Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Destilando amor por Miho Nagisa

[Reviews - 47]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Ya lo saben Yu-Gi-Oh le pertenece a Kazuki Takahashi, sólo a él (Y ningún otro escritor y/o creador le ganará oyeron) mi dios *0*

En cuanto a un poco de la trama de este fic es de la novela Destilando amor que se vió en Televisa Mexico por el escritor Nicandro Días bueno eso creo xp

El pequeño pelinegro abrió sus ojitos pesadamente culpando así los rayos de sol que entraban por su ventana debido a que la ventana estaba abierta y ¿Por qué razón?

 

Adelante Mokuba, hora de levantarse o llegarás tarde-dijo el rubio de hermosos ojos marrones

 

Cinco minutos más-pidió el pequeño y se encerró de nuevo en las sábanas, lo cual el rubio instintivamente cerró de nuevo las cortinas y salió de la habitación, caminando por el pasillo y encontrándose con nada más y nada menos que el Ceo de Kaiba Corp.

 

Wheeler ¿En dónde está mi hermano?-preguntó

 

 Moki se está cambiando para ir a la escuela mientras tanto yo le llevaré el desayuno a la cama-dijo el rubio

 

No, dile que tiene que bajar a desayunar, lo estaré esperando-contestó Kaiba y bajo para ir al comedor, dejando con suspiro al rubio quien regresó a la habitación de Mokuba.

 

 Observó al pequeño dormir, no tenía rostro para despertarlo, por esa razón se quedó a su lado con plena tranquilidad. Mientras tanto, preparaba la regadera para el niño al igual que su ropa mientras que el mayor esperaba en el comedor bebiendo de siempre su taza de café observando los pasillos de arriba, pero sólo veía al rubio correr de una habitación a otra. Es entonces que se cansó de esperar y se dispuso a ir él mismo por su hermano. Subió las escaleras, gritando el nombre del menor  y justo al estar en los pasillos tropezó con el rubio.

 

Wheeler te dije claramente que le dijeras a mi hermano que tenía que bajar a desayunar-dijo secamente el castaño clavando sus orbes azules en el rubio

 

Pero ya se te hace tarde debes irte, Mokuba estará bien-confesó Joey, le dio su gabardina, su portafolio y lo empujó hacia la puerta de salida, sabiendo que el niño ya estaba en la mesa- Vamos, debes irte ya o perderás negocios- estaba por abrir la puerta cuando esta se abrió con fuerza y dejó entrar a una rubia escandalosa, la de siempre, la novia de Seto Kaiba

 

¡Amor, amor ya llegué!-gritó la rubia quien se abalanzó contra el castaño y con ello el rubio cayó al suelo, quejándose por el impacto el cual ni atención le dieron-¡Amor vine a verte y quiero que me lleves a mi escuela porque le prometí a mis amigas que ibas a ir!-afirmó sin soltarlo

 

Amanda debo llegar a mi empresa, mejor te llevo a comer más tarde-dijo Seto y se acomodó el traje que levaba puesto

 

¡Pero no es justo, nunca me pones atención, siempre te olvidas de mi, parece que ni me amas sólo me usas!-lloriqueaba la rubia quien lo gritaba a los cuatro vientos, alarmando a todos los de la mansión, quien incluso a Mokuba quien poco disfrutaba de su desayuno.

 

Mi hermano ya te dijo que debe llegar a tiempo, Seto recuerda que tienes una reunión con diversos empresarios de Europa-comentó el pequeño que se levantó de la mesa, tomó  su mochila y la colgó en su espalda- ¡Vámonos!         

 

Seto miró su reloj, llamó a su hermano y juntos salieron de la mansión y arrumbaron sus destinos en la limosina más grande propietaria de la familia Kaiba, dejando más que malhumorada a la rubia

 

¡Ese niño! ¡El día en que me case con Seto Kaiba mandaré a ese chiquillo a un internado para no verlo nunca más!-dijo

 

Mokuba no tiene la culpa que Kaiba no te dé toda la atención que quieres, tal vez tengas más suerte para la próxima-respondió Joey quien se dirigía a la habitación de Mokuba

 

¡Claro que sí lo es! ¡Y no creas que no sé nada de lo que tú piensas hacer!  Sólo quieres quedarte con la herencia  de los Kaiba pero eso jamás te funcionará porque aquí la única dueña de esa fortuna seré yo ¡Todo esto que vez será mío lo acepten o no!-confesó Amanda, empujó al rubio y subió ella primero las escaleras.

 

¡Que salven al infierno por esa mujer! Sus intenciones sólo estaban pegadas por la avaricia, pero aún así no podía hacer nada, era la novia de Seto Kaiba y los últimos días el castaño se veía más feliz por ella, cosa que le incomoda sin ni siquiera pensarlo. Tiempo atrás él y Seto se habían llevado mejor, se habían comunicado bien y valla que el castaño acepto que trabajara en su mansión, claro que necesitaba ese dinero por la rehabilitación de su padre pero nunca pensó que trabajaría para Seto Kaiba en especial como niñero de su hermano Mokuba, el cual siempre ha sido como un hijo para él, amaba mucho a los niños. Y Desde ese entonces hubo una conexión muy especial con la familia Kaiba, no sólo estaba al pendiente de Mokuba sino que también ayudaba al Ceo; arreglaba sus papeles, organizaba su agenda y estaba disponible todo el tiempo para él, cosa que no lo incomodaba, nada le incomodaba.

 

¡Oh eres un idiota Kaiba!-reía el rubio con sus mejillas ruborizadas y subió rápido a la habitación de Kaiba. Abrió la puerta y corrió hacia la grande y mullida cama la cual siempre le ayudaba a pensar en muchas cosas y en sólo pensar que allí reposaba el cuerpo de Seto se inquietaba más, le encantaba todo aroma del castaño.

