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CAMINO A HOGWARTS por Prince Alan

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Notas del fanfic:

Este es un one-shot drarry con un final sorpresivo...espero que les guste.

Notas del capitulo:

Tan solo decir que los personajes no me pertencen, son la fuente de inspiración, le pertenecen a Rowling.

Que tengan una buena lectura.

CAMINO A HOGWARTS

 

“No puedo creer que deba soportar un año más de las estupideces de Hogwarts o, lo que es peor, tener que soportar como idolatraran a San Potter. Lo sé, lo sé, ese estúpido nos libró del Señor Tenebroso pero… ¿es necesario todo ese alboroto?” en el andén millones de magos y brujas de todo Inglaterra  se agolpaban para despedir al héroe del mundo mágico. “En cambio yo… estoy aquí casi escondido, sé que nadie, tal vez excepto el ridículo Ron Wesley y su novia, me repudiaría, ninguno de esos –mirando la gente del andén- tiene alguna idea… de mis cobardías – apoyo la cabeza en el respaldo y cerró los ojos – No sé cómo pudo mi padre arreglar que habilitaran este compartimiento para mí… bueno, gracias a esto no tendré que tolerar a los imbéciles de mis amigos ni al resto” pensaba un muchacho de cabellos rubios sentado en el lujoso primer vagón del expreso de Hogwarts.

Repentinamente la puerta se abrió, dirigió su gris mirada hasta ella y vio al muchacho que entraba, el cabello oscuro y desordenado, los ojos de un brillante color verde y vestido como un adolescente muggle.

-¡Potter! ¿Qué haces aquí? – exclamó sorprendido y molesto por su atrevimiento.

-Deberías darme las gracias por estar aquí, Malfoy – le respondió acomodándose frente al rubio.

-¡¿Qué?! – no entendía lo que había querido decir.

-¡Maldición! – dijo el Griffindor golpeándose la frente en señal de olvido- ¿cómo olvidar que era un secreto? –agregó intencionalmente.

-¡¿Qué secreto, Potter?! – exigió irritado.

- Este… compartimiento fue arreglado para mi uso por el Ministerio de Magia, para mi seguridad, comodidad y tranquilidad – le expuso sereno.

- Debo salir –en el momento en que se ponía en pie, Harry le empujo obligándolo a volver a sentarse en la confortable butaca.

- Basta, Draco, tu padre estuvo de acuerdo con que viajaras conmigo –el rubio estaba sorprendido – y no te dejare salir, aunque grites… y deseo que lo hagas – el moreno dijo las últimas palabras dirigiéndole una desafiante mirada; el pálido muchacho sintió temor al ver en el rostro del moreno una maquiavélica sonrisa.

-¿Qué… que quieres decir? – pregunto temiendo que el Griffindor tomara revancha por sus seis años de enemistad.

-Me debes la vida, Draco – era la segunda vez que le nombraba, entendía que Harry estaba en condición de exigirle algún tipo de indemnización por los malos tratos que le había dado y también por salvar su vida. El moreno lo miro a los ojos – debes pagármelo… no quiero dinero, sin embargo, se exactamente lo que quiero que hagas para que me pagues – el Slytherin vio en los ojos del Griffindor un brillo que no supo interpretar pero que le provoco un extraño escalofrió.

- Yo no te pedí que me salvaras, Potter, no te debo nada – rebatió con arrogancia.

- Aunque me debas o no, estas aquí y no tienes escapatoria. ¡Harás lo que yo quiera! – la conducta del león le parecía extraña, su voz y su mirada tenían algo siniestro para el joven serpiente – es mejor que sea por propia voluntad y no contra ella.

- Hablas como el Señor Tenebroso – Harry rió a carcajadas.

- Veo que aún temes decir su nombre, pero no permitiré que me compares con Voldemort, lo que tengo planeado para ti no tiene por que ser malo… - el moreno sonrió con picardía.

- No sé cuál es el trato que mi padre hizo contigo…

- Tu padre no me pidió nada – le interrumpió – fue una propuesta… el simplemente aceptó agradecido – le aclaró.

El tren había comenzado lentamente su marcha, dejando atrás la ruidosa estación, el vaivén del vagón calmo el ánimo de Harry, volver al castillo después de finalizada la guerra era un motivo para sentirse esperanzado.

