SEGUNDA OPORTUNIDAD.
CAP. 1
Era una fría noche de septiembre, la luna brillaba en el horizonte y un melancólico viento soplaba y jugaba con las marchitas hojas de los arboles de un parque.
El mismo parque en donde había comenzado su historia de amor, era ahora testigo de su soledad. Una pesada sombra se movía por entre los arboles, inundando su cabeza de recuerdos que cada vez lo torturaban mas y mas. Si sabia que el estar ahí lo lastimaba, realmente no entendía la razón por la cual seguía frecuentando el sitio; era como si el estar ahí hiciera revivir esos momentos de dicha y felicidad, pero el volver a la realidad lo hacía sentir mas miserable de lo que se sentía en un principio.
-¿Por qué? –decía el rubio escritor mientras una solitaria lagrima escapaba de sus dorados ojos y resbalaba por su mejilla. -¿Por qué, por que? –se repetía una y otra vez…
¿Por que?... ¿por que estaba ahora en ese lugar?, ¿Por qué estaba solo?, ¿por que había sucedido todo eso?, ¿en que momento había dejado escapar la felicidad de su vida?, ¿Por qué había sido tan idiota?, ¿Cómo era posible que ese adorable ser ya no estuviera consigo?, ¿Cómo fue que cambio tanto?... y lo mas importante aun, ¿Cómo le estaba haciendo para seguir viviendo sin su amor?...
Siguió caminando por los pasillos del parque mas que nada por inercia, parecía un zombi, su cuerpo estaba ahí, pero no su mente. Igualmente por inercia, saco un cigarrillo y lo coloco en su boca, saco su encendedor y lo observo… fijamente. Aun conservaba la estampilla de la primera cita que tuvo con su niño. Estaba algo dañada por el paso de tiempo y por el uso, a duras penas se distinguían las figuras.
-Shuichi… -dijo casi imperceptiblemente.
~FLASH BACK~
-¡¡Lárgate ya!! –gritaba el rubio.
-¡¡Bien, me largo!! ¡¡Eres un maldito desconsiderado!! –Gritaba el peli rosa desde el pasillo -¡¡te odio Eiri Uesugi!! ¡¡Y maldigo el día en el que te conocí!! – grito azotando la puerta.
~FIN DEL FLASH BACK~
Desde ese entonces hasta el momento había pasado mas de una año. El escritor había dejado de lado su orgullo y trato por todos los medios conseguir el perdón del peli rosa, y lo logro, pero lo que no consiguió fue el hacerlo volver…
~FLASH BACK~
-Por favor Shu… -pedía el rubio poniéndose de rodillas ante el peli rosa –por favor mi vida, perdóname… perdóname por descuídate, perdóname por no dedicarte el tiempo que mereces, perdóname por todas las tonterías que he hecho… perdóname por ser un idiota.
Las lágrimas resbalaban por las mejillas del menor.
-Eiri, ya basta.-dijo Shuichi –te perdono por todo eso y más. Yo no puedo guardarte rencor, después de todo, parte de la culpa es mía… por aferrarme a ti, por amarte tanto, por haber estado contigo…
-Shuichi… - el mayor se acerco lentamente a su niño con la intención de besarlo, pero el chico lo detuvo en seco.
-Te perdono, –dijo- pero eso no significa que voy a volver contigo.
El rubio quedo paralizado tanto por la acción como por lo que acababa de escuchar.
-Que… dices?
-Lo que oíste. Te perdono por todas las tonterías que hiciste, y también te pido perdón por todas las molestias que te cause. Pero he llegado a la conclusión de que lo nuestro simplemente no puede ser. Muchas personas están en contra de nuestra relación… -decía con lágrimas en los ojos.
-Pero eso que importa! – interrumpió el rubio –nosotros no amamos.
-Ese es el problema. Nos amamos, es por eso que nos lastimamos tanto. Ya no quiero seguir con esto… yo… no se. Simplemente quiero que esto termine. Ya no quiero sufrir más.
-Shu… -murmuro.