 

Se acomodó en la cama, descansó su rostro en la almohada y decidió dormir un poco mientras llegaban los hermanos Kaiba. Así que lentamente cerró sus ojos y pronto el sueño lo invadió.

 

 

 

 

 

Mientras tanto, el empresario de Kaiba Corp se encontraba en una reunión importante la cual no podía manifestar bien ya que tenía que atender las llamadas ilimitadas de su novia, era algo incomodo pero si no aceptaba jamás lo dejaría en paz. Al fin y al cabo sólo era una promesa la cual aceptó y finalmente le dio el sí a la rubia. Se terminó la llamada y se concentró de nuevo en la reunión, Aunque había un  detalle más que no lo dejaba en paz, algo más especial y único que tenía en la vida.

 

 

 

En la mansión Kaiba había un caos, Amanda vagaba de un lugar a otro, dando órdenes a cualquiera y poniendo y quitando muchas cosas de su lugar, en especial a cierto rubio que dormía pacíficamente. No le gustó para nada ver al rubio en la cama de su novio, casi lo tomaba de los cabellos y lo sacaba a patadas. Joey se resistió a exterminar a la rubia que tanto le incomodaba, así que sólo obedeció las órdenes que tanto le decía Amanda alardeando que tendría una cena muy especial con Seto. Ella se quedó en la habitación de Seto y Joey bajó para acomodar todo lo que se necesitaba. Después de todo eran novios y los novios tenían derecho a disfrutar su momento juntos.

 

No sé preocupó más en eso así que fue a recoger a Mokuba a la escuela, lo ayudó a hacer su tarea, jugó video juegos con él por un rato y después  lo mandó a la ducha mientras que tendía su cama para que el pequeño  se durmiera.

 

Buenas noches Mokuba-dijo Joey al cobijar al niño en la cama

 

Buenas noches Joey-dijo Mokuba- ¿Puedes contarme un cuento?

 

¿Cuál quieres peque?-exclamó el rubio

 

mmm… no lo sé uno que se te venga a la mente-pidió

 

¿Y si mejor te canto algo que me sepa? –le dijo Joey

 

¡Sí, sí una canción! ¡Una canción hecha por mi amigo Joey!-decía el pelinegro saltando repentinamente en la cama

 

¡Lo haré, lo haré! Pero acuéstate en la cama y prométeme que te vas a dormir-respondió el rubio, lo cual Mokuba asintió y se acostó de nuevo en la cama.

 

Siendo así el rubio comenzó…

 

 

 

“Rodeado de silencio

 

 Y desamor

 

De cosas que no

 

Olvida el corazón

 

La vida se me quiebra

 

En mil pedazos

 

Cuando tus recuerdos

 

me atormentan

 

la razón   quisiera yo

 

inventarme una mentira   

 

que lo que nos tuvimos

 

no fue amor,

 

que fue una mala broma

 

del destino y que

 

entregarme en cuerpo y alma

 

fue un error

 

¡Ay Cachorro!

 

Tú sigues creyendo que

 

El amor regresará

 

A tu corazón

 

Que sus brazos no fueron cadenas

 

Y que sólo es un

 

Espejismo su traición

 

¡Ay Cachorro!

 

De una vez por todas

 

Aprende que en las cosas

 

Del amor lo que un día

 

Se tiene lo otro se pierde

 

Y los recuerdos se convierten

 

En prisión

 

¡Ay Cachorro!

 

¡Ay cachorro!

 

¡Ay Cachorro  no llores más!”     

 

 

 

Observó a su admirador el cual dormía plácidamente cobijado hasta el fondo de su cama.

 

Besó su mejilla y salió de la habitación. Veía por los pasillos que los planes de Amanda ya estaban listos y Kaiba no tardaba en llegar. Por esa misma razón entró de nuevo a la habitación de Seto; acomodó su cama, revisó y organizó su agenda, al igual que guardaba y remplazaba los archivos, de algo bien de este trabajo es que había tenido experiencia  en administración y cálculo y pensar que tiempo atrás eran un estudiante reprobado, se reía cada vez que pensaba en su pasado. Cuando se juntaba con sus amigos, vivía por los duelos, molestaba a Kaiba, hacía enfurecer a Kaiba y siempre se topaba con Kaiba, incluso llegó pensar  muchas veces en Kaiba

 

¡Eres un pervertido Joey Wheeler!-río bajito y se sentó en la cama mirando por la ventana, una pequeña ventana que estaba al rincón- Ahora que lo pienso he tenido un buen futuro al final de todos los problemas en que siempre me metía. Je je ese soy yo

 

Se acostó de nuevo en la cama, después de todo no había terminado su siesta y Kaiba no se molestaría puesto que estaría muy ocupado con Amanda debido a la cena que le había preparado.

 

Esto le causaba algo de molestia pero aún así se rindió y se dejó descansar de nuevo, cerrando sus ojos lentamente y dejando que Morfeo se lo llevara con él…

 

Y en corto tiempo abrió sus ojos encontrándose con Seto en su habitación quien había llegado del trabajo y se cambiaba de ropa para reunirse con Amanda en el comedor.

 

Seto ¿Cuándo llegaste?-preguntó el rubio levantándose de sentón en la cama

 

Hace unos minutos, no tengo mucho-dijo el castaño quitándose el saco y entrando al baño y después de salir miró al rubio tender la cama y acomodando su ropa- No tienes por qué hacerlo mejor descansa.

