Líder
Lee Joon tenía cierta debilidad y obsesión por los líderes. De cierta manera no era malo, ya que al no estar ni él mismo consciente de esta peculiar afinidad ésta no se extralimitaba más de lo necesario; pero, cuando su bonita mirada color miel recaía sobre alguno de éstos líderes -particularmente Seungho- podía transformarse en una verdadera fiera.
Y aún a sabiendas del peculiar calorcito que se posaba en su interior y lo hacía querer saltar sobre su líder, seguía sin estar consciente de esta muy peligrosa "manía". Sino hasta mucho tiempo después, cuando su querido amigo Mir, ya harto de sus obvios coqueteos con el tímido Yang, prácticamente se lo escupió en la cara.
Desde entonces lo sabe, pero aquel conocimiento tan sólo dio rienda suelta a sus muy pervertidas intenciones. Y es que a los 22 años, siendo homosexual y con tanto buenorro a su alrededor, ¿quién sería capaz de mantenerse reacio?
Sobretodo cuando los líderes mantenían ese semblante serio, maduro, varonil. Y aunque disfrutaba tremendamente ser activo y ser él quien controlara las situaciones sexuales -como con Mir. Que muy amigos podían ser, pero nadie era tan buen pasivo como el pequeño maknae- debía admitir que aquellas facetas controladoras y mandonas le fascinaban.
No es que fuera realmente un puto, o que se metiera fácilmente en las camas de los demás; pero todo el asunto de los tan súper poderosos líderes lo enloquecían hasta el punto de no importarle nada más a su alrededor. Y, vamos, que los tipos no eran precisamente unos santos, ni él precisamente feo. Nunca se daba el caso en que era él mismo quién los perseguía, sino que siempre resultaba al revés.
Leeteuk, Jaebum, Kim Hyun Joon, Lee Jin-Ki... con todos había pasado al menos una noche. Noches maravillosas que terminaban en nada. No porque no se diera la oportunidad -Kim Hyun Joon hasta le pidió noviazgo- sino porque no tenía intención de llegar más allá. Le gustaban los amores platónicos, y el transformar a cada líder de cada maldito grupo popero de su país en uno lo maravillaba, pero no deseaba por ningunún motivo ir más allá de algo efímero.
Era caprichoso, lo sabía, y Mir odiaba eso de su personalidad. Pero si aquella característica suya aún siendo un defecto encandilaba a los demás, ¿por qué debería de molestarle?
Llegó al estudio de grabación para una supuesta charla que darían con un par de grupos más. Entró seguido de G-O y Thunder, que no hacían más que observarlo algo temerosos ante el inevitable encuentro con sus "acompañantes nocturnos". Y como conocían a la perfección la espantosa y sorprendente habilidad de Joon para hacerse el amnésico, temían que a alguno de ellos le diera por armar una escena. Si el caso se daba, adiós reputación, y adiós carrera musical.
El castaño se paseó silbando alegremente, recibiendo un pequeño sermón de Rain y encáminándose junto a un enfurruñado Mir al salón para la famosa charla. Entró y se sentó en el asiento más lejano a la entrada, pasando frente a los ojos de cada uno de los líderes que alguna vez tuvo como amantes y demás miembros de sus grupos musicales.
Ya en su silla, se dedicó a acosar al pequeño maknae que sonrojado devolvía cada una de las pequeñas caricias que le entregaba, entre avergonzado y temeroso, sonriendo ante cada roce de sus labios a su pequeño y sensible oído. Joon sonrió, Mir siempre caía...
Escuchó entonces un gruñido a su lado, y soltó inmediatamente al menor ante la colérica mirada de Rain. Un suave "compórtate" y se sentó como todo un caballero, disculpándose gallardamente con Mir y besando su suave mano a modo de disculpas. El mayor sólo suspiró, no había caso con Lee Joon...
- Atención.
Y la tan aburrida y para nada esperada charla comenzó. Ni siquiera sabía porqué estaban todas esas bandas, que ni siquiera eran de la misma compañía... como si le importara.
Para matar el tiempo decidió fastidiar a sus compañeros, pero ya que el todo poderoso Rain se había sentado justamente a su lado estaba totalmente acorralado y no podría hacer nada... al menos no a ellos. Sonriendo macabramente buscó con la mirada a Leeteuk, que -no tan- sorpresivamente ya se encontraba mirándole. Rió para sus adentros y tomó el lápiz que habían ubicado en su mesa ante cualquier apunte, y se lo metió a la boca. Paseó su lengua por el largo y sugestivo objeto, sonriendo, mostrando su perfecta dentadura por entre sus deseables labios, y esa maravillosa lengua que alguna vez jugó con los sexos de aquellos hombres asomándose repetidas veces, acariciando el lápiz de la manera más erótica que alguna vez hubieran visto.
