En la pantalla de televisión se podía ver la imagen de una muchacha sumamente hermosa, de largo cabello rubio platino, piel dorada y ojos celestes, vestida con un traje rojo, de corte sencillo y sexy. La chica, de nombre Minami Kaze(sur), era una cantante muy conocida por su voz, dulce y melodiosa, y por la belleza de sus canciones, tanto las tristes como las alegres.
Ahora estaba cantando la canción que le había dado un lugar en el mundo musical del país de Fuego: El de los ojos negros.
Cuando lo miro a los ojos, todo el cuerpo me palpita
Quisiera que me besara para probar su boquita
Me muero porque me quiera, por estar entre sus brazos
Y escuchar que un día me diga, Vida mía te quiero tanto
El de los ojos negros me tiene loca
Ayer mandó un florero lleno de rosas
Y una carta que dice cosas hermosas
El de los ojos negros me tiene loca
Yo quisiera ser la almohada que le acaricia su cara
Para decirle al oído, tengo un corazón que te ama
El de los ojitos negros, me trae bien enamorada
Es el que a mí más me gusta, porque no le falta nada
El de los ojos negros me tiene loca
Tiene todas las cosas que me provocan
Con su mirada, el corazón me alborota
El de los ojos negros me tiene loca.
El de los ojos negros me tiene loca
Tiene todas las cosas que me provocan
Con su mirada, el corazón me alborota
El de los ojos negros me tiene loca.
Esa canción fue un éxito fulgurante, porque una gran mayoría de los habitantes del país del Fuego tenían los ojos oscuros, con diversos tonos de negro. Y al ver la belleza y la voz de la cantante, todos cayeron a sus pies, al imaginarse a semejante belleza cantándoles a ellos, mientras que las muchachas, románticas por naturaleza, la vieron como su sueño ideal, lo que desearían llegar a ser. Por lo que, en apenas dos meses, Minami era la cantante más perseguida y adorada.
Era un misterio para todos sus fans, porque no se conocía dónde vivía, ni siquiera su familia ni edad, y era buscada por todos, pero nadie sabía de ella fuera de sus apariciones en la televisión o los conciertos. Ni siquiera su manager, Hakaisuru (destructor) era conocido en el mundillo, y tampoco se sabía nada sobre él, por lo que Minami era doblemente famosa, por su prodigiosa voz y por su impenetrable aura de secreto. En Konoha, la cantante Minami era considerada poco más que una diosa, y todos los adolescentes, incluso muchos adultos, escuchaban sus lindas canciones.
El único que no hacía mucho caso (aparentemente) a las canciones y la dulce voz de la idol, era Sasuke Uchiha, señor supremo de Nada-me-importa-y-déjame-en-paz. Su compañera de equipo, Sakura, intentaba que el moreno escuchara la nueva canción de su cantante favorita, sumada a un rubio revoltoso que adoraba ver los ojos de su mejor amigo y rival, llenos de fastidio por aguantarles.
-Venga, Sasuke, no seas soso, y escucha por lo menos su último sencillo: Masoquismo.-decía Sakura, guiñándole un ojo a su mejor amigo, Naruto.
El azabache, que amaba en secreto la voz dulce de la cantante, se quedó inmóvil y fingió fastidio, mientras la chica pelirosa le subía volumen a su mp3 y le ponía los cascos a su amigo.
Tú eras todo para mí
Yo no creía más que en ti
Te llegaste a convertir en mi religión
Tú eras todo y nada más
Eras mi voz, eras mi hogar
En medio de la soledad una bendición
Pero algo extraño sucedió
Mi cuento de hadas se acabó
Dijiste adiós y me rompiste el corazón
Cuanto te quiero Cuanto te odio
Cuanto te llevo en mis sentidos
Si no te olvido es por puro masoquismo
Cuanto te quiero Cuanto te odio
Cuanto te llevo en mis sentidos
Si no te olvido es por puro masoquismo
Tú eras todo para mí, desde el principio y hasta el fin
No había como definir todo este amor
Pero algo extraño sucedió
El cuento de hadas se acabó
Dijiste adiós y me rompiste el corazón
Cuanto te quiero Cuanto te odio
Cuanto te llevo en mis sentidos
Si no te olvido es puro masoquismo
Cuanto te quiero Cuanto te odio
Cuanto te llevo en mis sentidos
Si no te olvido es puro masoquismo
Cuanto te quiero Cuanto te odio
Cuanto te llevo en mis sentidos
Si no te olvido es puro masoquismo
La canción llegó al alma del azabache, era tan tristemente bonita, que se conmovió por dentro, prometiendo comprar el sencillo en una aldea algo alejada de Konoha, mientras Naruto y Sakura se chocaban las manos, pues ambos eran fervientes fans de Minami Kaze, la hermosa Diosa de Fuego, que era el apodo que le habían puesto a la muchacha, pues siempre llevaba algo de color rojo en su vestuario.
