Bill estaba nervioso, sus manos sudaban y podría decirse que le estaba costando respirar.
Después de casi un año de estar enamorado “en secreto” se habia animado a confesar su amor.
Se paso toda la tarde anterior pensando en que escribir y cuando finalmente ya sabia cual seria exactamente el contenido de la carta, volcó las palabras en un papel. Las palabras parecían salir por si solas y no dudo ni un segundo de ellas, pero cuando termino la carta y la releyó, millones de dudas impregnaron su mente.
¿Y si Tom se reía de la carta? ¿Y si se la enseñaba a sus amigotes y entre todos lo ponían en el ojo publico del instituto? El simplemente morirá si pasa eso. Ya tenia suficiente con que todos lo miren por el aspecto que lleva y con que murmuren cosas cuando el pasaba a su lado.
Pero Bill no podía echarse atrás. Va a explotar si sigue ocultando ese inmenso amor que siente en su corazón, desde la primera vez que vio a Tom. Hace ya un poco más de un año. Podría decirse que fue amor a primera vista.
Bill quedo prácticamente “embobado” al ver como Tom Kaulitz ingresaba al salón de clases, era el primer día del año escolar y quedo impactado por aquel chico nuevo de rastas y ropa ancha que habia ingreso a su salón.
Bill se habia pasado la primera hora de clase mirando de reojo a Tom, y sintiendo muchísimos celos cuando la rubia plástica de Melani se le insinuaba al hermoso chico de rastras.
También se la paso pensando en que moría por saber el nombre del chico nuevo, quería saber todo de el. Pero no hizo falta que pensara mucho mas. Cuando sonó el timbre que indicaba el final de la primera clase, Melani salio corriendo atrás del de rastras gritando “Tom espérame”. Pero el de rastras no le hizo caso y Bill rió al ver como la rubia plástica salio del aula, prácticamente rogándole a Tom que la esperara.
Una de las cosas que Bill más amaba del instituto eran los recreos, odiaba estar dentro de un salón de clases. Sin embargo, ese día cuando todos sus compañeros salieron del salón, el volvió a su lugar y ahí se quedo.
No tenía muchas ganas de ver como Melani intentaba captar la atención de Tom. No sabia porque algo así le estaba afectando tanto, Tom era un chico nuevo y no sabia nada de el. Pero simplemente, la situación le hacia doler.
Melani era de esas chicas que andan con todos los chicos bonitos del instituto y que los usa cuando le sirven y luego los deja. Muchas veces vio como ella se besaba con algún chico en los pasillos y Bill simplemente no se sentía preparado para ver como ella se besuqueaba con Tom.
El tiempo fue pasando y para la gran sorpresa de Bill, Tom no le presto la mínima atención a Melani. Esta casi estalla de la ira cuando quiso besar a Tom en los pasillos y este le corrió la cara.
Ya habia pasado medio año y Bill sabía poco y nada del intrigante y apuesto chico de rastras.
Tom se habia echo amigo de varios chicos de su aula y eran como la “banda” de aquel lugar.
Todos les tenían miedo, ya que varias veces Tom se habia mostrado intimidando a chicos de cursos inferiores. Aun así, Bill no le tenía miedo. Algo le decía que Tom no era una mala persona.
Bill nunca tuvo dudas sobre su sexualidad, desde pequeño tuvo claro que las chicas no le interesaban en los mas mínimo. Y ahora, a sus 16 años estaba totalmente seguro que un chico le interesaba mucho más que una chica.
Y nunca se atormento sobre eso, es mas, hace poco mas de un año se lo confeso a su madre Simone y esta reacciono de la manera que menos Bill habia pensado. Su mama lo abrazo y le dijo que ella lo amaba y que lo aceptaba.
Simone era la única persona que lo sabía y a Bill no le interesaba que alguien mas lo sepa.
Bill se habia pasado todo el año observando los movimientos de Tom, habia aprendido muchísimo sobre este,mirándolo. Tom era una persona muy expresiva, que no necesitaba hablar para demostrar lo que quería decir o lo que pensaba.
Bill sin darse cuenta se fue enamorando, y cuando finalmente se dio cuenta, fue cuando estaba planeando hacerle la carta a Tom y declararse. Pero decidirse le llevo meses y ahora finalmente se encontraba con la carta terminada.
Tom:
Se que cuando tengas este papel entre tus manos, estarás arrugando tu frente y preguntándote que demonios es esto. Te he visto hacer ese gesto cuando no entiendes algo jeje.
Déjame decirte que me ha costado mucho animarme a hacer esta carta, me dolerá en el alma si le dices a todo el mundo de esto o si me rechazas, pero te comprenderé. El tonto soy yo por enamorarme de alguien tan irreal como tu.
