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Descubriendo la verdad por ninnette

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Notas del capitulo:

Bueno despues de millones de dias.... aqui vuelvo a estar

La verdad no me salía nada, y lo que me salía lo borraba, no fue hasta que vi Harry Potter y las reliquias de la muerte (parte I) que me vino otra vez la inspiración^^

mer vino tal que tuve que dividir el cap en dos partes xk me kedaba largo y pesado así que aqui esta la primera^^

espero les guste^^

:)

Harry pensaba que Draco se había enfadado con él, pero es que sólo quería darle las gracias por todo lo que había hecho por él, y no se le había ocurrido de otra forma que esa, y parecía que al rubio no le había gustado para nada. Confundido y sin saber que pensar sobre la  reacción del rubio se metió en la cama y trató de dormir.

 

 Una vuelta, dos vueltas, tres, no podía dormir de hecho no sabía cómo podría dormir en esa cama que aún no consideraba como suya. Suspiró frustrado, mientras daba una ojeada a su dormitorio, era sencillo per a su vez elegante, era hermoso, pero él simplemente no se sentía  a gusto aquí, aunque hubiera sido engañado y herido por sus mejores amigos y director, él sabía que su corazón siempre pertenecería a Gryffindor, entonces ¿cómo podría adaptarse a un sitio como este? Aunque —pensó con detenimiento—quizás era cuestión de adaptarse a su nueva casa y dejar de pensar tonterías. De hecho los Slytherins no eran desagradables, tampoco eran unos angelitos, pero se quedó mudo de asombro al entrar en la Sala Común, y ver que no todo era como lo pintaban, cuando entró, se encontró con alumnos normales, es decir sin esas máscaras de frialdad que portaban fuera de ella. Se giró hacia Draco confundido, y preguntándole con la mirada que era lo que pasaba.

 

Draco al ver la mirada de asombro que Harry tenía no pudo más que sonreír un poco y aclararle el tema:

 

—Verás Harry, nosotros sólo damos a la gente lo que nos pide, es decir nuestra casa siempre ha tenido el papel de malvado así que simplemente lo que hacemos es adaptarnos a lo que quiere ver de nosotros la sociedad. Esta nos ve como los malvados, como gente que se cree superior, entonces nosotros sólo les damos la razón. De hecho—admitió con tristeza—se nos enseña a ser así de frívolos con todos. Creamos una máscara que enseñamos al mundo, pero que aquí en la seguridad de nuestra Sala Común podemos quitarnos, descansar de ella, y esperar al mañana cuando nuevamente tenemos que reasumirla.

 

Después de esas palabras Harry se quedó pensativo analizando la actitud que tenían los Slytherins. Vio como casi todos se ponían a estudiar enseguida, como algunos cuchicheaban—acerca de él estaba seguro— pero nadie le reclamaba, suponía que era por lo que había dicho Draco a su casa antes.

 

Su mente salió de esos recuerdos, para sumergirlo en otros, concretamente  cuando Draco y Blaise le habían hablado de formar un grupo de defensa, con respecto a esa idea, tenía miedo, de hecho bastante miedo, aún se acordaba de lo que había pasado hacía dos años con el otro grupo de defensa, al final habían sido descubiertos, y por aquél entonces era Umbridge la que los buscaba, pero esta vez sería Dumbledore, y sabía que en cuanto los pillara expulsaría a toda la casa Slytherin y a él le borraría la memoria para que volviese a su lado.

 

Volvió a suspirar, sabía que ni el rubio ni el moreno le iban a dejar esta vez… pero tenía miedo, miedo de perderlos a ellos también o miedo de que esto fuera un terrible plan para poder llevarlo hacia Voldemort… Aunque bien pensado, no tenía mucho sentido, al menos por parte de Draco al que le había arruinado su vida…que el rubio fuera hijo de Lucius y de Remus no se lo imaginaba, puesto que era complicado de imaginar al frío Lucius Malfoy con el dulce Remus Lupin.

