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Despertar de primavera por x_tirana

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Notas del capitulo:

La historia de Renji y Byakuya llega a su fin de manera trágica. Basado en la genial historia de Tite Cubo (advierto que me tomé muchas libertades ;D)

Un árido paisaje se extendía hasta donde alcanzaban a ver sus ojos. La brisa suave pero persistente jugueteaba con la arena haciendo que las dunas cobraran vida. Una canción resonaba a su alrededor con mil voces que ululaban al unísono una primitiva y triste melodía. Una melodía que conocía muy bien. Una que traía consigo malos designios. Una imponente estructura comenzaba a aparecer en el horizonte. Iluminada por una extraña luz, tal vez proveniente de la luna, que producía en el espectador una singular sensación.

Los pies de Byakuya se hundían a cada paso que daba, al igual que sus pensamientos. Él era de esas personas reflexivas: generalmente se guardaba sus sentimientos y opiniones personales para él. Esto no significaba que no le interesara lo que le sucediera a los demás o que no quisiera prestar algún consejo de vez en cuando, simplemente no podía. Había sido criado de esa manera y había crecido bajo la sombra proyectada por sus títulos nobiliarios. Todos aquellos que tuvieron el “privilegio” de cuidar de él cuando niño le remarcaban que las explosiones de emoción o las palabras nacidas descuidadamente de un sentimiento eran a menudo lamentadas.

Cuando perdió a Hisana se angustió en silencio, cuando encontró a su hermana y cumplió la promesa hecha a su esposa se regocijó en soledad. Ahora todo aquel que se interpusiera en su camino probaría su ira y sufriría las consecuencias.

Se detuvo en la entrada de Las Noches. No era el primero en llegar: los demas ya se encontraban aqui, incluido el Shinigami sustituto. De todos modos eso no importaba, solo buscaría a su teniente y mataría a Aizen.

Se adentro lentamente por un largo pasillo: este no era el momento de bajar la guardia y si sabía algo del ex capitan era que jamas jugaba limpio. Sintio el reiatsu de Mayuri a unos metros de alli y escucho explosiones provenientes de la pelea de Kempachi a su derecha. Los espadas estaban cayendo como moscas. Solo 3 que merecieran la pena quedaban en pie. Los traidores.

Su camino se abrió de pronto en un laberinto de pasillos, cada uno más estrecho que el anterior. Se detuvo ante una enorme puerta blanca solo para pulverizarla con un movimiento de su espada. El estruendo se sintió algo fuera de lugar, el polvo y las astillas lo cegaron por un momento hasta que reconoció la figura que yacía a unos metros frente a él. Renji inconciente en medio de un enorme salón.

- Creo que rompi tu juguete- Sousuke divertido lo miraba desde un pequeño balcón al otro lado del salón junto a sus compañeros- Realmente no sé qué le viste, jugar con el no fue tan divertido como esperaba. Sus  gritos y llantos te aburren despues de un rato. Solo sabe decir Byakuya esto... Byakuya lo otro... Byakuya como pudiste... mmm manipular su patética mente fue de lo más delicioso...

La ira era visible en su rostro. Resultaba obvio el plan del ex capitán: intentaría provocarlo de todas las maneras posibles. Le gustaba meterse en su cabeza y destruirlo desde adentro. Aún así cayo directo en la trampa, no podía disimular su sed de sangre ni controlar sus impulsos. Sin decir una palabra se lanzó sobre Renji a la mayor velocidad que pudo.

-Bankai KamishininoYari- Gin lo detuvo incrustando su espada en el hombro del noble.- No te muevas Kuchiki Byakuya, esto aún no termina.

Byakuya cayó sobre su rodilla con la zanpakutou todavía en su hombro izquierdo. Se llevó la mano hacia la herida y con un tirón seco arrancó la espada sin apartar sus ojos de  los de Ichimaru. Había algo en su mirada que no pudo definir con certeza. Expectativa? Ansiedad? Pero lo que lo desconcertó fue la falta de violencia en su tono de voz, aunque la gravedad en ella era notable…

Renji emitió un leve quejido. La luminosidad del salón lo desconcertó un instante al abrir los ojos. Mientras se incorporaba lentamente hasta quedar de rodillas, pudo escuchar a alguien llamarlo pero no podía precisar desde donde. Una figura borrosa se precipitó hacia él, lo apretó contra su pecho entretanto con manos temblorosas pero delicadas acariciaba su cabeza. Era un hombre y apestaba a sudor y tierra.

Lo apartó para verle la cara y a pesar de todos sus dolores no pudo evitar sonreírle. Parecía abatido, desalineado y realmente necesitado de alguien que lo reconforte. Esto es lo que había quedado de su amante perfecto?

- Taicho, lamento no haberme presentado a trabajar estos días, como verá estuve algo ocupado…

- Eres un idiota, lo sabias? Solo a ti se te ocurre bromear en un momento así. Ponte de pie y quédate detrás de mí. Yo te protegeré.

Byakuya lo tomo del brazo y lo ayudo a levantarse. Renji no opuso resistencia y se impulsó en su zanpakutou torpemente sin apartar sus ojos de su capitán.

- Te has olvidado de nosotros tan fácilmente?-  dijo Sousuke, ahora dirigiéndose hacia su izquierda.- Kaname harías los honores?