 

No, no hay problema después de todo ya tengo que irme-dijo

 

Te dije que no, estabas muy bien antes de que llegara, no tienes que irte sólo porque estoy aquí-le dijo

 

¡Me tengo que ir!-respondió el rubio

 

¡Que no! ¡Ya no seas necio y duérmete!-le gritó en la cara, después de todo sólo las cosas se arreglaban a gritos hasta que unos de los dos cayera. Como en los viejos tiempos

 

¡Tú eres el necio! ¡Yo me voy porque quiero y está decidido!-contestó fuertemente y caminó hacia la habitación, pero el castaño lo tomó de un brazo y lo lanzó a la cama, encimándose arriba de él como si el depredador forzara a su presa morir.

 

Ambos se quedaron quietos, mirándose a los ojos, uno pensativo y otro ruborizado, el tiempo se detuvo sin siquiera sentirlo y mucho menos imaginarlo. Uno y otro estaban a escasos centímetros  rosando sólo el aliento de cada uno. El rubio sentía los mechones castaños de su compañero cercas de sus mejillas mientras que sus cabellos vagaban en la cama y el rubor de sus mejillas aumentaba.

 

Justo cuando deseaban un momento más el tiempo siguió su recorrido de siempre, kaiba se separó impulsivamente del rubio y salió de la habitación mientras que Joey trataba de salir de trance, un bello y único momento favorable había pasado ante sus ojos y no salía de la impresión y mucho menos del trance de esos bellos mares azules

 

Si que estaba muy feliz el cachorrito y por esa razón no pensaba en otra cosa más que en Seto Kaiba, el cual también hacia lo mismo por el cachorro. Ese momento si que había tocado sus vidas.

 

 

 

Más tarde, cuando las estrellas volaban por el cielo oscuro, Joey preparaba su habitación en donde dormir y leía un libro tranquilamente con la luz encendida, su habitación estaba en medio de los hermanos Kaiba, así podía estar atento de Mokuba y escuchar a Kaiba si lo llamaba.

 

Pero hasta ahora no había escuchado ni un solo ruido por los pasillos hasta que…

 

Escuchó la puerta cerrarse y varias cosas quebrarse, no sabía que ocurría puesto que no había nadie despierto más que Kaiba, su novia y él, pero aún así fue a inspeccionar y encontró a Kaiba casi tirado en el suelo y Amanda no estaba por ningún lugar y por lo visto nadie se había levantado más que él.

 

¿Qué ocurrió?-preguntó Joey

 

No-no ocurrió nada-confesó el castaño con muy poca habla puesto que se veía mareado

 

Kaiba no te vez bien, ven vamos  tu habitación-dijo el rubio y lo ayudó a levantarse, pero el castaño se oponía y decía que se encontraba bien pero sus actos demostraban lo contrario- Kaiba no puedes ni ponerte de pie, ven tienes que descansar

 

Con dificultad el castaño pudo subir las escaleras cayendo uno o dos veces y finalmente los dos llegaron a la habitación en donde Joey acostó al mayor y lo cobijó.

 

Ahora descansa Kaiba, tienes que dormir-dijo el rubio y estaba por salir de la habitación cuando sintió que el castaño trató de ponerse de pie y cayó al suelo- ¡No puedes ponerte de pie, deja de ser necio y duérmete!- Que ironía, lo mismo que le había dicho a él

 

Pero debo trabajar, necesito arreglar unos cuantos papeles-confesó Kaiba tratando de no caerse y mantener sus ojos abiertos

 

De eso te encargas mañana, ahora debes dormir-contestó su acompañante y lo acostó de nuevo en la cama, anhelando con que esta vez se quedara quieto. Y como si el cielo lo escuchara Seto finalmente se acomodó entre las  sábanas. Acomodó su almohada y se dispuso a salir de la habitación, pero un brazo fuerte fue quien detuvo su paso

 

Duerme conmigo-le pidió, dejando al otro más que impresionado, el poderoso y temible empresario de Kaiba Corp le pedía que durmiera con él como un pequeño infante- Si quieres que duerma entonces duerme conmigo, sirve que no dormimos solos

 

Joey aún seguía impactado por la oferta de Kaiba pero como si un títere con su titiritero asintió y se acostó con el castaño, arrullándolo en sus brazos y cuidándolo como una cría, de algo estaba seguro si eso era un sueño moriría para jamás despertar.

 

Tenía a Seto a su lado quien lo miraba exquisitamente, mientras que él acariciaba sus castaños cabellos, los cual no le molestaba para nada, jamás había visto a Seto tan paciente y sonriente no era el mismo “ricachón engreído” que veía todos los días. Se veía más apuesto y sexy, más de lo que ya estaba, según él

 

Deja de pensar en eso, Joey-pensó para sí desviando su mirada, pero Seto lo tomó del mentón para que le devolviera la mirada de nuevo, enrojeciendo al rubio.  Los ojos de Seto cada vez más lo hipnotizaban y sentía que pronto ya no iba a reaccionar ante sus actos

 

No me había dado cuenta de lo bello que eres Wheeler-comentó Seto mirando detenidamente al rubio- Tal vez por eso siempre te molestaba…para sentirme satisfecho a tu lado

 

¿Qué-qué dices?-contestó Joey nerviosamente

 

Eres más bello que un capullo de rosal, más hermoso que el amanecer, encantas a cualquiera que te vea-dijo acariciando sus cabellos

 

Será mejor que duermas, no te vez nada bien-respondió el rubio y lo acomodó entre las sábanas evitando que esos bellos mares lo siguieran, pero algo imposible, necesitaba verlo para vivir, verlo tímido y confundido, todo paralelamente lo cautivaba.

 

Dejó a Seto a un lado y cambió de posición, demandando con dormir y no pensar en nada más, pero sintió una opresión por sus caderas en donde Seto había acomodado sus brazos y recargándose cerca de su cuello, aspirando el suave aroma del rubio, lo cual para el otro sintió un fuerte escalofrío que notó el castaño y no desaprovechó su oportunidad, se acercó  de nuevo a su cuello y sopló levemente teniendo como respuesta suaves gemidos que dominaban a cualquiera, pero esta vez el domado era un bello cachorrito.

