Cacho hielo:
Lo que son las cosas ¿eh?.
Soy el más odiado de los ochenta y ocho, y me lo merezco, me gustaban mis máscaras, me llenaban de orgullo, derramaba sangre con una sonrisa en los labios, de igual manera mandaba a mis victimas al Yomotsu de una patada en el trasero y ni pena me dio enfrentarme a la lagartija de Shiryu.
Que me mató, eso no hace falta que me lo diga nadie carajo, he estado tantas veces de paseo por el inframundo que la lo considero mi segundo templo, pero hoy he soñado con algo que pertenece al pasado, algo que yo creía olvidado, mi nombre.
Y no me refiero al maldito apodo, Death Mask, Death que me llaman unos, Mask que lo hacen los otros, sino aquel que me pusieron mis padres cuando vine al mundo, porque al fin y al cabo, al igual que a vosotros, a mí también me parieron, vine en pelotas al mundo, y hasta lloré y todo.
¿Qué porque te dejo esta nota a ti, en mitad de la noche y entrando a escondidas en el templo?.
Primero porque no quiero que me congeles las pelotas, tú y yo no somos precisamente amigos, y supongo que el verme el careto, es una de las pocas cosas que aguantáis por educación.
¡Joder cacho hielo¡, lo educado sería que me mandaseis de una jodida y puñetera vez a la mierda, que me lo merezco, que paso de sonrisas falsas y fingidos “¿qué tal estas, como te ha ido?” y todas esas tonterías.
Pero de los catorce tu eres el único que eres real, el que si te tiene que dar una patada en tus más nobles partes, te la da sin avisar y pedir disculpas primero, el que dice lo que piensa sin pelos en la lengua, y al igual que yo, el que estás solo, yo porque soy un psicópata y porque tú eres… tú.
Así que supongo que espero respuesta, eso si te da la real gana decirme algo, claro está, ¿aunque porque querrías tú hablarle a un demonio, a un ser tan miserable como yo?.
Pues eso, que hagas lo que tu helado corazón quiera.
Tu vecino del cuarto templo. Death Mask.
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Death Mask:
No tengo nada que contarte, me parece bien que sueñes, lo hace todo el mundo, pero si cuentas un sueño, por lo menos ten la amabilidad, si es que sabes lo que és eso de no contarlo a medias, dices que has soñado con tu nombre, que yo recuerde y tú sepas no soy adivino, así que te agradecería que me dijeses, que nombre te pusieron.
Supongo que lo de “cacho hielo”, es un mote ¿cariñoso?.
Pero en fin, si eso te reconforta puedes dejar las cartas que te dé la gana en mi templo, total, eres tú el que se sube las escaleras, y por si tanta visita al infierno te ha hecho perder la memoria, son unos cuantos templos entre el tuyo y el mío, ¿cómo la haces para no despertar a todo hijo de vecino?.
Bueno, que te contesto porque me aburro, y porque Milo viene a darme su serenata.
Hasta cuando quieras cangrejo del demonio.
Camus.
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Cacho hielo:
Un poco raro sí que eres, si yo subo las escaleras para dejarte las cartas tú tendrás que bajar para hacer lo mismo, ¿o el borreguito de aries te ha enseñado a tele transportarte?.
Yo sé como lo hago yo para no despertar a nadie, cierro la boca, pasó en silencio y si se despiertan un día les daré un mamporro que les deja KO.
¿Qué haces tú, congelarles?.
Bueno a lo que iba, ¿mi nombre?, pues italiano como yo, pero si te lo digo voy a oír desde mi templo como te partes el culo de la risa, y como lo hagas te mandó al Yomotsu con mis pelotas congeladas y todo.
Pero…me has contestado, aguantas al inútil de Milo y aún así me contestas, supongo que te debo algo ¿no?.
¿También es un mote cariñoso lo de cangrejo del demonio?.
Pues eso que gracias por contestarme, y no, ni me he vuelto loco ni estoy enfermo.
Death Mask
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Haber vecino del cuarto:
El día que tú me veas reírme de algo avísame para que alguien lo grabe en video, así que ya estas diciéndome tú nombre, si no para que empiezas con las cartas.
Y no, no les congelo el culo ni ninguna otra parte del cuerpo, voy por arriba de los templos, por el atajo.
Y sí, te tengo tantísimo amor y cariño, y por favor aprecia mi sarcasmo en estas palabras, que decidí que llamarte, cariño, corazón o amorcito no era lo suficiente para mi “amadísimo compañero”.
Y ya sé que eres italiano, ¿y qué?, ¿qué pasa te llamarón espagueti, macarrón o algo por el estilo.