 

Con un bostezo decidió que ya era momento de dormir, por mucho que le preocuparan todas esas cosas, tenía que dormir, además no podía hacer nada para evitarlas o no, por lo tanto tendría que confiar en su destino.

 

No sabía cuando se había dormido, pero cuando en la habitación sonó un despertador, él medio adormilado sentía como si se hubiera acabado de dormir. Medio despierto, buscó el lugar donde estaba el maldito aparatito y lo vio en el escritorio, así que con pereza se levantó a apagarlo y al baño.

 

Ya dentro, se dio un relajante baño, y volvió a la habitación, pensó que había tardado poco pero vio que se equivocaba cuando al abrir la puerta se encontró con los ojos de Draco que lo veían de forma ¿aniquiladora? Si las miradas matasen…

 

Por su parte, Draco se había levantado cinco minutos después que Harry se hubiese metido a la ducha, extrañado de no haber oído su despertador sonar, pero bueno… se levantó y medio dormido fue al baño, y cuál fue su sorpresa al ver que tenía el pestillo puesto, y en esos momentos maldijo a Harry por no haberle despertado, y se puso a esperar a que el moreno acabase, con una mirada de completa furia.

 

Cuando Harry salió, Draco se levantó con el propósito de echarle la bronca, pero ningún sonido salió de su boca al ver que Harry iba sólo con una toalla anudada en su cintura, y no pudo dejar de ver los abdominales —que aunque poquito—se le marcaban al pelinegro, “Dios, que buen cuerpo que tiene, es que es perfecto, como me gustaría ser una gota de agua y poder bajar por su cuello, perderme por su pecho y llegar hasta allí donde cubre la toalla”.—pensó Draco.

 

—Draco, Draco ¿estás bien?—le preguntó el moreno, ya que el rubio se había quedado con la boca abierta, y con su mirada fija en él. En ese momento Draco volvió a la realidad, y se sonrojó al darse cuenta que se había quedado mirando a Harry más de la cuenta, así que muy apenado dijo:

 

—Sí, sí, bueno ahora que tú ya has acabado por fin, me voy a ducharme yo. —y se metió dentro, rezando para que Harry no hubiera notado el sonrojo que tenía.

 

El moreno, por su parte, se quedó extrañado ante la actitud del rubio, pero no le dio importancia y se fue a vestir.

 

Draco entró cerró la puerta del baño fuertemente, sólo esperaba que Harry no le hubiera pillado mirándole porque si no moriría de vergüenza. Aunque la vista no era para nada mala… pero en que estaba pensando, estaba claro que necesitaba sexo pero ya. Se fue a quitar los pantalones, y al hacerlo se dio cuenta de una cosa: ¡¡¡Tenía una erección!!! Sólo por ver a Harry desnudo… se maldijo y se prometió que no se iba a masturbar pensando en el moreno, y más cuando este le podía escuchar desde la habitación, en lugar de eso, se metió en la ducha lo más rápido posible, y le dio al agua helada, y ahogó un grito al sentirla, no quería que el moreno se preocupase y fuera a ver si estaba bien.

Salió tiritando, notaba como Harry se le quedaba viendo preocupado porque tiritaba hasta fuera de la ducha, así que se vistió rápidamente, y girándose hacia Harry le dijo:

 

— ¿Vamos a desayunar qué se está haciendo tarde?

 

Harry que se había quedado con la vista perdida en el cuerpo bien formado y de piel tan blanquecina como la leche, sólo pudo asentir con la cabeza, ya que se le formó un gran nudo en la garganta.

Salieron a la Sala Común, ahí se encontraron a Blaise que con el ceño fruncido les dijo:

 

—Vaya, y yo que creía que ya os habíais olvidado de mi y os habíais ido a desayunar solos los dos, buscando intimidad…—bromeó.

