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Pretender Mantener Promesas Perdidas por Eyrin

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Notas del capitulo:

Muchas gracias a las personas que lo han leido o se han tomado el tiempo de verlo ^.^

Subi el dibujo del primer capi pero esta vez sin pintar ni nada, solamente las lineas tan y como me quedan XD abajo pueden encontrar el link ^///^ por si quieren verlo y tambien tengo uno para este capi

¡¡ADVERTENCIA!!: este capitulo contiene lo que para muchas personas puede ser realmente chocante, intente hacerlo lo menos gráfico posible pero se da la VIOLACION de uno de los personajes, asi que ya saben...

Gracias por leer!

Capitulo 2:

Inocentes alas blancas y manchas de sangre

 

Habían pasado ya algunos años desde aquel primer encuentro entre Molooj y Mercury, con el paso de los años la amistad que se profesaban había ido aumentando y, aunque había aun muchos secretos entre ambos, cada vez que el Cristal Rose llegaba a la costa Mercury le esperaba ansioso para ir a jugar. Con el paso del tiempo estos juegos se volvieron pescar en el río cercano y darse un baño. Ir a recoger frutas o simplemente caminar por el bosque pausadamente viendo los animales y charlando de lo que Molooj había visto en sus últimos viajes.

 

Sin embargo, para ambos había cosas diferentes. Mercury no sabía como interpretar aquellos cambios ya que, nunca le habían explicado que eran; por su parte Molooj no los entendía tampoco y, sentía que algo le mantenía constantemente fuera de la vida del chico de largos cabellos castaños. Había algo que se le escapaba…

 

Aquel día especialmente las cosas estaban tensas entre ambos y, ninguno previó lo que se desataría en ese momento.

 

El Cristal Rose había sufrido un ataque por parte de la marina real de Cuarzo y, muy maltrecho apenas había logrado llegar a la costa de Marine. Las reparaciones comenzaron y se previó que durarían quizás dos semanas. Ya había transcurrido la primera y toda esta habían estado juntos. Paseaban por aquí. Iban por allí… sin embargo había algo que era diferente en aquella ocasión. El ojiverde le había dado múltiples vueltas al asunto en su cabeza y no lograba llegar a ninguna conclusión, a un punto intermedio; el sabía que Mercury era un muy buen amigo.

 

Pero también sabía que para él significaba más que eso… ¿hasta que punto? Eso era lo que no comprendía del todo. No estaba en contra del sexo entre chicos, de hecho el ya lo había experimentado de primera mano y le había agradado muchísimo pero ¿y Mercury? No sabía que pensaba Mercury de esto con él, lo que si sabía era que cuando sabía que irían a Marine, los sueños de aquel delgado y frágil cuerpo de hombre con ambas piernas abiertas para recibirle en su interior le asaltaban hasta casi llevarle al delirio y la reproducción de sonidos inocentes que en ocasiones el chico hacía, pero en esas ocasiones en forma de gemidos asaltaban su mente en un acto que de inocente no tenía ni un ápice.

 

Deseaba demasiado a Mercury y el muchacho…. La belleza de ojos dulces y grandes no hacía más que evadir ese tipo de cosas. Cuando se bañaban en la laguna siempre tenía alguna prenda con el que le impedía verse completamente desnudo, como una bata blanca que flotaba a su alrededor y que, aunque con el agua se volvía provocativamente transparente y se le ceñía de una forma incluso obscena al cuerpo, solo podía ocasionar un incremento en su deseo de tenerle completamente para él.

 

Los sonrojos del muchacho, su timidez a pesar de ser otro hombre. Había muchas cosas que quería saber; pero estaba decidido. Nunca habían durado tanto tiempo en las costas de Marine y aquella era su oportunidad de poseer ese bello cuerpo. Al diablo las reparaciones del bote… al diablo que su padre y el padre de Mercury también tuviesen una historia y existiera problemas con ellos por eso (de lo cual Mercury no sabía nada) al diablo el consejo, al diablo todo… esa tarde Mercury no podría resistirse y si lo hacía… igual no pararía.

