1. ¡Mi hermanito no es gay!
Llegué tan normal como siempre a mi escuela. Todo seguía igual de aburrido que siempre. Era en realidad, desesperante esa escuela. Nunca nada era interesante, nunca nada había de nuevo, nunca había un buen chisme que contar… Todo era tan aburrido, que hasta ver una lámpara de lava por horas, era mil veces más divertido. Y sin haberme fumado nada.
Lo peor de todo es que ni siquiera habían comenzado aún las clases. Simplemente por estúpido que soy, me había olvidado de poner el despertador, y como tengo un encantador, hermoso, adorable, y MALDITAMENTE DIABOLICO hermanito, había sido despertado con un grito: “¡Ya van a dar las 9 de la mañana!” y había salido corriendo de mi casa. Sin pensar que para empezar, mi hermanito tenía clases a las 8, y era imposible que siguiera en casa si ya era tan tarde… Y así había llegado extremadamente temprano a mis clases. Casi pude haberla encontrado cerrada, pero al parecer sólo era que yo era un maldito flojo, porque sí que estaba abierta. Aun así había estado sentado absolutamente sólo en el salón hasta que empezaron a llegar personas, aun así, no me moví. Estaba demasiado enojado para querer hacer nada.
Después de un rato llegó Ricky, casi 5 minutos antes de que el profesor entrara y la clase empezará, pero aun así le dio tiempo de mirarme como un bicho raro y decirme: “¡¿Llegaste temprano?!” Como si nunca lo hiciera… Yo sólo lo miré y le contesté. “No es como si tú llegaras exactamente el primero…” Y pareció que eso lo convenció, sonrió un poco y se fue a dejar sus cosas a su banca, luego de eso volvió a molestarme…
“Oye… ¿Por qué estas tan molesto?” Me preguntó. Suponía que se refería a que normalmente no me molestaba, pero cuando lo hacía no quería que nadie, absolutamente nadie, estuviera cerca de mí, así que me comportaba cortante para que nadie osara siquiera en hablarme… Pero a este maldito parecía no importarle. “Mi hermano me molestó hoy…” Dije finalmente y el sonrió. Yo odiaba a mi hermano, pero a Ricky le agradaba… Suponía que era porque los dos tenían una personalidad que rayaba en lo maniaco… Eran casi como Hitler… Pero con nuevos ideales. El de Harry, mi hermano, era seguramente torturar a todos los hermanos mayores del mundo, y el de Ricky… simplemente joder a la humanidad.
“Ese chiquillo me agrada”. Aseguró Ricky, yo sólo lo mire mal. “Te lo regalo”. Le dije y él se rio. “Sería un honor tenerlo como mi hermanito, pero… ¿A tu madre no le molestará?” Me preguntó. “No, yo creo que también le gustaría deshacerse de él un buen rato…”. Le dije, y entonces nos quedamos callados, Ricky tenía la mirada perdida y yo al decir eso había mirado a Ricky, luego pareció regresar y me miró. “Tonto…” Murmuró y los dos empezamos a reír. El día ya no me parecía tan desagradable… Pero entonces entró el profesor y ahora sí me pareció molesto.
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Los días después de su confesión, no habían cambiado demasiado… Bueno, en cuanto a la escuela. Todo, absolutamente todo, seguía siendo una mierda… Justamente como lo era siempre. Y ni siquiera habíamos vuelto a hablar sobre su “condición” desde ese día… Bueno, sí tenía cierta curiosidad, pero al mismo tiempo no era una plática que esperara con añoranza… En realidad; sabía que Ricky no me diría nada si yo no se lo pedía o si no ocurría nada interesante. Porque a pesar de que no le agrada contar todo lo que le pasa, al mismo tiempo cuando algo “bueno” le ocurre no se aguanta a decirlo…
Cada día nos quejábamos de las mismas estupideces que siempre decíamos. Ahora entendía por qué él era tan criticón… ¡Era como una mujer!... Sólo los gay pueden ser así, porque son gay… Bueno… Tal vez no… Porque yo también soy así… Probablemente es porque paso demasiado tiempo con Ricky… ¡Aunque eso no significa que yo sea homosexual!... No, por supuesto no…
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“Oye, ¿Quieres venir a mi casa?” Le pregunté a Ricky después de una clase particularmente aburrida de entre todo el repertorio que existía en una escuela. “Mmm…” Murmuró mientras guardaba sus cosas. “Supongo que sí… ¿Qué vamos a hacer?” Me preguntó y yo simplemente me encogí de hombros. “Lo que se nos ocurra” Me miró un momento. “Está bien…”
En realidad tampoco es que haya muchas cosas interesantes en mi casa, pero suponía que aburrirse en compañía era mil veces mejor que aburrirse en soledad.
