Una veloz ráfaga rubia corría por los pasillos con mucha prisa. El Senkai ya casi se había cerrado por completo. No llegaría. Gran parte de los papeles que con tanto esmero había llenado durante toda la mañana se escapaban de sus manos debido al movimiento y eso no le importo. Después volvería por ellos, ahora lo importante era llegar a la puerta antes de que él se vaya durante quién sabe cuanto tiempo. Espérame Renji, no quisiera que te fueras sin poderte ver una última vez.
Había estado esperando el momento perfecto para decirle esto, pero ninguno parecía adecuado. Cada vez que lo veía trataba de armarse de valor para hablarle pero en el momento de la verdad siempre se echaba hacia atrás. Sí, era un cobarde y siempre lo fue en ese sentido. No entendía como podía enfrentarse a cientos de hollows sin titubear, pero el temor a perder su amistad lo paralizaba y aún así sabía que ese sentimiento le daba un propósito para continuar después de todas las cosas que habían sucedido. No quería dejar pasar esa oportunidad: la charla que tuvo con Hisagi esa noche le dio el empujón que le faltaba. Le diría que lo amaba aunque tuviera que gritarlo en frente de todo el Seiretei.
-Hey Izuru! Dónde vas con tanta pri…- Hisagi se tragó sus palabras al ver que su amigo ni siquiera volteaba a verlo. Lo invadió la tristeza una vez más. Estaba yendo a su encuentro. Cómo pudo haber sido tan estúpido de alentar a la persona que amaba a que se le declare a alguien más?! Cómo pudo haber sido tan estúpido de enamorarse de su mejor amigo? En realidad ya no recordaba de que manera es que lo vio la primera vez, si como amigo o como su enamorado. Pero si recordaba la primera vez que lo notó. Vestía el uniforme de la escuela, el color azul le quedaba muy bien. Era el mejor estudiante de su clase, sabía a la perfección todos los hados y sus habilidades en el campo de batalla demostraban gran inteligencia… pero lo que definitivamente lo cautivo fue esa sonrisa suya, tan sincera y contagiosa. Esa sonrisa que había ido perdiendo con el tiempo y que ahora solo la veía cuando hablaba de Renji.
Cada vez era más difícil ocultárselo pero la noche anterior fue particularmente dolorosa. Preguntarle si era lo mejor declarar sus sentimientos. Irónico no? Trató de dejarle las cosas claras sin herirlo: que tal vez no era correspondido, que siempre estaría allí para él, que cuando se quiere a alguien lo importante era que sea feliz aunque no sea con uno, pero Kira solo escucho lo que quería oír y nada más. Shuuhei sabía que Renji no correspondía a los sentimientos del teniente, inevitablemente no saldría ileso de una situación así. El destino tiene un sentido del humor bastante macabro.
El segundo de la 3ra División corría lo más rápido que le daban las piernas, desafortunadamente para cuando visualizó al colorado las puertas se cerraban detrás de él. Solo consiguió divisar algunos mechones de su cabello y su mirada melancólica. Perfecto, se había ido y seguramente para la próxima vez que se vieran, las posibles consecuencias de sus actos lo harían retractarse. Suspiró, seguía desperdiciando las oportunidades que se le presentaban. Pero, qué podía hacer más que esperar sentado su regreso…
Empezó a recoger los papeles que se le habían caído. Cuando terminó de acomodarlos otra vez, se dirigió al 6to Escuadrón. Ni siquiera podía distraerse con el trabajo, los reportes incompletos de Renji lo sobrepasaban y todavía algunos esperaban en su escritorio. Cualquier cosa por verlo mejor.
Byakuya se encontraba en la oficina de su teniente, éste había olvidado llevarle los papeles de la última semana. Kira entró a la habitación y para cuando notó al noble prácticamente se encontraba a su lado.
-Discúlpeme capitán Kuchiki, lamento irrumpir así.-dijo con una reverencia- Solo vine a dejar estos reportes que el teniente Abarai olvidó en mi oficina.- los depositó sobre la mesa. Trató de no mirarlo a la cara mientras hacía esto, era un terrible mentiroso y no quería causarle problemas a su amigo.
- Teniente Izuru Kira, verdad?- dijó antes de que éste terminara de deslizarse fuera del cuarto- así que es tu letra la que siempre leo en el papeleo de mi teniente…
Se quedó congelado. Su cara lo decía todo, sus labios se movían sin emitir sonido alguno. Trató de hablar pero qué mentira podía decirle?- yo… cómo…
-Bueno, no fue muy difícil que me diera cuenta. Esa letra prolija no puede ser suya, la escritura no es realmente su fuerte. Creo que debe ser la única persona aquí que no entiende la relación entre blandir una katana y la caligrafía…-miró con ternura las carpetas- puedes traerme las que faltan, yo las completaré.
El rubio no pudo negarse. A los pocos minutos apareció con las demás carpetas.
-Señor, espero que no reprenda al teniente Abarai. Solo pretendía hacerle un favor, ha estado un poco distraído estos últimos días…-sabía que no era una escusa valida pero era la verdad. Inclusive si había que ser sinceros más que distracción vio tristeza en él, esa tristeza que solo se consigue con un corazón roto. Estaba muy familiarizado con ella para no reconocerla.