 

- Llevas mucho tiempo pensativo Molooj… ¿Sucede algo? – miró aquellos enormes ojos, estaba un poco sonrojado por toda las cosas que iba pensando en hacerle y titubeo un suave “no” – será mejor que valga la pena – comentó caminando – me has hecho escaparme de los ancianos del consejo y de mi padre para poder salir contigo.

 

- No entiendo realmente porque te cuidan tanto – comentó de forma casual pero ansioso por la respuesta - ¡Tienes 16 años! Ya tienes edad para que andes incluso solito… aunque como te dije la primera vez que te vi… eres demasiado tentador para ello… - Molooj sonrío con el sonrojo de aquel muchacho. Las ropas que usaba para rezar en el templo eran demasiado pesadas pero una vez que se quitaba las pesadas capas de ropa quedaba con un traje de corte delicioso y provocador.

 

- Si no mal recuerdo la palabra en es momento no fue tentador sino “hermoso” – le corrigió – y hay motivos.

 

- Porque nunca me los dices…

 

- Sabes que son secretos del consejo que no puedo contarte. – el suave suspiro de Mercury le erizó todos los bellos de la nuca, no hace mucho pensaba en como tomarle y el castaño hacía aquello. – puedes decidir que quieres saberlos, eso no implica que te los diré. No hay mucho que podamos hacer para cambiar el asunto. Eres mi amigo, mi mejor amigo pero eso es algo que no debe interferir con mi deber.

 

- Deberes, deberes... últimamente es de eso de lo único que hablas. – Mercury no refutó aquello. No había querido contárselo a su amigo pero, desde hacía un año que él era uno de los siete principales candidatos para líder del consejo, muy a pesar de ser el más joven de todos.

 

Molooj se molestaba de que el muchacho a pesar de sus provocaciones no dijese palabra alguna.

 

- Lo viejos del consejo solo son un montón de degenerados que escogen a las personas bellas para estarles viendo... y quien sabe que más.

 

- ¡Molooj! ¡Ese no ha sido un comentario agradable! ¿¡Por quién me estas tomando!? – El muchacho, enfadado se volteo para encarar al otro que, en aquel momento solo le tomo de la cintura aproximándole de forma descarada. Mercury se asustó; no era la primera vez que Molooj le agarraba de aquella forma pero el siempre evitaba tanto contacto. Estaba descolocado.

 

- Yo solo hago lo que me parece mejor, sabes que no sigo reglas – le aproximó más – y no comprendo nada acerca de toda esa “pureza” que intentas mantener. Tenemos que hablar seriamente de eso Mercury... y de lo que sentimos.

 

- No se de que me estas hablando Molooj, suéltame. – Mercury forcejeo un poco pero siempre había estado al tanto de que el rubio era mucho más fuerte que él, no solo por su estatura y el hecho de que el castaño se veía más bien frágil, sino también por el trabajo que debía realizar en el barco.

 

- Si lo sabes, se que si lo sabes. – al ojiverde le estaba comenzando a irritar el hecho de que Mercury intentase “tapar el Sol con un dedo” por así decirlo. Muchas veces antes se había cuestionado si en verdad el muchacho no notaba nada… no había determinado que era completamente cierto pero es que… ¡Era imposible no verlo!

 

- ¡No hay anda de que hablar! – sacando toda la fuerza que le era posible, el castaño le empujó, logrando soltarse del agarre en que le tenía y volviendo a caminar en un paso acelerado. Molooj le siguió inmediatamente pero no hizo intento alguno de volver a tomarle de aquella manera pero si intentó hablar.

 

- ¡Mercury!...

 

- ¡No! – gritó, sorprendiendo enormemente al otro, Mercury nunca perdía la paciencia de aquella manera, como parte de su entrenamiento había aprendido a manejar el tipo de emociones como la ira, el enojo y la frustración para que no se vieran, pero ahora le era imposible. Lo sentía. No lo comprendía pues el tema de manejo se sentimientos y emociones se limitaba a los más generales, no a los personales de cada quien. Sin embargo en el fondo comprendía que era lo que sucedía en aquel momento…

 

… se había enamorado de Molooj…

 

- Continuemos… - habló mas calmado – o mejor vamos al río… nademos y no digas nada más. Mooloj somos amigos. No echemos eso a perder.

