, intento defenderse pero todo era inútil. En medio de su confusión sintió como le levantaban de donde se encontraba, para después meterlo en agua helada.
La sensación fue horrible y perdió el conocimiento una vez más.
- Como estas Ginji?
"Esa voz, El adoraba esa voz"...
Abrió los ojos y se sintió en el cielo, allí estaba a su lado su amado compañero.
- Ban. Externo sonriendo, si Mido estaba a su lado, todo estaría bien.
-Pequeño idiota, nos metiste un susto a Paúl y a mí.
- Lo siento Ban.
- Lo siento.....La próxima vez que te sientas mal, no vayas a trabajar y dímelo.
-En verdad lo siento Ban, no pensé que fuera tan serio.
-En realidad solo es un resfriado, pero en tus condiciones tus defensas, fueron incapaces de ayudarte.
- Lo siento Ban.
- Yo no te quería preocupar, me di cuenta desde que me empezó de nuevo a sangrar la nariz. Y el cansancio.
-Ginji....Externo Mido en un tono serio.
- Si Ban? Respondió con un tono ansioso y apenado.
-Ginji esto ya lo hemos vivido, no es la primera vez.
-Ginji además también tienes anemia. Y vamos a tener que recurrir a la sangre.
- Esta bien Ban, lo que tu digas. Respondió con una voz pagada apenas perceptible.
-Por favor Ban, no me pidas nada más, por favor.
- Lo se Ginji, solo la sangre esta bien.
Después Mido se aproximo a su compañero que se encontraba sentado en la cama y le dio un beso en los labios.
El rubio se prendió de los besos del castaño, los anhelaba con todo su corazón y después de pasar por una experiencia tan terrible era refrescante era un pequeño oasis en el desierto de su existencia.
El rubio levanto los brazos y se colgó del cuello del ojiazaul, deseaba que lo levantara que se lo llevara de allí.
El rubio abrió su boca para que Mido, le invadiera, y le dejo explorarle, juguetear con su lengua. Lo necesitaba, Como podía necesitar tanto a Ban Mido. Deseaba que lo tomara entre sus brazos y lo sacara, lo llevara a su auto y allí le hiciera el amor.
Pero estaba en el hospital y volvió a la realidad cuando Mido le retiro sus brazos del cuello y lo llevo hacia la almohada, a la vez que le recordaba que tenia que descansar.
Se sintió avergonzado por ser tan infantil y cobarde, deseaba ser más fuerte y no como era.
- Ginji voy a salir a cenar algo,.....No pongas esa cara me voy a quedar a tu lado toda la noche.
- Aunque, reconozco que seria una maravillosa fantasía, y la perderemos, no tendremos sexo. Se río Mido mas que por la situación de El mismo. Y salio de la habitación dejando a un rubio que empezaba a sumergirse en sus pensamientos.
Quince años antes....
Contaba con cinco años, cuando un día su tío pasó por El al colegio.
El pequeño al verle corrió a sus brazos, estaba mas que acostumbrado a que su tío favorito pasara por El cuando a su madre por cuestión de trabajo no podía pasar por El.
Ese día su tío no bromeo con El como acostumbraba. Mostraba un rostro serio y dolido se puso a la altura del pequeño y le dijo que su madre había sufrido un accidente y nunca mas le volvería a ver.
Para un niño pequeño la muerte es un concepto abstracto difícil de comprender si nunca lo ha experimentado.
Sin embargo con el pasar de los días comprendió exactamente lo que significaba no volver a ver.
Su tío lo adopto y como realmente era feliz a su lado, la perdida de su madre fue menos dolorosa.
Su tío siempre le hacia sentir lo increíblemente orgulloso que estaba de El. Era el hijo que cualquier padre hubiera deseado. Desde los nueve años le metió a jugar futbol socker, un deporte al que su tío era aficionado. Y aprovechando que en el colegio había una liga infantil lo inscribió ya cada domingo le ovacionaba desde la banca.
Ningún padre si quiera podía dudar de que ese padre adoraba a su hijo.
Hasta que llego el fatal día, tenía cera de 12 años. Se aproximaban los exámenes finales y al chico las matemáticas no eran su fuerte. El capitán de su equipo era el mejor en matemáticas un chico increíblemente brillante tanto en clases como en el futbol. Un joven delgado y guapo.
Reiji Masame, el mismo se propuso para ayudarle en sus estudios y ese día, se quedo a dormir en su casa.
Ginji admiraba a Reiji, cada vez que lo veía jugar lo seguía con la mirada, no por la posición en la que estaba y ayudar a meter el gol. No en realidad le gustaba. Y lo sabía. Era un secreto que ni el mismo se atrevía a aceptar. Y menos a compartirlo con nadie.
Ese día, mientras el joven le explicaba el se sumergía en lo negro de sus pupilas y un mechón de cabello que insistía en caer sobre la frente de Reiji.
Sin embargo el rubio, se esforzaba por aprender aunque ese rebelde mechón insistía en llamarle la atención.
El chico hizo el intento por acomodar a ese infame cabello que le distraía. Cuando Reiji intercepto la mano del rubio, que trataba de hacer algo.
En ese momento ambos se quedaron viendo frente a frente. Fue quizás unos tres segundos, pero fue lo suficiente para que ambos se dijeran con la mirada cuanto se gustaban.
Masame se aproximo aun más al rubio y le dio un beso casto.
Una vez más ambos se vieron de la manera en que algo hubiera explotando en su interior y se besaron una vez más. De los besos pasaron a las caricias. Reiji mientras continuaba besando al rubio empezó a desabotonar la camisa de este.
Ginji se sentía en el cielo.
Hasta que el grito de alto por parte de su tío. Le rompió la magia del momento y no solo la magia. También le dio una bofetada al rubio que lo derrumbo y le hizo sangrar.
Acto seguido se deshicieron del invitado y el resto de la velada solo fue regaño tras regaño hacia el rubio.
Nunca más la relación con su tío volvió a ser igual.
Y un año mas tarde cuando la leucemia llego a su vida, le hizo sentir que era un castigo que merecía.