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El mayordomo y sus métodos por Ayuki

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Notas del fanfic:

He leído muchos mangas en que el mayordomo le da una "lección" a su joven amo y quisé adaptarlo a Gravitation por ser mi serie favorita ^^ Ojalá les guste

El día empezaba como ya era de costumbre, un rubio perfectamente ordenado, con sus ropas estiradas y su cabello en completa armonía se disponía a despertar a su joven señor. Desde que el señor Shindou lo llevó a su casa, dándole un hogar, un lugar para dormir y un trabajo no podía hacer otra cosa más que ser leal a la familia, es por eso que tenía tanta paciencia con el mocoso como solía llamarlo en sus pensamientos, claro que nunca mostro una gota de interés por el chico que era desde que su padre se lo encargo, su prioridad.

Antes de entrar soltó un suspiro, ya sabía lo que iba a encontrar, no fuera solo que estaría el mocoso desnudo en su cama, sino que también su amante de turno, según el mayordomo el chico pelirosa no tenía autoestima suficiente y por eso recurría a aventuras nocturnas, en las que siempre terminaba en los brazos de alguien, sin importar como ensuciaba el apellido de la familia que tanto le había brindado.

Abrió la puerta, se acercó lentamente a la cama, notando como un chico de no más de 19 años dormía bastante pegado al niño de 16, esto le molestó un poco, así que tocó el hombro del chico peliazul, el que se removió un poco y lentamente abrió sus ojos, encontrándose la no muy amable mirada del rubio.

-Es hora que se vaya, así que recoja sus cosas.

El chico no lo pensó dos veces, salió de la cama rápidamente, tomó sus ropas y se las fue colocando a lo largo del pasillo. Todo esto bajo la mirada dorada que no se le despegaba ni un segundo, poniéndolo más nervioso aún, haciendo que al tener los pantalones puestos saliera corriendo. Al perder de vista al muchacho se dirigió a los grandes ventanales de la habitación del joven señor. El sol estaba en lo alto, y al abrir las cortinas el sol le llegaba en pleno rostro al niño que se removía entre las sábanas buscando la posición para dormir unos minutos más.

-Joven señor… Es hora de levantarse, tiene que prepararse para asistir a sus lecciones, o llegará tarde sin importar lo rápido que pueda conducir Claude.

Decía el rubio al costado de la cama, mirando como el mocoso se dignaba a abrir esos ojos, que para qué negarlo, le gustaban. Ese color tan característico, herencia de su madre, era lo más lindo que tenía aquel niño.

-Es temprano aún… quiero dormir un ratito más- dándose vuelta y dándole la espalda al mayordomo que le empezaba a salir una venita en la frente.

-Joven, si no se levanta ahora no me deja otra opción más que hacer esto.

El rubio con sus tersos guantes blancos tomó uno de los costados de la sábana y lo levantó con fuerza, dejando desnudo el cuerpo del chico, que al no tener nada con que cubrirse mostró un rubor adorable en sus mejillas. Este pensamiento sorprendió al rubio, pero además notó las marcas de pasión echas la noche anterior, además de otras que por el color que tenían se podría decir fácilmente que eran de hace unos días; y esto sin querer lo molesto, pero debía mantener una actitud distante.

-¿Qué crees que haces?- Le grito Shuichi sorprendido tratando de cubrirse sin mucho éxito

-El señor me ha dado autorización para hacer esto cuando hablé con él por teléfono, dice que aunque ellos estén de viaje debe cumplir con sus obligaciones y que debo usar cualquier método para hacerlo cumplir.

El más joven se sonrojo, mirándolo con su rostro enojado, que hubiese sido terrible de no ser por el puchero que delataba la edad que tenía.

-Está bien, pero… - una idea cruzó por la mente del pelirosa- puedo levantarme pero… tengo un pequeño problema…

-¿Cuál, joven señor?

Shuichi mira traviesamente a Yuki y empieza a descubrirse el área que intentaba cubrir ahora que no tenía la sábana.

-El chico de anoche era bueno, pero no lo suficiente para saciarme… si logras hacerlo tú prometo cumplir con todas mis obligaciones y no darte más problemas.

El rubio se sorprendió al notar la semi erección del pelirosa.

-Joven señor, esto no es parte de mis obligaciones- aunque por dentro se moría por darle una lección a ese chico y hacerlo entrar en razón sobre con quién se acuesta y los problemas que causa con esa actitud.

-Lo sé, es un trato entre nosotros… ¿Qué dices?- le decía mirando fijamente esos ojos dorados que lo tenían cautivado hace mucho tiempo, se coloco en 4 y empezó  a avanzar felinamente por la cama, hasta llegar a la orilla y pasar su rostro por sobre la intimidad del mayordomo.

Pues con esa actitud y ese trasero elevado ¿quién no se prendería?

-¿Lo promete?

-Sip – mirándolo con una sonrisa en su rostro, ahora colocando su mano sobre el miembro que poco a poco comenzaba a reaccionar.