Cuando llegamos, estaban mis padres. Eso me sorprendió porque nunca estaban… Pero cuando estaban era por qué venían a dejar a mi hermano… Lo que significaba que se quedaría toda la tarde. ¡Rayos! ¿Justo este día había tenido que escoger para venir a la casa a hacer absolutamente nada?... No, espera, ¡Era su culpa, no mía! Ellos eran los que habían decidido venir. De cualquier modo era una tarde de tener que soportar a Harry.
“Maldito mocoso…” Murmuré cuando me lo encontré por el pasillo, y al instante: “¡Mamá, Henry me acaba de decir que me fuera al infierno y que era una basura!”. Gritó mientras tenía una sonrisa enorme.
“¡Henry, no le digas esas cosas a tu hermano!” Gritó de vuelta mi madre. “¡Pero yo no…!” Quise gritar también, pero sabía que si lo hacía me iría peor… así que simplemente me callé. Ricky que estaba un poco más atrás, llegó casi riéndose. “Vamos, es sólo una pequeña bromita”. Me dijo con una sonrisa. “No defiendas a ese niñato…” Le dije y entonces me fui a mi cuarto, Ricky me seguía pero de reojo pude ver como Ricky le sonreía a Harry y Harry le devolvía la sonrisa.
“¿Por qué te agrada mi hermano?” Le pregunté ya estando en mi cuarto. “No lo sé, simplemente es gracioso…” Me contestó mientras sonreía. Entrecerré los ojos. “Debes estar ciego…” Le dije para girarme hacía un estante donde tenía muchos discos y juegos. “¿Quieres jugar algo?” Le pregunté. “¿Tu madre ya te regreso el Xbox?” Me preguntó con una ceja alzada. “No, pero aun así lo tengo…” Le dije con una sonrisa. Tomé el primer juego que me agradó y me acerque a un cajón de mi escritorio donde estaba mi Xbox. Ricky me estaba mirando con reproche, pero al final, como siempre, sonrió y me ayudo a conectar todo.
“Si tu madre nos descubre… Yo no sabía que te lo había recogido, ¿Ok?” Me dijo. “No, porque la última vez tú estuviste, y sabes por qué me lo quito” le dije simplemente. “¡No me digas que desde entonces lo tenías castigado!” Exclamó divertido. “Muérete…” Le dije y él se rió.
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Estuvimos un buen rato jugando hasta que ALGUIEN vino a molestarnos.
“Tengo hambre”. Dijo Harry entrando a mi cuarto como si fuera el de él. “¿Sí?... ¿y qué quieres que haga?” Le pregunté molesto siguiendo con él juego, pero Ricky le puso pausa y yo lo miré molesto. “¿Por qué hace eso?” Le pregunté, pero Ricky me ignoro.
“Vamos a la cocina, yo te prepararé algo”. Le dijo al engendro de mi hermano. Yo me quedé sentado como estaba, porque no entendía que había pasado. Ricky se había llevado a mi hermano que tenía una cara de felicidad que no me la creía.
Finalmente me tuve que levantar e ir hasta donde ellos estaban. Después de todo quedarme ahí seria igual de patético que aceptar que yo también tenía hambre. Al llegar a la cocina vi que Ricky estaba usando un babero y estaba cortando verduras como si fuera una mujer… Bueno una madre, porque mi madre que era una mujer pero que no era una madre(porque no nos cuidaba) no podía hacer eso… Pensé que tal vez eso también era parte de los homosexuales. Verse jodidamente afeminados con esa cosa y cocinar bien.