El noble se sintió algo culpable, se había esforzado tanto en evitarlo que no pensó que tal vez podría llegar a necesitarlo. Qué estaba diciendo, Renji jamás acudiría a él si llegaba a necesitar de alguien. Para él no era ni siquiera un amigo, solo su capitán. Alguien a quien tiene que soportar en el trabajo. Estaba seguro que le atraía sino hubiera reaccionado en forma diferente días atrás en la habitación, pero eso no era sinónimo de cariño. Puede que hasta lo odiara… Se sentía abrumado, detestaba esa relación.
Kira percibió algo extraño en la actitud del capitán. Preguntarle si se encontraba bien no ayudaría en nada, personas como él nunca admitirían una debilidad. Por desgracia para ellos sus sentimientos lo son.
-Capitán Kuchiki, la mayoría de los informes estaban a medio terminar. Si usted quiere puedo ayudarlo a terminar más rápido…
-No es necesario, ya debes tener suficientes problemas haciendo el trabajo de capitán.
-Si ese fuera el menor de mis problemas…- se le escapó.
Evidentemente el teniente necesitaba hablar y Byakuya no hacía más que alejarlo. Si quería cambiar las cosas con Renji tenía que practicar con alguien primero.
-Te… encuentras bien?- vaya, eso le costó más de lo que hubiera creído. Hace cuanto tiempo no pronunciaba esas palabras?
-Eh…s…sí,-dijo sorprendido- solo son problemas personales que no creo que…
-Cuéntame- lo interrumpió y tomó asiento. Trató de que no sonara como una orden pero ya qué… su paciencia no era infinita.
-Bueno…-Se sentó. No sabía por donde empezar- hay una persona que…-miró al noble y le sorprendió que realmente estuviera escuchándolo. Suspiró.- hay una persona en mi cabeza que no me deja pensar con claridad. Estoy seguro de que es amor y cada vez que intento decirle como me siento, las palabras se anudan en mi boca. Si no fuera tan despistado se daría cuenta de todo con tan solo una mirada… pero puede que nunca me quiera de esa manera, él…- se detuvo. Se había dejado llevar otra vez. Siempre le pasaba lo mismo cuando hablaba de Renji.
Byakuya Kuchiki se quedó unos segundos en silencio.- Él…?- dijo. El rubio no entendía el por qué de su reacción.- un hombre…?- no podía creer que dijera algo así sin preocupación alguna.- no será que tienes miedo de decirlo porque piensas que condenarían tu forma de ser?- procuró decirlo con su rostro inmutable. Esta era la primera vez que hablaba con alguien de esto.
Kira sonrió ante el recuerdo de su amigo- Temo decirlo porque es alguien muy cercano y especial para mi. Siempre creí que si realmente se esta enamorado, no importa el género…
Esas fueron las últimas palabras que se dirigieron durante ese día. El capitán tenía mucho en que pensar. No estaba seguro de lo que sentía por Renji en ese momento.
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Karakura se abría majestuosamente ante sus ojos. Eso era lo que más le gustaba a Renji de ese lugar: las luces de la ciudad por la noche. Todo estaba en absoluta calma y la brisa primaveral arrastraba el perfume de las Sakuras florecientes. Casi lo hacía sentir a gusto. Inclusive la casa de los Kurosaki parecía un bonito lugar de noche.
Ichigo los recibió en la puerta de su casa, no parecía muy animado con la sorpresa o por lo menos hasta que apareció Rukia en escena. Hitsugaya no estaba de ánimos para socializar y de inmediato, junto a Matsumoto, se dirigieron a casa de Inoue. Era la única que accedería a recibir a los dos.
-Hace un poco de frío, no les parece?- dijo Rukia mientras se abrazaba.
Ichigo se quitó su chaqueta, la puso sobre los hombros y sin muchos rodeos la acercó hacia él.- Tienes razón, mejor subimos. Nos vemos mañana Renji.
-Cómo que “nos vemos mañana”?! Y a dónde se supone que me quedaré?
-Eh… no se, pero no aquí. Por qué no te quedas donde Urahara…-optó por seguir hablando ante la cara de “antes muerto”del colorado-… con Uryuu o Chad. Vive aquí a unas cuadras, estarás cerca por si llega a pasar algo. Toma,- le alcanzó un papel con algo escrito- esta es su dirección. Tú no te preocupes por nada que yo le llamo para avisarle. Nos vemos.- y antes de de que el teniente pudiera decir algo en contra, Ichigo y Rukia cruzaban la ventana de la habitación.
-Estúpido sustituto- dijo mientras buscaba la numeración correcta- se está ganando una buena patada en los bajos… aquí es.- Tocó timbre. La persona que abrió la puerta no era la que esperaba. Hubiera preferido a tu amigo que no habla idiota, pensó.
-Shinigami… que quieres aquí?- Ishida Uryuu le devolvía la mirada.
-Eh… hola Uryuu. Se suponía que Ichigo te llamaría, creo que no lo hizo…-TE MATARÉ ICHIGO- quería saber si podría quedarme unos días en tu casa, prometo no molestar…
-Primero que nada shinigami, no me gusta nada esa confianza que tienes conmigo…-lo miró de arriba a abajo- segundo, Kurosaki si me llamó y accedí a que te quedaras conmigo…
-Gracias Uryuu… eh, lo siento…Ishida…-entró a la casa y se sentó en el sillón.
-No quieres saber cuales fueron los términos que acordé con Kurosaki sobre tu estadía…?-se acomodó frenéticamente los lentes.
-Términos?- Renji tenía un mal presentimiento.
-Así es… si quieres quedarte, tendrás que hacer todo lo que yo te diga.