En ese momento Joey pensó que esa era la proposición más descabellada que escucharía en toda su existencia y ojala y esa hubiese sido la única, pero por desgracia en ese momento no podía abandonar al pequeño chico de cabellos negros que ya bastante llevaba protegiendo. Era una decisión difícil, su cerebro no podía entender que era lo que ocurría
-Por favor¡¡ te lo ruego, firma aquí, te prometo que no ocurrirá nada¡¡
-pero…. Yo…
-por favor Joey¡¡¡ tienes que confiar en mí, si no lo haces esto será peor, solo mira como estoy¡¡
-lo que dices que haga no es tan fácil…yo no….y además que pasara cuando “él” se entere¡¡??
-me encargare de explicarle todo y te aseguro que hasta te agradecerá¡¡
-doctor Weheler, la señorita que solicita ver al joven esta aquí afuera ¿ya la dejo pasar?
-firma rápido¡¡
-Pero…Mokuba creo que…- suspirando resignado- está bien¡¡¡ dame ese papel firmaré¡¡¡
Y así vendí literalmente mi alma…..y pensar que hace una semana todo estaba perfecto.
Hace una semana…
El sol ya estaba en lo alto del cielo, un joven ojimiel miraba a su alrededor aventaba las cobijas lejos de él y entraba al baño para su acostumbrada ducha, se arreglaba rápidamente y bajaba atraído por el olor del desayuno, q su encantador compañero de vivienda preparaba como siempre. El apartamento era mediano, bastante cómodo para sus 2 habitantes, por supuesto el rubio corrió a la cocina no solo buscando su preciado desayuno
-buenos días Yami
-buenos días Joey
-siéntate, te serviré el desayuno, también allí está tu almuerzo para el trabajo.
-gracias amigo, por cierto ya te vas a trabajar?
-sí, solo esperaba a que bajaras, ahora salgo.
Dejo los utensilios en el lava trastes, tomo sus cosas y salió de la casa, un rápido gesto indicando un “hasta luego” para salir presuroso, dejando al pobre cachorro abandonado.
-valla, seria genial seguir así por siempre, como una pareja de recién casados y cuando se fuera me diera beso de despedida…ahh seria genial…
Mientras alucinaba su desayuno se estaba enfriando y el también tenía cosas que hacer, pronto dejo su mundo de fantasía y se apresuro para llegar a sus labores en el hospital.
Después de un largo día de trabajo, por fin llego a su departamento, entro y verifico que estaba solo, su compañero seguramente seguía en la escuela, se quito el saco y se puso cómodo, abrió el refrigerador y tomo algo de comida, la calentó y se sentó a ver su programa favorito mientras esperaba a Yami. Casi a las 9:00 pm su bajito amigo tricolor llegaba al apartamento, como casi un reflejo Joey se levanto, lo recibió amablemente, como cual mascota recibe gustosa a su amo.
-ya estoy en casa, por fin –suspiraba agotado el tricolor, desajustando su corbata-
-te ves más serio con es corbata, pensé q serias un maestro de historia con más onda
-bueno, trabajo es trabajo, por cierto compraste lo que necesito para la cena y el desayuno??
-sip, lo deje en el refri pero yo ya cene y te compre algo para q no tengas q cocinar, por cierto también llegaron estas invitaciones
-oh ya veo, gracias Joey, sobre las invitaciones, hummm…-leyendo rápidamente – también estas invitado cierto?
-así es, me lo merezco, soy un gran duelista
-eso nadie lo duda, pues si tu vas también asistiré, será divertido, me pregunto si ira algún viejo amigo?
-probablemente, ojala sea así, ahora…a trabajar en mis pacientes, odio tener que administrarlos
Haciendo pucheros, sentándose en la mesa comenzó a trabajar en su lap top, su compañero imitándolo también comenzó su trabajo mientras comía, esto era casi como una costumbre, siempre tenían ese tiempo para compartir. En sus pensamientos el rubio no dejaba de decir que era el momento más agradable de toda la noche, poder conversar con Yami, conocerlo un poco mejor, ayudarlo, sentir su apoyo y compañía, era tan agradable, su corazón comenzaba a estimarlo un poco mas cada noche, lejos de la amistad sabía que había encontrado a alguien importante que tomaba un papel más especial cada vez en su vida.
Ya casi en la madrugada, Yami apagaba su computador al mirar a su lado el cachorro se encontraba dormido encima de sus documentos importantes, con todo el cuidado y delicadeza despertó a rubio para mandarlo a dormir. Mientras veía a su amigo subir las escaleras adormilado una pequeña risa escapo de sus labios, inmediatamente la cubrió con los delgados dedos y subió a dormir, pensando que era muy agradable pasar tiempo con Joey, era como un niño, tan tierno y activo, simplemente le parecía encantador.
