Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Dimensión paralela por Necoco_love

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Saludos x)

Bueno… esto realmente ha sido algo demasiado inhabitual a lo que suelo escribir… por decirlo de alguna manera xD

¿Cómo surgió la idea? bueno… es extraño xD yo siempre he querido ser andrógina, aunque eso no tiene mucha relevancia en realidad xD y digamos que el hecho de que mis amigos digan que soy un chico no ayuda mucho en realidad x) no es que de verdad parezca hombre o algo por el estilo… solo lo dicen de broma. Aunque yo misma a veces bromeo al respecto diciéndome chico… y otras veces no tan en broma xD (?). El punto es que el otro día hablaba con un amigo sobre que el habría querido ser mujer, y recordé tontamente mi manera de tratar como machos a mis mascotas, siendo que son hembras y pues… nació ésta idea xD

Además, creo que hace falta un poco de yuri en Naruto x)

El fic es yuri, aunque al final haya una pequeña parte yaoi… si es que puede considerarse así xD No es muy humorístico en realidad, pero espero les guste :D

 

 

Disclaimer: los personajes de Naruto no me pertenecen, son obra del señor Masashi Kishimoto.

 

Deidara era una mujer.

 

 

 

Pese a todos los comentarios negando aquél hecho que su hermano menor, Naruto, pudiera berrear, Deidara, bajo su ropa interior, no tenía unos genitales de hombre. Se movía como una chica, se comportaba como una chica y, para regocijo de muchos, era una chica.

 

 

 

Pero eso ocurría en una dimensión paralela a la vida real, en donde Deidara era, indudablemente y pese a lo que sus amigos pensaran de él, un hombre. No obstante, en aquella dimensión desconocida era una chica.

 

 

 

De pecho casi inexistente y curvas muy poco pronunciadas, Deidara era tan andrógina que sus amigas la molestaban todo el tiempo preguntándole si no sería un chico acaso. Aunando el hecho de que no era tan femenina ni usaba faldas como Tobi, su fastidiosa amiga, lo único que la hacía ver como una chica resultaba ser su lacio y largo cabello rubio, herencia de su madre, Minato.

 

 

 

Ser andrógina no le molestaba en absoluto. Si era hombre o mujer era un simple detalle que a Deidara nunca le había importado. Lo que le molestaba era que siempre estuvieran molestándola con ese hecho tan banal. Al menos esa característica no era propiamente hereditaria ya que Naruto, su escandalosa y encantadora hermana menor, parecía más chica de lo que ella nunca parecería.

 

 

 

De cabello largo y rubio, y ojos azules tan intensos como los suyos, Naruto por lo menos no tenía que pasar por lo mismo que su hermana. Pero cuando estaba con Sasuke, su mejor amiga, Deidara pensaba indudablemente que los modales de su hermana eran precisamente los de un chico demasiado despreocupado por tener buenos modales. Incluso Sakura, un chico demasiado escuálido y de inexplicable cabello rosado, parecía tener más modales que su propia hermana.

 

 

 

Pero la quería tal como era.

 

 

 

Pese a lo que su aspecto andrógino podría causar, Deidara era una chica con una vida bastante feliz. Integrante de una pandilla de chicas—sin olvidar a Konan, que era el único hombre—que se hacían llamar Akatsuki, Deidara había pasado los años más felices con sus amigas, por más… extrañas y bizarras que éstas fueran.

 

 

 

Tobi, como bien sabían todos, era una chica de casi la misma estatura que Deidara. Familiar de Itachi, compartía los mismos rasgos que parecían característicos en todo aquél pertenecedor al clan Uchiha. Su cabello, largo y alborotado era igual de oscuro que sus orbes negras, las cuales se ocultaban bajo la máscara color naranja que a Deidara siempre le había parecido estúpida e innecesaria. Además, como pensaba amargamente, su cuerpo mostraba unas curvas más pronunciadas, y el que Tobi vistiera de manera tan femenina opacaba la poca feminidad que podía desprender su ambiguo cuerpo.