- Pues dime lo que quieres de mi – interrumpió Draco el silencio.

- Harás todo lo que te diga, si te opones tendré que usar un Imperius – le señalo el ojiverde.

- Ya veo… de acuerdo – dijo con voz cansada, dispuesto a ser humillado por el elegido.

- Arrodíllate ante mi – le ordeno, el rubio bajo la vista y se arrodillo en el pequeño espacio que había en el compartimiento, quedando entre las piernas de su antiguo enemigo, Harry sonrió disfrutando al ver como el rubio se sometía sin saber lo que realmente le esperaba – no importa si gritas, nadie escuchara – el joven Malfoy vislumbro que aquel podría ser el principio de un castigo que tal vez merecía pero que no deseaba. El ojiverde tomo el cabello rubio de la nuca y jalo con fuerza, el rubio se vio forzado a levantar su rostro y mirar los verdes ojos, los cuales le miraban intensamente, su propia respiración había cambiado de ritmo, mientras observaba el rostro que tenía en frente. “Sus ojos parecen hipnotizarme, siento su respiración agitada como la mía, ¿Qué se propone?” pensaba el rubio. Con firmeza, Harry sostuvo la rubia cabeza con ambas manos mientras repentina y desesperadamente lo besaba. Sorprendido, Draco, no tuvo tiempo para ofrecer resistencia y lo que era peor le respondía a aquellos labios apasionados con igual intensidad – Draco… te cobrare por salvar tu lindo rostro y quiero escucharte gritar – le dijo mirándolo a los grises ojos.

- Pues tendrás que forzarme… Harry – le contesto provocador mientras se ponía en pie. El moreno sin demora se puso en pie junto a él, lo tomo de la cintura estrechándolo contra su cuerpo y le volvió a besar, el rubio invadió la boca del león, librando una lucha por arrebatarse mutuamente el aliento. Harry le hizo girar para apoyarlo en la puerta del compartimiento y quitarle poco a poco la ropa, encontrando la blanca y perfecta figura de Malfoy. Sus manos se deshicieron en caricias por recorrer la sedosa piel. – No creas que será tan fácil, Potter – dicho esto empujo al ojiverde, cayendo este al piso. Draco se abalanzó sobre Harry y con rapidez lo desvistió completamente, puso su cuerpo sobre el del moreno, tirados allí se besaron y acariciaron encendiendo el deseo, hasta convertirla en una incontrolable pasión.

- Es el momento de que grites, Draco y supliques por tu vida –le dijo al oído, con lo cual el rubio se puso de pie como accionado por un resorte e intento abrir la puerta -¿tratas de huir? – le susurro al oído mientras lo abrazaba.

-Harry…yo no… - temblaba, sabiendo que lo que debía ocurrir era inminente.

- Yo tampoco, Draco, lo haremos con cuidado – trato de tranquilizarlo, pero el rubio había comenzado a llorar. Potter le hizo girar para mirarlo a los ojos - ¿Por qué lloras? – parecía un niño asustado.

- Esto es lo más cruel y doloroso que me puedes hacer –contesto con angustia.

- Pensé que lo deseabas, lo siento, no quiero herirte – el famoso Potter se sentía horrible.

- Lo deseo Harry, deseo que seas el primero pero… también el único – el moreno sonrió con ternura y luego lo abrazo.

- Yo también Draco – le susurró, el pálido muchacho lo miro sorprendido y luego le beso efusivamente.

 

Al bajar del tren en la estación de Hogwarts, Draco y Harry notaron como el resto de los estudiantes le miraban, la mayoría con una sonrisa picara.

-Lo siento, Harry – la voz angustiada de Ron les llego – alguien puso una oreja extensible y todos saben… - no pudo continuar porque salió corriendo al ver que Draco le miraba furioso y hacia ademan de sacar su varita.

- ¿Molesto, Draco? –pregunto divertido.

-Gracias a tu amigo Ron, no tendré que preocuparme por dar explicaciones- le contesto riendo a carcajadas. Ya que era un hecho que todo el colegio estaba enterado, se besaron y emprendieron la marcha tomados de la mano.

 

FIN

 

Notas finales:

Dejen sus comentarios... ojala tuviera una varita para lanzarles un imperius y forzarlos a escribri más comentarios...jejejeje

Mil besos


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