-Carruaje del trueno, puente de una rueda giratoria: ¡con luz, divide esto en seis!Bakudo #61: Rikujokoro- Simultáneamente seis planos rectangulares de luz encerraron su cintura, rodeándo e inmovilizando a Renji.

Tousen apenas se movió en su sitio al pronunciar esas palabras. En cambio Aizen se desvaneció en el balcón y reapareció junto al noble, lo sujetó por la cara y lo incrustó contra el piso con vehemencia. Desenvainó a Senbonsakura y la clavó en su pecho. Con una rodilla sobre el brazo derecho de Byakuya, acercó su rostro al de él hasta casi rozar su mejilla y le habló en un susurro.

- Te quiero consiente para presenciar lo que viene. No te preocupes, me he asegurado de que nada vital se viera afectado con mi ataque. Morirás, pero cuando yo así lo prefiera.- giró la espada hasta sacarla y la tiró a un costado.

Un pequeño objeto resplandecía con fuerza dentro de las ropas del ex capitán, el Hougyoku que podría pasar por una joya ordinaria si no fuera por esta característica. Asi siguió brillando mientras Aizen la acercaba cada vez más al pecho de Abarai Renji. Cuando la piedra toco la piel del teniente, un circulo negro se abrió en ella un instante hasta que la gema se absorbió por completo en el torso del colorado.

Horrorizado, Abarai trató de moverse pero su cuerpo le pesaba demasiado. Con dificultad pudo elevar la mano que sostenía a Zabimaru. Cuando sus dedos se encontraron con la superficie metálica supo que algo no estaba bien. La energía dentro de ella no respondía a su tacto como antes, como si no lo reconociera.

Recordó las palabras que juntos habían encontrado en la biblioteca: “… el Hougyoku posee propiedades por demás invasivas. Para poder completar la liberación de la piedra se necesita que esta se fusione con un alma pura con la suficiente energía como para poder soportar el doloroso proceso…. El primer portador no se vera beneficiado por los poderes que serán liberados en dicha circunstancias, su esencia se perderá irremediablemente…”

 

Me está consumiendo desde adentro, pensó.

Una poderosa oleada de dolor se esparcía desde su pecho hasta cada rincón de su cuerpo. No pudo más que gritar.

 

El espectáculo absorbió la atención de todos los presentes que el noble aprovecho para erguirse. Apenas podía sostenerse, que podía hacer? Renji…

Ichimaru Gin también vio su oportunidad y sin más preámbulos apuñalo por la espalda a Kaname Tousen hasta terminar con su vida y usando shunpo se situó delante del Hougyoku.

- No tenía el suficiente poder para derrotarte, pero eso se termina en este ahora.

- Yo no cantaría victoria tan anticipadamente, mi amigo.- Con la cólera en sus ojos extendió su mano hasta el cuello de Gin y lo apretó.

 

Entonces el tiempo transcurrió más lento. Renji vio la desesperación en los ojos de su amado y lo supo: ya estaba todo perdido para él y aun así sabía que Byakuya jamás se rendiría. Pelearía contra todos para recuperarlo cuando ya no había solución. Eso lo reconfortó. Y desgraciadamente esa era su razón para terminar con todo. No dejaría que su enemigo obtuviera su victoria a costa suya. No le asustaba la muerte, era algo con lo que había lidiado desde niño.

Se imagino corriendo sin preocupaciones por las calles del Rukongai junto a Rukia después de haber robado lo que comerían ese día. Todo parecía más simple en esos días. Ese pequeño descalzo con cabellos de fuego había quedado atrás hace mucho tiempo. Ahora lo agobiaba la idea de perder a los que amaba y si vivía, Aizen eventualmente obtendría su venganza. No dejaría que eso sucediera. Todo ese poder contenido se perdería junto con él.

Miró a su capitán por última vez. . Que bello era. Habían pasado tantas cosas desde la primera vez que lo pensó. Sus cabellos color azabache, sus ojos penetrantes, la delicadeza de sus manos, su perfume…

Sentía la fuerza del Hougyoku palpitar dentro suyo. Repasó las palabras en su mente con cautela aún cuando ya no era necesario que las dijera correctamente. Es más, contaba con que no funcionara. Nunca había sido muy diestro en este campo, aunque tenía que admitir que esta sería la primera vez que eso sería una ventaja. Irónico, no?

Cerró sus ojos con fuerza, concentrándose en la imagen de su taicho parado frente a él. Movió su mano con dificultad hacia su pecho, respiró lo más hondo que pudo y sonrió…

 

- Hado nº 11 Tsuzurin Raiden.

 

- Nooooo!- alcanzo a gritar Byakuya.

Una corriente eléctrica recorrió el cuerpo del colorado antes de explotar la mitad de la habitación junto con él. Su cuerpo, su voz, su esencia… Renji se había ido.

 

 

La tierra dejó de moverse bajo sus pies y las nubes de polvo terminaban de disiparse con la suave brisa que se colaba a través de las partes derrumbadas alrededor de la edificación. Byakuya se puso de pie con dificultad mientras su mundo daba vueltas. Su corazón roto no le permitió sentir la sangre que se deslizaba por su brazo y pecho hasta formar un charco. Las amenazas que pesaban sobre ellos se fueron junto con su amado, así como sus ganas de vivir. Y aún así  una pizca de orgullo cruzo su dolor: el Hougyoku escucho y materializó tu deseo… Yo hubiera hecho lo mismo si me lo hubieras permitido: protegerte.

Notas finales:

No desesperes todavia, aun no termina todo...


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