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MW por fardi

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Notas del fanfic:

hay un pequeño prologo y despues de lleno con el primer capitulo

Notas del capitulo:

como dije primero una introduccion al tema

 

PREFACIO

Una Batalla que Trasciende el universo

Las estrellas se divisan claras y potentes. Como es su costumbre señalan el camino al viajero, más no siempre indican la correcta ruta para alcanzar un objetivo. Tras eones, finalmente he podido entender aquello, no sin que mediase entre mi inexperiencia y aquella sabiduría, siglos de dolor, frustración,  y amargura.

Debiese presentarme, lo sé, sin embargo esta historia no acepta mi intervención tan explícita, más bien espero pasar desapercibido  para permitir que quienes la han protagonizado tomen el mando del relato, con sus voces colores y aromas.

Esta no es una historia común, sin embargo tiene impregnada la simpleza en sus entrañas. Una sencilla emoción, que vista en sub-capas ha creado un intrincado conflicto, llegando a un resultado inesperado incluso para aquellos que ostentan el conocimiento complicado de este universo

Fui testigo y hoy junto a las memorias y emociones de aquellos que entregaron su corazón por el solo hecho de vivir, intentaré dar un orden que no sea estricto, pero que permita que todos estos sentimientos se conjuguen en un relato que trascienda el tiempo y que  permita al futuro aprender del valor y el corazón de aquellos que no temieron alzar la voz ante el cambio, seres capaces de demostrar que aun, cuando hay siglos evolutivos que los diferencian del resto del cosmos poseen un espíritu y una fortaleza solo comparada con entidades de gran poder y evolución.

Sea pues esta mi invitación a una guerra, contada por los ojos de la esperanza y gatillada por el error del universo…no adelantaré su final, pues no me pertenece ese honor, más no olviden que algo de mí también existe en esta historia y mi voz sonará cuando se amerite…pues todo empezó y terminó con una inusual lluvia de estrellas…mucho más allá de todo universo conocido…

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

CAPITULO 1

PIDE UN DESEO A LAS ESTRELLAS (PERO TEN CUIDADO EN LO QUE PIDAS)

RELATO DE JANDEN LABOSSIERE

Como era costumbre en nuestras vidas, y como por veinte años habíamos acordado de forma tacita, nos reuníamos a la orilla del Támesis a contarnos nuestras vidas. Era un rito que ni yo ni mi hermano desperdiciábamos ni dejábamos pasar, fuese lo que fuese que ocurriera.

Si bien pasábamos casi la mayor parte de la vida, juntos, dado el hecho de que los lazos que nos unían eran innegables, la gran parte del tiempo obviábamos el hecho de ser gemelos y de que nuestra tormentosa historia familiar nos mantenía pegados y no dispersos en apariencia. Ambos compartíamos el rasgo de nuestro padre, que nos hacia soñar mucho más de lo debido y enclaustrarnos muchas veces en mundos insondables y estructuras solo comprendidas por nuestros intelectos.

No me malentiendan, ni  Gherhard ni yo éramos autistas, ni mucho menos. Sin embargo éramos dados a abundantes reflexiones y sarcásticas conclusiones de lo que nos rodeaba. Si bien el hecho de ser gemelos idénticos aportaba algo de morbo y cuestionamientos a los ojos ajenos, existían marcadas diferencias entre él y yo.

Físicamente habíamos buscado diferenciarnos, muchas veces de manera atolondrada o motivada por el ímpetu de la juventud. Ambos éramos de cabello negro y largo, pero la diferencia estaba dada por la forma de arreglar este, rasgo que evidenciaba nuestras personalidades en extremo opuestas. Ambos poseíamos unos penetrantes ojos azules y nos caracterizábamos por ser del gusto de ambos sexos, sin embargo la imagen que ambos proyectábamos no era para nada homologable.

Gherhard, era un chico en extremo maduro y su naturaleza práctica se daba a conocer en cada una de sus acciones. La formalidad en el vestir lo caracterizaba y era un tipo de grandes y elocuentes discursos y acciones y digo era ya que después de nuestra gran aventura algo cambio en el, más bien algo cambio en todos…pero no me adelantaré.

Por mi parte debo acotar que mi carácter explosivo y en extremo infantil daba el contrapunto necesario a nuestro dúo de comedia. Mi vestimenta, siempre ligada a tendencias anarquistas y alternativas irritaba el humor de mi gemelo, así como mis estrambóticos peinados y artilugios verbales. Si bien en aquellos tiempos lo que creíamos una amena convivencia, ganada a pulso y cimentada en la mutua compañía de nuestras soledades, resultó ser un pálido boceto de lo que vendría.

El relato me obliga a mencionar un par de diferencias entre ambos, una muy insignificante y la otra en extremo trascendente. Partiendo por la primera, que es de carácter físico, debo agregar que nuestros rostros se diferenciaban y diferencian tan solo por los anteojos que mi hermano usa, producto de una miopía aguda que más de algún problema le ha traído en su vida. La segunda, sin embargo es la diferencia más trascendente que nos une y nos divide y tiene relación con los afectos. Mi hermano, a diferencia de un servidor, posee una inclinación hacia el sexo opuesto que le ha valido ser conocido como un donjuán. Por mi parte mi ímpetu sexual está dirigido hacia individuos de mi mismo sexo, por lo que mis afectos y motivaciones me distancian absolutamente del vinculo que la naturaleza nos regalo en nuestra concepción.