 

Molooj no respondió nada, solo miró a Mercury. ¿Amigos? El no quería ser su amigo, no solo eso. El castaño continuo caminando pero con rumbo al río… no sabía que hacer…

 

El rubio no dijo nada y solo camino a su espalda. Aquello no quedaba así, prefería tenerle una vez, aunque fuera solo una a ser torturado de aquella manera. De alguna forma la palabra amigos le lastimaba, le dañaba enormemente… la odiaba dicha de aquellos labios. Lo peor era que el castaño era muy dado a repetirla.

 

Caminaron un rato… el silencio seguía reinando desde que pasó aquella pequeña conversación. Estaban llegando al lago y justo antes de llegar el castaño se dio mentalmente un golpe a si mismo. No pensó en aquel momento lo que había hecho, lo único que paso por su cabeza fue “Hay que enfriar un poco la cabeza” y “entonces necesitamos agua… vamos al río” aunque para cuando se dio cuenta había formulado de alguna manera la ultima parte de la frase volviendo aquello literal. Sin duda se arrepintió. Cuando llegaron al río se quedó mirando el agua azul celeste de la hermosa laguna en la cual comenzaba el mismo.

 

El agua era muy fría y se estremeció con solo pensarlo… Molooj estaba detrás de él, mirando fijamente lo que hacía; pausadamente y de forma indecisa comenzó a desvestirse… esta vez no sabía como pedirle al otro que volteara. Estaba nervioso y algo asustado. No sabía que reacción tendría Molooj con él a partir de aquel momento. Sacó del pequeño bultito que llevaba la prenda blanca que usaba para cubrirse y se la colocó (rápidamente) sin voltear. Entró al agua, no quería mirar a Molooj, menos ese día.

 

- Mercury… - escuchó la voz del otro resonar en medio de todo aquel silencio. Era sencillo percibir cualquier sonido por mínimo que este fuese en esas circunstancias; se detuvo lentamente quedando el agua en su cintura, justo para cubrirle, pero aun así no volteo. – me rechazas, pero… ¿es porque no te atraigo, porque no me deseas? O… ¿es acaso por tu deber con el consejo?

 

El castaño se estremeció, sin contestar. Siguió avanzando y Molooj en el fondo lo entendió perfectamente… era por el consejo. Sintió ira, una que se extendía por todo su cuerpo ¿Mercury estaba dispuesto a renunciar a todo lo que podía tener, a todo lo que deseaba, por el consejo? ¿En verdad lo estaba?

 

Apretó con fuerza los puños. Sí, era capaz de eso y mucho más… y lo odio, lo odio por un instante igualmente que le deseo tanto. Le deseo como se desea algo que no se puede tener, algo que no se debe de tocar… le deseo como se desean a los imposibles, las cosas inalcanzables…

 

La única diferencia era que a él nadie le negaba tener algo…

 

A él nadie le prohibía nada… no a Molooj.

 

Se sacó rápidamente la ropa que llevaba encima; Mercury en ningún momento volteó y, si le conocía bien sabía que simplemente no lo haría. Su entrada al agua la hizo lentamente para evitar hacer ningún tipo de ruido y, hundiéndose en el agua como un animal acostumbrado a ello, empezó a nadar hacia donde estaba el castaño.

 

Manteniendo aquel sigilo salió del agua cuando estaba a espaldas del muchacho y, sin pausarse a pensarlo, envolvió sus brazos alrededor de aquella estrecha cintura. El sobresalto fue natural en el castaño y, cuando se logró voltear antes de poder decir nada Molooj le tapó la boca.