Bueno, cuéntame lo que te dé la gana, total si ya aguanto a un escorpión porque no adoptar también un cangrejo para mi zoológico.
Camus
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Vale, el del undécimo piso:
Hay que ver cómo te pones, ¿tanto me quieres que me adoptarías como animal de compañía?, te advierto que ronco cuando duermo, y el café del desayuno lo prefiero solo y sin azúcar.
Y sí, yo también te quiero tantísimo, y también aprecia mi sarcasmo y añádele cinismo, que estoy dispuesto a dejar un hueco para ti en mi nevera para que no te me derritas, ¿a que soy majo?.
Ángelo, mi nombre es Ángelo.
¿Qué ironía verdad?, que el más cruel de todos, el más odioso, el más destructivo, sangriento, idiota, cruel, tirano (puedes parame cuando quieras), de los ochenta y ocho lleve ese nombre.
Pero desde lo de Hades, desde que la única acción que tenemos en la de quitarnos la pelusa del ombligo, ya no le encuentro sentido a que me llamen Mascara Mortal, Death Mask, Mask, o Death a secas.
Carajo que yo luché con vosotros en el muro de los lamentos, si tan malo fuese, os hubiera mandado a los once a freír espárragos y me hubiese ido tan campante, pero luché ¿no?.
Y deja de meterte con la comida italiana, lo único que sabéis hacer los franceses es el vino, y creeros que la torre Eiffel es veinte veces mejor que el coliseo romano.
Pues eso, que ya puedes reírte, si quieres cojo la cámara de fotos y voy subiendo a tu templo.
Death Mask
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Cangrejo:
Ja¡
Ya está ya me he reído bastante, ¿te ha dolido tanta sonrisa?.
Espero que por ese hueco en tu nevera que tan amablemente vas a hacerme no se te ocurra cobrarme alquiler, ya tengo bastantes gastos manteniendo a Milo.
Estaba pensando que para navidad te voy a pedir que hagas tu primer regalo, más concretamente que me lo hagas a mí, un ascensor.
¿Tan feo soy que no puedes decirme todo lo que sientes a la cara?, ¿temes sonrojarte ante mi presencia?.
¿Qué quieres que te juré por mi armadura que no congelaré ninguna parte de tu anatomía?.
En fin, me das dolores de cabeza y por tu culpa estoy adelgazando tanta escalera arriba y abajo, y sí, la torre Eiffel es veinte veces mejor que el coliseo romano, y no discutas o dejaré de contestarme.
Pero francamente me sorprendes, ¿malo?, yo no te considero malo en ese sentido de la palabra, fíjate en mi, quise cargarme dos veces a mi propio alumno por considerarlo un traidor, juré lealtad a dos dioses a los que luego traicioné y utilicé la Exclamación de Atena mientras tu ibas dando alegres saltitos de infierno al inframundo y del inframundo al tártaro, y no me corrijas, ya sé que las tres cosas son los mismo.
A ti te falla es que a ti te dicen que saltes y tu preguntas a donde tienes que saltar y que altura debes coger.
Te entrenaron y educaron para que fueses malvado, y tú simplemente no te molestaste en responder “no me da la gana ser un psicópata”, has vivido toda tú vida con eso, solo que al final, elegiste tu propio camino, ¿o me vas a decir que cuando nos viste a todos plantados como pinos delante del muro de los lamentos te dijiste a ti mismo, “como falta media hora para mi cita con el médico y morirse es divertido voy a ayudar a estos once haber que tal sale la cosa”?.
No es mi problema si ahora dedicas tu tiempo a mirarte las pelusas del ombligo, te recomiendo por cierto que te des una buena ducha si te has permitido llegar a ese estado de suciedad.
Y luego arrastres tu culo hacía arriba o abajo y simplemente saludes a alguien, por dios santo tienes doce templos más el del patriarca para elegir, catorce hombres que tienen boca y orejas y pueden hablarte y escucharte.
Claro está, siempre y cuando no empieces la conversación con una sonrisa de asesino psicópata y le sueltes “hola, si no hablas conmigo te mando a Yomotsu y dejarás de ser mi amigo”.
Por cierto, ya podías enviar algo con las cartas, Milo se bebió ayer el café que me quedaba, y tendré en cuenta tus gustos para el desayuno si decido adoptarte en mi guardería de mascotas.
El cacho de hielo…
Digo Camus
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Vale helado de vainilla:
Te dejo un paquete de café para el escorpión, sinceramente, no sé porque ese tarugo tiene un templo si se pasa la vida en los otros trece.
Y yo nunca he ido dando alegres saltitos por el infierno, ¿quién te crees que soy, una niña de cinco años?.
