Cuando llegó de nuevo al salón donde estaba Tezuka, ya la hora de almuerzo había acabado, el sol amenazaba con esconderse tras otra nube de lluvia y la brisa era fría, tolerable pero fría. Tocó la puerta, la perilla se abrió desde adentro mostrando a Kunimitsu abriéndola. Se le notaba cansado, Fuji también estaba cansado, pero por otras razones. El castaño mayor dio unos pasos atrás dejando al otro ingresar en la habitación y sentarse; pudo fijarse que ambas cajas de bentos estaban cerradas y apiladas y que ya no había papeles en la mesa. –Disculpa la tardanza- se excusó –y disculpa que no haya podido traerte otro bento, los que quedaban también eran de wasabi sushi- exhaló. Tezuka se sentó en el escritorio, ahora vacio, al lado de Syuusuke. –Te ves cansado ¿te traigo agua?- preguntó con voz cansina aunque igual de potente. –No, tú estas más cansado que yo, yo debería traértela- contradijo, se sentía responsable del estado de Tezuka. –No estoy cansado- respondió firme, haciendo un esfuerzo por mantener la voz. –No mientas Kunimitsu, nunca se te ha dado bien esa tarea- resopló. Tezuka sonrió. Se formó un silencio profundo en la habitación, las canchas de tennis estaban vacías; la última clase de la tarde ya había empezado, dejando el campus solitario.
-Las clases ya empezaron ¿Por qué aun estas aquí?- preguntó quedo Fuji, no quería arruinar la momentánea paz. –Pedí permiso al profesor para poder terminar esto, encargué a Ooishi de conseguirnos los apuntes- respondió de igual forma. Syuusuke notó el plural en la oración…lo había incluido. Sonrió incómodo.
-¿Qué le dijiste al profesor de mi falta?- preguntó pensativo.
-Que me estabas ayudando- respondió mirando hacia la ventana.
-¿Por qué lo hiciste?- interrogó con algo de molestia, Tezuka se sorprendió, volteó a verlo –No quiero sonar desagradecido, pero me molesta que me hayas cubierto a tus expensas, yo no te ayudé, por mi culpa no almorzaste y encima te acarreas la responsabilidad de mi ausencia- dijo frustrado, con los puños cerrados.
Tezuka lo miró pasible –Todos cometemos errores, ya podrás enmendarlo no te preocupes por eso- le dijo tranquilizadoramente, casi abstraído. Syuusuke abrió los ojos mostrando una mirada afligida –Tu también estas cometiendo un error…y nadie lo podrá enmendar por ti- le dijo lastimeramente; Kunimitsu frunció las cejas -¿Qué quieres decir?- preguntó inmutable.
-Estas cometiendo el error de siempre colocar delante tus responsabilidades y a los demás antes de ti mismo, estas errando al autoimponerte las cargas a los hombros cuentes o no con ayuda, estas equivocado al creer que al ser autosuficiente no preocupas a los demás ¡al contrario! Haces que nos preocupemos más….ver cómo te sacrificas por nosotros, sin poder hacer nada para detenerte, sin permitirnos ayudarte…- su tono fue decreciendo del grito al susurro, al igual que su mirada fue bajando -…eres humano, no importa que tan fuerte seas, en algún momento flaquearás y lo sabes, pero evitas convencerte a ti mismo de eso y buscas la manera de seguir adelante sin importar que, siempre y cuando los demás salgan bien no te importa que tú te desgastes…- susurró, mostrándole con sus palabras una lastimosa sonrisa. Tezuka estaba impresionado, confundido….molesto, no sabía cómo reaccionar ante eso. Fuji se levantó de su asiento y se dirigió frente a él, levantó un brazo al aire, Tezuka previó un posible ataque, pero se sorprendió abruptamente al ser rodeado por aquel brazo a modo de medio abrazo
-Piensas que es debilidad depender de los demás y que se preocupen por ti, pero no es cierto, es una virtud…significa que le importas a las personas y eso es algo que no se puede reemplazar con esfuerzos y deberes- completó el abrazo, aferrándose fuertemente a él. –No quiero verte así, preocupado, irritable. El estrés te está consumiendo, no me niegues que has bajado de peso, que no duermes bien y no te alimentas completo. No quiero seguir viéndote obsesionado con hacer todo bien, completamente sólo- Tezuka relajó totalmente el rostro, correspondiendo el abrazo, acariciando los suaves cabellos castaños más oscuros que los suyos, aspirando su aroma.
-No es muy de ti ser tan sentimental- susurró divertido y tranquilo, besando levemente su oreja.
-Y no es muy de ti ser tan extremista- respondió de igual forma, acariciando la espalda del otro. Sonrió resignado –Tienes razón- respondió –Pero esto es algo que sólo permito que tu lo veas- separó lentamente el abrazo para mirarlo directo al rostro, con el corazón en los ojos. –Lo mismo digo- susurró sonriente Fuji.
Con una significante mirada, ansiosa y profunda, dirigieron sus rostros frente al otro, uniendo su silueta en un beso lento, suave, expresivo….como aquellos que hacia tanto tiempo no se dedicaban.
Separándose lentamente, disfrutando el volver a unirse. Cuando se alejaron ambos labios, el tensai le dijo firmemente –Vamos a comer juntos, como prometimos- apareció de nuevo la expresión que parecía fija en su rostro, aunque Kunimitsu podía ver a través de ella una sincera sonrisa. –Vamos- corroboró, dirigiéndose a la puerta de salida.
Tezuka salió primero, Syuusuke se quedó atrás para cerrar el salón con la llave que le pidió a su buchou, ya se la devolvería. Al dar la última vuelta a la cerradura para cerrarla completamente; sonrió sínicamente –Ya se cual es el lugar perfecto para comer, Tezuka- rió por lo bajo.
Guardó las llaves en el bolsillo, caminado lentamente hacia su capitán amante, pensando en mil y un formas de hacer aquel almuerzo….más interesante.