Un motel cercano, unas sábanas percudidas, media iluminación gracias a la falta de una de las bombillas laterales, aire acondicionado con olor a desinfectante barato, pero… una coral de gemidos extranjeros.
Y ninguno de los dos sabía que pedía el otro…
Tampoco estaban seguro de cómo llegaron allí…
Sólo sabía que era el ahora o nunca para sus vidas, su mayor fantasía, a punto de concretarse.
Y gemidos… decenas de ellos, de un japonés con hermosa cabellera verde quien usaba el idioma de la nación del sol saliente para indicarle a su contraparte rusa que quería, como lo quería… Y el rubio de cabellera abundante no entendía nada de lo que le hablaban pero sólo escuchar esa lengua extranjera lo tenía al borde del abismo.
La erre resonaba en cada sensual gemido ronco del ruso en el oído japonés… Se excitaban, con solo llamarse con el idioma de sus tierras, aún sin saber lo que el otro quería expresar…
No importaba, el sexo no tiene lengua, al menos no aparte de las de aquellas frías nevadas que cruzaban las calientes tierras del de Japón.
No tiene coherencia, más que aquellas manos orientales indicándole con su fuerte agarre al de Rusia hacía donde debía ir.
Japón ya quería sentir la cúspide del cielo en su torre de Tokio… Quería que llegara Moscú, invadiera, rastrillara, se impusiera y conquistara.
Patrones de gracias, diplomacia, guerra, todo daba exactamente igual.
Quería sexo duro… ¡LO QUERÍAN YA!!
-- Ty mne nravishsya![1>--gritó el de Rusia echando la melena dorada hacía atrás, llena de sudor, al mismo tiempo que irrumpía en los canales escondidos de la isla de la tecnología.
-- Wakarimasen[2>--se disculpaba el menor al no entender si su contraparte le pedía alguna acción especial en medio de la relación.
-- Niehs te riu![3>--clamó embistiendo las tierras del Himalaya, que orgulloso se erguía apuntando el infinito.
¿Importaba que decían? Al parecer no… porque entre movimiento vertiginosos ambos alcanzaron las cumbres de sus montañas y brotaron cuan fuentes de agua blanca sobre y dentro el cuerpo del otro. Respirares agitados… rostros sonrojados…
Dos desconocidos que se encontraron en el metro mientras paseaban en Alemania, que habían ido a ver las Olimpiadas Gays en Colonia ese año.
Dos hombres que tenían fantasías sexuales con el país del otro… y al encontrarse, decidieron consumarlas…
Sólo querían buen sexo sin fronteras…
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Las referencias era una manera de hacer mayor enfasis a los paises que a los propios personajes en sí. Como la excitación es por el extranjero, me parecio que debía enfocarlo de esa forma. Jajaja si, a veces puede dar risa pero la idea era esa y gracias por tus palabras xD Me gustó el resultado pese a ser el primero con la pareja ^^
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