 

Inmediatamente notó que tanto Potter como Draco se habían puesto rojos, él no era tonto, y podía saber perfectamente que Draco ya hacía años que iba tras del moreno, y parecía por lo que  podía observar ahora, que el moreno también sentía algo hacía su rubio amigo, aunque por el momento sólo fuera atracción.

 

—No sé de que hablas, Zabini—dijo Harry— ¿por qué nos íbamos a ir sin ti?

 

Blaise negó con la cabeza, suspiró, eso costaría pero él lograría que estos dos acabasen juntos, así que les dijo:

 

—Nada, nada, sólo cosas mías. Anda vámonos que aún se hará más tarde de lo que es y McGonagall si que no nos perdona ni una a los Sly.

 

El resto del día, pasó sin mayores incidentes, el moreno integrándose cada vez más a su nueva casa, y, la gente, una parte, temía aún más al chico de la cicatriz, y por otra parte, gente que realmente le deseaba lo mejor y que estuviera a gusto allí.

Por su parte, el moreno, estuvo gran parte del día pensando como poder contactar con su antiguo grupo de defensa y preguntar quién estaba dispuesto a arriesgar su vida otra vez por él.

Decidió que le preguntaría a Neville esa misma tarde, ya que el chico atolondrado de Gryffindor le había dicho que estaba con él en todo, sólo esperaba que con esto también. Decidió que iría cuando terminaran las clases del día.

Cuando la campana sonó indicando que las clases por ese día habían terminado se despidió corriendo de las serpientes, y se fue directo hasta el jardín del colegio donde sus ex compañeros de casa tenían herbología.

Cuando llegó, esperó hasta que el chico pasó por su lado y lo vio, entonces le hizo una seña, y Neville se apartó de otros de sus compañeros y se fue a hablar con él.

 

—Oh, Harry—fue lo primero que dijo Neville en cuanto lo vio—te he echado mucho de menos—le dijo abrazándolo.

 

—Yo también Nev, yo también, aunque estar rodeado de serpientes tampoco es tan malo, simplemente aparentan ser una cosa y son otra bien diferente.

 

—Sí, no sé a quién me recuerda eso…—dijo el león con los dientes tan apretados que Harry no lo entendió en absoluto.

 

—Y dime—continuó la ahora serpiente— ¿qué tal las cosas por Gryffindor?

 

—Pues verás Harry, las cosas están bastante mal. Ron y Hermione ya no intentan esconder su maldad, y por lo tanto es todo un caos. Nos obligan a hacer las cosas como ellos quieran, y no nos pueden ver hablar contigo si no queremos ser castigados, y estoy casi seguro que eso es obra de Dumbledore.

 

—Ya veo. O sea que ahora se han desmadrado totalmente. Creo que tienes razón y detrás de todo esto está el director—hizo una pausa y continuó: —por eso quiero hacerte una petición, Neville, ¿te gustaría volver a formar parte del equipo de defensa que hicimos en quinto año? Es verdad que sería más diferente, ya que nos acompañarían casi todas las serpientes y ahora nos tendríamos que cuidar de Dumbledore a parte de Voldemort, pero…

 

—Harry—le interrumpió Neville—te ayudaré, y te daré mi apoyo, cuentas conmigo para todo y si tú quieres formar otro equipo de defensa, lo haremos y si es con las serpientes mejor, al menos te creen, además supongo que no todos serán tan malos—dijo guiñándole un ojo, —yo si quieres puedo ir dando la voz a otros antiguos miembros, especialmente a los Gryffindor, ya que tú no puedes hablar con ninguno de nosotros…

 

—De acuerdo, a los que te digan que sí, les dices que quedamos en la puerta del lavabo de Myrtle la llorona, que están situados en el segundo piso.

 

—Pero, pero Harry…—dijo el chico peli castaño asombrado—esos son lavabos de chicas, y además están en desuso, ¿qué quieres ir a hacer allí?