 

- Tú ya hablaste… y fue suficiente. – Le dijo – Ahora solo te diré que no me interesan opiniones, no me importan la cantidad de ancianos de consejos estúpidos que tenga que pisotear… tú vas a ser mío Mercury y no hay nada que puedas, o que te vaya a dejar hacer para evitarlo. No sabes por cuanto tiempo te he deseado y tampoco hasta que punto…

 

Mercury no se había dado cuenta en que momento habían llegado a las rocas del punto norte en el río, cerca del inicio del lago y la terminación del río. Había nadado hasta aquel punto sin darse cuenta y ahora, por culpa de aquello estaba completamente atrapado

 

Una de las manos de Molooj bajó lentamente en el agua desde la cintura del castaño, aun manteniéndole firmemente sujeto por las rocas, y se posó suavemente en la entrepierna de este quien se estremeció con fuerza… aquello al rubio le éxito enormemente.

 

- Lo siento Mercury… - susurró – pero no hay vuelta atrás desde el punto en el cual he caído.

 

El castaño abrió los ojos con sorpresa y, de forma violenta intentó soltarse del agarre del otro. Intentaba hablar también pero eso igual se lo negó. Molooj movió su mano lentamente, levantando la prenda para intentar un contacto más directo pero, la tarea se le hacía sumamente difícil debido a su posición, por lo que movió su mano de las partes frontales y, con cuidado comenzó a levantar la parte trasera de aquella prenda blanca hasta que estuvo piel contra piel con aquellos hermosos y redondeados glúteos.

 

Acaricio estos con suavidad y, de la misma forma empezó a buscar entre estos la entrada al cuerpo del muchacho hasta que, finalmente sus dedos se encontraron con el estrecho inicio de la entrada a su zona anal. Mercury se estremeció y Molooj soltó su boca para proceder a pegarle a su cuerpo con dicho brazo mientras tocaba aquella zona. Con suavidad realizó algo de presión para que la yema de uno de sus dedos ingresara un poco en aquel lugar, seguido por la parte inicial de uno de sus falanges.

 

- No… - susurro el castaño, completamente asustado por aquella acción.

 

Molooj sacó el dedo con suavidad y pegó un poco más a Mercury a las rocas, donde el agua era un poco más profunda.

 

- No, Molooj por favor… mmm… no…

 

Él rubio le ignoro olímpicamente y posó su mano en la entrepierna nuevamente, solo que esta vez de forma directa… había inmovilizado casi completamente a Mercury. Le encantó lo que encontró cuando sujetó el miembro del otro, había en el una bella erección, iniciando apenas pero aquello le daba buenos indicios de lo que el castaño estaba sintiendo; comenzó a frotarla con suavidad y el castaño comenzó a intentar escapar aunque a su espalda solo encontrara roca. Molooj aceleró fuertemente el movimiento.

 

- No… Molooj…

 

- ¿Te estás viniendo? – Molooj suavemente disminuyó la velocidad de la masturbación y levantó con la otra mano el rostro de Mercury para ver ese hermoso rostro sonrojado.

 

- ¿Vi… Viniendo?... Molooj… no se… por favor para… - la voz de Mercury sonaba jadeante, excitante para los oídos del rubio. – No… no quiero hacer esto…

 

- Shhht… solo relájate belleza.

 

Molooj volvió al acelerado movimiento y llevó nuevamente aquel dedo a la entrada del muchacho pero esta vez introduciéndolo completamente, moviéndolo luego afuera y adentro, buscando aquel punto delicioso que sabía haría a Mercury gritar. Tanteó el espacio y suavemente introdujo un segundo dedo adentrando ambos en conjunto, introduciéndolos más profundo tanteando con las yemas el sitio…

 

- ¡Ahhh!

 

Escuchó el suave grito acompañado de unos jadeos llenos de placer y tuvo que soltar el miembro del muchacho para sujetarlo antes de que no aguantara más el estar de pie. A Mercury las piernas le temblaban, no sabía que había ocurrido y aquello le asustaba. Molooj sabía que el castaño se había venido pero no se contentaba con aquello, continuó tocando aquel punto en su interior.

