Adios . . .
No puedo creerlo.
A pasado un año y aun me cuesta creerlo.
Salgo de casa, camino sin rumbo y al llegar junto al rio me detengo.
Me siento a llorar, al filo de la noche, bajo la luz de la luna, bajo la luz de esa maldita luna que me
condena cuando resplandece.
Todo recuerdo tuyo libera dentro de mi una descomunal batalla y la vida se reduce a una solo motivo:
llorar calladamente.
Mi llanto se pierde en el silencio mientras la obscuridad avanza y pasa sobre mi como un espectro que
me ocasiona pensar en tu partida.
Al lado del rio estoy, como un inutil vigilante con los ojos cansados, estoy aqui, un momento de pie
pero se que pronto caeere irremediablemente de rodillas esperando mirarte aparecer por el camino.
Me desvanesco.
Otro poco y de mi solo habra un puñado de arena.
Aqui estoy en el mismo lugar de nuestro primer encuentro y busco extraviado en la hierba el olor de tu
piel, las huellas de tus manos y de tus besos, la risa que precedia o coronaba alguna de tus locas ideas,
las palabras que acaloran o enamoran.
Busco la sombra de tu piel tendida sobre mi piel.
Busco.
Melancolicamente busco y lloro.
Estoy aqui pidiendo a gritos la claridad y calides de tu mirada, quiero perseguir en su fondo las
imagenes de todo ese tiempo juntos.
Amor, yo contigo aprendi el significado de decir Amor.
Salgo a llorar al filo de la noche.
Maldigo la impotencia que desde hace un año es mi unica compañera.
Solloso con desconsuelo.
Desde ahora tratare de acostumbrarme a tu ausencia y le pondre al amor un lazo negro.
Silencio.
Me siento como el mas solo de los seres humanos, aunque se que no es verdad.
Levanto las manos y ensayo el alejarme de tus brazos como se aleja la corriente sin regreso.
Adios mi querido, mi amado Sirius.
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Adios . . .
No puedo creerlo.
A pasado un año y aun me cuesta creerlo.
Salgo de casa, camino sin rumbo y al llegar junto al rio me detengo.
Me siento a llorar, al filo de la noche, bajo la luz de la luna, bajo la luz de esa maldita luna que me
condena cuando resplandece.
Todo recuerdo tuyo libera dentro de mi una descomunal batalla y la vida se reduce a una solo motivo:
llorar calladamente.
Mi llanto se pierde en el silencio mientras la obscuridad avanza y pasa sobre mi como un espectro que
me ocasiona pensar en tu partida.
Al lado del rio estoy, como un inutil vigilante con los ojos cansados, estoy aqui, un momento de pie
pero se que pronto caeere irremediablemente de rodillas esperando mirarte aparecer por el camino.
Me desvanesco.
Otro poco y de mi solo habra un puñado de arena.
Aqui estoy en el mismo lugar de nuestro primer encuentro y busco extraviado en la hierba el olor de tu
piel, las huellas de tus manos y de tus besos, la risa que precedia o coronaba alguna de tus locas ideas,
las palabras que acaloran o enamoran.
Busco la sombra de tu piel tendida sobre mi piel.
Busco.
Melancolicamente busco y lloro.
Estoy aqui pidiendo a gritos la claridad y calides de tu mirada, quiero perseguir en su fondo las
imagenes de todo ese tiempo juntos.
Amor, yo contigo aprendi el significado de decir Amor.
Salgo a llorar al filo de la noche.
Maldigo la impotencia que desde hace un año es mi unica compañera.
Solloso con desconsuelo.
Desde ahora tratare de acostumbrarme a tu ausencia y le pondre al amor un lazo negro.
Silencio.
Me siento como el mas solo de los seres humanos, aunque se que no es verdad.
Levanto las manos y ensayo el alejarme de tus brazos como se aleja la corriente sin regreso.
Adios mi querido, mi amado S.
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