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Besos sabor a mostaza por Neko uke chan

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Notas del capitulo:

Hi hi! ¿como están? XD aprovechando que las vacaciones me lo permiten, actualizo con regularidad así que agradézcanlo con reviews! *mirada que pretende ser amenazante* otra cosita que quiero anunciar...en dos días (sábado 14) cumple años Musaga... así que mínimo pásense por los fics que va a bajar XD por ende, este cap va dedicado a ella! *aplausos*

Espero les agrade la intromision de la Ah-un jujuju para mi, es una de las partes mas graciosas...pobre Tezuka! 

Enjoy ^^ 

El sol amenazaba con todo su apogeo atravesar furtivamente la tela de las cortinas de la habitación de Syuusuke, incidiendo en los rostros de ambos ocupantes, arrugando la cara ante la molesta luz. Sin previo aviso el codo derecho del dueño del cuarto se estampó contra la nariz de su acompañante, respondiendo este abruptamente con un quejido.

Talló sus ojos rápidamente para poder ver qué era lo que había golpeado, encontrando así un soñoliento y adolorido Tezuka  -Buenos días Tezuka- bostezó. Eran buenos pensó, sobando la zona rojiza por el golpe –Buenos días Fuji- contestó secamente.

-Disculpa el golpe, iba a girar el cuerpo y no recordé que te tenia al lado- se disculpó con la palma de la mano, a media reverencia, aun recostado. –No te preocupes- suspiró, masajeando su sien. Fuji se sentó recostado de la cabecera de la cama, mostrando así su desnudez, Kunimitsu arqueó una ceja. El tensai rió ante el gesto –Sabes, aun me duele- dijo con cinismo divertido. Tezuka rodó los ojos –Ni que hubiese sido la primera vez- sonrió ante su propio comentario. Syuusuke se agazapó y dirigió hacia él divertido, casi de manera gatuna –no…-pasó sus dedos por los pectorales descubiertos del tenista –pero estuviste muy intenso, como si fuese la primera- detuvo su dedo sobre su labio inferior.

Kunimitsu lo atrajo más hacia él, abrazándolo –Parece que esos son los efectos de la mostaza- susurró a su oído, haciéndole cosquillas con su aliento. –Si…- bufó fingiendo molestia. El buchou miraba inquietamente la habitación, como atento a algo -¿Qué tanto estás viendo?- preguntó curioso –Me parece extraño que no esté nadie de tu familia en casa- contestó mirándolo.

-Ah, eso- sonrió despreocupado –teníamos que viajar al interior este fin de semana pero les dije que no podía ir- contestó, Kunimitsu lo miró expectante. Fuji abrió sensualmente sus ojos, reluciéndolos -…tenía algo muy importante que hacer- rió significativamente.

-Lo tenias todo planeado- mirándolo inquisitoriamente –No en realidad, todas fueron convenientes coincidencias- ladeó el rostro en una tierna curvatura de labios. El castaño sonrió de lado, sabiendo perfectamente que cuando de Syuusuke se trataba, nada era por casualidad o coincidencia. –Si tú dices…- se encogió de hombros.

Sintió un gruñido de su estómago y volteó, buscando sobre la mesa de noche su celular. Fuji lo vio inquieto y desperezándose le preguntó -¿Qué buscas?- parándose de la cama, dirigiéndose al closet en busca de ropa. –Algo que me diga la hora, mi celular, o un reloj- contesto sin dejar de revolver cuidadosamente las gavetas –Son las 12 pasadas- dijo Syuusuke de espaldas a él vistiéndose, Tezuka volteó en su dirección y observó un pequeño reloj despertador dentro de una repisa del armario que marcaba las 12:20 pm.

-¿Tan tarde es ya?- dijo mas para sí que para el otro, Syuusuke rió –Te dije, estuviste muy intenso- Tezuka se levantó de la cama, buscando su ropa sin lugar fijo….no tenía idea de a donde la había tirado. -¿Sabes donde esta mi…?- sintió como la prenda volaba y le caía encima, una venita se alzó en su frente –Gracias- se vistió con la misma ropa interior aunque Syuusuke le había prestado una camisa. –Date prisa Tezuka- apresuró, saliendo de la habitación

-¿Prisa a donde?- preguntó arreglándose la manga izquierda de la remera grisácea –A comer- respondió bajando las escaleras –Pero antes voy a pasar por mi casa a cambiarme la ropa- avisó, bajando unos peldaños atrás de él. –Bien, así me dará tiempo de ordenar mi habitación- contestó el celestial castaño desde la cocina, Kunimitsu se encaminó hasta el marco de la puerta, recostándose de él –Disculpa las molestias- habló. Syuusuke se levantó de su acuclillado lugar en las lacenas bajas y se dirigió hacia él, abrazándolo –Es lo mínimo que podría hacer, ya que yo también he desordenado tu alcoba- relamió sus labios, divertido. El buchou carraspeó, recordando las tantas eróticas escenas.