 

—Oh, ya lo descubriréis entonces—dijo con una sonrisa en la cara—Bueno Nev, te tengo que dejar que Draco aún se va a pensar que me has hecho daño y vendrá a buscarte—dijo divertido.

 

—Entonces, vete antes de que me persiga la serpiente reina completamente cabreada —añadió Neville burlón.

 

Harry se echó a reír por lo que su amigo dijo, pero se imaginó a Draco súper cabreado con Neville, y pensó que lo mejor era irse cuanto antes.

 

—Sí, adiós—y se fue.

 

Harry se fue muy contento hacia su nueva Sala Común, alegría que desapareció cuando al final del pasillo vio a Ron metiéndose con unos niños de primero de la casa de las serpientes. Se dirigió hacia allí indignado y le dijo al pelirrojo:

 

—No te metas con las serpientes, Weasley.

 

—Oh, vaya, ¿a quién tenemos aquí? Pero si es el gran traidor pero ilustre héroe que me hace el honor de aparecer en mi presencia.

 

—Vete a la mierda, Ron. No te preocupes que ya me voy. Ah por cierto dile a Dumbledore (y eso también es para vosotros) que deje estar a los chicos de “vuestra” casa, que ellos no tienen la culpa. Dad la cara y enfrentaros a mí de una vez y dejad de molestar a los otros que no tienen nada de culpa—entonces se giró hacia los chicos Slytherin, que estaban asombrados por como Potter les había defendido, y les dijo:

 

—Vamos a nuestra Sala Común, chicos, y dejémonos de tonterías.

 

Harry y los chicos se fueron dejando a Ron rojo de la rabia por haber sido ignorado. Los niños totalmente admirados le dijeron al moreno:

 

—Muchas gracias, señor Potter—dijeron al unísono.

 

—De nada chicos, pero no me digan señor Potter que me hace sentir viejo, solamente díganme Harry—dijo sonriendo un poco, parecía que esos niños, realmente confiaban en él.

 

Llegaron a la Sala Común de Slytherin, abrieron, los niños se fueron con sus amigos y él se dejó caer tan fuerte en el sillón de al lado del de Draco y Blaise que los dos amigos levantaron la vista asustado por como venía el moreno.

 

— ¿Qué te ha dicho Longbottom, Harry?—preguntó Draco, preocupado de que este no quisiera ayudar a su nuevo amigo.

 

—Que me va a ayudar, y que intentará hablar con los de las otras casas, y algunos de Gryffindor para que no crean al director y nos ayuden.

 

—Entonces, todo está bien ¿no? ¿Por qué esa cara tan triste?—intervino Blaise desconcertado.

 

—Tengo la impresión de que si se ponen de mi parte, lo pasarán muy mal, puesto que tendrán que vigilar mucho con Dumbledore, además de traicionar a sus padres que no conocen la verdad sobre el director, y le creen—dijo suspirando—no les puedo pedir que los traicionen a ellos por mí.

 

—Pero Harry, ellos pueden decidir. Tú no les estás obligando a nada, sólo recurres a ellos pero no sólo para salvarte a ti, si no para enseñarles a ellos a salvarse, y la gente que realmente quiera seguir viva vendrá, sin importar quien este ahí. Ahora sólo queda la supervivencia en esta guerra. —contestó Blaise con firmeza.

 

—Además Harry, yo creo que a la gente de ahí fuera les interesa más que sus hijos aprendan a defenderse que uno estúpidos ideales de un viejo que lo único que vive es para el poder. Si quieres piensa en esto, aunque suene un poco mal, no lo hacen por ti sólo sino también para sobrevivir a lo que se vive allí fuera.

 

Harry calló viéndole así parecía tener  sentido a toda esta locura, y se tranquilizó un poco. No es que no quisiera enseñar a otra gente pero le daba miedo que pasara como la otra vez, o peor, porque ahora se tendrían que ver con mortífagos de verdad.