La boca del "super junior" se abrió. Mordió sus labios reprimiéndose, y Joon, al ver su objetivo logrado, volteó a buscar los bonitos ojos del castaño líder de ss501, pero no lo encontró. No estaba entre sus miembros, ni cerca de la entrada, ni en ningún sitio...
De pronto el recuerdo de una entrevista donde anunciaba ser muy buen amigo del "afeminado" de TVXQ, Jaejoong, vino a su mente. Buscó la oscura cabellera y la encontró a pocos metros de Leeteuk, fanfarroneando efusivamente con el delfín y mejor cantante de asia. Buscó una cabellera castaña y ciertamente la encontró, pero no del lindo y sexy líder de ss501, si no que de un aún más lindo y aún más sexy líder de TVXQ.
Jung Yunho.
Sus labios se curvaron en una sonrisa y lo observó detenidamente intentando así poder llamarlo, pero nada pasó. U.know estaba enfrascado en la charla, tomando apuntes, opinando cuando se daba la oportunidad y Lee Joon jamás se había sentido tan deseoso de llamar la atención de alguien.
Paseó su mirada por la escultural silueta del mayor, y sus sentidos se apagaron momentáneamente al verlo sonreír.
Murmuró un suave “lindo” ante la imagen, y un hasta entonces atento Mir gruñó. Joon sonrió ampliamente, acariciando la mano contraria sin despegar su castaña mirada del tostado y perfecto rostro del líder de TVXQ.
- Olvídalo.
Volteó hacia el rostro de Rain, y antes de poder siquiera abrir la boca su propio cabecilla, Seungho, lo interrumpió:
- No te atrevas, Lee Chang Sun.
- Pero… - insistió, mas el enfurruñado rostro de su querido Yang lo silenció antes de poder siquiera luchar. Miró a G.O y Thunder por el rabillo del ojo, y al notar como éstos ni le miraban, se prometió a si mismo que aquello no había acabado. Sólo esperaría a que la absurda charla llegara a su fin, y se acercaría al sexy y deseable líder del grupo más famoso en el país.- Está bien…
- Bien. No te entrometas con ese grupo en particular, Joon. Nos puede ir muy mal.
Sonrió a Rain, y esperó pacientemente a que todo el asunto acabara para poder al fin escapar. Observó a un manager que ni siquiera conocía hablarle al salón entero y se dedicó a garabatear su hoja de apuntes, hasta que un tímido Mir se acercó a su oído susurrándole que ya habían acabado. Su sonrisa se amplió y tras rogarle al pequeño maknae que distrajera a Rain y al resto del grupo, se escabulló entre el tumulto de personas, acercándose rápidamente hacia los asientos que ocupaban los Dong Bang Shin Ki.
Tropezó con mas de un super junior que lo devoró con la mirada, y por segundos pensó en aprovechar, pero un constante “¡No es un líder!” en su cabeza le hicieron seguir su camino hasta al fin, y después de prácticamente darle la vuelta al enorme estudio, llegar a tan sólo unos pasos de su deseado objetivo.
Jaejoong lo miró de pies a cabeza, chasqueó la lengua y colocó una mueca de profundo asco ante su presencia, escrutándolo y expulsándolo del metro cuadrado de su grupo con la sola mirada. Joon sabia que aquel odio era por el dolor que alguna vez le causó al líder de ss501, pero no estaba ahí para dar explicaciones y pedir perdón – que tampoco iba a hacer, bajo ninguna circunstancia- así que sin siquiera mirarlo, lo pasó de largo. Vio la ancha y masculina espalda de su objetivo a unos cuantos metros, se acercó lentamente, tanteando terreno; abrió su boca para llamarlo, pero el silencio ocupó cada fibra de su cuerpo al ver los penetrantes y profundos ojos de Yunho que sexy como ninguno, volteo suavemente al sentirle llegar.
Sus ojos brillaron, y esa fiera que descansaba en su interior emergió bestialmente, acalorándolo, quitándole el aire. Deseó por momentos lanzársele encima, desgarrarle la ropa y exigirle entre jadeos que lo hiciera suyo en ese mismo lugar, pero una mirada desinteresada y hasta hastiada lo retuvo. La fría mirada de su hyung y objetivo apagó de pronto sus llamas, congelándolas.
- No. – pronunció. Joon le miró confundido- Lo que sea que quieras conmigo, no.
Y marchó.
Juró, por su madre y por los abdominales que tanto trabajo le había costado obtener, que nunca se había sentido tan humillado y poca cosa en su vida. Y así como Jung Yunho había dañado su orgullo, el lo haría conquistándolo. Y juraba, por su carrera musical, por su fama y por su vida, que ese líder seria suyo. Suyo, y de su cama.
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