Pero, por primera vez en mis veinticinco años de vida, alguien me ha dicho que no soy malo, ¿por qué has tenido que ser precisamente tú?.
No es que me queje de ti, al contrario, te estás tomando las molestias de contestarme, pero, no va contigo, no sé, siempre tan serio, tan frio, tan solo. Y ahora coges y le contestas a un miserable como yo.
Pero tienes razón Cam, me he pasado toda mi vida recibiendo y cumpliendo órdenes, no se vivir de otra manera, y ahora que nadie me dice nada, no sé como encauzar mi vida.
A veces siento que me falta algo y me sobran cosas, estar solo es una putada pero ¿qué hago?, ¿voy a jorobar a los gemelos y les corto su maratón de sexo?, ¿o voy al templo de leo para ver a mi vecino en plan cachorrito reconciliándose por centésima vez con su hermano mientras babea por su cuñado y vecino tuyo?.
No me negaras que la cabra y el centauro no dan una imagen bastante patética de sí mismos, con tanto amor desbordando por cada uno de sus poros?.
En fin, ponle un somnífero a Milo en el café o le mandas con Aphrodita que va detrás de él.
Pues eso, yo, ¿acaso te está dando la tabarra alguien más?
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¿Aphrodita va detrás de Milo?.
Carajo yo nunca me entero, sabía que Aioria estaba enamorado de Shura, pero supongo que el plan se lo jorobó Aioros al resucitar.
Y sé lo que te falta, porque a mí también me pasa.
Soy frio y serio porque no me dais la oportunidad de ser de otra manera, ¿crees que te contestaría si fuese como todo el mundo dice?, pregúntale a cualquiera que ocurriría si quisieras hablar conmigo, te llamarían loco.
¿Crees que me gusta estar solo?, ¿que Milo solo venga por conveniencia?, ¿saber que Aphrodita y Shura son mis vecinos solamente porque veo sus templos?.
Vamos Death, es tan poco probable que me inviten a una fiesta como que tú te dejes el pelo largo y te hagas una permanente.
Yo también podría preguntarte que carajos haces enviándole cartas al ¿cómo me llamáis?, copo de nieve o algo así.
Sabes, yo lo único que sé es que lo que busco es una razón para levantarme por las mañana, algo o alguien por lo que merezca la pena seguir viviendo, no sé, pártete el culo de la risa si te da la gana, supongo que lo que necesito es que alguien me quiera y quererle yo también.
Acuario
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¿Tan solo te sientes?.
¿Tantas ganas tienes de ser amado?.
Death Mask
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Sí.
Por cierto, ¿para qué me dices tú autentico nombre si ni siquiera tú lo utilizas?
Camus
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Costumbre, perdona.
¿Sabes?, estaría bonito que alguien te quisiera.
Yo me alegraría por ti.
Te lo has ganado.
El ser feliz digo.
Ángelo
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Yo también me alegraría por ti si te viese enamorado, no estaría nada mal que alguien consiguiese bajar ese genio tuyo, aunque supongo que me cabrearía si alguien intentase cambiarte.
Te conozco así de toda mi vida, supongo que prefiero lo malo conocido que lo bueno por conocer Ángelo.
Camus
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¿Sabes qué es la primera vez en muchos años que alguien vuelve a llamarme por mi nombre?.
Te parecerá tonto, pero me ha gustado que lo hayas hecho tú.
Ángelo.
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Sí, ya, pero no te pongas tan mimoso.
Asusta verte…bueno, verte no porque no te veo, leo lo que me escribes.
Pero es como si te hubiesen cambiado las pilas y no te hubiesen puesto las adecuadas.
Camus
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¿Te gustaría verme Camus?
Ángelo.
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No lo sé.
Solo sé que esto se nos está yendo de las manos.
Camus
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A mí me gustaría bastante que se nos siguiera yendo de las manos.
Ángelo
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Creo que a mí también me gustaría.
Camus
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Si no sale pues nada, tan tranquilos ¿verdad?
Aunque…. Me gustaría bastante que saliese bien.
Ya no estaríamos solos
Ángelo
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¿te refieres a estar tú y yo, juntos?
¿ser pareja?
Camus
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No me hagas caso, era una tontería, ¿Cómo vas a querer estar tu conmigo?
Jejeje
Ángelo
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¿estás enfadado?, no me has contestado Cam.
Ángelo
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Por favor, yo… no quiero que dejes de escribirme, eres lo único que tengo aquí dentro.
Dime algo te lo ruego.
Ángelo
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-sí que quiero-oyó una voz a sus espaldas.
Se giró a sus espaldas y vio al de acuario, pero en persona, allí, en su templo, hablándole, a él.
-Camus-dijo Death Mask.