 

Despejó el cuello del rubio y comenzó a darle pequeñas mordidas para cautivar al rubio el cual se movía por el exceso de pasión que ya cargaba, deseaba quitarse al castaño de encima pero a la vez quería seguir, le gustaba lo que sentía y era lo que tanto deseaba

 

-Seto…

 

La noche pronto se hizo más oscura y tranquila, mientras que en la habitación del castaño yacían dos cuerpos que se entregaban y luchaban por sentirse satisfechos después de mucho tiempo, no había explicación, simplemente quisieron que así lo fuera y así lo decidieron, tal vez había dudas pero no arrepentimientos, sólo se esperaba más de este fruto, sólo se necesitaba más, algo más que entrega…

 

Ambos luchaban por reinar el nuevo territorio descubierto, por encontrar lo que necesitaban, por entregarse tan agresivamente que el alma jamás olvidaría, por sentir al otro ser y ser sólo suyo, por pasión…

 

 Tuvieron que separarse por falta de aire, pero después de un corto tiempo comenzaron de nuevo, un beso húmedo que respetaba los límites de cada uno, pero a la vez disfrutaban del cálido momento contemplando el amor que se tenían y que retenía el pasado.

 

Los brazos del rubio se sujetaban bien al cuerpo del mayor al sentirlo más adentro de su cuerpo; seguía el ritmo de su acompañante y gemía en cada embestida, aferrándose cada vez más y dejándose llevar por  tal como lo hacía Kaiba. No había nada que pensar, tan sólo sentir el momento, sentir lo que habían logrado, sentir el amor, sentir la pasión y sentir la dulzura del inocente porque en realidad existía el amor.  Y finalmente llegaron al límite, Kaiba dejó su semilla en el cuerpo del rubio mientras que este se derramaba en ambos vientres, fusionándose con el sudor y el cansancio que pesaba.

 

Se quedaron abrazados por el resto de la noche aún en unión, dándose sinceras miradas  esperando a que Morfeo los llevara y así finalmente descansar para traer consigo lo que sería un mañana.  

 

 

 

 

 

Los rayos del sol iluminaron la habitación, el rubio hizo el primer movimiento para así despertar y mirar a su lado donde aún dormía su castaño adorado. Besó su frente, cubrió su cuerpo con la sábana que los cubría y se levantó de la cama, expulsando un gemido quedito al sentir como el miembro de su amante salía de su interior después de sentirlo toda la noche. Entró al baño y tomó una ducha fría.

 

Mientras tanto, Amanda tenía una severa discusión con algún sujeto fuera de la mansión Kaiba, lo que lo hacía aún más sospechoso

 

Tendrás que decírselo tarde o temprano-dijo el acompañante de la rubia, al parecer ambos se encontraban alterados

 

¿Y cómo quieres que se lo diga? ¡Kaiba jamás me lo creerá, dirá que es mentira, peor sabrá que él no está en esto!-decía la rubia

 

¡Pues tendrás que hacer algo para que las cosas marchen tal y como se debería de hacer! O de lo contrarío sabrá que todo esto habrá sido un engaño y nos vaya muy mal a los dos-dijo el extraño

 

O es mejor que esto se vaya al olvido, sólo así tendré toda la fortuna Kaiba-comentó  Amanda y entró  a la mansión directo a la habitación de su novio, pero lo que vio fue algo que no le agrado; ver al rubio salir del baño sólo con una toalla en la cadera y su novio desnudo en la cama- ¡¿Cómo te atreves maldita basura?! ¡No se qué está ocurriendo aquí y no me importa sólo quiero que salgas de la habitación de mi novio!

 

El castaño se levantó desde que la rubia comenzó a gritar y aunque se sentía mareado logró comprender lo que decía Amanda

 

Amanda ¿Por qué llegaste tan temprano el día de hoy?-preguntó el castaño frotándose la cabeza y mirando fijamente a la rubia

 

Cariño yo estuve toda la noche a tu lado-comentó y después miró al rubio- ¡Pero este entró a la habitación y trató de abusar de mi!

 

¿¡Pero qué demonios te pasa?!  ¡Deja de decir mentiras Amanda acabar de entrar por la puerta y no estuviste en toda la noche aquí!-gritaba Joey callando a la rubia

 

¡No me levantes la voz idiota, todo lo que digo es cierto, todo lo haces por la fortuna Kaiba, lo único que quieres es separarme de Seto!-contestó

 

¡Deja de decir mentiras Amanda, además yo no tengo tan mal gusto como para complacerme contigo! ¡Tú eres la maldita víbora aquí!-respondió el rubio

 

¡Callate Wheeler! ¡Te odio! ¡Ojala que algún día te mueras y prometo ser yola culpable! ¡Te odio Wheeler, te odio!-se gritaban una y otra vez hasta que el castaño fue quien finalizó

 

¡Dejen de gritar!- dijo el castaño- No me importa quién está diciendo la verdad sólo quiero que se salgan de mi habitación y vallan al comedor, necesito cambiarme

 

Pero amorcito, Wheeler nos quiere separar-decía la rubia dramáticamente

 

No quiero saber nada ahora Amanda, espérame en el comedor-dijo el castaño al entrar al baño y tras esto molesta se volteó al rubio, mirándolo con siempre odio que le tenía cada vez que lo veía, el mismo rubio que trataba de quitarle sus planes

 

Te juro Wheeler que si haces algo para separarme de Seto, te costará tanto incluso me haré cargo de asesinarte- afirmó- Y es porque te odio, te odio tanto que haré lo posible para sacarte a patadas de aquí