Si dije enamorarme, estoy enamorado de ti Tom.
Jamás habia sentido algo igual, y ya veo que tienen razón las niñas cuando dicen que cuando estas enamorado, sientes millones de sensaciones cuando vez a la persona que es dueña de tu corazón.
Tom, tu eres el dueño de mi corazón y siento que soy capaz de todo por ti.
Te he estado observando durante todo este último año, precisamente desde el primer día de clases del año pasado, cuando fuiste nuevo. Me llamaste poderosamente la atención y estuve pensando en ti todo el día. Luego de ese día, jamás saliste de mi mente y menos de mi corazón. Simplemente cuando te vi, entraste en el.
Se que jamás hemos hablado, así que quizás nunca me viste. Aunque no creo, todos me miran y murmuran lo raro que les parezco.
Soy Bill Trümper, si ese soy yo. Ese chico raro al que todos miran, burlan y dejan de lado.
Te pediría por favor que no le enseñes esta carta a nadie, no te estoy pidiendo que me correspondas este sentimiento o que me digas algo al respeto. Pero realmente necesitaba decírtelo.
Te ama, Bill.
¿Bill Trümper enamorado de mí? – Pensó Tom-
Estaba sentado en su cama, con el libro de economía abierto a la mitad, se supone que debería estar haciendo el resumen para el próximo examen. Pero encontró el sobre y no dudo ni un segundo en abrirlo. Si, es bastante curioso y ansioso.
El sobre no tenia destinatario ni decía quien la habia escrito, así que lo abrió y el asombro fue haciéndose cada vez mas presente cuando iba leyendo las líneas que estaban escritas. Y su corazón se lleno de felicidad al ver quien la firmaba. Bill. El dueño de su corazón desde la primera vez que ingreso al salón. Hace un año atrás.
Durante todo este tiempo no fue capaz de hablarle, es que nunca podía estar solo en el instituto, siempre lo seguían los chicos o alguna rubia molesta.
Además, en el instituto todos tenían una imagen para nada cierta de el. Es cierto que varias veces intimo a chicos menores que el, pero solo porque se vio obligado. Pero lo cierto es que, no quería hacer nada de eso. Si por el fuera, se pasaría todas las clases observando a Bill.
Varias veces lo encontró viéndolo de reojo y cuando sus miradas se encontraban, este se sonrojaba y enfocaba su vista en otro lado.
Aun así, nunca sospecho que Bill lo amara. Es por eso que nunca le dijo nada, al parecer ambos tuvieron miedo al rechazo.
Ya estaba decidido, mañana en el recreo le dirá la verdad de Bill, se escapare de los chicos y todo eso. Pero estará con el a solas y le confesara que el también lo ama.
Ya habia pasado otro día mas en la vida de los chicos, y ahora ambos estaban en la clase de matemática. Aunque realmente ninguno le estaba prestando atención a la profesora. Los dos estaban pensando en el otro.
Bill pensaba que seguramente Tom sentiría asco por el y que en cuanto tuviera la oportunidad le diría millones de cosas o que le mostraría la carta a todo el instituto.
Tom pensaba en las palabras correctas que debería usar para decirle a Bill la verdad, finalmente lleno a la conclusión de que las palabras correctas saldrían por si solas.
Cuando finalmente sonó el timbre que anunciaba el recreo, ambos chicos hicieron lo mismo. Esperar que todos sus compañeros salieran del aula, con la diferencia que Tom tuvo que luchar para que sus amigos se fueran, ya que estos insistieron en que querían que los acompañara a vagar por los pasillos. Pero finalmente los chicos aceptaron que Tom no quería salir del aula y se fueron de aquel lugar.
Este cerró la puerta y se dio media vuelta. Rió al ver a Bill.
El pelinegro tenía casi toda su cara cubierta por su cabello y tenia la vista fija en el pizarrón, era obvio que no se atrevería a mirarlo.
- ¿ De que te ríes? – Bill se habia armado de valor y se habia animado a hablarle por primera vez en un año-
- Pues…
- Mejor no digas nada, seguro te ríes de la carta que te mande y debes estar pensando que soy un idiota.
- De hecho, pienso que eres adorable.
- ¿Qué? – Bill no podía creer lo que habia escuchado-
- Dije que eres adorable- Tom sonrió-
Tom se acerco hacia Bill y este se levanto al verlo tan cerca.
El de rastras retiro el cabello de Bill que le cubría la cara y sello sus labios con el pelinegro.
Sus bocas conectaron perfectamente, como si ambos estuvieran hechos uno para el otro. Como si fueran dos mitades iguales, dos almas gemelas destinadas a estar toda la vida juntas.
Y así era realmente.