 

 

 

Sasori era su mejor amiga. Fría y de carácter reservado, Deidara prefería su compañía a la de Tobi, que siempre era tan fastidiosa con ella. Excepto por Konan, las personas que restaban eran chicas. Quizá Kisame y Zetsu podrían ser la excepción, puesto que pese a ser chicas, eran de lo más extrañas y parecían más bien criaturas extrañas o extraterrestres. Resultaba a veces demasiado grotesco e irreal el hecho de ver a un atún azul y una planta de marihuana andante con pechos, cabello largo y utilizando ropa femenina. Quizá, pensaba Deidara, se habrían visto menos bizarras si ambas hubieran sido chicos. Hidan y Kakuzu eran un caso diferente. Deidara no ponía en duda la sexualidad de sus amigas, pero ambas eran tan extrañas como personas que Deidara dudaba de esa apariencia de buenas chicas que se podía apreciar superficialmente. Hidan era tan grosera que bien habría podido albergar a un hombre dentro de su cuerpo de mujer. Y Kakuzu era tan tacaña y avara como si fuera un hombre adicto al dinero. Y finalmente quedaban Konan y Pain, la única pareja heterosexual que había podido existir en Akatsuki. Konan, pese a su delicada apariencia, era un hombre indudablemente, tanto físicamente como en carácter. Y Pain era su controversial novia, la líder del grupo y quién poseía una cantidad exagerada de perforaciones en su rostro.

 

 

 

Pero, a decir verdad, a Deidara no le importaba mucho en realidad lo que tuviera que ver con alguna chica en su vida, salvó quizá su hermana, Sasori, y, aunque no lo admitiera abiertamente, Tobi. Más allá de ellas, el amor que Deidara era capaz de sentir iba dirigido solo a una de las muchas chicas que había en Akatsuki. Itachi, de su misma edad, era la hermana mayor de Sasuke, novia de su hermana. Ambas pertenecientes al clan Uchiha, poseían un largo cabello azabache y unos ojos oscuros que sin embargo eran capaces de brillar con todo el esplendor que se permitían pese a su frío, arrogante e indiferente carácter.

 

 

 

Durante mucho tiempo había tenido celos de ella, por decirlo así. A pesar de que la única que lo sabía era Sasori, Deidara no admitía que la belleza y elegancia que desprendía Itachi atrajera la mirada tanto de los hombres como la admiración de algunas de las chicas de Akatsuki, sobre todo de Kisame, su fiel amiga. A su lado se sentía inútil y poco femenina, sobre todo por que su amiga tenía precisamente el tipo de cuerpo que siempre, secretamente, había deseado. Estaba tan balanceadamente proporcionada que la hacía refunfuñar su mala suerte de ser lo que era.

 

 

 

Itachi era simplemente hermosa.

 

 

 

Y puesto que Deidara no podía competir con esa belleza, el saberse incompetente le sentaba tan mal que la odiaba.

 

 

 

 

No obstante, la gente siempre decía que del odio al amor solo había un paso.

 

 

 

Ahora ya ni siquiera le tomaba importancia a lo que alguna vez había sido del pasado. Odiaba admitirlo, pero ahora estaba consciente de lo mucho que amaba a Itachi, por más que se negara a decírselo para no alimentar más su ego. Y finalmente había logrado aceptar su aspecto andrógino como algo ahora relativamente bueno. La razón de aquella aceptación residía en el hecho de que a Itachi le gustaba su aspecto. Itachi amaba su aspecto.

 

 

 

La acorralaba cuando nadie más podía mirarlas—en los pasillos de la escuela, en las pijamadas que organizaban las chicas de Akatsuki o en los baños públicos—se pegaba completamente a su cuerpo delgado, con su gran pecho rozando peligrosamente el rostro de la rubia, introducía ruda y groseramente una de sus rodillas en la entrepierna de la ojiazul y cuando con una mano sostenía su rostro arrebolado por la vergüenza para besarla en los labios entreabiertos por los suspiros que soltaba y la otra comenzaba a introducirla por entre la ropa interior de algodón de Deidara, ésta la alejaba de su cuerpo estremecido con ambas manos, demasiado débil para soportar el acoso, pero demasiado deseosa de que Itachi continuara dominándola de aquella tortuosa manera.

 

 

 

Pero eso ocurría en una dimensión paralela a la vida real.

 

 

 

Por que en la vida real, pese a las dudas que por su aspecto andrógino podía sembrar en las personas, Deidara era un hombre.

 

 

 

Y aunque de igual manera amaba a Itachi, él era un hombre también…

 

 

 

Notas finales:

¿Y bien? x3 ¿merece un par de reviews? Besos & abrazos, Necoco. 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).