Sin darse cuenta, las horas se les estaban escapando de las manos en forma de minutos de espontaneidad y trivialidades, habían desplazado de su memoria a momentos la “urgencia” de aquella conversación que hacía de pasivo en su contabilidad de pareja, de vez en cuando lanzando marcadas llamadas de atención para reanudar el tema principal y el motivo de su reunión en casa de Tezuka. Pese a todo, no parecían haber intenciones tan imperantes de echar por la borda ese pequeño rato de ocio que estaban compartiendo. Aun así, las prioridades eran prioridades.
-..y ese mismo día, Eiji decidió dejar de comer dulces durante una semana, para que no se le siguieran picando las muelas ¡estaba cansado de los regaños de Oishi!- rió Fuji, relatando las travesías de sus compañeros de dobles debido a la débil estructura ósea que eran los dientes de su amigo Eiji y su muy infortunada pasión por los azúcares.
-Ciertamente, recuerdo que una vez Oishi me pidió permiso en los entrenamientos para poder acompañar a Kikumaru al odontólogo- corroboró pensativo, casi mecánicamente, colocando la mano en su barbilla, dándose masajes. Un claro gesto de estar pensando en otra cosa o simplemente estar desinteresado en el tema, aunque a ciencia cierta, ambos eran producto de lo mismo y estaban relacionados.
-¿En qué tanto piensas Tezuka? Dudo que en la acribillada salud dental de Eiji- preguntó, sin recalcar en el tono ninguna clase de reprimenda por su aparente pérdida de saliva en las últimas dos horas, sabia la respuesta y aunque no le desagradara, tampoco le apetecía.
-Sabes en qué pienso, lamentándolo mucho no creo poder extender éste desinterés por mucho más tiempo, y me tendrás que disculpar por eso- respondió suspirando, cómo si cada palabra representara un sobreesfuerzo; de repente la irresponsabilidad nata del ser humano y la tendencia a la evasión de los conflictos pareció cobrar fuerza de nuevo, tentando a Syuusuke a dar por piernas. –La verdad no quisiera ser tan severo y tajante, y mucho menos al ver tu desagrada y esquiva actitud ante el tema, pero no me gusta dejar hilos al aire que más tarde puedan enredarnos…además, aspiro tener una conversación tranquila contigo, sin pensar en lo ofuscante de tener asuntos pendientes- soltó, mirándole fijamente, serio y calmado, con la seguridad de quien sabe que dice las cosas “por tu bien” y que en el peor y más riguroso de los casos tiende a convertirse en un jacto “te lo dije”. Sin embargo, en sus intenciones se veía el afán de mejorar la situación, que muy a su propio pesar, sabía que también le estaba incomodando, importunado a su reciente e infranqueable seguridad reflexiva.
-¿Sabes? Últimamente pareces más mi padre que mi amante, pero creo que está bien, me he portado mal en estos días- sonrió pícaramente, sin que con ello restara importancia a sus palabras. Bien hecho Syuusuke, ahora eres el aguafiestas se reprochó, no obstante una latencia de querer zanjar todo le incitó a seguir –Creo que sí, y tengo que disciplinarte- claramente pudo haber introducido un doble sentido a aquella última frase, e inclusive podría existir, pero la seriedad con que lo dijo le quitó todas las morbosas ideas que se le empezaban a formar Serio Syuusuke, ensériate…ya después te revuelcas en la cama con él, primero pasemos a buenos términos se recordó, o mejor dicho se auto-impuso ese pensamiento, vaya que podía ser inmaduro cuando quería.
-Bien, ya entendí que no podemos seguir hablando tonterías ¿no?- suspiró.