 

Cuando lo creyó propicio soltó aquel hermoso cuerpo y miró los bellos ojos llenos de lágrimas. Con delicadeza, sacando sus dedos tomó el rostro del otro y, aun con un poco de indecisión tocó suavemente los labios de aquel muchacho con los propios, le beso suavemente, de forma apenas perceptible, aun sabiendo que aquel beso no sería correspondido.

 

Mercury estaba completamente asustado por las acciones que aquel día Molooj estaba haciendo. Sabía lo que sentía por el otro pero nunca, jamás quiso que aquello se tornara de aquella manera. Sintió los labios del otro tocando los suyos pero no reaccionó, no respondería a aquello.

 

- Mercury… - escuchó la voz de Molooj susurrarsuavemente y como lamió con suavidad sus labios un momento, después solo supo que estaba volteado contra las rocas, sujetándose fuertemente a ellas mientras que el rubio introducía con suavidad su miembro en él.

 

Dolía… dolía más de lo que muchos pudieran pensar y no solo su cuerpo, dolía su alma, su corazón… dolía la confianza que tenía en Molooj y su amistad… dolía el hecho de no saber que era lo que realmente pasaría a partir de aquel momento.

 

Sintió como el otro comenzaba a moverse suavemente pero de forma firme incrementando la velocidad, aunque no sabía exactamente porque el dolor inicial que sintió de esfumó para aquel momento y no podía evitar gemir. Sintió nuevamente aquella extraña sensación de antes. Una sensación de llenura y a la vez vacío, aunque suponía porque se presentó aquella última sensación. Su vista comenzó a nublarse rápidamente conforme esa sensación crecía y, cuando termino no pudo evitar perder el conocimiento.

 

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

 

No supo cuanto tiempo pasó en aquel estado inconsciente… solo que cuando despertó estaba en su habitación, dentro de la escuela del consejo, sección especial. Se preguntó que habría pasado para que le llevasen a su escuela y entonces comenzó a recordar lo ocurrido con Molooj. Intentó incorporarse pero le resultó sumamente doloroso por lo que volvió a acostarse de forma lenta.

 

Escuchó pasos aproximándose a la estancia y se tensó enormemente al escuchar los golpes en su puerta, sin embargo recordó que Molooj, bajo ninguna circunstancia podía entrar en aquel lugar… ¿Cómo había llegado ahí entonces? El dolor en su cuerpo le decía que lo sucedido no había sido solo un mal sueño.

 

Volvió a escuchar los golpes esta vez más fuerte.

 

- Adelante – respondió con suavidad y vio entrar a un muchacho de cabellos castaños pero un poco rojizos con los ojos de suave amatista. Su piel pálida era muy parecida a la propia pero un poco más alto, además de que tenía el cabello peinado de manera extraña. Su nombre era Sanzo y era, por mucho, la única persona que consideraba mejor amigo en la escuela.

 

- ¿Ya despertaste entonces? – preguntó sonriendo suavemente.

 

- ¿Cuánto tiempo he estado así? – devolvió la pregunta pues, muy obvia era la respuesta.

 

- No mucho… de hecho creería que solo dormías por dormir. – Respondió – llevas unas seis horas desde que te trajeron.

 

Sanzo se aproximó a él y se sentó en la cama. Miro a Mercury significativamente.

 

- ¿Qué fue lo que pasó? – preguntó directamente, cosa que a Mercury le sorprendió pues, era parte de su pasatiempo jugar con la mente de las personas. – No me trago lo que ese rubio descarado dijo… tiene una jodida manía cuando miente ¿sabías? – afirmó, esa era otra de las cualidades de Sanzo, podía leer rápidamente a las personas. – muerde su labio inferior cuando no está diciendo la verdad.

 

- ¿Y qué fue lo que dijo? – preguntó queriendo saber su versión para no desmentirla. La verdad es que no deseaba que se dieran cuenta de lo que en realidad había pasado, aunque sabía que con el de ojos claros aquello no funcionaría.

 

- No me jodas tú también Mercury. – reclamó molesto.

 

Sanzo era casi perfecto para ser líder del consejo, casi… de no ser por aquella manía de decir palabras como aquellas. Era considerado un problema ese vocabulario en el consejo, era el único problema de Sanzo.