Yuki sintió un escalofrío al sentir aquellas manos tocándolo, y por su mente paso la pregunta ¿Con cuántos lo habrá hecho? Y eso lo molestó, así que agresivamente le tomó el rostro, para darle un apasionado beso, que le quitaba más que el aire al pelirosa, que intentaba seguirle el ritmo, pero a pesar de toda su experiencia, el rubio ya era un hombre hecho y derecho, y ahora la pregunta fue ¿Con cuántas personas lo habrá hecho Yuki? Pero al sentir las manos del mayordomo por su cuerpo desnudo lo hizo olvidarse completamente de la pregunta, de por si estaba un poco más sensible de lo normal por la noche anterior y de esto se dio cuenta el mayordomo.

Tomo al chico entre sus brazos y lo llevó a su baño privado, lo metió a la regadera, se subió los puños de su camisa y dejó correr el agua unos minutos, mientras el rubio hacía todo esto, el más joven besaba desesperadamente la poca piel expuesta del mayor. Cuando por fin el agua estaba temperada, comenzó a bañar a Shuichi, quien solo gemía al sentir los dedos del mayor en cada parte de su cuerpo.

-Inclínate- ordenó Yuki, a lo que el menor solo obedeció

El mayor pasó sus dedos entre las hermosas y redondas nalgas de su joven señor, presionó su entrada y metió lentamente sus dedos, sintiendo el semen del muchacho que había corrido hace unos minutos.

-Ah, ah… ah… más… dame… más… Yuki – Gemía descontroladamente Shuichi ante la intromisión de aquellos dedos en su cuerpo.

El mayordomo tomó el jabón y comenzó a lavar el cuerpo del menor, además de lavar su cabello, no quería que quedara ningún rastro de su amante de turno como les decía él.

Cuando ya estuvo satisfecho, tomo una toalla, envolvió el cuerpo de su mocoso y lo llevó a la cama, era obvio que Shuichi estaba más que listo y esto era evidente por su notoria erección, por su lindo sonrojo, por el palpitar de su entrada cada vez que la rozaba, por la erección de sus pezones, sus ojos entrecerrados y la forma necesitada en que lo llamaba.

-Yuki… por favor… ya te quiero dentro de mí…

Eso fue demasiado, de por si su miembro ya dolía, y la tortura de tenerlo encerrado entre sus ropas, y que se le sumara la voz sensual de Shuichi lo hizo perder el hilo de cordura que le quedaba. Se desabrochó el pantalón, bajó el zipper y sin esperar más penetró salvajemente esa entrada, que a pesar de todo se encontraba excitantemente estrecha.

-Uhm… mh…- eran los gemidos graves que el rubio trataba de ocultar

-AH…AHH. AAHHH – Shuichi por su lado, no le importaba nada más, un miembro de ese tamaño, penetrándolo salvajemente, era lo más rico que había probado en toda su vida, sentir las manos del rubio tocar sus pezones y estimularlo era demasiado para su pequeño cuerpo.

-AH! No… P-Para!!... AH!!  Me… vas… a rom… per… AH!! YUKI!!! AHH!!-

-Eso… es… lo que… querías… ¿no? –Mientras embestía con más fuerza, tomó el miembro olvidado del pelirosa y comenzó a acariciarlo lenta y suavemente; quería torturarlo, darle una lección por todos los problemas que había causado y notaba que estaba funcionando ya que el chico que se encontraba debajo de él estaba chillando.

-¡¡Más!! ¡¡¡Más fuerte!!! ¡Yuki! AH! AH… MHHH…

-¿Quién te entiende? Me dices que pare y ahora quieres más… decídete- le decía burlándose, viendo el estado del chico.

Se acercó y con su lengua siguió el recorrido de un hilo de saliva que salía de la boca de Shuichi, terminando en un beso, mientras aumentaba la fuerza de las estocadas y movía más rápido su mano sobre el miembro del más joven.

-AH! YA… YA!!! AH… - Intentaba gemir pero el rubio no lo dejaba ni siquiera respirar con sus besos.

Así el chico terminó en la mano de su mayordomo y esté al sentir la estreches de su joven señor terminó en su interior.

Ambos con la respiración acelerada se miraron, se besaron por última vez, mientras Yuki salía de Shuichi, a la vez que este emitía un gemido.

-¿Está satisfecho ya?- decía el mayordomo arreglando su ropa.

-Si… - Shuichi tenía los ojos cerrados intentando regularizar su respiración.

-En ese caso, es hora que se preparé para ir a sus lecciones, dese una ducha rápida y baje a tomar desayuno, lo esperaré abajo… recuerde que lo prometió, joven Shuichi- dijo ya listo el rubio, colocándose sus guantes blancos y saliendo por la puerta.

El más joven se sorprendió por las palabras del rubio, pero era cierto, él lo había prometió y ahora se encontraba completamente satisfecho… así que hizo lo que le ordenaron.

Cuando bajo se encontró a un impecable mayordomo rubio, que esperaba que se sentara para servirle.

Ambos pensaban que tal vez y sólo tal vez… podrían repetir lo sucedido

 

Notas finales:

Espero que les gustara ^^ Dejen reviews

Besos

Ayuki X3


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