 

No puedes amenazarme de nada Amanda y es porque yo también mandó aquí-respondió Joey de rostro en alto- Sé que le quieres hacer la vida de añicos a la familia Kaiba, pero eso jamás te lo permitiré… no mientras yo viva

 

Eso ya lo veremos Idiota-dijo la rubia y salió de la habitación- “Sé cómo sacar la basura de aquí y no dejaré que una escoria como tú me arrebate mi fortuna”-pensó y marcó el teléfono del sujeto anterior, ese mismo hombre que se ocultaba tras la fortuna Kaiba

 

Joey fue a su habitación, se puso ropa cómoda y se aproximó al comedor, encontrándose con los hermanos Kaiba y la rubia oxigenada que también seguía en la mansión, pero como si el destino jugara sucio Kaiba regresó a su habitación a buscar unas cosas y Mokuba se fue más temprano a la escuela, quedando sólo los rubios, mirándose con inseguridad y cinismo, más sin embargo Amanda fue la primera en cambiar y hablar con Joey

 

-Sabes algo… Joey creo que hace unos minutos me alteré y no reaccioné a lo que decía así que te pido perdón y…espero y nos llevemos bien de ahora en adelante-dijo la rubia con ternura, tomó un vaso y lo rellenó con jugo natural- Toma, debes de estar sediento después de todo lo que gritamos

 

-G-gracias…

 

Y cuando Joey estaba por tomar el vaso, Amanda se arrojó hacia sí misma la bebida y soltó el vaso haciendo que este se quebrara en mil pedazos en el suelo

 

-¡Eres un idiota Wheeler, ¿Por qué me hiciste esto? Mira me manchaste!-gritaba, haciendo que el castaño saliera de su habitación y mirando lo que había ocurrido- ¡Mira amor, mira lo que me hizo tu asistente, me arrojó el jugo! ¡Y esta era ropa nueva, no es justo! ¿¡Que te he hecho Joey para merecer esto!?

 

-Wheeler… ¿Por qué lo hiciste?

 

-No…yo no…- más sin embargo no podía retar esa misma mirada que tanto amaba, la misma que había visto en la noche anterior, la mejor noche de su vida…pero ya nada importaba. No dijo nada más, se alejó del comedor y corrió rumbo a su habitación, el mismo lugar en donde había pasado todo su día, pensando y sollozando…

 

Al día siguiente, se levantó con su ojos hinchados, su piel más pálida y sentía que lo invadían cientos de mareos, seguro eran por no haber comido el día anterior. Pero después de todo tenía que recuperarse, salió de la habitación tratando de controlar sus mareos y bajando lentamente las escaleras sin interrupciones.

 

-¡Joey Joey qué bueno que ya estás bien!

 

-Moki… si estoy mucho mejor. Ve al comedor. Anda vamos

 

-¿Te encuentras bien Joey? Te veo muy débil el día de hoy además…pareces zombi

 

-Ja ja claro que no peque es sólo que…estoy hambriento, ¿Podrías decirle a la cocinera que si me prepara un buen plato?

 

-De acuerdo-siendo así el pequeño se apresuró a llegar a la cocina, momento que aprovechó el rubio para bajar lentamente  y con cuidado las escaleras, pero aunque no lo pareciera el castaño observaba muy bien sus pasos

 

-Wheeler ¿Te encuentras bien?-exclamó el castaño detrás del rubio

 

-Sí, claro que sí… no sé porque lo preguntas-contestó sin mirar atrás

 

-Sobre lo que paso ayer…

 

-No hay que hablar de eso, será que…mejor hay que olvidarlo-afirmó el rubio bonito y se aproximó a llegar lo más rápido posible a la cocina, se sentó al lado de Mokuba y dio gracias por el desayuno

 

-Suzuki llévame una taza de café a mi despacho-dijo el Ceo al ver a la cocinera y al tener la afirmación de ella camino directo a su despacho, a lo cual después Mokuba observó a su amigo

 

-Ahora si Joey dime que te hizo mi hermano ayer

 

-¿De qué hablas Mokuba? Tu hermano y yo no hemos discutido en días jeje

 

-No mientas, ayer mi hermano trataba de hacer las paces contigo y ni idea de porqué pero nunca quisiste abrirle la puerta y al final él tuvo que irse con Amanda por el resto de la noche, cosa que no me gustó para nada-respondió el pelinegro con molestia- Así que dime qué fue lo que ocurrió ayer entre ustedes dos

 

-No ocurrió nada Mokuba, nada de lo que me arrepienta

 

-¡No estoy seguro de que…!

 

-¡No ocurrió nada ayer! ¡Deja ya de preguntar!-confesó y se paró de su asiento, pero un terrible mareo le invadió y desequilibró sus pasos, cosa que lo hizo alterar, al igual sus acompañantes

 

-Joey ¿Estás bien?-preguntó Mokuba al ayudarlo a ponerse de pie- Sí sólo fue un simple mareo, la comida de seguro me cayó pesada…mejor iré a hacer mis deberes. Te veo luego Moki

 

El rubio subió a la habitación del castaño sin pensar en nada, más que archivar algunos papeles y organizar su agenda al igual que nuevos inventarios y después de eso sólo se dispuso a pensar en distintas cosas, los mismos cuestionamientos que se había dedicado a responder desde la noche anterior. Esa noche que había liberado grandes problemas ¿y por qué? Sólo el rubio podía responder a ello.

 

Siguió trabajando, al igual que el castaño como los otros empleados en la mansión y así prosiguió el día.