El día de la famosa reunión en la academia de duelistas había llegado, muy bien arreglados, nuestros 2 solteros salieron hacia el puerto, donde serian llevados a esta isla donde se encontraba dicha academia, sería una salida un poco larga, por suerte era fin de semana y Joey había pedido el día libre aparte de su día de descanso y Yami, no tendría que dar clases.
El organizador y fundador de la academia de duelistas era Seto Kaiba, por supuesto esto no agradaba en lo más mínimo al rubio, pero el sabia que solo era un requisito para su plan, aprovecharía que tenía que compartir el camarote con su amigo , después de ese viaje, consiguiera lo que tanto quería.
Ya instalados en su camarote, Yami se daba una ducha y el rubio salió a la cubierta a darse un poco de valor para lo que estaba a punto de hacer.
Con una copa en la mano miraba el mar, el atardecer lo ponía nostálgico, para él, no era una gran inspiración
-tan temprano y ya bebiendo? No pensé que fuera propio de ti
Esa voz lo tomo sorpresa que hasta derramo un poco de vino en la cubierta, cuando se dio la vuelta para comprobar al propietario de esa voz, hizo una cara de fastidio, justamente no tenía nada de ganas de ver al anfitrión de esta noche.
- porque te tengo que ver incluso aquí, suficiente tengo con saber que te veré esta noche
-y de verdad no querías verme? Hace algunos años que afortunadamente no sabía nada de ti, en que desperdiciaste tu vida Weheler ?
-en algo que no te importa, déjame en paz Kaiba, de verdad no me interesa recordar las peleas de la preparatoria –contesto totalmente cortante y sin dejar de mirar el mar-
-el perro ya muerde? Como quieras, tampoco iba a desperdiciar mi tiempo, solo te aclaro que tienes que limpiar lo que acabas de tirar
El rubio no contesto más , el ojiazul se retiró un poco intrigado, ni él sabía porque le alegro ver a Weheler, sin embargo ni su pelea verbal había ido bien, algo malo pasaba
Al regresar al camarote Yami ya había terminado su ducha, el rubio lo busco pero ya no estaba, solo encontró una nota, donde ponía que salió a pasear, esperaba encontrarse con algún conocido y que no se preocupara. Decepcionado el ojimiel tomo la botella de vino y se sirvió un poco mas de este, él quería compartir ese vino que le recordaba el día en el que festejaron su graduación, el tiempo pasaba y Yami no se aparecía, en ese lapso de tiempo su plan se esfumaba así como el liquido de la botella.
-maldito yami, donde…se hip¡¡…mete…voy a buscarlo, faltaba más¡¡¡
Tambaleándose salió en busca de su Yami y para su suerte choco con su “mejor amigo”
-fijate por don…
-lo siento jeje –interrumpió, tratando de esquivar y seguir su camino-
-estas…–mirando las sonrojadas mejillas y la felicidad en sus ojos- ebrio?...regresa a tu camarote por favor, no molestes a mis invitados
-nooo, si ni quiero molestar a nadie, solo yo…busco a alguien jejeje hip¡
-tendré que llevarte yo mismo, te dije que dejaras de tomar
-nooo¡¡ suéltame¡¡¡¡ -seguía resintiéndose- si tu ni me caes bien¡¡¡
-estas ebrio y no dejare que provoques disturbios, deja de ser tan necio y compórtate¡¡
Seguían forcejeando hasta que llegaron a la habitación, Seto abrió y la puerta y rápidamente metió a Joey en ella, pero este lo tomo por el brazo y lo metió consigo, cerrando lentamente la puerta y aprisionándolo en el estrecho pasillo de la puerta, se recargo sobre el castaño, colocando sus manos en su pecho deslizándolas suavemente por su ropa y abrazándolo del cuello, sin mirarlo a los ojos comenzó a levantar su rostro, acercando sus labios cada más a los del castaño, que nervioso solo lo alejo aunque la estreches del lugar no lo permitía, caminó dentro de la habitación y choco con una cama, el rubio tambaleándose lo seguía lenta y peligrosamente, casi como acorralándolo, se abalanzo sobre él, dejándolo sobre la cama y debajo de si, proseguía insistentemente, con sus manos lo acariciaba lentamente, tratando de acariciarlo por debajo de sus ropas, subiendo una vez su rostro, lo que tenia al ojiazul paralizado, justo en el momento en el que sus miradas de encontraron, los ojos brillantes y decididos del ojimiel, simplemente cautivaban al castaño que hasta comenzó a agradarle la actitud, dejando que por fin le robaran esos labios rojos en un apasionado beso,
- Qué demonios estoy haciendo??? El tipo esta ebrio, me desagrada y somos hombres¡¡¡ pero mejor aun, porque lo está haciendo??