 

La voz de Draco le sacó de sus ensoñaciones…

 

—Lo voy a anunciar a la Sala Común, ¿de acuerdo? Ahora que no están ni Parkinson ni Nott —al ver el asentimiento de los dos morenos, se levantó seguido por los otros dos y se pusieron enfrente de toda la Sala Común, es decir tocando a la puerta donde había el camino hacía los dormitorios.—Chicos, chicos, un poco de atención.—gritó.

 

Inmediatamente todos pararon para poder escuchar al rubio…este se aclaró la garganta y dijo:

 

—Como todos sabéis, el director ha dejado ver su vena egoísta, así que hay que prepararnos, a las serpientes se nos tratara pero que antes, pues ahora tenemos a su aclamado héroe y según ellos lo estamos torturando, tenemos que cuidarnos bien las espaldas además que también la guerra está ahí fuera, necesitamos aprender a defendernos pero bien, no la porquería que el director quiere que aprendamos. Por eso se nos había ocurrido una idea, hacer un grupo de defensa como el que Potter hizo en quinto año, pero si puede ser un poco más efectivo. ¿Qué os parece la idea?

 

Todos se pusieron a hablar a la vez, se demostraba preocupación pero también ganas de poder demostrar cuanto valían… al final se hizo el silencio y uno de los chicos expresó lo que todos pensaban:

 

—Está bien, pero ¿dónde sería? ¿Y seríamos sólo nosotros o habrá gente de otras casas?

 

—Habíamos pensado en hacerlo en la Cámara de los Secretos, puesto que nos estamos escondiendo de Dumbledore y estoy casi seguro de que es el único lugar que no sabe dónde está. En cuanto a la otra pregunta, habíamos pensado que no sólo a vosotros chicos, sino a gente de las otras casas también, ya que ellos necesitan aprender a luchar—dijo Harry un poco cohibido, la verdad es que dar discursos no era lo suyo, y menos delante de tanto Slytherin.

 

—A mi me parece correcto—dijo uno de quinto, y así cada uno de la casa verde y plateada demostró su conformidad con el nuevo grupo de defensa. Sólo esperaban que no saliera mal y los descubrieran.

 

Pero nadie se dio cuenta de que una sombra pequeña y menuda les estaba espiando, y que se escapó corriendo cuando vio que toda la Sala Común volvía a sus anteriores actividades.

 

Pansy Parkinson, había escuchado todo, y se fue dispuesta a hablar con Dumbledore, pero decidió hacer otra cosa, mejor se lo comunicaba a su señor y castigaba un rato al padre del rubio por tener a un hijo tan cobarde.

 

Sonrió de forma macabra, y corrió hacía el jardín, llegó hacia allí, y haciendo ver que iba a paseando llegó hasta la zona en la que se podía desaparecer, así que se subió la manga de su brazo izquierdo donde relucía un tatuaje en forma de calavera y con una serpiente que salía de su boca. Era la Marca Tenebrosa.

 

La tocó, e inmediatamente sintió un fuerte tirón en su estómago, cerró los ojos pues viajar a través de un “traslador” no le gustaba, ya que se mareaba y le entraban ganas de vomitar, pero si no lo hacía no le podía dar tan valiosa información a su Lord.

 

En un momento llegó a una mansión oscura como la noche, que reflejaba tenebrosidad y miedo por doquier, con un escalofrío entró, y se fue directamente a buscar a Colagusano para saber dónde estaba su amo.

 

—En el salón principal, en una importante reunión—contestó este enfadado por no poder estar ahí adentro y tener que encargarse de abrir la puerta.

 

Pansy no contestó, simplemente le miró con superioridad, le dio un golpe  al hombre frente a ella, y se abrió paso hasta llegar a la conocida Sala de reuniones, que no era otro que el comedor central de esa mansión. Tocó a la puerta y esperó a que el Lord le dejara entrar.