Ya descritos, de una forma medianamente aceptable para un inicio, he de referirme al génesis de nuestra gran aventura. Todo partió una tarde de otoño, frente al río confesor y en espera de un evento a ocurrir, algo insignificante en apariencia, pero que sería el detonante de todo lo que vendría…

RELATO DE GHERHARD LABOSSIERE

Como mi hermano ya ha explicado, todo partió una tarde de otoño. Como era costumbre, Janden me esperaba con Andante, su amado violín y la única herencia de nuestra madre. Por mi parte volvía de un arduo trabajo en el restaurante que ambos habíamos puesto; un negocio que a todas luces significaba más para mí que para mi querido gemelo. Mi amor por las técnicas culinarias rivalizaba por el amor de Janden por la música, y aunque ambos intentábamos apartarnos de alguna forma de tales pasiones para intentar llevar una vida común y corriente, la gran parte del tiempo fracasábamos en esos esfuerzos, rindiéndonos plenamente al placer que nos imbuía tal grado de compromiso con nuestros artes.

Como era costumbre, Janden dejaba de tocar cualquier pieza docta que estuviese interpretando, y con el fin de intentar molestarme comenzaba a desgarrar a Andante mientras mis pasos se acercaban a nuestra usual cita. Aquel día algo molesto, a raíz de unas cuentas impagas en el restaurante, manifesté:

-Ya deberías dejar de maltratar ese violín con un chiste que ya para estas alturas carece de toda gracia, hermanito-Él me sonrió de forma sarcástica y guardando en su estuche a Andante, agregó:

-Si hubiese sabido que vendrías de un humor de perros habría compuesto una melodía canina acorde a tal grado de intolerancia…por cierto ¿Que ha ocurrido en el perfecto mundo de Gherhard’s que ha suscitado tal grado de resentimiento contra el mundo?... déjame adivinar…alguien se robo nuevamente los cubiertos en apariencia importados que ostentas en el lugar, pues déjame decirte que te hacen un favor hermanito, tal grado de afectación no le viene bien a nuestro negocio…-Algo picado, espeté:

-¡Eres un caradura!...sólo en estos momentos te acuerdas que posees responsabilidades, algo que por cierto olvidas la mayor parte del tiempo… ¿es acaso que tienes una memoria selectiva, Jancer?-Él, como si nada, sonrió y se encogió de hombros, acotando:

-Ya me conoces, tanta comida me produce indigestión y para los números nunca he tenido tu mente privilegiada, creo que eso me lo robaste al nacer…pero no creas que me quejo…después de todo sumando y restando tal grado de apostura y simpatía han compensado mi carencia en esos rubros…- riendo sarcásticamente le respondí:

-Tienes toda la razón…la matemática no es tu fuerte, Jancer…pero descuida prefiero seguir siendo el responsable de esta familia antes de entregarme de lleno a tal grado de estupidez que ostenta tu cerebro…y si quieres saber el motivo de mi enfado, pues con gusto te complaceré y de paso podrías hacerme un favor y cambiar mi humor canino al pagar las cuentas que has dejado estos últimos dos meses ostentando tu… ¿como la llamaste?... ¡ah, sí! …”Apostura” con cuanto chico se cruza por tus pantalones…-Janden me miró furioso. Al parecer el hecho de que lo llamase tonto había herido su ego. Sin mirarme sacó su billetera en un gesto casi teatral y se dispuso a extenderme un cheque. Yo riendo argumenté:

-No lo dije con esa intención…además ambos sabemos que confiar en uno de tus cheques es casi como permitir que un vampiro te invite a cenar en una noche oscura…pero ¿sabes algo?...con tal grado de desfachatez has logrado que mi humor haya mejorado…-Janden, aun ofendido seguía escribiendo el cheque. Sin dudarlo tomé su mano y dejé un chocolate en ella. Mi hermano era fanático de ellos y el ver sus ojos y su expresión cuando comía uno lograba hacer sonreír mi corazón. Lo deposite en su palma y expresé:

-Esta es mi ofrenda de paz…disculpa mi mal humor, pero debes empezar a medir tus gastos en el restaurante, solo así no terminaremos bajo el puente de Londres…por cierto… ¿esta mañana has mencionado algo sobre una lluvia de estrellas, o era mi imaginación?-Janden, aun dubitativo en perdonarme, desenvolvió el chocolate casi como un autómata, y cual película de suspenso lo introdujo lentamente en su boca. El contacto de la sustancia en cuestión con su paladar surtió el efecto esperado. Sus ojos y una sonrisa fueron la prueba de ello. Eufórico exclamó:

-¡ESTE ES EL MEJOR CHOCOLATE QUE HE PROBADO EN MI VIDA!.... ¡Pero no creas que olvidaré tus insultos así como así!... por lo menos son dos chocolates más… ¡VAMOS!- Y extendiendo su mano en un gesto que me hizo reír de buena gana, exigió sus chocolates. Sin dudarlo, y ya que conozco a mi hermano y su apetito, saqué de uno de los bolsillos de mi abrigo su recompensa. Cual piraña asesina apartó los chocolates de mi mano. Yo sin parar de reír expuse:

-¡Tranquilo Gollum[1]!...el precioso aun se mantiene a tu lado…cambiando de tema… ¿Me explicarás finalmente a que te referías con eso de la lluvia de estrellas?- Con su boca aun llena, farfulló:

-ECH ARGO KE CHALIO OI EM A TEE…-Sin entender del todo sus balbuceos prehistóricos, agregué:

-No sabía que hablabas lengua troll, cada día me sorprendes aún más…-Como si nada respondió:

-Te decía que hoy salió por la  televisión…diversos astrónomos han presagiado una extraña lluvia de estrellas o algo así para hoy… ¿y a que no adivinas?-su rostro era en extremo divertido, en el aparentaba una sabiduría ancestral...Por un segundo me vi tentado a burlarme de aquello, pero conteniéndome pregunté:

-¿Qué debo adivinar?-Sin esperar respondió emocionado:

-Pues contamos con una suerte enorme… ¡SOLO SE VERA EN LONDRES!... ¿No crees que a nuestro padre le hubiese gustado verla?- El recuerdo de nuestro progenitor nubló nuestra vista. A él le encantaban aquellos eventos. Sin dudarlo, acoté:

-¡Pues ya está dicho!... nos quedaremos a esperar esta lluvia estelar…se lo debemos a él, ¿no crees?- Mi hermano sonrió y me abrazó. Esperaríamos la lluvia de estrellas como lo que éramos, una hermosa familia…

 

RELATO DE ALTHEA SAWYER

Si tuviese que definir esta historia, diría que es un compendio de casualidades, que al ser fortuitas en apariencia, dejan de ser una mera coincidencia y se transforman en destino.

En mi caso y el de mi hermano, este destino se manifestó en una seguidilla de equivocaciones que a continuación procederé a relatar, dejando claro que  esta es una descripción medianamente clara de quienes somos.

Alban es mi hermano menor, aunque en estricto rigor sólo nos llevamos por meses de vida. Ambos provenimos de una familia de alto linaje en Norteamérica, por lo que nuestra infancia y en general nuestra vida se ha visto exenta  de cualquier preocupación de orden económico.

Desde pequeño, mi hermano desarrolló una inquietante afición por los deportes, aunque su intelecto y sensibilidad distan mucho de ser la de un típico deportista, más bien son homologables  al grado de un artista, algo anecdótico y en extremo  estimulante para una chica como yo.

Si tuviese que definir a Alban en una sola frase, diría que es el sueño de toda chica pero la pesadilla de toda hermana. Mi hermano es sin lugar a dudas un hombre extremadamente guapo, de pelo color blanco y ojos grises, una combinación en extremo peligrosa para cualquier mujer, pero que sin embargo se queda en la mera teoría al contrastarla con  su categoría sexual,  abiertamente contraria a aquellos sueños.

Si bien dentro de mi familia Alban ha sentido un total apoyo por su condición homosexual, no es menos cierto que muchas mujeres, motivadas por un afán revanchista causado por el desdén que mi hermano les prodiga, han cometido abusos sociales con la imagen de Alban; llegando a ridiculizarlo en público y discriminando su conducta. Aquello, lejos de minar el carácter de mi hermano, le ha dado nuevos bríos apara asumir sus afectos de una forma  muy divertida.

Alban es un picaflor, sin embargo a la hora del amor verdadero ha sabido de sufrimiento y perdidas, algo que en muy contadas ocasiones deja ver en público, pero que sin embargo, como su hermana, conozco a la perfección.

Por mi parte, he de agregar sin falsas modestias que soy una chica en extremo deseada por todos los solteros de Nueva York. Durante años he desarrollado una relativamente exitosa carrera en el mundo del modelaje, y recalco lo de relativo, ya que mi verdadero horizonte es el arte manual.

Desde pequeña, mi abuela me enseñó los secretos del Origami y desde entonces he perfeccionado mi arte, convirtiéndome en una de las autoridades occidentales del rubro. Si bien el Origami es el arte de origen japonés del plegado de papel, para obtener figuras de formas variadas. En español también se conoce como 'papiroflexia' o cocotología.[2], en mi caso es mucho más que eso…es una expresión de mis sueños más recónditos y deseados y algunas veces de mis peores pesadillas.

Alban siempre recalca que con mi aspecto debería dejar de hacer figuritas de papel y buscarme un buen marido. Sin embargo se que lo dice para molestarme, ya que es él quien me incentiva con mayor fuerza en mi arte y en los periodos azules de mi vida.

Al ser una rubia de ojos verdes y de gran figura muchos presumirían que mi vida amorosa sería en extremo simple e idílica, cuan equivocados están todos ellos. El amor es algo que antes de esta aventura estaba completamente ajeno a mi experticia y más cercano a una teoría soñada, o realizada a través de mis actividades con el papel.

