La lluvia azotaba con fuerza sobre aquel cristal frente al cuál se encontraba parado. En pleno verano y ya les caían las primeras lluvias, lo malo es que precisamente ése día, tenía una cita... con él.
Estaba pensando en eso cuando escucha el timbre sonar, sacándolo abruptamente de sus pensamientos, yendo de inmediato a la entrada de su departamento. Cuál fue su sorpresa al abrir...
- ¿Akira? -veía a un mojado pelirrubio frente a él.
- ¿Quién más si no? -levantó unas bolsas- Traje algo para cenar, la lluvia no arruinará nuestra cita -le sonrió.
- Pero estás mojado -dijo dándole ingreso a su morada- No deb...
- Shh -lo tomó por la cintura acercándolo a sí- Quería verte, no iba a dejar que un pequeño chubasco me estropeara mis planes -le dio un corto beso y se dirigió a la cocina, seguido por el otro.
- ¿Qué compraste?
- La cena, aunque me gustaría probar un platillo que se me ocurrió mientras venía para acá -le sonrió provocativamente mostrándole un pote de crema de avellana.
- ¡Estás loco!, no seré parte de tus fetiches... no de nuevo -dijo sonrojándose mientras salía de la cocina.
- ¡Taka! -lo alcanzó- Estoy jugando, ven dame un beso, que ni siquiera me has saludado -lo acercó a él.
- Eamm, ¿hola? -sonrió divertido, besando a su pareja en los labios, dando cortos besos en los ajenos, degustando el superior con su lengua, para después devorar el inferior con pequeñas mordidas.
- Mmm Taka -se separó del beso- Tengo hambre.
- Cenemos entonces -le sonrió dulcemente.
Pasaron a la cocina para servirse sus raciones de aquella exquisita comida que el pelirrubio había llevado. Cenaron en el living, mientras veían televisión y platicaban de manera amena.
Hace algunos años que la madre de Takanori los había presentado. Sí, la señora Matsumoto ama a su hijo tal y como es. Así que cuando conoció a Akira y supo de su sexualidad, no omitió la posibilidad de convertirse en su suegra.
Así fue que surgió su maravillosa relación, después de un año de conocerse y gustarse decidieron formalizar, y hasta ahora su relación perdura, 3 años de noviazgo no cualquiera los mantiene.
Los platos se encontraban vacíos al igual que las tazas dónde el café fue servido, y dos cuerpos yacían sobre aquel sofá.
Akira mantenía el mando del televisor, yendo de canal en canal, tratando de encontrar algo interesante para mirar, hasta que...
- ¡Akira, cambia el canal! -gritó sonrojándose hasta las orejas.
- Pero no tiene nada de malo, si es lo mismo que hacemos casi todas las noches -dijo divertido viendo con el menor se encogía de hombros y trataba de ocultar su sonrojo- ¿O a caso tu le ves algo de malo?
- P-pues no -ahora rogaba que su novio no se excitara con aquella escena de exquisito sexo oral frente a los dos, no quería hacerlo en el sofá, la última vez juró no volver a hacerlo ahí y es que el dolor de espalda le pasó la cuenta, y ni se diga de su parte baja.
- ¿Nunca te lo has preguntado? -habló el rubio sacándolo de su letargo.
- ¿Eh? ¿Qué cosa?
- ¡Hey!, no me ponías atención.
- L-lo siento, ¿qué me decías?
- Distraído -le hizo un tierno pucherito- Te decía que si alguna vez te has preguntado qué se siente hacerlo al contrario.
- ¿El qué?
- El amor Taka, me refiero a hacer el amor cambiando los papeles -le dijo como si fuera lo más normal del mundo.
- N-no, ¿tú lo has hecho?
- Nunca, por eso lo pregunto, ¿y tú? -la respuesta era obvia.
- T-tampoco -se sentía morir de vergüenza, no solo por la charla con su novio sobre el sexo y la película que ahora se hallaba en la penetración, sino también porque alguna vez fantaseó tener al mayor a su merced... lo que es el destino.
- Oye, ¿me escuchas?
- Ah, sí dime -más rojo no podía estar y el mayor soltó una pequeña risa.
- Ya vamos a dormir, mira que sigo mojado y debo cambiarme -dijo apagando el televisor.
Ambos se dirigieron a la recámara de Takanori. Akira tomó una muda de ropa y se encerró en el baño a tomar una ducha caliente para no enfermar.
Por su parte, Takanori cambió su ropa casual por la de dormir, acomodándose en la cama a esperar a su amado. Comenzó a perderse, de nuevo, en sus pensamientos... "¿Cambiar papeles?, ¿que si me lo he preguntado?... Dios, que daría yo por tenerte bajo mi cuerpo gimiendo mi nombre, que enredaras tus piernas a mi cintura y penetrar muy a fondo en ti... ¿y me preguntas que si he pensado que sentiría al ser el do...? ¡un momento! Akira, a caso estás pensando en ..."