“¿Qué preparas?” Le pregunté, mientras me sentaba en una silla junto a mi hermano. “Un estofado de carne con verduras…” Me contestó. “Ok..”. Murmuré para luego mirar a Harry que parecía muy feliz. “Y tú, ¿No vas a ayudar?” Le pregunté, sacándolo de su mundo. Harry me miró y luego fríamente me contesto. “¿Y tú?” Nos miramos desafiantes un momento hasta que oímos la risa de Ricky. “Ya, ya. No se peleen… Mejor los dos me ayudan, ¿Sí?” Preguntó para girarse y apuntarnos con el cuchillo filoso… Viéndolo de esa forma no teníamos mucha opción. ¿No?
Harry y yo nos pusimos a ayudar a Ricky.
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La comida no estaba tan mal, de hecho podría hasta aceptar que había estado buena. Pero lo que lo había arruinado todo era la presencia de Harry, y no porque yo quisiera que Ricky me cocinara sólo a mí. De hecho si por mí fuera; ni siquiera hubiéramos comido. En realidad lo que más me molestaba de la presencia de Harry, era que Ricky le ponía toda la atención a él y a mí me ignoraban. Podría entender que al niñato no le agradara yo, pero por qué rayos tenía que hacer que a mi amigo sólo le interesará él.
Pensaba que al terminar la comida, mi querido hermanito se iría a su cuarto, como siempre. Sin embargo estaba vez, parecía que quería torturarme, pasar todo el tiempo conmigo y con Ricky, justamente porque sabía que a mí no me agradaba su presencia. Tal vez lo peor de todo era que Ricky lo aceptaba con los brazos abiertos. Casi llegué a pensar que planeaban el dominio del mundo, juntos.
“Harry, ¿Quieres ver una película?” Preguntó Ricky, ofreciendo cosas que ni siquiera eran suyas, pero aunque dijera algo no me harían caso así que simplemente pase junto a ellos y me senté en mi cama a ver qué pasaba. “¡Sí, me encantaría!” Había gritado eufórico Harry, y se había puesto a ver el estante de películas muy atentamente, se veía casi tierno. Fruncí el ceño ¿Qué rayos estaba haciendo Harry actuando así? “OH, tienes “qué paso ayer”. ¡La quiero ver!” Gritó feliz mi QUERIDO hermanito. “Muy bien, lo veremos” Aseguró Ricky, tomando la caja que Harry le había pasado, sacando el disco y ponerlo en el DVD para que la pudiéramos ver.
Harry estaba muy feliz, y actuaba como un niño. Era verdad que aun era un pequeño mocoso, pero tener 13 años era suficiente para dejar de actuar tan infantilmente. Simplemente lo estaba haciendo apropósito y Ricky había caído. Harry había vuelto de Ricky su niñera personal… Pero si mal no recordaba a Harry le enojaba que lo trataran como a un niño, ¿Entonces por qué actuaba así?
La película ya la había visto por lo menos un millón de veces, y estaba seguro que Harry también se la sabía de memoria, pero había logrado parecer tan interesado, divertido y asombrado como si fuera la primera vez que la viera. Ricky ante esto lo miraba tiernamente, como si fuera un niño pequeño al que había que cumplírsele todos sus caprichos. En el fondo yo sabía que Harry seguía siendo un niño, pero no tanto para actuar así… Había algo más.
Termine pasando toda la tarde como si estuviera solo, en verdad si era como si simplemente me aburriera en compañía de alguien más, pero sin que esa persona se aburriera también. Ricky y Harry habían estado todo el tiempo juntos, como si fuera ellos los hermanos… Eso pudo haber sonado a celos, ¡Pero yo no tengo celos! Si no tengo celos de que Ricky pase tanto tiempo con Harry, obviamente tampoco siento celos de que Harry no se lleve tan bien conmigo que soy su hermano a con un completo extraño como lo sería Ricky… Era simplemente que odiaba a ese mocos… sí, obviamente sólo eso.
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Finalmente Ricky se tuvo que ir, y en cuanto Ricky puso un pie fuera de la casa, Harry actuó como siempre.