-Te agradezco mucho todo el tiempo que me dedicaste, y ni que decir lo que tuviste que soportarme, en realidad debí ser una molestia…
-No digas eso, sabes que en verdad no era así. Yo siempre te ame.
-Pues en realidad lo que yo sentía era todo lo contrario. Ahora me toca a mi pedirte que te alejes. Ya no me busques, ya no quiero verte mas, no quiero seguir sufriendo… -se volvió sobre sus talones- hasta nunca Eiri.
~FIN DEL FLASH BACK~
Ahora se encontraba de nuevo en ese parque, reviviendo sus memorias, perdido en sus pensamientos… se sentía como un muñeco sin vida, le faltaba gran parte de su ser, sentía que ya no podía mas… ya no podía seguir así… vacio.
De pronto una voz lo hizo volver al mundo real. Era una voz que lo atraía.
Se dio cuenta de que estaba en una parte del parque que casi no había visitado, se dejo guiar por esa extraña melodía que no podía reconocer…
“My ubezhim
Nas ne Dogonyat
Dal'she ot nikh
Dal'she ot doma”
Rápidamente su mente viajo en el tiempo… recordó aquella noche… en la que conoció al hasta ahora entonces “amor de su vida”, aunque al parecer los hechos indicaban otra cosa…
Noch' provodnik
Spryach' nashi teni
Za oblaka
Za oblakami
Nas ne naydut
Nas ne izmenyat
Im ne dostat
Zvezdy rukami
Ahora estaba mas cerca. Claramente era una voz femenina. Era dulce y suave, pero a la vez potente. “Quizá sea una colegiala” pensó Eiri, “Con algo de talento”.
My ubezhim
Vse budet prosto
Noch' upadet
Nebo uronit
I pustota na perekrestkakh
I pustota nas ne dogonyat
Se acerco un poco mas y pudo distinguir una silueta. Estaba peligrosamente sentada en el barandal del mirador, y efectivamente era una chica. Eiri quedo embobado ante tal escena, aunque solo podía ver a la chica por detrás. Vestía una sudadera gris, short azul y usaba una gorra que sujetaba su cabello.
Ne govori, im ne ponyatno
Tol'ko be nikh
Tol'ko ne nimo
Luchshe nikak
No ne obratno
Tol'ko ne s nemi
Tol'ko ne s nemi
De pronto, como tiempo atrás había sucedido, una ráfaga de viento soplo y de las manos de la chica escapo un papel que curiosamente se pego al pecho del escritor. La chica de un ágil movimiento se puso de pie y se sorprendió de ver al rubio tan cerca de ella.
***
Eiri reviso el papel y no pudo evitar leer el contenido impreso con unos cuantos garabatos. Sonrió de lado al recordar tiempos pasados y dirigió su vista a la chica.
Quedo impresionado. Sentía estar frente a una de seas esculturas griegas o romanas. Aquella chica era en verdad preciosa. El viento había volado su gorra y ahora su cabello rojizo claro caía sobre sus hombros. Su piel era blanca, unas lindas piernas, rostro de delicadas facciones, labios carnosos, nariz refinada y además tenia unos hermosos ojos color gris azulado que brillaban como si fueran un par de estrellas.
“Definitivamente tiene que ser extranjera” pensó Eiri al recordar lo que llevaba en la mano: una burrada de intento de canción. “Algún idiota debió dársela, y como quizá no entiende japonés, no tiene idea de lo que es esto” se hacia conjeturas mientras daba media vuelta para marcharse… “Aunque… ¿Qué hace una extranjera tan noche en la calle…?”
-¿Podrías regresármelo? –interrumpió sus pensamientos.
-Así que… -encaro a la chica – ¿esto es tuyo?
-si. Es mío. –Respondió ella -¿Podrías dármelo?
-Je, –rio sarcásticamente- Olvídalo niña. – dijo mientras hacia bolita el papel y lo arrojaba – no tienes talento. Mejor dedícate a otra cosa. –Emprendió su camino –Quizá de modelo no te vaya tan mal.
El rubio se alejo y la chica se quedo parada en ese lugar algo molesta y confundida por lo sucedido.