- ¿Taka? ¿Ahora en qué piensas amor? -salió del baño con un pijama inferior y el torso descubierto.
- ¿Y-yo? ¡E-en nada! -se puso rojo.
- Sabes -dijo melosamente montándose sobre el menor- Yo si pensé en algo mientras me duchaba.
- ¡A-ah si? ¿En qué?
El mayor no respondió, tan solo se dedicó a callar a su novio con un beso, devorando aquellos carnosos labios que lo llevaban a la locura continuamente, lamiéndolos, succionándolos y pidiendo paso a aquella húmeda cavidad de sabor único, juntando su lengua con la contraria, girando alrededor de ella, para después volver a succionar esos labios.
Y en eso estaba mientras colaba sus manos por la camisa del pijama del bajito. Tocaba su tersa piel que lo llevaba a la luna, al tiempo que se movía sobre el cuerpo bajo él. Los suspiros del menor no se hicieron esperar.
- Mmm... Akira.
- Dime cariño...
- Estás frío...
- Descuida, no tardo en calentarme... -susurró sobre su cuello de forma sensual para posteriormente probar esa piel aperlada por el sudor.
Akira no dejaba de hacer leves movimientos de cadera sobre Takanori. Se excitaba, chupaba el cuello, arrancando gemidos del sometido, Pero éste tuvo suficiente sin darle placer al otro, así que optó por lo obvio. Dirigió su mano a la entrepierna del rubio, comenzando a acariciarlo sobre la ropa, en tanto el otro le quitaba la parte superior del pijama, quedando ambos a torso descubierto.
- Ahmm... Takanori... tus manos... son tan hábiles.
- ¿En serio? -preguntó inocente- Dime -presionaba con su mano el pene de Akira y al mismo tiempo la movía de arriba hacia abajo- ¿Eso fue hábil? -sabía que su facete de ingenuidad ponía mucho al otro.
- Amor... mmm... sí.
Seguían en lo suyo, acariciándose, besándose, tocándose... redescubriéndose.
De un instante a otro ya se encontraban desnudos completamente, ambos, sentados en la cama, mirándose fijamente, frente a frente... algo en ello les decía que ésa ocasión sería diferente.
- Takanori -el mayor rompió el silencio- ¿Te gustaría intentarlo?
- ¿El qué?
Hablaban en susurros, temiendo romper aquel cálido ambiente que los envolvía... acariciando sus mejillas con aquel amor que los quemaba por dentro.
- Someterme -acercó su rostro a él- ¿Te gustaría hacerme el amor?
- P-pero, yo nunca... -fue interrumpido por el alto con un beso fugaz.
- ¿Te gustaría?
- S-si...
Akira lo tomó de las mejillas y comenzó a besarlo de manera hambrienta. Si Takanori pensó que sería diferente, aún no llegaba a la parte que lo haría totalmente distinto a sus otros encuentros.
A besos se fueron hincando en la cama, el menor paseando con fervor sus manos sobre la cadera de Akira y éste último rodeando el cuello de su pareja, haciendo de ése beso algo más profundo... algo más íntimo, solo para ellos.
- Aki, Akira... mmm -se separó del beso solo unos pocos centímetros- Recuéstate -dijo empujándolo levemente hacia atrás.
Sin chistar, el más alto hizo caso. Quería saberse único de la persona que tenía enfrente. Quería ser él, quien ahora se entregara a ésa persona que lo acoge en su corazón... quería sentir aquello que su amado había sentido... quería que él lo hiciera gemir como muchas veces sucedió al contrario.
Una vez recostado en la cama, Takanori contempló a su ahora 'uke', nunca había reparado en el perfecto cuerpo que se cargaba su pareja. Lo miró desde su cabello, pasando por sus ojos, sus sonrojadas mejillas, su boca, aquel delicioso cuello, su bien formado torso hasta llegar al miembro, en donde fijó la vista, y como si su cuerpo fuera poseído se lanzó al cuello, degustando de su tersa piel, mientras con una de sus manos masajeaba el pene del mayor.
- Mmm... ahh... Taka... vaya que estás... ahh... desesperado... mmm.
- Me toca disfrutar -se encontraba saboreando la piel sobre la clavícula- No te quejes ahora.
- N-no me q-quejo... ¡Ahh Taka!... Ahh si...
Takanori se topó en su camino con los botoncitos rosados de Akira y no pudo evitar degustarlos, Posó sus labios sobre uno, besándolo, lamiéndolo con solo la punta, mordiendo y succionando, mientras con la mano libre hacía lo mismo con el otro, estimularlo.