 

Domingo por la mañana, el rubio se levantó más tranquilo, lo anterior de seguro fue sólo un malestar, es por eso que había tenido esos síntomas, pero esta vez todo había cambiado, su cuerpo había mejorado, los mareos habían cesado y estaba listo para disfrutar de su día

 

Bajó a desayunar sin mirar quien estuviese a su lado, regresó a su habitación para organizar sus cosas, comenzó con su trabajo y tras tener un buen ambiente terminó con todo a tiempo, bajo a la sala con su libro favorito y comenzó a leer tranquilamente por horas, hasta escuchar las órdenes del castaño; le había dado su paga como igual se habían organizado para realizar diversos proyectos e identificando algunos archivos que se necesitaban de nuevo, nada que Joey no pudiera hacer, después de todo era un nuevo Joey.

 

El castaño regresó a su despacho, mientras que Joey continuó con lo suyo, aunque…

 

¡Seto amooooooooooor!-se escuchó detrás de la puerta, abriéndola por la fuerza y dándole paso a Amanda o como le llama Moki la víbora francesa- ¡Seto, Seto ya vine!-gritaba por toda la mansión

 

¡Cállate Amanda, mi hermano está muy ocupado y no quiere que lo molestes!-dijo Mokuba saliendo de la cocina y dirigiéndose a su habitación

 

¡Esto no te incumbe Mocoso, busco a mi novio quien debe ponerme toda la atención que yo quiera!-afirmó la rubia- Además hoy es domingo, nos iremos juntos a comer a uno de los mejores y más caros restaurantes. ¡Seto amoooooor!

 

Ya te dije… Seto no saldrá de la mansión hasta terminar de trabajar, así que vete-dijo Mokuba- Y ojalá que nunca vuelvas- después de esto el pequeño entró a su habitación, dejando sólo a Amanda y… de nuevo al pobre Joey que ni atención le puso, pero aún así estorbaba en el camino de la rubia

 

¿Qué estás haciendo allí, tonto? Deberías tú estar trabajando y no mi querido Seto-dijo- Después de todo tu sólo eres la criada

 

Pero aún así con este reclamó Joey decidió no poner atención a lo que decía Amanda, lo que la hizo enojar y le arrebató el libro de sus manos, arrojándolo al suelo, comenzando así con una verdadera pelea- No te estoy molestando ahora Amanda, así que deja de fastidiarme y si Kaiba no quiere salir contigo pues bien no lo hará. Así que la que no debería de estorbar aquí eres tú-contestó Joey levantándose del sillón y yendo rumbo a su habitación, pero antes- Así que como “la buena criada que soy” te digo que te vayas

 

Joey caminó hacia las escaleras, pero Amanda lo tomó de un brazo y lo detuvo- Escucha maldito Idiota, estoy harta de ti así que deja de entrometerte en mi vida, aléjate de Seto para siempre, vete ya… y si no lo haces te aseguro que te irás tu mismo de aquí puesto que esas fueron las órdenes de mi Seto así que te doy esta oportunidad ¡Lárgate!

 

Pues bien lo dijiste Amanda-contestó Joey y se zafó del agarre- Me iré de aquí cuando Seto me lo pida, así que has tu mejor esfuerzo porque eso nunca pasará

 

Eso ya lo veremos- dijo Amanda y se hincó en el suelo- ¡Me duele! ¡Me duele! ¡Seto! ¡Seto ayúdame!-gritaba hasta ver al castaño salir del despacho

 

Pero ¿Qué ocurre aquí?- preguntó el castaño bajando las escaleras

 

Joey me golpeó, me golpeó en mi vientre y me duele mucho-dijo la rubia tratando de levantarse del suelo- ¡Me duele mucho Seto! ¡Ayúdame por favor!

 

Pero yo no hice nada, ella sola se tiró al suelo y empezó a gritar-confesó el rubio- Por favor Seto tienes que creerme

 

¡Seto por favor ayúdame, me duele mucho, creo que moriré! ¡Setoooo!-falsificaba Amanda revolcándose en el suelo y tomando el brazo del castaño- Seto…

 

Tienes que creerme-pidió el rubio- Yo no hice nada

 

Hablaremos de esto luego Wheeler-dijo fríamente el castaño- Ahora debo ayudar a Amanda- respondió para girarse con su novia y ayudarla a ponerse de pie

 

No, no hay nada de qué hablar-afirmó el rubio, tomó su libro del suelo, pero la misma rabia hizo lanzarle el libro a Amanda, teniendo como respuesta los reclamos de ambos pero ni siquiera le importó, se dirigió a la puerta y salió de la mansión, si estaría sólo bien lo haría lejos de la familia Kaiba. Se dejó ir a donde lo arrastrara el destino, lo más alejado de Seto Kaiba. Dejando salir sus amargas lágrimas con un buen trago, lo mismo que lo dejó decaer por el resto de la noche…

 

Hay cachorro tú sigues creyendo que el amor regresará a tu corazón, que ese imbécil algún día te pondrá los ojos encima y no te destruirá por el resto de la vida-decía el pobre mientras el licor raspaba su garganta y pedía una ronda más, en tan sólo pensar sabía muy bien que no llegaría a nada, que su vida estaba acabada y que un milagro para él sería sólo un desperdicio- Púdrete entonces Kaiba

 

Y es así amigos que podemos ver como una vida se apaga en cuestión de segundos…

 

Después de una noche pesada y amarga, más que la maldad que siempre rodea al mundo, el cielo volvió aparecer y aunque esos ojos marrones no pudieron iluminarse tal como lo hacía el sol se resigno a seguir descansando, después de todo ese valor que tenía sólo lo había formado con rabia y rencor, más valía seguir acostado y no enfrentar las cosas que siempre lo hacían perder, después de todo creía que su vida era un asco

 

Joey… ¿Ya estás despierto?-preguntó Mokuba tocando la puerta- Joey ¿bajarás a desayunar?... ¡Joey! ¡Anda Joey ábreme la puerta!