 

“- No quiero de todas maneras ser el líder del consejo.” Sí… aquello había dicho cuando le reclamaron por su comportamiento, por la forma en la que hablaba. Por escaparse de algunas clases también. “- Puedo ser parte de este pero no me interesa el puesto de líder… no quiero acabar como una pasa arrugada que no ha disfrutado su vida y así es como termina siempre el líder.” En aquel momento Sanzo solo tenía nueve años… y seguía manteniendo firme lo que dijo. Para aquel entonces Sanzo era mayor que él o que Molooj… tenía 18 años.

 

- ¿Me vas a responder Mercury?… o de lo contrario tendré que informar a autoridades más fuertes de lo que se.

 

 El menor se asustó cuando escuchó estás palabras… ¿Qué había sucedido? ¿Qué tanto sabía Sanzo de lo ocurrido? Sin embargo solo permaneció callado. El de ojos amatista entendió que aunque le amenazara de aquella manera no diría nada.

 

- Mercury… - suspiró – Bien… ¿Molooj se llama? – Mercury asintió – Bueno, Molooj te trajo en brazos y nos dijo que estaban en el río, tomando un baño y te desmayaste. Los del consejo no están muy felices por eso pues sabes que no debes escaparte a lugares como ese, pero eso ya verás como resolverlo tú.

 

- ¿Dijo… algo más? – susurró con algo de miedo.

 

- Yo hablé con él.

 

- ¿Qué te dijo?

 

- Bueno, le pregunté que hacían en el río. Me respondió que justamente tomaban un baño… no se esperaba que supiera que no iban hacia ese sitio específico…

 

-*-*-Flash Back-*-*-

 

- ¿Fuiste tú quien trajo a Mercury? – Sanzo miró a aquel rubio que siempre estaba tras Mercury. Sabía que llevaban muchos años siendo amigos y eso pero no tenía mucha confianza en que las limitaciones para el navegante se quedaran en solo eso. No, no confiaba para aquello en Molooj.

 

- Si.

 

- ¿Y bien, que paso? – estaba molesto. Sin duda lo estaba ya que cuando el castaño había salido de aquel sitio estaba en perfectas condiciones.

 

- ¿Qué eres, su niñera? Ya explique lo que debía. – arrogante… eso fue lo que Sanzo pensó en aquel momento, y nadie era arrogante con él.

 

- Pues no a mi jodido mocoso. No soy su niñera pero soy quien lo cuida en este sitio cuando algo le sucede ya que es casi mi hermano menor, mucho más de lo que será para un imbécil como tú, así que comienza a hablar de una puta vez para ver que puedo hacer por él.

 

- Yo… - tartamudeó con los ojos muy abiertos el rubio. No sabía que la gente del consejo pudiese hablar de aquella manera. – No se – contesto más seguro – fuimos a nadar un rato al río y se desmayo, ya lo he dicho por lo menos cinco veces.

 

- ¿Podría saber porque estaban en el río? Que yo sepa no iban a ese sitio. – Molooj le miro aterrado… ¿sabía? ¿Quién demonios era ese para Mercury que le contaba a donde iba y esas cosas?

 

- Pues cambiamos de planes, solamente. - Sanzo suspiró completamente exasperado.

 

- Mira imbécil, no me convence tu historia. – soltó simplemente – se que estas mintiendo, y no se si para todo seas un cobarde, mentiroso de mierda, pero ten por seguro que si me doy cuenta de que algo más grave le sucedió a Mercury cuando le revise – miró al rubio fríamente, analizándole de arriba abajo. – voy a mandar buscarte porque te vas a despedir de tus bolas y todo lo que tengas entre las piernas, y las quemaré frente a tus ojos cuando estés muriéndote del dolor.

 

Dicho esto dio una vuelta y Molooj se dio cuenta que no tenía el traje ritual puesto, solo la parte de abajo. Sin embargo había cosas que le destacaban como uno del consejo… comenzando por la belleza característica en los miembros jóvenes del mismo.