-No estábamos hablando sandeces, simplemente eran temas que no iban al caso- contestó Tezuka. –Supongo que sí- sonrió -¿Y bien, quien empieza?- mostró sus calmados zafiros, demostrándole que ya era momento de tomar riendas en el asunto. Ante la pregunta infantil de “¿Quién empieza?” sintió el impulso de sermonearle y aclararle que aquello no es un juego y mucho menos había que pedir turno o permiso para comenzar lo que de seguro, él pensaba que era una extraña partida en alguna consola o juego de mesa. Frunció el ceño y decidió no decir nada –No es un juego, no hay que pedir turno- bien, algo dijo, pero no tanto como pensaba. Fuji sonrió. –Me esperaba una respuesta así, sólo quería fastidiarte un poco cuando aún los ánimos no están tan negros- eso sí le molestó, y Syuusuke lo sabía de hecho lo había dicho con toda intención; lamentablemente Kunimitsu no es de los que dicen exactamente lo que piensan, ya que según él no es necesario….sólo había una manera de sacarle la verdad de la boca y sin mucho reparo: traspasar las fronteras de su glacial paciencia y bailarles encima una danza burlona, y conllevarlo a explotar. Sólo así se tomaba la molestia y los trabajos de decir yo y a mí…conjugaciones pronombrales en primera persona que parecían no existir en su vocablo cotidiano, siempre colocando el nosotros ante cualquier cosa. Mendiga costumbre que tenia, definitivamente formaba parte de su personalidad, pero Fuji no soportaba tan escaso amor propio, cómo sea le quitaría la mala costumbre aunque sea un poco.
-¿Te estás tomando esto enserio?- abordó Tezuka, sacándolo de sus pensamientos –Si Tezuka, y ya deja la costumbre de preguntarlo ¿crees que nunca me tomo nada enserio?- cortó.
Definitivamente, ese día Syuusuke estaba muy decidido a hacerle molestar y echar por el retrete, la predisposición de llevar todo con la bandera blanca en alto, cómo siempre solía hacer con todos. Una punzada ante su último pensamiento le hizo estremecer internamente Fuji no es cualquiera….es mi…¿será por eso qué..? una idea que podía ser la respuesta a todos sus problemas se empezaba a formar, pero lejos de tener silueta, le confundía más aún; sabía que tenía el punto clave de toda la Odisea vivida en esos días justo en la punta de la lengua pero temía soltarla incompleta y perjudicarse.
-Tienes razón, lo estás tomando seriamente…el que aun no logra procesarlo todo soy yo- susurró Tezuka, pensativo, inclusive extrañado ¿Qué acaso nunca había asumido la culpa de nada? ¿o la idea de no poder hacer algo de lo que se cree capaz? Claro que no se respondió el tensai, Nunca ha hecho nada malo, por eso nunca ha tenido que asumir responsabilidades propias, siempre es por otros sonrió algo molesto…
-No es tu culpa Tezuka, no lo es….nunca- sus labios se curvaron en una mueca que le supo agridulce, el otro pudo notarlo.
-Dime Fuji, dime qué quieres decir con esa sonrisa- con el peso de sus ojos en los aparentemente inexistentes cubiertos por los párpados del castaño, quiso entender el significado de sus propios pensamientos. –Nada importante- cortó hábilmente, pero no contaba con el agarre del mayor que lo acercó a su rostro -¿Cómo no puede ser importante algo que mi novio diga?- le dedicó una lastimera mirada a los sorprendidos y abiertos orbes del titular genio -…novio- susurró atónito. Kunimitsu parpadeó repetidamente -¿Qué?- inquirió ante el profundo mirar del otro –Es la primera vez que me llamas así- dijo casi como prosa, incrédulo de lo que sus oídos escucharon.
Sin saber por qué, el buchou sonrió Creo que empiezo a entender de qué va todo
-Creo que sí, nunca te he dicho eso…supongo que es necesario para acabar bien todo este dilema- carraspeó un poco, empezando a sentir la vergüenza que le produjo aquella simple pero significante palabra. Syuusuke apenas empezaba a procesar lo que implicaba eso…tomar todo más enserio….adiós jugarretas, no las necesito más sonrió ampliamente, dispuesto a sacarle más de una “palabra” sentimental y claro, poner las cartas en juego y revolverlas a conveniencia de ambos.
Éste será el comienzo de un gran noviazgo citó mentalmente.