Una vez atendidos sus pezones, optó por brincarse el torso, aquel delicioso miembro clamaba por atención y él no se la negaría, así que bajó a la altura de su pelvis y de una engullo aquel falo.
Lo lamía de la base a la punta, deteniéndose en ella para acariciar el glande e introducir la punta de su lengua en la uretra, acariciando los testículos con una mano, mientras que la otra subía a tocar el torso.
- ¡Ah! Takanori... Ah más... -gemía presa del placer- "¿Esto sientes tú cuando te hago el amor?, dejaré que lo hagas más seguido..." -pensó.
- Mmm... se ve que lo disfrutas... -seguía lamiendo suavemente.
- M-más de lo que te imaginas... ah...
- Esto... puede mejorar...
Paró sus caricias para concentrarse meramente en el pene del rubio. Volvió a meterlo a su boca, subiendo y bajando la cabeza, simulando embestidas, apretando sus labios para darle más placer...
- Ah... cu-cuanto placer... ahh, quiero más...
- ¿Más? -preguntó ahora masturbando lentamente con la mano.
- S-sí, eso dije... mmm.
- Mmm... Ruégame... -susurró haciendo más lentas las caricias a su miembro.
- TAKANORI... Ahh ¡maldita sea!... me encanta... ¡dame más!... ahh ¡ya!
El petiso tan solo soltó una risa, Akira no podía de la desesperación, pero Takanori tampoco quería alargar más el momento.
Volvió a su trabajo anterior. Succionando fuertemente la virilidad del otro, y con una de sus manos presionaba la base, haciendo un sube y baja, pero solo en esa parte.
Más y más succiones, aquella mano más rápido y casi empuñada sobre la base, esa lengua cálida, aquello provocaba en Akira más olas de placer, que le acercaban a su final.
- Taka... ¡Ya!, ¡ya!... -intentaba decir.
- ¿Ya qué? -ésa ingenuidad, ¿se iría algún día?
- ¡Me vengo! Ahh... rápido... más ahh Taka... ¡Ahh! -más movimientos y vino el derrame de la semilla, que cayó en la palma de la mano del menor, la cuál llevó hasta su pene para lubricarlo, pero... pronto volvió a la realidad.
- Akira, yo no -interrupción.
- Shh -dijo sentándose con el menor hincado frente a él- Te ayudaré.
- ¿C-cómo? -estaba nervioso.
Ambos sobre la cama volvían a mirarse a los ojos. Akira formó un círculo con sus dos manos incitando al otro.
- Hazlo -puso el círculo delante del falo de su ahora 'seme'.
- ¿C-con tus manos?
- Sí, hazlo.
El bajito tomó su miembro conduciéndolo a las manos del otro, para posteriormente meterlo en aquel círculo.
El alto ajustó sus manos a la dureza de su Koi, sintiendo el semen propio, en él.
- Ahora empuja tus caderas, como si estuvieras penetrándome.
- ¡Akira! -el sonrojo llegó, estaba demasiado nervioso, pero la mirada determinante de su novio lo hizo seguir.
Así que sin miramientos, empujó sus caderas hacia adelante, sintiendo como aquellas manos lo envolvían.
- Ahora hacia atrás y repítelo.
No se hizo esperar la orden y salió volviendo a empujar, penetrando las estáticas manos que simulaban el conducto anal.
- Mmm... Aki -seguí esos movimientos parsimónicamente, le agradaban.
El mayor por su parte se volvía a poner duro con aquella escena por demás tierna para sus ojos. En un subidón que le dio, inconcientemente apretó sus manos.
- Ahh, Akira... mmm si.
- Ve más rápido.
Y así lo hizo, agarrándose de los hombros del mayor, comenzó a penetrar de manera más rápida aquellas manos. Le gustaba... le gustaba y mucho, no podía negar que se sentía en las nubes con su falo aprisionado, pero no pudo evitar correrse sin aviso al imaginarse penetrando al dueño de esas manos.
Akira por su parte, espació todo el semen por el pene de Takanori, el cual aún seguía duro.
- Vaya Taka, aún estás duro... muy duro.
- Tengo aguante de seme -le sonrió guiñándole un ojo. Ok, hace unos momentos era un inocente chico que no sabía como hacerle el amor, y ahora se notaba la lujuria en cada facción de su rostro... sin duda, eso era parte de lo que amaba de Takanori.
- ¿Tienes aguante?... ¿O mueres por penetrarme? -le preguntó en el oído.
- Tú ganas -tentó la entrada del rubio, metiendo dos dedos de una, recibiendo un fuerte gemido como respuesta- Tengo tantas ganas de follarte, que no te imaginas como estoy ahora.