Y todo me lleva a la seguidilla de equívocos que nos puso a Alban y a una servidora en el camino del amor y en el peligro más grande de nuestras vidas…y todo ocurrió en Londres…

RELATO DE ALBAN SAWYER

Mi hermana tenía razón. La lógica nos abandonó por completo aquella tarde de otoño y lo que sería un viaje de rutina se convirtió en el mayor de nuestros desafíos en la vida.

Como era costumbre era invitado cada año al torneo mundial de Ajedrez. Si bien mi desempeño-a mi juicio- no distaba del que le daba a cualquier deporte, para el resto del mundo de las tablas era un acontecimiento digno de ser visto y celebrado.

Cada año el torneo se realizaba en distintas capitales del mundo; y como cada año mi hermana me acompañaba en aquellos viajes, como mi gran confidente y a la vez como una forma de capturar nuevas imágenes que plasmar en el papel.

Si bien aquel año el torneo se realizaría en Londres, aquello no revistió mayor trascendencia para ambos. Llegamos, como era de esperarse, dos días antes del torneo; tiempo que dedicamos a recorrer la ciudad y a buscar una excusa para matar el tiempo fuera de nuestro país.

Todo ocurrió tras el torneo. Como era costumbre mi exhibición-fuera de competencia- recibió los elogios de todos los conocedores del tema. Tras debatir estrategias y explicar movimientos, todo bajo la atenta mirada de Althea,  nos dispusimos a ir a cenar. Mi hermana, quien estaba sentada al lado de una extraña mujer que curiosamente traía el mismo bolso, se dispuso a marcharse conmigo.  Agarró su bolso de manera despreocupada y juntos nos encaminamos rumbo a nuestro destino

Durante la cena discutimos de los pormenores de la ciudad y –como no estaba demás- de los hombres de la misma:

-Sostengo lo que digo. Si bien los ingleses son guapos, algo en ellos me hace aburrirme  de forma instantánea-Althea valoraba así el rango de hombres que hasta ahora habíamos apreciado. Yo, un poco más condescendiente manifesté:

-No seas tan exigente…a mi no me importaría meterme a la cama con un  par…de hecho, el chico que esta junto al otro muchacho…me refiero al de cabello negro largo y con pinta de Punk…¡NO MIRES ASI!...-Althea derramó el vino al voltearse súbitamente. De inmediato un par de garzones vinieron al rescate. Algo turbado agregué:

-Definitivamente eres la reina del disimulo…válgame dios…y por tu culpa mi presa abandona el lugar…-No era cierto, ya que el chico, absolutamente indiferente a mi existencia, recogió un estuche, al parecer de un violín, y se dispuso a abandonar el lugar en compañía de su cita. Althea, algo avergonzada argumentó:

-Perdona, pero creo que no es mi culpa que aquel muchacho no te mirase…y si, estaba realmente guapo aunque fuera de tus ligas, querido…-Esto último lo dijo para ofenderme. Ignorándola, serví nuevamente una copa de vino y acoté:

-Después de este bochorno espero que tú pagues la cuenta, como mínimo… -Ella sarcásticamente añadió:

- Me imagino que nuevamente has dejado tu billetera en el hotel… ¡Que conveniente!...en fin…veamos….¿¿¿¿QUEEEEEEEEEEEEEEEE????-La cara de mi hermana denotaba una sorpresa de proporciones y su grito confirmó lo que vendría:

-¡ESTE NO ES MI BOLSO!...-Sin mediar argumentos comenzó a sacar los objetos de la cartera, pero se detuvo y conteniendo la respiración me susurró:

-¡H…hay una pistola!-Era algo surrealista. Mi hermana temblaba del terror y yo sin entender del todo la situación, buscaba mantener la compostura con el fin de que nadie en el restaurante se percatase de lo sucedido…algo difícil a cada minuto que pasaba. Finalmente, y razonando con frialdad, le susurré:

-No digas nada…por lo menos aguántate hasta que estemos fuera del local…- Sin mediar argumentos llamé al garzón y sostuve:

Lamentablemente a mi hermana se le ha quedado su billetera en nuestro hotel, que queda a dos cuadras de acá…si gusta puede  llamar a este número y desde la gerencia se harán cargo de nuestra cuenta…-Así se hizo, sin mayores inconvenientes de los que ya teníamos. Mantener la compostura no fue tarea fácil. Una vez fuera del lugar Althea no pudo seguir sosteniendo la charada y rompió a llorar histérica:

-¡NO PUEDE SER!...ESTO NO PUEDE ESTAR OCURRIENDO…-Pero así era. Tras intentar calmar un poco a mi hermana, argumenté:

-Iremos a la policía…es lo mejor, si esa mujer portaba un arma dudo que sea una persona de buenas intenciones…por lo demás ellos sabrán…-No pude terminar de exponer mi punto, ya que desde el bolso de mi hermana un celular llamaba de manera insistente. Althea soltó el bolso, presa del terror, yo, sin embargo lo agarré y tras trajinar en él finalmente di con el teléfono. Armándome de valor, contesté:

-¿Si?...- La voz era la de una mujer francesa. Pude deducir que su acento e impostación denotaban gran contrariedad. Sus palabras me dejaron helado:

-Veo que tienen mi bolso…y me imagino que han descubierto mi arma y quizás algo más…dicen que la curiosidad mató al gato, Alban Sawyer…-Sabía nuestras identidades, algo no tan descabellado considerando que tenía en su poder el bolso de mi hermana. Su discurso prosiguió:

-Aun no decido que hacer con ustedes…pero por lo pronto quiero que disfruten un día más de esta ciudad…mañana habrá una lluvia de estrellas y será en ese momento, a orillas del Támesis que me entregarán el bolso o de lo contrario será la última partida de ajedrez que tendrás, Sawyer…por cierto, si piensan ir a la policía será mejor que lo piensen dos veces, tengo el suficiente acceso a donde se hospedan como para dibujar en sus rostros una sonrisa que sería eterna…mañana a las nueve en el Támesis y quizás …sólo quizás me apiade de tan bello hombre y de su inútil hermana…-Sin más cortó la comunicación. Como se viera estábamos en el peor de los predicamentos que nuestra existencia hasta ese entonces había experimentado…

RELATO DE MORRIS EAGAN

El día para el cual nos habíamos preparado, al parecer finalmente llegaba y pese a tantos planes y estrategias trazadas, aun nos encontrábamos a ciegas sin saber a ciencia cierta que hacer o a quien recurrir.

La lluvia de estrellas era el inicio, de eso no cabía duda, sin embargo el fin acechaba al mundo y aun no encontrábamos una respuesta para evitar tal debacle.

Loyce aun revisaba ciertos manuscritos, en busca de una respuesta, sin embargo ambos sabíamos que lo inevitable ocurriría y sólo quedaba intentar aminorar los efectos que vendrían tras el fatídico acontecimiento.

Ambos, en aquel momento éramos incapaces de comprender lo que vendría, sin embargo hoy, que la historia esta por finalizar y que todo el resto ha puesto su versión de los hechos en esta crónica, puedo manifestar, sin temor a equivocarme, que aquella tarde previa a la lluvia estelar, la angustia compartida con mi hermana de hechicería, Loyce, no tenía precedentes. 

Si, ambos éramos y somos hechiceros blancos. Dos de los más talentosos conjuradores del mundo occidental; odiados por muchos y temidos por nuestro gran poder. Loyce ha desarrollado su poder en el mundo de los reflejos y las ilusiones, generando una magia en extremo poderosa y cargada de luz. Por mi  parte el poder espiritual que poseo, manifestado a través de mis marionetas ha conseguido derrotar los más intrincados sortilegios oscuros de este mundo.

En apariencia, nada de lo que estaba por ocurrir aquella tarde de otoño podría llegar a preocuparnos, sin embargo las apariencias eran sólo eso, ya que  con Loyce sabíamos que lo que estaba por llegar a este mundo era algo que ningún mortal había sido capaz de entender ni anticipar.

Todos los oráculos presagiaban el suceso, sin margen alguno de error, y eso lejos de establecer el camino a seguir, abría más posibilidades para explorar, sumado  a que conocíamos a cabalidad el hecho de que nuestros rivales también estarían al tanto de las novedades; y eso era una de nuestras mayores preocupaciones.

Loyce repasaba cada manuscrito con fervor, mientras jugueteaba nerviosa con su cabello rojizo. Yo por mi parte jugaba con Poe, mi marioneta favorita, intentando tranquilizar un poco mi espíritu  para así focalizar mi mente en una solución que demoraba en venir. Entonces sucedió. La puerta de mi estudió sonó y tras abrirla con Loyce pudimos recibir las respuestas de la mano de un ser para el que no estábamos preparados, pero que nos invitaba a recorrer el camino que más temíamos caminar, sin embargo finalmente sabíamos que aquel sendero no lo recorreríamos solos…

RELATO DE JANDEN LABOSSIERE

La gente comenzó a llegar en espera del momento. Familias felices se reunían alrededor del rio que coronaba la ciudad. Gherhard había encargado una merienda al restaurante, realmente abundante y digna de tal evento, por lo que nos dispusimos a celebrar el acontecimiento, no sin ser observados por nuestro entorno, que como era típico solía maravillarse en extremo de dos gemelos tan apuestos.

Muchas chicas pasaban frente a nuestra ubicación y se ruborizaban al vernos. Yo reía, Gher, no terminaba de incomodarse ante ese hecho. Con un ánimo realmente divertido le manifesté:

-¿Sabes algo?...creo que si dejas de preocuparte por las miradas de esas chicas y focalizas las tuyas en alguna de ellas, quizás finalmente pueda tener una cuñada en mi vida…-Mi hermano rió de forma sarcástica y respondió:

-No deberías preocuparte de mi futuro amoroso, más bien deberías tomar conciencia del tuyo…realmente ya han desfilado muchos chicos por el restaurante este último mes… ¿me vas a decir que ninguno fue el indicado para robar algo más que tu hombría, hermanito?- En eso tenía razón y aunque me doliera asumirlo la aseveración de mi hermano logró que evaluase mi reciente comportamiento. Algo más serio expresé:

-¿Sabes algo?...es cierto que este último mes sólo he dejado que mis instintos actúen por sobre mi corazón, pero creo que ya va siendo hora de que empiece a escuchar un poco más a mi espíritu…aunque créeme que me da miedo asumir que quizás no exista en este mundo alguien que sea capaz de robar cada una de las sonrisas que posee mi alma…me asusta pensar que mi ser se oscurecerá sin remedio en la soledad…- Era una confesión tan honesta como inusual para aquel momento. Gherhard me sonrió y aclaró:

-Eso jamás ocurrirá, Jancer… eres demasiado especial  y créeme que el mundo te tiene reservado a alguien tan o más grandioso de lo que realmente eres hermanito…no te rindas y permite que tu corazón encuentre el camino hacia ese ser que te aseguro te estará esperando con los brazos abiertos… cuando ocurra sólo espero que parte de esa suerte me la traspases, aunque créeme que aún no me he rendido…se que tarde o temprano la princesa que robará todos mis latidos caerá en mis brazos y envejeceremos juntos, dándote una tropa de sobrinos…de eso no tengas ninguna duda… ¡pero no nos pongamos cursis!…no es ni el momento ni el lugar, además creo que ese par de chicas de el fondo piensan que somos amantes o algo así…fanáticas del “twincest[3]”…me imagino…-Al mirarlas, las chicas enrojecieron súbitamente y comenzaron a reír como tontas. Los dos reímos de buena gana, regalándoles una simpática sonrisa que casi hace que se desmayasen de la impresión. Era mucha gente la que acudía al espectáculo que se demoraba en comenzar, y tras apartar nuestra atención de  nuestras adolescentes admiradoras, pude comprobar que a lo lejos un chico realmente guapo se acercaba en compañía de una mujer muy bella. Ambos eran de nuestra edad, al parecer. El muchacho iba muy elegante, pero lejos de fijarme en su vestuario lo que llamó poderosamente mi atención fue su cabello, de un blanco  invernal realmente sobrecogedor. Gher también se percató de ellos y me insinuó:

-Hay que reconocer que esos dos no están nada de mal…la chica es preciosa y supongo que el muchacho ha sido de todo tu agrado, sin embargo parecen algo tensos… ¿no crees?- Mi hermano tenía razón. Algo en ellos denotaba un sentimiento de angustia. Al tenerlos a una distancia razonable pude mirar los ojos del muchacho, si bien él no se percató de mi mirada, no pude menos que conmoverme con aquellos ojos grises que denotaban tensión y preocupación. Algo en mi interior vibró como nunca antes y sin dudarlo me puse de pie, para la sorpresa de Gher y sin mediar explicación, incluso para mi cerebro, comencé a avanzar a su encuentro. Mi hermano me siguió, quizás motivado por el mismo impulso, talvez por el sólo hecho de seguirme, ¿Quién sabe?...simplemente caminamos hacia ellos, y al estar a escasos metros del contacto pudimos ver que una extraña mujer, en compañía de un hombre bastante poco agraciado, se acercaban a ellos. El tono de aquellos nuevos integrantes del paisaje era amenazador y cuando la mujer sacó de su bolso una pistola, de manera disimulada, con Gher no pudimos evitar comprender el grado de angustia que ambos experimentaban. Quise abalanzarme sobre ellos, para intentar ayudarlos, pero mi hermano, más juicioso expresó entre susurros:

- ¡No!...sólo los pondrás en más peligro…será mejor aguardar a tener una mejor oportunidad de intervenir, ya que nadie se ha dado cuenta hasta ahora, salvo nosotros y te garantizo que esa mujer y su secuaz son capaces de hacer mucho más daño del indicado…lo veo en sus miradas…-Era algo curioso, pero ni yo ni mi hermano pensábamos en aquel momento en nuestra propia integridad. Sólo estábamos dispuestos a todo por salvar a ambos chicos de un destino que parecía no corresponderles. La acción tomó un nuevo curso. Entre conversaciones la mujer y su cómplice arrastraron a los muchachos a un lugar menos poblado, intentado pasar desapercibidos entre el jolgorio y la expectación local. Los seguimos a una distancia prudente, para no despertar sus sospechas, y sus pasos llegaron, como por arte de magia, a la trastienda de nuestro restaurante. Al asumir que aquello nos daba posiblemente una mínima oportunidad de intervenir, guié mis pasos al frontis del local. Mi hermano comprendió mis intenciones e ingreso al restaurante a toda prisa. Tras avisarle a Carl, nuestro maître, que diera parte a la policía, corrimos veloces hacia la cocina, ya que por aquel lugar sería posible intervenir de mejor forma, debido a que el ducto de aire y una de las salidas de emergencia desembocaban en el callejón donde los muchachos estaban siendo intimidados. Nos apostamos al lado del conducto de respiración con el fin de oír lo que ocurría, ya que éramos concientes de que cualquier movimiento no planificado tendría nefastas consecuencias para ambos chicos.