“Eres un tarado” Me dijo con una cara inexpresiva y una voz fría cuando Ricky se fue. Me quedé tan pasmado por oírlo que no le dije nada. Tal vez era que mi hermano era bipolar… ¿Cómo podía ser tan lindo, infantil, y hasta tierno, para luego volverse ese ogro malvado con tendencias Hitlerianas?... Tal vez si era a causa de Ricky, los dos se entendían tan bien… Los dos con una mente tan perversa…
Oí el portazo que dio Harry al entrar a su cuarto. Seguí parado en el mismo lugar… “Maldito bipolar…” Murmuré para finalmente regresar a mi cuarto.
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Al día siguiente tenía de nuevo clases, así que aquí me encontraba… Sentado en el mismo lugar de siempre, aburrido como siempre.
“Hola Henry. Parece que hoy también llegaste antes que yo”. Me saludó Ricky para sentarse un poco lejos. “Tu hermanito es muy dulce, ¿Sabes?” Me dijo. Yo estaba tan aburrido, que hasta una plática de mi persona más odiada se me hacía una tabla de salvación, incluso cuando esa platica era para decir que Harry era un niño bonito. Ahí se veía el poder de manipulación con el que ese niño había nacido.
“Sí, claro… Eso dices pero quiero verte que lo cuides por un…” Me quedé a media frase. “¿Por un día?” Completó Ricky con una ceja alzada… “Si no mal recuerdo, ayer lo hice…” Eso era verdad y por eso mismo me había quedado callado.
“No, eso fue “una tarde” Le dije después de un rato en el que ya ni siquiera estábamos hablando y obviamente había quedado zanjado el asunto. Ricky me miró extrañado y luego se rió.
“Sabes, creo que tú hermanito me gusta” Me dijo. “¿A qué te refieres?... ¿A qué te agrada?... No te preocupes, me lo dices todo el tiempo”. Le dije. Ricky se rió un poco.
“Sí, sé que te lo digo muchas veces… Pero ya vi que no entiendes indirectas, y al parecer cuando se te dicen las cosas directamente lo prefieres ignorar”. Ricky se había parado junto a mí. Lo miré, ¿qué me trataba de decir? “Mira, para que entiendas: Me gusta tu hermanito pequeño…” Lo último lo dijo agachándose hasta quedar muy cerca de mi oído. “¿Ya has entendido?” Me preguntó. Yo me quedé callado porque esas acciones eran muy raras “Jodería con tu hermanito…” Completó al fin. Abrí tanto los ojos, que estoy seguro que se me pudieron haber salido. Lo miré asustado y con el ceño fruncido. Él estaba sonriendo, ¡El maldito cabrón estaba sonriendo!
“¡¿Pero cómo te atr…?!” Estaba dispuesto a decirle hasta de que moriría, pero con un gesto de mano quitándole importancia me había callado. Lo miré expectante, seguro tenía alguna razón u excusa, o simplemente era una broma… No me dijo nada, así que decidí preguntarle. “¿Lo dices en serio?... O sea… ¡¿En verdad piensas que podrías coj…!?”
“¡Ay, por favor. Ya cállate!” Me había cortado a mitad de la frase. En realidad podría agradecérselo, porque pude haber dicho algo realmente malo, pero estaba muy enojado con él y en primer lugar no tendría por qué haber… “Mira, tú hermano es lindo… Y yo le gusto” Dijo de lo más normal, estaba a punto de preguntar como decía esas cosas y de donde se lo había sacado, pero él siguió hablando. “Pero es un niño, tan sólo un niño. Créeme, no saldría con él”. Afirmo, y parecía tan seguro que termine creyéndole. Aunque aún seguía molesto pero con eso me bastaría para no querer despedazarlo…
“Bien, pero entonces, ¿Tú no…?”
“Por favor Henry, no puedo creer que apenas empecemos la clase y ya quieras que te saqué” Me interrumpió la maestra. Esa maestra en particular me odiaba. Si no, ¿Por qué justamente a mi me tenía que decir algo, si todos, absolutamente todos, estaban parado y hablando?
Luego le preguntaría a Ricky que pasaba con mi hermano, esa señora gorda era capaz de reprobarme por matar un mosquito.
