Mí añorado Elle:
Anoche soñé contigo, como cada noche, soñé que te sostenía entre mis brazos, que sonreías, no con falsedad ni con tristeza, sino feliz, autentico y que hermosa sonrisa. Soñé, que te abrazaba y te besaba con esa dulzura que quería darte, pero jamás me atreví y luego con pasión, esa que tanto nos caracterizo una vez. Podría
jurar que sentí la suavidad de tus labios por un momento, la que tanto extraño, ¿o será la locura que me invade al recordarte?, en realidad ya no lo se. Pero pronto te desvaneciste entre mis brazos, como una ráfaga de viento, dejándome vació, oscuro, solo, como estoy en realidad, y una vaga imagen tan triste de tu rostro me despedía.
Para que decirte como desperté, si vasta con contar que mi rostro estaba inundado y finas gotas brillantes eh incontrolables.
Extraño tanto tu voz, sabes…eh comenzado a comprar aquellas galletitas en miniatura que tu comías, puede parecer tonto, pero me recuerdan a ti.
A veces creo que no aguantare, veo el final como algo tan hermoso, estoy tan desesperado, pero se que no puedo rendirme falta poco para acabar, y que todo esto no haya sido en vano.
Es una locura, lo se, pero empiezo a odiar mi pasado, si tan solo pudiera volver el tiempo atrás, si pudiera remediar al dolor que te cause, no es necesario mentirme, se que veías el final como algo cercano, y no hiciste nada para impedirlo. Tampoco preguntare ¿Por qué?, lo se, fue por que me amabas, tanto como yo a ti, pero jamás supe recompensarte, ¿serviría de algo un “lo siento”?, como quisiera traerte de vuelta, lo creas o no daría mi vida si fuera necesario, por que tu te fuiste tan rico y me dejaste tan pobre.
Se que si todo volviera a pasar, no dudarías en volver a recorrer en mismo camino que te llevo a la muerte, me amaste tanto, y yo te destruí, no soy dios, no soy humano, no soy nada, sin ti…no soy nada.
No veo la felicidad, no la veré jamás, morí junto contigo, matándote, me mate.
Que tonto fui, no vi la verdad, solo use mi cabeza y no me deje guiar por que en realidad tenia la razón, mi corazón. Me siento un poeta de mala muerte, y es tu culpa, quisiera saber la formula que usaste para atraparme sin siquiera darte cuenta.
Como quisiera creer queme perdonaste, aunque no lo merezca, y si te soy sincero, no tengo idea de cómo acabar mi carta, solo puedo decirte que me faltas y sin ti me falta todo.
Me gustaría pedirte que me esperes donde estés, pero no creo poder acompañarte donde fuiste, no, alguien como yo no puede ir donde estas tu.
Solo me queda terminar mi misión y acabar por siempre con esto.
Si solo tuviera un deseo, un último deseo, pediría verte una vez mas, solo cruzar tu mirada por un segundo, solo eso.
Espero seas feliz donde estés, creo que esta será mi ultima carta, mañana será todo o nada, mi destino se decidirá, pero eso ya no importa…
Por siempre te perteneceré, no importa donde nos lleve la vida, te amo.
Light Yagami.
El castaño dejo la carta sobre una conocida tumba junto con unas blancas rosas, beso la punta de sus dedos y con ellos toco la lapida, tres y solo tres, amargas lagrimas recorrieron su rostro. Se paro con parsimonia, sacudió sus rodillas, dio una ultima mirada a la tumba susurrando ~ te amo ~, apretó sus puníos y se retiro a paso lento, con una mirada que escondía mil sentimientos.