Las voces eran claras. La mujer, al parecer francesa por el acento, manifestó:

-Finalmente hemos llegado a un lugar donde nos interrumpirán…Alban Sawyer, tú y tu hermana tienen algo que nos pertenece y sería muy desagradable para ustedes resistirse a entregárnoslo…por lo demás realmente no quiero desperdiciar la sangre de un hombre tan bello por una tontería…-Su nombre era Alban Sawyer y al repetirlo en mi interior una extraña vibración recorrió mi cuerpo. El aludido respondió con valor, algo que extrañamente me encantó:

-Créeme que no tenemos la más mínima intención de dilatar por más tiempo esta entrega, pero te garantizo que si le haces algún daño a mi hermana me encargaré de que sea lo último que hagas en este mundo, mujer…-Gher me susurró:

-El chico tiene cojones…me gusta para ti…-Era el comentario que menos esperaba de mi hermano en esos momentos. Él mismo se sintió algo sorprendido con sus palabras, algo que pude presumir de su actitud, ya que de inmediato volvió a asumir la compostura que el momento requería. La francesa riendo divertida manifestó:

-Realmente no esperaba menos de un macho de primera categoría como tú…si es que tenemos algo de tiempo me gustaría probar esos labios tan cargados de pasión, querido…-Aquello hizo hervir mis entrañas como nunca lo había sentido. Sin pensarlo dos veces abrí de un golpe la puerta y grité:

-¡DEJA EN PAZ AL CHICO, SUCIA FRANCESA!-Si alguien hubiese podido retratar el momento habría quedado sorprendido ante tanta confusión ambiental. La francesa y su secuaz se encontraban de una pieza. El chico me miró y sus ojos brillaron de una extraña forma y su hermana, que en esos momentos cubría su rostro con sus manos espió lentamente la situación, al tiempo que mi hermano se tropezó conmigo, buscando salir a apoyarme y ambos caímos a los pies de los villanos. El hombre de inmediato nos encañonó, al tiempo que la mujer replicaba el gesto con los chicos. Finalmente la mujer expresó:

-¿Quiénes SON USTEDES?... ¿Gemelos?... ¿POLICIAS?-Gher, tras acomodar sus gafas y levantarse, (yo hacia lo propio), respondió:

-¡Sólo somos dos ciudadanos comunes, pero la policía ya está en camino!-De hecho no éramos comunes, no después de nuestra tan poco asertiva participación en los hechos. La ironía quedo suspendida en el aire Yo, aún envalentonado exclamé:

-¡Mi hermano tiene razón!... ¡será mejor que dejen en paz a estos dos chicos y tomen lo que quieren de una vez por todas!...- la mujer me evaluó con su mirada y acotó:

-Eres muy guapo…creo que Inglaterra tiene buenos ejemplares masculinos, después de todo…sin embargo esto se ha complicado más de lo normal… me imagino que son tus amigos, Alban…fue una mala idea avisarles de nuestra pequeña reunión…ahora tendré que matarlos a todos… ¡Es una pena!...-Alban entonces exclamó:

-¡DETENTE!... ¡No es lo que piensas!... de hecho es la primera vez que veo a estos chicos…realmente no se quienes son-Si bien era un poco insultante el tono que ocupó en tal frase, me pareció ver que sus ojos reían divertidos, algo inusual para alguien al borde de la muerte. Una sonrisa se dibujó automáticamente en mi rostro. La francesa nos agrupó a los cuatro contra una pared y agregó tras mirar el cielo:

-Vaya que oportuno…la lluvia de estrellas ha comenzado…ahora podrán pedir su último deseo antes de abandonar este mundo…para que vean que de alguna forma soy una mujer compasiva…-Esto último lo dijo riendo. Miré a mi hermano y luego a Alban. Gher  se acercó a mi, no sin antes devolverle una mirada triste a la hermana de Alban. Pronto todo acabaría…cerré mis ojos deseando que por una única oportunidad las estrellas nos regalasen algo de su magia y mientras el percutor de la pistola que nos amenazaba comenzaba a sonar, señal de que la muerte nos alcanzaría…de pronto… ocurrió el milagro, y su forma de expresarse marcó el inicio de algo sin precedentes y carente  de lógica hasta ese entonces…

RELATO DE ALBAN SAWYER

La primera bala salió de la pistola de aquella mujer. Instintivamente todos cerramos los ojos en espera de lo inevitable, pero no hubo grito alguno que denotará alguna muerte, más bien una sensación de asombró recorrió aquel lugar. Instantáneamente abrimos nuestros ojos y lo que vimos nos dejó sin palabras. Una especie de marioneta flotaba entre nosotros y la mujer. Era algo parecido a un oso panda gigante. La mujer y su acompañante estaban estupefactos. De inmediato descargaron una balacera sobre el muñeco, al tiempo que el hombre gritaba:

-¡¿Qué DEMONIOS OCURRE, SCARLET…ESTO NO ESTABA EN LOS PLANES?!- La mujer le respondió entre el tiroteo:

- ¡NO LO SE!... ¡MALDITO SAWYER, ME LAS PAGARAS!-No era obra mía y todos lo sabíamos. Sin dudarlo agarré a Althea y el gemelo de lentes agarró a su hermano y corrimos de aquel lugar. Una voz masculina entonces expresó:

-“No deben preocuparse de los peligros humanos, más bien ahora deben enfrentar una amenaza que proviene de las estrellas…”-Aquello no tenía ningún sentido. Seguimos corriendo calle abajo, al parecer el resto de Londres aún disfrutaba del espectáculo del cielo, ajenos a lo que nos ocurría. Al llegar a una calle de dos direcciones el muchacho del violín exclamó:

-¡Será mejor que vayamos a nuestro apartamento!...no es seguro que vuelvan a su domicilio, puede que esa marioneta o la francesa los persigan hasta allá…-Con Althea accedimos a la propuesta. El apartamento en cuestión estaba a unos pasos de donde  nos encontrábamos. Era un edificio antiguo, con unas enormes escaleras en el pórtico. Allí una muchacha y un extraño hombre, cubierto con una extraña capa, al parecer nos esperaban, ya que al vernos se levantaron y lentamente se dirigieron hacia nosotros. La chica manifestó:

-Finalmente han llegado, es mucho lo que explicar y poco el tiempo para hacerlo…se que lo más probable es que no entiendan a lo que me refiero, pero si son capaces de ver a mi acompañante es porque han sellado el pacto y se han vuelto los protectores de este mundo…-Mi hermana, molesta expelió:

-¡Realmente es un mal chiste de tu parte y créeme que no estoy para escuchar los desvaríos de una orate y la presencia de un chiflado adicto al cosplay[4]!-Todos estábamos de acuerdo con los dichos de mi hermana y nos dispusimos a ingresar al departamento de los gemelos, cuando una gran explosión hizo volar en pedazos todo el edificio. Todos nos cubrimos, y cuando se disperso el humo y el polvo pudimos percatarnos que nos encontrábamos protegidos por una especie de jaula de espejos. La chica sin prestarnos mucha atención habló con su acompañante:

-Lo que nos temíamos ha ocurrido…aquel demonio ha contactado a los Delauny…solo ellos son capaces de crear tal alboroto mágico y ahora me imagino que sellará su propio pacto con ellos…corremos con un poco de suerte aún…faltan dos miembros para garantizar la invulnerabilidad de los sellos…- El gemelo del violín exclamó:

-¡NO SE QUIEN DEMONIOS ERES TU, MUCHACHA, PERO POR TU CULPA ME HE QUEDADO SIN HOGAR!-La chica como si nada volvió su atención a nosotros y pronuncio un extraño conjuro:

-“Aeris Reflector, finale”- De inmediato los espejos que nos rodeaban se diluyeron en una especie de liquido que se introdujo en una extraña botella que la chica portaba en sus manos. Su acompañante entonces dejó ver su rostro. La luz que emanaba de él y la perfección indicaban que aquel individuo provenía de otro mundo. Su voz era grave y sus cabellos verdes y largos se movían con vida propia. Sin mediar explicaciones de eso, argumentó:

-“Siento la perdida de tu hogar, Janden Labossiere, pero todo volverá a su estado primigenio dentro de poco…sin embargo por ahora corren un gran peligro si no me escuchan con atención…se que es difícil de procesar, dadas las circunstancias en las que se han visto envueltos esta noche, pero sólo les pido que crean en mis palabras y permitan que el pacto se lleve a cabo, sólo así este planeta tendrá una oportunidad de no perecer en el vasto universo del caos y la inexistencia…hoy el mundo ha sido tomado por asalto por seres que no se detendrán con tal de conseguir toda la energía espiritual necesaria para construir las armas definitivas que dominarán al universo llevándolo a la destrucción…sólo ustedes son capaces de detener esto, el destino quiso que así fuera y las estrellas han avalado ese deseo, permitiéndoles vivir una segunda vida, cuando en realidad deberían haber muerto esta noche…”-Si bien en parte tenía razón, todo lo que expresaba era demasiado para nosotros. El hermano de Janden, preguntó suplicante:

-¿Por qué nosotros?...digo…hay miles de personas  en este mundo, no lo entiendo…-La chica respondió:

-Es cierto, Gherhard, sin embargo sólo ustedes cuatro desearon no morir en esta noche y si bien es un deseo algo egoísta en teoría, ninguno de ustedes estaba motivado por aquel sentimiento…las estrellas comprendieron sus suplicas y concedieron el pacto, ya que ninguno de ustedes posee el instinto de prevalecer por sobre el otro, más bien todos son capaces de grandes sacrificios por amor y de alguna forma eso permitió que el deseo y el sello se activaran al instante…mucho me temo que si se niegan a ser parte de esto todo, el mundo que conocen dejará de existir… -y así por culpa de un deseo todo dio inicio para nosotros.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


[1] JR TOLKIEN: EL SEÑOR DE LOS ANILLOS

[2] WIKIPEDIA

[3] "incesto entre gemelas(os)"

[4] El cosplay ('kosupure') etimológicamente del inglés costume play, juego de disfraces, consiste en disfrazarse de algún personaje (real o inspirado) de un manga, anime, película, libro, comic, videojuego o incluso cantantes y grupos musicales e intentar interpretarlo en la medida de lo posible

Notas finales:

subo el capitulo 2. espero sussugerencias sean lo descabelladas que sean para eso estamos jejejeje


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