 

Y detrás de este acontecimiento, el castaño también se dio cuenta de ello- ¿Qué ocurre?-preguntó

 

Es Joey, no quiere abrirme la puerta-dijo el pelinegro

 

Tú ve a desayunar, yo me encargaré de esto, ¿De acuerdo?-dijo el castaño

 

De acuerdo Seto, esperaré a los dos en el comedor-afirmó el pequeñín y bajó las escaleras, directo al comedor, mientras tanto Seto abrió la puerta de la habitación, encontrándola fría y con un olor fuerte a licor, llegando hasta la cama en donde estaba el cachorro cobijado y sus ojos cerrados, gravemente hinchados cubriéndose del sol

 

Joey… Joey despierta… anda Joey tienes que despertar-decía el castaño moviendo el cuerpo, teniendo como respuesta diversas quejas y encerrándose completo en las sábanas- Como quieras, estaremos en el comedor por si deseas acompañarnos

 

Siendo así el castaño salió de la habitación y aunque fuera preocupación alguna, sólo eran patrañas para su corazón, no podía creer más, si lo hacía caería de nuevo en ese hueco, finas lágrimas trataban de sanar esa herida pero el tiempo jamás se lo recompensó. El mismo tiempo que sólo le mostraba el mal camino por el que se estaba perdiendo, si el destino quería que se perdiera en un largo bosque, bien se lo agradecería a los dioses, si el agua no se acaba en el mundo, bien lo hacía el amor en un joven corazón.

 

 

 

En el atardecer la mansión quedó vacía, sólo los finos empleados caminaban por los pasillos y ya un cuerpo sin alma bajó las escaleras tratando de comer algo para no caer, no después de tanto. Después de comer, regresó a su habitación, mirando atreves de la ventana, como un ave que desea escapar, como un esclavo que desea liberarse, como un corazón que no desea dolor, como lo hacía Joey Wheeler, como se lo otorgaba el destino. Y sin tanta discusión consigo mismo, dejo descansar su cuerpo nuevamente, abrazándose a sí mismo para buscar consolación, recordando los brazos de su madre…

 

 

 

Por la madrugada, se paró de golpe de la cama, dirigiendo al sanitario y descargando todo en el retrete, hasta dejar vacío su estomago y dejar que los mareos se pasaran, esto ya no eran normal, es un caos continuó que le duró por aquellos días, los mismos que pueden dar una señal.

 

Y en un rincón de la mansión, la rubia “querida por todos” tenía una llamada telefónica con aquel hombre que ayudaba en sus planes, los mismos reclamos de siempre y las mismas aclaraciones que decía Amanda, sea cual sea su problema le comía las riñas a los dos.

 

Te aseguro que todo esto acabará en cuestión de minutos, yo me haré cargo de eliminarlo-dijo la rubia

 

Te refieres a…-lo calló en segundos, afirmando lo dicho, después de todo no podía ser tan grave

 

Me haré cargo de demostrar que esto nunca pasó y si así lo fue… yo no cargaré con esa culpa-confesó y terminó a su llamada, regresando a la habitación con su novio y participando en su siempre “linda relación” 

 

 

 

Después de una semana desde que Seto y Joey tuvieron esa noche juntos, las cosas en la mansión no volvieron a estar estables en la mansión, Amanda seguía triunfando en sus planes, la vida de Joey seguía en disminución al igual que la unión entre él y Seto, nada volvía y todo en la vida acostumbraba pasar sólo una vez. Y en un día, un día cualquiera Amanda rebasó los límites…

 

¡Lárgate de una buena vez! ¡Ya no te soporto!-gritó la rubia estando cercas de las escaleras junto con Joey

 

¡Me iré cuando se me de mi gana, no puedes obligarme!-confesó Joey

 

¡Claro que puedo! Después de todo yo soy la dueña de todo esto, todo es mío, mi mansión, mis reglas, mis órdenes-aclaró

 

Pues déjame decirte que aún no lo eres, no eres la esposa de Kaiba y ni siquiera veo que hay esos planes en su mente así que vete resignando Amanda, no todo se hace a tu manera-respondió el rubio

 

Por supuesto que sí lo son. Te advertí que si tú no te ibas de aquí yo mismo me encargaría de que así lo fuera, que incluso Kaiba te lo ordenaría y así lo será-dijo Amanda empujando al rubio- Me has colmado la paciencia y desde este instante te vas

 

¡Oblígame!-retó el rubio cruzado de brazos

 

Lo verás-afirmó Amanda y se dejó caer por las escaleras, dejando atónito al rubio y al igual a Mokuba al abrir la puerta de su habitación, ¿en qué demonios pensaba Amanda? ¿Acaso estaba loca?

 

¡¿Qué hiciste?!-preguntó sin pensar el rubio estando en la planta alta- ¡Amanda! ¡Amanda despierta!

 

¿Qué ocurrió?-exclamó exasperado el castaño al abrir la puerta de su despacho y ver a su novia inconsciente en el suelo

 

¡Amanda! ¡Amanda! Despierta. Vamos despierta-decía Seto moviendo a la rubia hasta verla despertar, puesto que esta mujer sabía fingir muy bien su dolor

 

Seto… Seto me duele mucho, me duele todo mi cuerpo-dijo agonizante en los brazos del castaño- Joey lo hizo, Joey me empujó… Seto lo perdí

 

¿Qué? ¿Qué dices?-exclamó

 

Perdí a nuestro bebé, Joey lo sabía y es por eso que me empujó por las escaleras-afirmó con decisión la rubia fingiendo un inmenso dolor en su vientre- lo he perdido para siempre

 

¿Amanda estaba embarazada?-se preguntó Mokuba, pero eso no podía ser posible, jamás tuvieron intimidad, Amanda no tenía ningún síntoma de gestación, eso no podía ser cierto…a menos que…

 

No, yo no le hice nada-respondió Joey angustiado además de atónico al escuchar la noticia, lo que lo hacía estremecer- Yo no hice nada

 

¡Seto ayúdame! ¡Ayúdame por favor!-gritaba la rubia con pecadoras lágrimas rodar por sus mejillas- Moriré, moriré junto con mi bebé

 

¡Roland llama a una ambulancia!-ordenó el castaño y llevó a la rubia a su habitación, pero antes…

 

Seto debes creerme yo no lo hice-confesó Joey al acercarse a Kaiba-¡todo lo que dice Amanda es mentira! ¡Te está engañando!