-sí que quiero-volvió a repetir.
-¿el qué quieres?-preguntó el de cáncer.
-estar contigo-contestó Camus.
El de cáncer no supo que contestar a eso, por primera vez en su vida, perdió el control de sus propias emociones, tanta sangre, tanta crueldad, tantas muertes en sus manos, tantas batallas, no creía merecer nada de la vida, y sin embargo allí estaba el guardián de la undécima casa, ofreciéndole cariño, ofreciéndole lo que él jamás pensó que merecía, y las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas.
Al ver tal reacción, el de acuario se acercó a Death y le rodeó con sus brazos, dejando que se desahogase, ofreciéndole su apoyo y su comprensión, mientras acariciaba suavemente, unos cabellos tan suaves y azules como los suyos propios.
-estoy aquí, llora todo lo que quieras Death-le dijo.
-p-por…fa-favor-dijo tartamudeando a causa del llanto descontrolado.
-po-podrías… mi nombre-dijo casi ininteligiblemente.
Pero el otro le entendió a la perfección, y supo lo que debía de hacer y decir.
-puedes llorar todo lo que quieras, no voy a irme a ningún lado, Ángelo.
Pasaron horas hasta que el de cáncer logró calmarse, de puro cansancio los dos se quedaron dormidos en el suelo, habían acabado en una incómoda postura cuando a Death le fallaron las fuerzas a causa de la angustia y cayó de rodillas al suelo, pero contrario a alejarse, Camus se había sentado en el suelo y había vuelto a acomodar a su compañero entre sus brazos.
Cuando se despertaron los dos sentían el cuerpo entumecido y se encontraban cansados, Death miró a su compañero.
-¿y si dormimos un rato más?-le dijo el de cáncer.
-¿aquí en el suelo?-contestó el otro.
-tengo una cama aunque no te lo creas-contestó.
-menos mal, yo creía que me ibas a mandar a mí hueco en tu nevera-contestó Camus con una media sonrisa.
Se levantaron del suelo y estiraron su cuerpo, les dolía prácticamente todo, el de cáncer cogió la mano de Camus, no quería que se marchase, y se dirigieron ambos a la habitación, deshicieron la cama, y se descalzaron, quitándose también el cinturón del pantalón y los calcetines, inconscientemente, una vez tumbados, el de cáncer estiró su brazo, y Camus acomodó su cabeza en el hombro de su compañero mientras esta le rodeaba.
Pero cuando se dieron cuenta de la posición en la que se encontraban no pudieron evitar mirarse el uno al otro, irse acercando lentamente, hasta probar sus labios en un beso que a los pocos segundos se volvió apasionado.
La falta de aire les hizo separarse.
-yo, creo que vas a tener que decirle a Milo que empiece a robarle el café a otro-dijo Death.
-¿celoso tan temprano?-contestó el de acuario.
-no me gusta compartir lo que es mío-contestó.
-¿tuyo?-contestó el de acuario.
-solo si tú quieres serlo-dijo cáncer un poco angustiado.
-no sé los de las cartas era divertido-dijo Camus.
-entonces tengo una idea-contestó el otro levantándose de la cama.
Salió unos momentos de la habitación y volvió a entrar con dos o tres folios en blanco y un bolígrafo, iba escribiendo al mismo tiempo que caminaba, se tumbo nuevamente en la cama y volvió a abrazar a su compañero mientras le entregaba aquella hoja de papel.
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Que sepas que no pienso poner un “querido Camus” para empezar esta nota.
Pero quiero que seas mío Camus, y pertenecerte yo.
Ángelo
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Si tú no pones el querido yo tampoco pienso hacerlo.
Pero solo seré tuyo y aceptaré que seas mío con una condición.
Que por una vez en tu vida mandes al Yomotsu a paseo y me digas las dos palabritas que se suelen decir cuando no eres un cangrejo del infierno y estas enamorado.
Camus.
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-te amo Camus-dijo después de leer la nota y comprender la “directa” que le había lanzado el de acuario.
-yo también vecino del cuarto-dijo picándole.
-¿qué?-dijo el otro.
-vale, vale, ¿cangrejo del infierno?-dijo sonriendo solo para él.
-¿perdona?-contestó el otro comprendiendo que su compañero estaba jugando.
-haber ¿Death Mask?-dijo Camus.
-no-dijo el otro ya sonriendo con la broma.
-¿Death?-dijo el de acuario.
-¿Mask?-continuó.
-no y no, Camus, no me hagas rogártelo.
-estaría bien verte rogar por algo-dijo el otro.
-Camus-dijo con cierto tono de impaciencia.
-está bien, está bien-dijo Camus.
-te amo-dijo Camus.
-Ángelo.