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Un día común y corriente en la guarida de Akatsuki, precisamente en la sala. Estaban el rubio explosivo de la organización y el fiel sirviente de Jashin, platicando más que nada para perder el tiempo por falta de misiones.
-Oe, rubia.
-¿Qué quieres Hidan? Y no soy rubia, uhn.
-¿Cómo fue tu primera vez con Sasori no Pinocho? – se recuesta completamente en el sillón que comparte con el otro, para más comodidad coloca sus manos detrás de la nuca.
-Pues… Los dos salimos a pasear un rato, ya que según Sasori no Danna es un poco molesto estar adentro de Hiruko todo el tiempo. Fuimos al barranco que ay cerca de aquí y hacia un poco de calor así que… Bueno, no tengo por que decirte el resto.
-¿Tu primera vez fue al aire libre?
-Claro que no, mi maestro tubo la decencia de llevarme a adentro ¿Y como fue tu primera vez con Kakuzu?
-Ehh, nada fuera de lo ordinario… Pero el muy puto me partió en dos el culo.
-Cuéntame uhn.
-Veras…
Flash Back
-Maldito mal parido… suéltame – una mano morena y fuerte aprieta la garganta del joven albino.
-Oblígame – aprieta mas hasta que se harta.- No vales la pena.
-Jeh, lo dices solo por que soy inmortal y no me puedes matar... A todo esto, ¿Por qué estabas tan enojado, ahora que te hice?
-Estabas jodiendo con que estabas cansado, y aunque finja que no te escucho, eres idéntico a una mosca, es difícil ignorar tales gritos.
-Jo – un pequeño puchero se aparece en sus labios.- Jodido avaro.
-Te estoy escuchando… Andando, aun falta para la siguiente aldea – comienza a caminar dejando atrás al otro, quien poco después le alcanza.
-Kakuzu…
-¿Mmm? – al no recibir respuesta, voltea a ver a su compañero, lo que ve de un modo u otro le deja un poco aturdido.
-Tengo calor – sin capa, exhibiendo ese pecho de ensueño y sus mejillas sonrojadas por el calor.
-No lo violes, no lo violes, no lo violes… Ejem, ponte la capa de nuevo Hidan.
-¡Tengo calor, joder! – sin que lo note, el ojiverde se le acerca sigilosamente hasta posar sus labios sobre los del otro, haciendo que este abra sus ojos lila al máximo, para después cerrarlos y disfrutar de ese momento tan extraño.
Interrupción
-¿De la nada te beso?
-Ajam… ¿Me dejaras terminar, joder?
-Ash.
Continua normal
Sus salivas se mezclan, sus alientos. Una mano del tesorero rodea la estrecha cintura del jashinista, este se le cuelga del cuello por la diferencia de alturas.
El moreno le arrincona contra un árbol y con sus hilos le saca la capa, dejando una visión muy tentadora, desde su punto de vista:
Hidan, sonrojado, con la capa por los hombros y una mirada un tanto dudativa.
-No me mires así, que te violo – le quita su protector del cuello para despeinarlo.
-Es… Espera… Kakuzu – sus morenas manos ya ciñen el filo del pantalón del otro.
-Nada – le baja los pantalones, dejando ver que esta tan excitado como se esperaba. Una vuelta y el albino solo ve la corteza del árbol.
-¡Espera Kakuzu! ¡Soy virgen! – cierra sus ojos esperando la embestida que sabia llegaría pero en vez de eso sintió claramente la lengua del ojiverde en su entrada, lubricándolo.
-Ahora no puedes decir que no te prepare – una sola embestida fue necesaria para que el miembro del tesorero estuviera adentro del muchacho.
-Ahh, despacio… duele – la presión que siente es mucha, no es de sorprender que unos hilillos de sangre bajen por sus piernas hasta sus pies. Las lágrimas no se hacen esperar, son muy ligeras pero es la primera vez que Hidan llora.
-Shh – le besa el hombro y sus embestidas se vuelven menos duras, ahora es un compás rítmico donde suenan los quedos gemidos de Kakuzu y los gritos de Hidan.
El orgasmo azota ambos cuerpos, el mayor sale con cuidado del cuerpo de Hidan y este gime al sentir que abandona su cuerpo.
-Vamos, te ayudo a vestirte, ya vamos tarde a la misión.
-Tu tienes la culpa… - Aunque suene raro, el moreno le carga en su espalda.
-Menos mal que solo es recopilación de información.
-Hai.
Fin Flash Back
-Te dije que no era la gran cosa.
-Aja, solo te partió en dos.
-Sep
-¿Y sigues sangrando?
-No es mucho, pero si. Kakuzu la tiene muy grande – sus mejillas canela se sonrojan un poco.
-¿Qué tanto?
-Deidara chan, la curiosidad mato al gato… Pero es mas o menos así – hace un circulo con su mano, simulando el grosor y el largo con las dos manos para indicarle que su amante esta bien proporcionado.
-Joder Hidan…
-Jaja ¿Te dio pena, Dei chan? Jaja.
-Cállate