Capitulo 1. Vida cotidiana.
Despertó en la mañana, sintió como Sasuke salía del lugar.
Sonrió con algo semejante más a la desolación
- Que voy a hacer contigo- pensó mientras a su vez se ponía de pie. Miró por la ventana, no esperaba verlo alejarse, eso sería como una mujer viendo partir a su amante, no, el no haría eso miró el cielo. Era una bonita mañana de otoño, no tenía mucho tiempo que había vuelto, quizá unos seis meses.
Su vista se dirigió hacia las calles de Konoha, reconstruir una aldea no era una labor fácil aun teniendo el entusiasmo de la gente y la buena voluntad de las otras aldeas. Y aun con el cambio de consejo todo parecía marchar bien. Sacudió la cabeza no era algo que debiera estar recordando, se desperezó y se dirigió a la ducha
Se vistió con calma, el cielo apenas se clarificaba tendría tiempo de llegar a la oficina y desayunar. Miró la túnica y se rió, aun no se acostumbraba a usarla.
-Hokage-sama- saludo una voz cuando llegó a la oficina de la recién reconstruida torre del hokage, tampoco a eso se acostumbraba, ser saludado con respeto por cientos de personas en la mañana. Antes las únicas ocasiones en las que fue tratado con deferencia era cuando dirigía un escuadrón anbu y eso que solo era 4 integrantes en su equipo.
Si uno pudiera dedicarse solo a los problemas que le interesan las cosas serían diferentes, se decía, pero la vida no funciona así; de esa forma Kakashi pasó todo el día trabajando en la administración de la aldea. Porque a final de cuenta la cotidianeidad es algo que apenas volvía a asentarse en la aldea, aunque quizá era una situación precaria, por el bien de la aldea y de la gente lo mejor era el darle animo a la gente.
Tsunade había muerto por desgracia, Naruto era un buen candidato a sucederle pero en esos momentos no se encontraba en la aldea, y después del acuerdo de los demás kages Kakashi fue confirmado en el puesto de Hokage aunque se decía a si mismo que en cuanto regresara Naruto le daría el puesto. La verdad si era sincero consigo mismo no pensaba ser merecedor del cargo. No después de haber vendido la estabilidad de la aldea por un niño.
Así pasó el día en un ir y venir de expedientes, podía sentir el chackra tras la máscara de anbu ubicado en las cercanías de la oficina, era un acuerdo ambos se cuidaban mutuamente. O quizá la palabra era vigilarse, ninguno de los dos estaba interesado en hacer saber a los demás que estaban juntos más allá de un subordinado y superior, pero Sasuke pertenecía al escuadrón anbu encargado de la seguridad del Hokage por un trato que a ambos les convenía.
Terminaba el día y entre expedientes y reuniones se daba cuenta de que aun con su pensamiento del principio y su firme propósito de olvidarse de ello no podía hacerlo. Volvía a su casa entrada la noche, vivía en su pequeño departamento de siempre, insistia en pensar que su situación de hokage era temporal, además sentía que tenía una mayor privacidad en su pequeño y conocido hogar.
Aun recordaba lo que hizo hacía seis meses, cuando el equipo de Anko declaró que había encontrado el lugar donde se escondía Madara; lo único que había pensado era encontrar a su antiguo alumno, se dirigió de inmediato a ese lugar y por suerte había encontrado al que buscaba. Lo había rastreado y cuando lo tuvo frente a él le ofreció lo único que sabía que lo podría hacer volver: la venganza.
-¿Qué quieres Kakashi?-
-Quiero que reconsideres tu regreso a Konoha.- había ido directamente al grano
-¿Por qué lo haría?
-Porque puedo darte lo que quieres
El otro lo miro inexpresivo, quizá expectante
-Madara no te dará a los consejeros, al menos hasta que dejes de serle útil, eso si alguna vez cumple su promesa.- comenzó sin dejar de observar los movimientos del otro- Yo puedo dártelos- dijo mirándolo fijamente, sonando sincero porque en verdad lo estaba siendo, estaba traicionado a su aldea pero lo había decidido y cumpliría su promesa.
-¿Por qué?
-Hagamos un trato: regresas a la aldea, te conviertes en parte del grupo de anbu del hokage y te doy a los consejeros.
Se miraron largamente sin decir nada, pero pudo ver el consentimiento en sus ojos.
Despues de eso Sasuke regresó a la aldea. Y tal como le había prometido le entregó a los consejeros.