 

¡Cállate Wheeler! ¡Deja de comportarte como un niño ¿Por qué no afirmas lo que hiciste?! ¡Esta vez te pasaste y…!-recapacitó un poco y guardó la compostura, era más importante la vida de su novia que discutir- Hablaremos de esto luego- y después de esto entró a la habitación, dejando con el corazón roto a un ya desamparado rubio, quien no dijo nada más y se encerró de nuevo a su habitación dejando salir sus alaridos de dolor, provenientes de cuerpo y alma. Si bien deseaba llorar, bien podría hacerlo…

 

 

 

Por la mansión, el trabajo no era el mismo, esta vez los empleados corrían de un lado a otro y dirigiéndose a la habitación del castaño en donde estaba la rubia siendo atendida por diversos doctores profesionales, el castaño no había salido desde entonces de la habitación, al igual Joey de la suya, lo que daba un aire frío y seco en ese entonces.

 

Joey… Vamos Joey abre la puerta-decía Mokuba tocando la puerta- Joey, Joey abre la puerta-pero no obtenía respuesta.

 

La empujó un poco para descubrir que no estaba cerrada, es entonces que entró descubriendo unas cuantas maletas en la cama y la luz encendida del sanitario; se adentró entonces y notó al rubio recargado en el retrete, su rostro se miraba más pálido y sus ojos rosados e hinchados

 

¡Joey ¿qué te ocurre?!-exclamó sorprendido el pequeño

 

No es nada moki…sólo una molestia… es todo-afirmó el rubio y trató de levantar un poco su cuerpo, pero un terrible mareo lo hizo regresar de nuevo a la misma posición

 

¡Claro que no! Ahora mismo llamaré a uno de los doctores-dijo el pelinegro

 

¡NO!-gritó el rubio y tomó a Mokuba del brazo- No lo hagas, Amanda merece mejor atención que yo. Además ya debo irme

 

Joey yo lo vi todo, Amanda se cayó sola de las escaleras, sé que fue a propósito para echarte la culpa-dijo Mokuba- Lo que quería era llamar la atención de mi hermano

 

Lo sé pequeño-contestó-Y ahora que lo logró no hay nada que hacer- Joey se puso de pie y caminó hacia la cama- Me iré por un buen tiempo Mokuba. Ahora eres todo un adolescente y ya no necesitas mi ayuda. Vendré a visitarte después

 

Pero Joey… por favor no te vayas, no tienes por qué hacerlo-confesó Mokuba

 

Mokuba entiende que lo que más necesita tu hermano es tener espacio para pensar, ya no me interpondré en su vida y tal vez así él pueda comprender todo el daño que le está haciendo Amanda-dijo el rubio y cerró sus maletas

 

Pero si es así, eso quiere decir que Amanda ya ganó, ¿permitirás que le siga haciendo daño a mi hermano?-contestó Mokuba

 

Joey besó la frente del pequeño y tomó sus maletas, acercándose a la puerta- Adiós Mokuba- y después salió de la habitación, bajó las escaleras y estaba decidido a salir de la mansión y cumplir felizmente su sueño, alejarse para siempre de la familia Kaiba. Y es así como lo enfrentó, sin mirar a tras

 

Yo no te pedí que te fueras de la mansión-esa voz, era de…Seto

 

Debo irme… me llamaron del hospital psiquiátrico, mi padre fue dado de alta y debo cuidarlo-confesó el rubio

 

¿Volverás a trabajar mañana?-exclamó el castaño

 

No,… le prometí a mi padre que después de que terminara su rehabilitación lo llevaría a la playa-dijo Joey sin mirar al mayor, después de todo había dicho que no miraría hacia atrás

 

Bien… si es así supongo que… nos veremos después-respondió Seto y se acercó un poco más al menor

 

Sí…adiós Kaiba-contestó y antes de escuchar algo más salió de la mansión, tomando el primer taxi que pasara por allí y finalmente alejándose lo que una vez fue su gran amor

 

Observó cómo se alejaba el taxi que llevaba consigo a Joey y después de suspirar por unos segundos entró de nuevo a la mansión, cerrándose las puertas con delicadeza

 

Y qué decir de la vida que guía a alguien sin camino, a alguien sin esperanza y con su corazón negro de danto dolor y sufrimiento, después de sufrir tanto su recompensa era escapar de lo peor, escapar con la poca vida que le quedaba. Y a pesar de esto, aún tenía que vivir y superarse por sí mismo…

 

“¡Hay Cachorro!

 

 tú sigues creyendo

 

 que el amor regresará a tu corazón

 

 que sus brazos no fueron cadenas

 

 y que es un espejismo su traición”

 

Buena suerte Joey…-dijo Mokuba a los cuatro vientos

 

 

 

 

Notas finales:

Bueno este fue el primer capítulo espero traer el segundo lo más rápido posible

El nombre de la canción que canta Joey se llama Ay gaviota por Angelica Rivera, le cambie algunas partes para mejor introducción al fic

Y canción de entrada Por amarte de Pepe Aguilar

Saludos! Hasta luego...


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).