 

¿De dónde demonios habían sacado aquella bestia para el consejo? Mentalmente era esto lo que se preguntaba pues, no solo quebraba la regla que conocía más que ninguna… nunca salir a la parte exterior donde estaban los barcos sin el traje ritual.

 

-*-*-End Flash Back-*-*-

 

Mercury miró fijamente a Sanzo terminó de contarle y suspiró débilmente. Al menos no había dicho nada de lo cual pudiera arrepentirse después.

 

- No pongas cara de “la he librado” – habló el otro de pronto – si te he dicho todo esto es para que sepas que no creo lo que dijo…

 

- ¿Por qué no?

 

- ¿Por qué no? – Sanzo se estaba molestado un poco – porque es obvio que, como soy quien tiene conocimientos médicos en esta maldita escuela me tocó revisarte idiota. – El menor se asustó enormemente – y si, tienes que estar asustado. Sé que no quieres contarme que demonios fue lo que pasó en la realidad… pero no me gusta saber que esto quedará así.

 

- Sanzo… no preguntes.

 

- ¡¿Cómo que no pregunte si ya lo hice?! – Gritó el otro – cuando te quite la ropa para revisarte me di cuenta que tenías la espalda llena de rasguños ¡¿y esperan que me crea que fue un desmayo?!

 

- Solo ignóralo. – Mercury estaba sumamente triste. Podía notarse claramente en su voz. Sanzo no era tonto y lo sabía y le gustaría que, por una vez, ignorara la situación y lo dejase estar.

 

Sabía que el mayor no era de esos.

 

- Mercury, no sé si lo entiendas pero estoy seguro que tú no estabas de acuerdo con que sucedió entre ustedes y a eso, pequeño, se le llama violación.

 

Mercury abrió los ojos con sorpresa…

 

- Tu ropa interior estaba manchada de sangre. – prosiguió el otro con un poco de delicadeza. – Y semen – agregó tomando una de las manos del menor – por el traje no se notaba pero sangrabas aun en ese momento. Tuve que ponerte una pomada y limpiar la zona, desinfectarla por cualquier eventualidad y aguardar hasta que se detuviera la sangre. Te provocó un desgarre Mercury, y eso solo pasa cuando ocurre una violación o cuando tu pareja es un imbécil descuidado… estoy seguro que no es la segunda opción de la cual estamos hablando en este momento.

 

- No he estado dormido… ¿cierto? – preguntó suavemente.

 

- No. Apenas empecé a curarte abriste los ojos asustado y gritaste que parara. Te puse un calmante para no provocarte más daño. - Mercury volteó el rostro y Sanzo volvió a suspirar. – No es una mentira que te considero como mi hermano menor, y como un hermano me duele saber que eso te pasó y no pude defenderte.

 

- No sé por qué pasó eso Sanzo. – Escuchó la voz del otro algo quebrada – sabía que quería a Molooj… amo a Molooj aunque nunca nos enseñaron que es amar a alguien.

 

- ¿Qué siente él?

 

- Ya no lo sé… pero no quiero que todo termine así… no quiero que las cosas acaben de esta manera con él. Sé que no debió forzarme… me duele en el alma que lo haya hecho – la voz del castaño se quebró y empezó a llorar. – Pero no me importa… lo amo. Estaría dispuesto a eso y mucho más por él.

 

Sanzo solamente asintió con la cabeza y abrazó fuertemente a Mercury hasta que este, cansado, quedó dormido en sus piernas. No estaba muy seguro de que es lo que el castaño realmente pensaba era estar enamorado. Tampoco si era lo mismo aquello que el rubio sentía pero, no podía simplemente dejar aquello así.

 

 

Notas finales:

Acá los link para quienes deseen ver como veo yo a Mercury y a Molooj ^0^ por si desean verlos

http://eyrin17.deviantart.com/art/PMPP-Cap-01-171342198?q=sort%3Atime+gallery%3Aeyrin17&qo=1

http://eyrin17.deviantart.com/art/PMPP-Cap-02-171342603?q=sort%3Atime+gallery%3Aeyrin17&qo=0


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