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“Entonces, ¿De dónde te sacaste lo de que a mi hermanito le gustas?” Le pregunté todo de corrido en cuanto tuve oportunidad, ¿Por qué? Bueno porque no estaba de humor para una plática civilizada y con formalidades, y además por qué podrían volver a interrumpirnos como a lo largo de todo el día.
“¿Ahora si le dices “hermanito”?” Me preguntó con curiosidad. Pero yo lo miré mal. “Ok… Estaba bien…” Murmuró. Se había dado cuenta que no estaba para bromitas. “Bueno, mira no te quiero asustar… No creo que tu hermano sea gay, pero…”
“¡¿Pero qué?! ¡Mi hermano no es gay!” Aseguré.
“Eh… Sí, ya te dije que no creía que lo fuera” Me dijo mirándome reprobatoriamente. Se suponía que yo era el que debería estar molesto pero esa mirada me hizo ver que estaba exagerando las cosas. “Tú hermano… Ayer actuó muy raro. Sé que a ti te molesta y todo eso, pero él siempre se ha llevado muy bien conmigo… Pero ayer…”
“Ayer se comportó raro…” Completé por él. Ricky me miró y asintió. “Sí, lo hizo… Sé que no es un santo, y por supuesto que sé que no actuaba como él mismo ayer…” Me dijo Ricky, me quedé asombrado por la declaración pues yo creía que Ricky sí había pensando que Harry era así. “Por eso mismo sabía que algo andaba mal… Y todo fue peor cuando cociné. Tú lo viste, ¡Me miraba extraño!” Lo entendía, era verdad que Harry parecía perdido, y parecía muy feliz con Ricky ayudándolo en todo.
“¿Tú crees qué…?” Quería preguntar si Ricky creía que mi hermano estaba enamorado de él, pero se me hacía tan difícil… ¡Era mi hermano! A pesar de todas las cosas malvadas que ese niño pudiera ser o hacer, seguía siendo mi hermano. “No”. Contestó tajante Ricky, lo miré, esperando por más. Quería me convenciera del todo, que no me quedará duda de que a Harry no le podía gustar Ricky. “Simplemente está confundido… Pero ya lo superará” Entendía lo que quería decir… Qué sólo era una etapa, pero no pude evitar preguntar: “A ti no se te pasó, ¿Verdad?”
El silencio reinaba. Al momento de preguntar había agachado la mirada, no quería ver la mirada de Ricky, pero al no obtener respuesta tuve que finalmente mirarlo a los ojos. Parecía algo perdido, pero al mirarme pareció aclararse. “Se le pasará” Afirmó, y entonces lo entendí… Me lo estaba prometiendo, él no dejaría que nada pasara.
Confié en Ricky, el no le haría nada a mi hermanito. Tal vez no fuera exactamente por lo que me había dicho al principio, que extrañamente acabó de recordar, que por qué era muy pequeño… Tal vez Ricky era tan salido como yo de por sí ya sabía, pero me lo estaba prometiendo. Mi hermano no se obsesionaría con Ricky, porque Ricky no lo dejaría.
Le sonreí a Ricky, ya me sentía mucho mejor. Confiaría en él, y sabía que todo lo que el confiara a él sería bien cuidado y guardado. Ricky me sonrió de vuelta y me abrazo, yo también lo abracé… Ya hacía algún tiempo que no lo hacíamos… Desde que me había dicho que era gay…. Había sido relativamente hace poco, pero hasta este momento había podido entender que Ricky era Ricky, mi mejor amigo, no importando si era heterosexual, bisexual, homosexual y tal vez hasta zoofílico… Ricky seguiría siendo Ricky.
Nos levantamos y nos fuimos de ahí, ya entre sonrisas y bromas estúpidas, como si nada de lo anterior hubiese siquiera pasado.
“De todas maneras, creo que me gusta más el amigo de tu hermano…” Soltó Ricky sin pensar… Me quedé un momento pasmado, pero no había parado de caminar porque Ricky tenía su brazo en mis hombros y él me jalaba, también por eso no había caído. Pero que descarado podía ser Ricky…
“No vuelvas a ir a mi casa…” Le dije mirándolo fríamente. Ricky sólo se rió.