Sin previo aviso, el castaño ojos cielo se soltó del agarre con ambos brazos y regresó a la cocina     –Date prisa a buscar tu ropa- lo animó, haciendo señas con las manos. El aludido dio paso atrás      -Me voy- salió por la puerta, cerrando con cuidado.

Caminó tranquilamente por las escasas calles hasta su casa, sintiendo de vez en cuando incomodidad en cierta parte de su anatomía Me pasé esta vez suspiró para sí, sonriendo de medio lado Syuusuke tiene razón…en algunas cosas rió .

-Vaya, es bastante extraño verte reír, buchou- escuchó una aguda y sarcástica voz conocida, justo al lado suyo, no necesitó voltear para saber quién era –Buenas tardes Echizen- contestó, recobrando la compostura, un poco abochornado por la situación anterior. Ryouma se dio cuenta de la disimulada incomodidad del otro, decidió cambiar el tema –Buenas- resopló….intentando cambiar el tema de una manera poco practica.

Tezuka siguió caminando, sin saber realmente si hablarle o no. El pequeño tenista le ahorró la tarea de decidir –Es raro verte a estas horas en otro sitio que no sean las canchas, buchou- comentó caminando con los brazos en ambos bolsillos de su bermuda marrón, combinada con su camiseta manga corta azulada con detalles en rojo y negro  -Lo mismo digo Echizen, es raro que no estés entrenando- corroboró algo a la defensiva.

Buen punto dijo para si Ryouma, suspirando –Es cierto, hace poco estaba entrenando en las canchas cerca de los rieles del tren pero Momo-senpai me llamó para…-pensó rápidamente la palabra –almorzar hamburguesas con él- Kunimitsu atrajo su interés en el ínfimo titubeo del menor, haciéndosele muy extraño. Sabiéndose observado el pequeño Echizen bajó su gorra, cubriendo su frente. Tezuka dirigió la mirada al frente, encontrándose con su casa a solo una cuadra de distancia.

-Nos despedimos aquí Echizen- hizo un gesto con la mano y se adentró en su hogar, dejándolo parado en una esquina. Tras dar convencibles excusas, sujetadas por la llamada que había hecho Fuji a sus abuelos la noche anterior, el más joven de los Tezukas explicó su ausencia toda la tarde y noche y pidió permiso para salir esa tarde, permiso que fue concedido por su ya conocida responsabilidad.

Al salir de su casa, unos 15 minutos después, para su sorpresa se encontró a Echizen Ryouma recostado del poste de luz que hacia cruce en la calle que subía por su vecindario. Sin acercarse lo suficiente como para que Ryouma lo notara, observó un momento al chico Parece que espera a alguien….ese no es el punto importante, lo que me pregunto es ¿por qué justo delante de mi casa? y no es que le incomodara, o le incumbiera, simplemente se le hacía muy extraño ver a su titular más pequeño en esas partes de Tokio que él no frecuentaba, además no habían grandes comercios cerca de la zona por lo que la idea de compras o diversión no era muy cotizada. 

El chiquillo impacientado dejó de mover fastidiosamente su pie, reincorporándose. Tezuka fijó su vista en la calle que daba bajada por su casa, viendo un cuerpo masculino subiendo a trote la colina, haciendo gestos con el brazo…parecían indicar su reloj en la mano izquierda y una media reverencia, similar a las que le dedicaba Syuusuke cuando realmente era algo tonta la razón. El chico mayor llegó sin aliento y sudoroso hasta donde estaba el otro, resguardado bajo la sombra de un árbol cercano.

-Lamento llegar tarde Echizen- dijo una vez recobrado el aliento. –Siempre llegas tarde, no sé que tanto te lamentas- respondió restándole importancia, cruzándose de brazos tras la nuca -¡Oye infame! No puedes decir eso cuando tú también te retrasas con frecuencia- le reclamó sin que el otro le prestara mayor atención, encaminándose por la misma vía en la que había venido Kunimitsu.

Los titulares de 1ero y 2do caminaban animosamente, hablando cualquier tontería inaudible para su buchou por la distancia. Al ver sus siluetas desaparecer, se encaminó en la misma dirección de ellos, aun intrigado por sus poco usuales presencias en esos lares. Caminó unos minutos lentamente, con ambas manos en los bolsillos de su mono verdoso; vio como ambos chicos adoptaban un ritmo de caminata más lento también. Se extrañó. Le puso más trote al paso, sin que fuese muy notorio, los chicos parecieron exaltarse un poco, aumentando también la velocidad, Tezuka arqueó una ceja. Momo se encorvó a nivel del oído de Ryouma y susurró algo, ante el gesto Kunimitsu arqueó la otra ceja.