De repente, se escuchó como los murmullos de la sala desaparecían, sólo se escuchó un frío y seco “pase” de parte de Voldemort, que cuando vio quien había allí, pensó que tendría buenas noticias, así que con una sonrisa un tanto fea donde se le veían sus amarillos dientes pronunció:

 

—Buenas tardes, querida Pansy, espero que lo que me traigas sea de vital importancia como para interrumpir así como así en tan importante reunión—dijo con voz helada.

 

Lucius al ver a Pansy se temió lo peor, él tomó la marca por despecho pero sabía de propia boca de su hijo que este no tenía ninguna intención de hacerlo, sólo esperaba que su hijo no se hubiera metido en problemas.

 

Le sacaron de sus pensamientos las palabras que Pansy dijo a continuación:

 

—Mi Lord—dijo la morena postrándose delante de su señor—creo que no le ha sido comunicada una noticia que causó profunda conmoción en el colegio, y es el hecho de que a Potter se le cambió de casa.

 

El lord, pasó de estar aburrido a estar furioso, un cambio de casa del maldito Potter y ¿él no estaba enterado? Se giró lentamente hacia Lucius interrogándole con la mirada.

 

—Mi señor, os juro que yo no sé nada, y que mi mujer tampoco, nos acabamos de enterar.

 

El lord tenebroso no quedó muy convencido con esa respuesta, pero se giró hacia Pansy y le dijo con una mirada fría que continuara:

 

—Mi señor, le tengo que confesar que nuestra noble casa, ha sido traicionada de la peor de las manera, Harry Potter ha ido parar a muestra ilustre casa mi señor.

 

Lord Voldemort se puso en pie muy enfadado y con ganas de matar a alguien… ¿cómo había podido entrar el mocoso en Slytherin? Él era todo un prototipo Gryffindor, incluso sacó la espada de Godric Gryffindor* del sombrero, entonces ¿qué hacía en esa casa?

 

—Y además mi señor—dijo Pansy haciendo que Voldemort concentrara toda su atención en ella—nuestro príncipe—dicho con odio y rencor— le ha acogido muy bien dando a entender que si querían dañar a Potter primero tendrían que vérselas en un duelo con él.

 

El lord, se giró furioso, vaya, vaya así que ese pequeño traidor se cubría bien las espaldas, se giró hacia Lucius y le dijo:

 

—Vaya, vaya así que veo que Draco no quiere tomar la marca, ¿no mi querido Lucius?

 

Lucius intercambió una mirada con su mujer, no podían decir la verdad porque esta les condenaría a la muerte y su dragón se quedaría solo en este mundo y era lo que menos querían. Así que Lucius, “intentó” calmar a su señor con estas palabras:

 

—Mi señor, os juro que ahora mismo partiré rumbo a Hogwarts para que mi hijo me explique personalmente que hace simpatizando con nuestro enemigo, y le aseguro que le impondré un castigo ejemplar—dijo con voz fría, su cara una máscara carente de toda expresión, como si su hijo no fuera importante.

 

—De acuerdo, ah y recuérdale que lo quiero ver pronto para que tome la Marca Lucius, en cuanto cumpla la mayoría de edad, quiero que la lleve tatuada.

 

—Sí, milord con su venia mi mujer y yo nos despedimos y vamos rumbo a Hogwarts.

 

—Marchaos, antes de que me arrepienta y os crucie por las estúpidas acciones de vuestro hijo.

En ese momento, en el castillo de Hogwarts Dumbledore hablaba a través de la chimenea con alguien, la última persona a la que recurriría para que Harry volviera a su lado:

 

—Entonces, cuento contigo ¿no?

 

—Sí, no quiero que las serpientes le hagan daño a Harry, así que ahora mismo vengo profesor.

Notas finales:

Les gustó?

Un review aunque sea para tirarme una lechuga plis!

un besito

ninnette


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