Dulce despertar
Sintió, como la lluvia golpeaba la ventana y el frío de la mañana hacia que su cara se congele, se movió en su lugar para poder acomodarse y recordó que no se encontraba solo, el pelinegro refunfuño un poco mientras dormía.
-Que lindo eres- susurró al oído de su hermoso pelinegro.
Se levantó y se dirigió al baño, pensó, ducha o tina…
“Ducha… infeliz ¬¬”
“Ok” - fue lo único que le respondió a su demonio interno, ya estaba mas que acostumbrado a que el otro opinara en donde nadie lo llamaba, pero a veces era beneficioso, no tenia que pensar, el otro lo hacia por él.
“Rasca”
Con su mente en blanco tomó la ropa y se dirigió a bañarse.
*-* *-*
Se removió en su sitio, se sintió un poco adolorido en su parte baja, escucho la lluvia que caía afuera, le pareció raro nunca llovía es Suna, pero eso le impulso a querer dormir un ratito mas, también sintió el frío que le provoco darse vuelta para abrazar a Gaara… solo.
T.T
Ya se había acostumbrado a que cada vez que se despertaba se encontraba solo ya que el pelirrojo estaba trabajando en el estudio o haciendo huevo frente a la tele.
Poco a poco fue abriendo los ojos, la luz no era mucha pero igual le molestaba, vio la enorme cama que lo rodeaba… ¿Cómo era posible que Gaara consiguiese esa cama que tenia como 5 metros de diámetro?, vio las cortinas, como si la cama no fuera enorme del techo su excéntrico amante había mandado a colgar cedas y gasas.
-Ideas de Shukaku- Había afirmado a la pregunta de porque “empapelar” la pieza con tela.
-Lee – una voz lo distrajo de sus recuerdos.
Observó como Gaara aparecía desde atrás de las cedas con un intento de sonrisa dulce…
“escalofriante/tétrico”- pensó
Se sentó en el comodísimo colchón de plumas y vio como todo el cuarto adquiría un toque de magia, parecía un cuarto de cuento de hadas, Gaara era muy tétrico, pero tenia algo que definitivamente lo volvía loco, parecía un príncipe…
“muy cursi”- se ruborizó.
*-* *-*
Vio como Lee se despertaba y un profundo calor le recorrió el cuerpo, sintió unas ganas tremendas de besarlo.
“Calentón”
“¡Cállate!, claro que no”
“Claro que si, perver”
Definitivamente las conversaciones se estaban volviendo cada vez mas sin sentido, ya ni siquiera había sangre en ellas, solo Lee, Lee, Lee, trabajo y Lee.
Se sintió muy… enamorado, ese chico le había cavado profundo, era raro, pero sentía algo muy fuerte por él y por eso hoy seria muy especial, definitivamente era especial, y lo mejor de todo era que el tierno pelinegro no recordaba nada, sonrió.
-Lee – lo llamó.
-Oh, buenos días Gaara- decía mientras se sentaba en la cama, se avergonzaba.
Definitivamente era su culpa, las sonrisas eran raras hasta para Lee. Tenia que evitar sonreír hasta que el otro se acostumbrase.
-Felicidades- dijo sin darle al otro tiempo de reacción.
*-* *-*
-Felicidades- dijo el pelirrojo mientras se acercaba desdibujando la sonrisa.
¿Qué?
¿Felicidades de dónde?
Definitivamente era una caja de sorpresas, cada día lo sorprendía más.
-¿Qué me estoy olvidando?- preguntó siguiendo el juego de Gaara que siempre salía con algo nuevo.
-¿Así que no lo recuerdas?- pregunto de forma muy seductora.
-Nop- aseguró poniendo trompita para que el otro lo besase.
-Pues hoy hace 4 años y medio que nos vimos por primera vez en los exámenes chunin.
-¡Feliz aniversario!- grito un Gaarita de unos 4 años mientras entraba con un desayuno para el pelinegro.
-… O.OU… ¡Que tierno!- no pudo evitar esa reacción, desde cuando el pelirrojo recordaba fechas, no importa ese Gaarita era demasiado tierno como para no dejarlo pasar, últimamente el mas grande estaba siendo mas tierno y mas demostrativo, eso le asegura de primera mano que no le mentía cada vez que le decía que lo amaba.
-No lo recordabas ¬¬ (puchero)- dijo el ojiverde mirándolo serio.
-Oh, lo siento, ¿me das un beso?- Ya no sentía vergüenza de pedir esos besos, además ese desayuno estaba espectacular- Estuvo muy rico, me encantó.
-Eso es bueno- contesto Gaara mientras volvía ser un león hambriento y Lee su hermoso conejito.
Fin.