En ese momento llegó Kakashi, que venía hablando con Sai de su tema favorito, el Icha Icha y Minami Kaze, su mujer ideal. Porque él amaba a las mujeres, a todas, pero esta muchacha desconocida era la única que le había llamado la atención..., aparte de Iruka Umino, pero eso no contaba, porque el alegre moreno era su mejor amigo, y nunca se había atrevido a confesarle sus sentimientos de amor ToT.
-Ohayo, Kakashi-sensei, Ohayo, Sai.-Trinó el rubio Naruto, feliz de verlos llegar.-Sakura tiene el ultimo sencillo de la diosa de Fuego. ¿Queréis escucharlo?
Fue lo mismito que sacar una tableta de chocolate delante de una persona a dieta, el peliblanco y el chico habitualmente inexpresivo, se lanzaron sobre el mp3 de la muchacha, casi arrancádselo de las manos.
-Esto si que es sorprendente.-musitó la muchacha, al verlos pelearse por quién lo escucharía primero, mientras Naruto sonreía cálidamente y Sasuke suspiraba, con una enorme gota en la cabeza...Verdaderamente, la Diosa de fuego levantaba pasiones.
Considerando que estarían una media hora o más, discutiendo por quién lo escucharía primero, Naruto les dijo a sus mejores amigos que tenía que hacer un recado, recibiendo una sonrisa de la chica de ojos verdes y una mueca del muchacho pelinegro.
La Godaime se encontraba en su despacho leyendo un informe mientras bebía distraídamente una tacita de sake, cuando llegó su rubio favorito a la carrera.
-Ohayo, obachan.-trinó Naruto lleno de felicidad, haciendo sonreír a la rubia madura.
-Ohayo, Naruto.-contestó Tsunade.- ¿Qué te trae por aquí? Aún no tengo ninguna misión preparada para vosotros...
-Lo sé, lo sé, obachan.-dijo el rubio riendo un tanto tímido-Es que necesito que inventes una misión sólo para mí...
Los ojos dorados de la rubia se abrieron mucho. Antes de que el chico se explicara más, hizo un jutsu escudo alrededor de los dos y suspiró:
-Naruto, deberías de ser más cuidadoso.-dijo con voz maternalmente resignada.
-Eso es lo que yo le digo siempre, Tsunade.-dijo con una risa una voz desconocida, apareciendo de sabe dios dónde, un chico pelirrojo y de ojos violetas.
-Mooo, no seáis tan aguafiestas, obachan, Kyuu.-dijo el de ojos azules con un puchero.
La rubia y el pelirrojo miraron con severidad al chico revoltoso, que agachó la mirada con ojitos de cordero degollado, sacándoles una sonrisa y dejándoles incapaces de seguir regañándole.
-Tsunade, necesitamos ir al país de la niebla, los patrocinadores han concertado una aparición de la Diosa de Fuego en su emisora, y Naruto no debe ser echado de menos...-dijo Kyuubi, que era el misterioso Hakaisuru, manager de la famosa Minami Kaze.
-¿Cuándo debéis de partir, Hakaisuru, Minami?-preguntó la rubia madura, mirando con malicia a Naruto. El rubio sonrió, mientras el aire parecía moverse a su alrededor. En el lugar del rubio sonriente y atractivo, una hermosa muchacha rubia le sonreía a la Godaime.
-En cuanto nos des permiso, obachan.-dijo una voz dulce y melodiosa. La Godaime sonrió y les prometió llamarles por la tarde y dar misiones individuales a todos los miembros del equipo 7, para que nadie sospechara nada. La chica volvió a sonreír con cariño, mientras volvía a su apariencia normal, dejando ver el amado rostro de siempre, Naruto Uzumaki Namikaze, el único ser en el mundo que era dos personas a la vez, chico y chica, ying y yang, el secreto mejor guardado de la casi extinta familia Namikaze.
Kyuubi se despidió de la rubia mayor y de su protegido, mientras volvía a su propio mundo. Él era el encargado de continuar con la tradición de su importante familia, Los No Youko, guardianes del pacto entre bijous y humanos. Kyuubi No Youko era el cabeza de familia de los No Youko, y guardián de Naruto desde su nacimiento.