-Debo ser el peor sensei de la historia- se dijo Kakashi al terminar de recordar, puesto que sabía que lo que más le remordía de ese trato no era el hecho de haber entregado a los pilares de la aldea a la venganza de uno por obtener que Sasuke se quedara a su lado. Lo que más le remordía era saber que aun con Sasuke a su lado, quería tenerlo cada vez más cerca, se juraba a si mismo que no lo abandonaría y se daba cuenta que haría lo que fuera por ese joven de cabello y mirada oscura.
No le agradaba admitirlo, ni antes ni en esos momentos y consideraba que la palabra era inexacta pero si era sincero sabía que enamorado no estaba muy lejos de lo que definía sus sentimientos por Sasuke. Nunca le había pasado pero se descubría a si mismo esperando, casi rogando para que el otro estuviera donde siempre, afuera de su casa.
Llegó a su casa y como un ritual lo encontró de nuevo en la puerta de su casa
-Eres como un gatito perdido- le dijo poniéndole la mano sobre la cabeza, el otro estrecho los ojos. Y Kakashi se rio de buena gana porque dejo de importarle todo lo que había hecho por ese niño.
Entraron a la casa lo besó lentamente disfrutando cada parte de sus labios, metió su lengua en su boca y acaricio la lengua que le correspondió. Su cuerpo aun más desarrollado que cuando lo había entrenado era igualmente exquisito, se sentía tan delicado. Bajó sus manos por su cintura, le quito la ropa de anbu que traía puesta; su nívea piel le fascinaba, en el contraste con su cabello negro.
Volvió a besarlo lentamente disfrutando tantas veces como pudiera esos labios que lo atraían poderosamente. Se deleito escuchándolo gemir y apretó con más fuerza su cintura mientras deslizaba sus labios sobre su cuello mordiendo ligeramente la nuez, escuchó el jadeo que desencadenaba esa acción.
La última prenda de su ropa cayó al piso, Kakashi tendió a Sasuke sobre la cama besando su pálida piel, bajando por su abdomen succionando su ombligo hasta toparse con la excitación del otro.
-Deja de dar vueltas- le dijo enojado Sasuke cuando evadiendo su pene besó sus muslos y besó detrás de sus rodillas provocándolo, porque sabía cuan ansioso era.
-No seas impaciente- le dijo subiendo de nuevo sus dedos resbalaron de arriba hacia abajo por todas su excitación. Siguió bajando por sus testículos y el escroto acariciando y besando. Mirando fascinado como el otro se retorcía, bajó sus dedos acariciando es esfínter tentando la dulce entrada que tanto tiempo había anhelado.
Escuchó un jadeo, las piernas se separaron para dejarlo acomodarse mejor, pudo ver como se mordía los labios evitando emitir más sonidos.
-Aun me preguntó quién temes que nos escuche, o quizá sea que temes escucharte- le dijo en el oído y después lamio y mordisqueo suavemente al tiempo que empezaba a hundir un dedo en el interior del otro. Dilató con paciencia la entrada mientras su lengua daba lamidas en las gotitas de presemen de su glande. Cuando los dedos se acostumbraron lo sujeto de las rodillas entrando profundamente en el otro.
El sonido fue similar a un jadeo o a un ronroneo, era el sonido que más amaba oír salir de esos labios, arqueo la espalda alcanzando sus labios, Sasuke rodeo una mano en su nuca y pudo alcanzar mejor su boca, se besaron al ritmo del vaivén de las embestidas, al principió lento y hasta lánguido pero después necesariamente el deseo los sobrepasó y pasaron aun movimiento más agresivo, rápido y profundo.
Kakashi bajo una mano al miembro del otro tirando y acariciando hasta que Sasuke echó la cabeza hacia atrás aun mordiéndose los labios pero sacudiéndose en espasmos que le anunciaban su próximo orgasmo.
Al final Kakashi se venía entre los espasmos del otro que se corría aguantando un gemido, los ojos cerrados, las manos aferradas a las sabanas.
Terminaban jadeantes, Kakashi siempre lo besaba al terminar, le acariciaba el cabello y le sonreía.
-Aun es raro verte sin mascara- dijo el otro de forma distraida
-Bueno sería extraño que lo hiciéramos y la tuviera puesta
Sasuke no dijo nada más y se quedó mirando a la ventana apoyado en sus brazos perdido en sus pensamientos
-Tienes que dormir- le dijo Kakashi pasando un brazó sobre su cintura colocándose un poco sobre el.
El otro lo miró ligeramente molesto, pero se tendió bien sobre la cama. Al poco rato escuchó su respiración tranquila.