-Oye Echizen…nos están siguiendo- dijo en voz baja a su oído, posando indiscretamente su mano en su boca haciendo forma de embudo, dando a entender que ni a esa ínfima distancia el chico podría escucharlo –Sé más discreto ¿quieres? Además, no soy sordo- bufó en voz baja, mirándolo por el rabillo del ojo. –¡Puede ser un ladrón!- susurró Takeshi casi exaltado, irguiéndose. -¿Ladrón? No creo, esta zona es sola y tranquila, parece segura- susurró sin bajar la guardia, viendo velozmente a ambos lados, notando que no había nadie por los alrededores. –Por eso mismo es sitio peligroso, porque es solitario y aparentemente seguro…sólo unos idiotas andarían por aquí solos ¡no hay estación de policía cerca!- comentó de igual manera, mareándose con el rápido cambio del campo de visión de sus enloquecidas pupilas azabache.

Ryouma tragó seco. -¿Pero qué razón tendrían para robarnos? No tenemos nada valioso- bajó la cabeza, sintiendo como empezaba a creerse todo el cuento del ladrón –Los ladrones no necesitan razón….No sé, tal vez tu gorra, es muy llamativa- espetó sin elevar la voz -¿Mi gorra? ¡no! ¿qué me dices de tus muñequeras? Son muy caras- cortó, chasqueando la lengua. -¿Mis muñequeras por qué?- se quejó agitando los hombros -¿Y por que mi gorra?- inquirió dándose vuelta y arrugando la frente. Se detuvieron en seco al escuchar un sonido ahogado de la persona que les estaba siguiendo…algo como una risa.

Tezuka frenó su paso, con una mano en su boca disimulando la gracia –aun presente por su inusual buen humor vespertino- que le causaban esos dos con sus gestos. Se detuvo y se les quedó viendo, observando extrañado como comenzaban a sudar frio ¿En que estarán pensando esos dos? Se preguntó.

-Echizen- llamó en silencio, totalmente inmóvil, tratando de ver sobre su hombro sin atreverse  del todo –Momo-senpai- contestó igualmente, reluciendo el verde de sus pupilas al tenerlas bien dilatadas -…se detuvo- susurró casi inaudible, con un tic en el ojo, Echizen asintió quedamente. Escucharon como se reanudaban los pasos y un escalofrió recorrió sus cuerpos. -…se está moviendo- chilló el menor, tragando la escasa saliva que le quedaba -…viene hacia acá ¿corremos? ¿lo golpeamos?- apresuró Momo, empezando a temblar -¿Y si está armado?- temió el prodigioso tenista, dedicándole una pesimista mirada.

-Oigan…- escucharon una voz muy cerca de sus espaldas. Gritaron desesperados y salieron corriendo -¡Chicos!- llamó Tezuka, viendo como se dirigían a todo dar hacia la casa de Syuusuke, que se encontraba saliendo por el portón en ese momento -¡Cuidado!- gritó sin que lo escucharan a la vez que ambos muchachos gritaban un monstruoso “¡Permiso!”, dejándose escuchar un estruendoso choque de tres cuerpos, y unos quejidos de Fuji. Salió corriendo para acortar la distancia y verificar que estaban bien.

El primero en levantarse del suelo fue Momo, sobándose la cabeza, volteando a ver rápidamente la causa de su accidente, reconociendo para su alivio a su superior -¡Fuji-senpai, cuidado, nos persigue un ladrón!- se reincorporó de un salto, preocupando a Ryouma quien se levantó junto con Syuusuke, ambos alterados. -¿Ladrón?- preguntó defensivo, dirigiendo sus peligrosamente afilados ojos zafiro en dirección a la avenida, preparando sus puños para atacar. De igual manera los otros dos optaron posiciones de auto defensa y ataque, esperando a que la silueta se hiciera visible por sobre el montículo desigual que era esa parte de la subida.

Cruzaron miradas y con un asentimiento de Fuji, se prepararon a atacar -¡Ahora!- anunció el mayor, abalanzándose los tres a puño abierto sobre el cuerpo de Tezuka.

Notas finales:

¿Pensaban que a Tezuka no le podía ir peor? ¡No han visto nada!  en fin, espero les haya gustado el capítulo, a partir de ahora, la Strongest comparte protagonismo con los revoltosos >_< comentarios, sugerencias, declaraciones de amor -a los personajes, aclaro, como mánager se las haré llegar-  lo que sea...pásenlo por el cuadrito XD cuídense!

Gracias por leer *o*


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