Miles de hechizos fueron dichos, miles fueron mortales, otros más inocentes pero todo había terminado cuando escuchamos el ruido de algo desplomándose en el suelo, el duelo acabo, todo quedo en silencio y todas las miradas se concentraron en la figura caída en el suelo, con los ojos bien abiertos.
-Gellert….-
Sus risos estaban desparramados en el suelo, sus ojos cobrizos estaban apagados sin ese brillo que los había caracterizado. Muerto. Frío. Pálido. Gellert jamás volvería a hablar, nunca más oiría su risa, ni lo vería esbozar su sonrisa traviesa y sus labios jamás volverían a rozar los míos.
Mire a mi hermano quien parecía en estado de shock, y no era capaz de articular ni una sola palabra. Pase mi vista al rincón donde Ariana estaba escondida mirando y algo confusa. No entendía, claro de no lo hacía.
-Abe ¿Gellert esta durmiendo?-preguntó Ariana y pude escuchar un ligero temblor en su voz, como si realmente entendiera que Gellert había muerto
-Si Ari, solo esta durmiendo-le dijo Abe mientras la conducía a otra habitación
Me arrodille y cerré sus ojos y por un momento yo también quise pensar que estaba dormido y que después despertaría y planearíamos nuestros viaje y el se quejaría de mi hermano que todo sería como siempre pero eso no iba a pasar porque Gellert estaba muerto. El sonido de la puerta me saco de mis pensamientos, mi hermano entro y me miro con pena.
-Al yo….-
-No digas nada-lo interrumpí-No hay nada que puedas decir.
-¿Qué vamos a hacer? Bathilda vendrá por el ¿Qué vamos a decir?-Mi pobre hermano estaba asustado, el pánico estaba latente en su voz
-Eso no importa-dije y varias lágrimas se escaparon de mis ojos y no me moleste en limpiarlas-Yo lo arreglo-
-Tu pero… ¿Sabes lo que significa?-dijo sorprendido y unas cuantas lagrimas escaparon de sus ojos pero por razones muy diferentes que las mías-Tal vez fui yo.
-No me importa….ya nada importa…Gellert esta muerto-dijo y salí de la habitación, salí de mi casa, camine y camine con un único rumbo.
El cerezo en el cual Gellert y yo nos sentábamos y discutíamos nuestros diferentes puntos, reíamos, leíamos, en este lugar el me dijo que me amaba, en este lugar había recibido mi dulce primer beso. Me tape las manos con la cara, mientras recordé una conversación que había tenido con el hace una semana.
-¿Crees que esto dure por siempre?-le pregunte ese día y mis ojos eran la preocupación misma
-No seas tonto Al, claro que sí-dijo y me dedico una radiante sonrisa-Tu y yo para siempre nada nos va a separar-
Cerré los ojos y me aleje del cerezo. Ya no me importo nada, no me importaron los gritos furiosos de Bathilda llamándome asesino, no me importo salir en todas las noticias, no me importo cuando me encerraron en la celda de Azkaban, ni tampoco que los dementores me quitaran todos mis buenos recuerdo porque en todos esos momentos solo escuchaba la voz de Gellert diciéndome una y otra vez.
``Tu y yo para siempre nada nos va a separar``