Los incultos habitantes de Konoha pensaban que él había intentado destruir Konoha, y había causado la muerte del último Namikaze, Minato. Cuando la verdad era aún más increíble y dolorosa. El nueve colas había aparecido para salvar la vida del único Namikaze que quedaba, cuando su padre y su madre, ambos asesinados por un ser ambicioso y malvado, de nombre Orochimaru, había intentado secuestrar a Naruto para experimentar con él, pues sólo cada varios cientos de años nacía un ser perfecto, con la capacidad de ser hombre y mujer en un solo cuerpo.
Kushina había sido asesinada despues de dar a luz y Minato apenas unos minutos despues, siendo el que había encerrado a Kyuubi en el cuerpo de Naruto, el cruel y cínico Orochimaru, fingiendo ser su propia victima y condenando a Naruto a una vida fría y sin cariño. El Tercero lo había presenciado todo, por lo que pudo salvar de un destino peor que la muerte al pequeño niño, regalándole algo de tiempo para poder madurar y defenderse del sibilino ser.
Orochimaru había intentando muchísimas veces hacerse con el último Namikaze, asesinando al Tercero para ello...incluso reclutando a Sasuke para hacer que el ser que deseaba para sí, se entregara. Pero Kyuubi había logrado liberarse del malvado jutsu que lo contenía dentro del ser por el que había nacido, y le había contado toda la verdad al rubio, haciendo despertar a otra parte de sí, logrando que por fin Naruto se sintiera completo, pues de siempre había sentido que le faltaba algo muy importante...el jutsu que aprisionaba a Kyuubi también amarraba su ser femenino. Su parte masculina se llamaba Naruto, nombre elegido por sus padres, y muy amado por el rubio kitsune, por ser el nombre del protagonista del primer libro de Jiraiya, padrino de Naruto.
Su parte femenina, Minami Kaze, nombre elegido por sí mismo, en memoria del hombre que había dado la vida por protegerlo, Minato Namikaze, ya que la memoria de la madre que nunca había llegado a conocer, lo proclamaba con orgullo en su apellido, porque su madre se llamaba Kushina Uzumaki.
Al principio había sido muy duro para Naruto, porque con apenas quince años, había tenido que pasar por una doble adolescencia, con hormonas masculinas y femeninas, menstruación, cambios de voz y cuerpo...en fin, que había sido un infierno. Encima, el último Namikaze, que estaba incompleto, había recobrado eso que no sabía que le faltaba, y descubrió que su personalidad original no era ni ruidosa, bobita ni hiperactiva, sino que era más bien inteligente, con alma de artista, risueña y llena de dulzura...
Su inteligencia y ansia de saber, comenzó a desarrollarse, haciéndole leer todo lo que cayera en sus manos, y descubriendo un nuevo mundo, fabuloso y desconocido. Lo tenía que hacer a escondidas, pero era llevable...el problema fue que Sasuke regresó a Konoha despues de matar a Orochimaru, librando al rubio de un gran enemigo. Naruto fue el ser más feliz del mundo, por ver de regreso a su mejor amigo. Arrinconó a la Godaime hasta que le perdonó y todo volvió a ser como antes...o eso se creía, porque su cuerpo comenzó a reaccionar a la cercanía de su mejor amigo, y eso fue el catalizador de que su alma de artista naciera, porque el rubio comprendió que él amaba a su mejor amigo. ...
El primer sorprendido fue él, continuado con Kyuubi, que no sabía si reír o llorar, porque no le gustaba ni un pelo el Uchiha. Pero no tuvo más remedio que aceptarlo, porque su protegido comenzó a escribir y escribir, canciones, poesías...de todo, haciendo que el muchacho se estresase y necesitase un camino para dejar salir todo lo que sentía en su interior.
Los problemas crecían para nuestro pobre Naruto, aún siendo apoyado por su protector, Kyuubi No Youko. Por eso habían dado un susto de muerte a Tsunade, al contarles su secreto y tener su colaboración, porque la inteligencia y el arte de Naruto, encerrados desde hace años, lo estaban volviendo loco de atar.
Cuando la rubia se enteró del sorprendente don de su niño adorado, sus ojitos brillaron como estrellas y casi asfixia a la hermosa niña que también era su rubio del alma.
-No me dejas respirar, obachan.-lloriqueaba la dulce voz de la parte femenina de Naruto, haciendo que la mujer mayor, se emocionara y la apretara aún más. Kyuubi había salvado a su protegido, mirando maléficamente a la rubia mayor, que le ignoró olímpicamente, mientras se quedaba pensativa, mirándolos a ambos...
-¿Y qué os parecería trabajar en el mundo del espectáculo?
Ahí fue donde comenzó todo, pues Naruto podía dejar salir todo lo que sentía en su alma en forma de canción...Todo su amor por Sasuke Uchiha. Continuará...