- Y entonces, ¿qué esperas?
Fue tanto lo que provocó esa pregunta en él, que sin esperar más volteó al mayor para ponerlo en cuatro y empalarlo de una sola estocada.
- ¡Ahh! Takanori, ¡muévete ya!
- Mmm... ¿no te dolió? -habló lo más normal que pudo.
- Para n-nada cariño... Ahh hazlo, ¡ya!
- Con gusto...
No perdió el tiempo, él a lo que iba, aparte, el permiso por parte del rubio ya estaba concedido, por eso no le importó penetrarlo de manera fuerte y rápida.
Sobreexcitado ya estaba, y desde hace un buen rato, tenía al rubio a su merced, ya nada lo detendría, salvo correrse... y una buena felación no estaría nada mal. Quería poseerlos hasta cansarse y eso hacía.
En la carrera estaban. Akira en cuatro, aferrándose a las sábanas de tanto placer, mientras era embestido por Takanori, que lo tenía envuelto en sus brazos, penetrándolo una y otra y otra vez, tocando de nuevo el miembro erguido de su uke.
- Ahh... s-si... n-no ahh pensé que...
- ¡Calla! y gime Akira -sin duda aquello demostraba lo sobreexcitado que se encontraba.
- Hazme gritar, ahh... ¡hazlo! -gemía empujando sus caderas hacia atrás para un contacto más profundo.
- Eso haré -empujó de manera más brutal su cadera hacia adelante, empujando el cuerpo del mayor hacia la cama, quedando con el trasero levantado- Ahh... Suzuki, gime, nhh... gime... ahh... para mí.
- TAKANORI ¡Ah!... más fuerte... a-amor t-tu puedes ahh... si... ¡Ahh! ahí Taka... más ahí...
Logró por fin tocar ese punto que vuelve locos a los hombres, ese punto que Akira tocó en él muchas veces antes, ese punto, que lo lleva al paraíso junto a él.
Decir que era una faena lo que se montaban es poco. El rubio no hacía más que gemir... corrección, gritar, por las embestidas del menor, mientras se aferraba aún más a las sábanas y mordía la almohada. No le veía el final a su novio, quien lo penetraba de manera deliciosa, y hablar de como se sentía, casi imposible, pero algo es cierto... "Taka tiene aguante", vaya razón tenía el petiso.
De un momento a otro ya se escuchaban incoherencias de ambas bocas, el placer los cegó por completo, hasta que el final se vio cerca.
- A-aki, no p-puedo más...
- Ahh, a-aguanta un poco mmm...
- ¡N-no puedo!, ¡ya!, lo ne-necesito... Ahh Akira...
- E-espera... mmm
De un movimiento ágil, Akira hizo que el petiso saliera de él, lo tumbó en la cama al tiempo que se masturbaba, y comenzó a lamer el pene de Takanori de manera voraz... ¿Quién hablaba de buenas felaciones?
- Ahora si Taka... mmm... que delicia...
- Ahh Akira... más r-rápido ¡ahh!... más, oh si ¡ahh! -de forma sexualmente exquisita, curvó su espalda al momento que su semilla salía disparada a la boca de Akira.
- Mmm... ahh... deliciosa... m-me falta p-poco... ahh -se acercó al menor, dejando su pene a la altura de su cara. El más bajo lo tomó masturbándolo fuerte y lamiendo la punta, mientras sus dedos iban a parar a la entrada del mayor.
- A-amor, córrete sobre mí... mmm...
- Ahh Taka, ¡placentero! ahh... cariño... ya casi -unas cuantas jaladas más y el Matsumoto recibió aquella rica descarga sobre sus labios, lamiéndolos como si de jalea se tratara.
Ambos exhaustos se tumbaron uno al lado del otro. Tan increíble orgasmo merecía un poco de descanso. Sin duda para los dos fue una gran experiencia el sentirse de esa manera, tan diferente, tan al revés... su primera vez. Agradecían a esa película en la programación que les dio la idea, ya después se encargarían de averiguar cual era... y tal vez la mirarían completa.
- ¿Takanori?
- ¿Mmm? -se encontraba con los ojos cerrados.
- ¿T-te gustó? -preguntó con un notable sonrojo. El menor por su parte volteó a verlo y sonrió.
- Me encantó, pero...
- ¿Pero?
- ¡Eres insaciable!
- ¿Yo?, ¡pero si tú eras quien no paraba de penetrarme!
- ¡Ah! pero te gustó -le guiñó un ojo.
- S-si -se sonrojó aún más- Mejor durmamos, estoy cansado.
- Está bien -se acomodaron mejor. Abrazados de frente y solo cerraron sus ojos.
- Te amo -susurraron al mismo tiempo y sonrieron.
- Por cierto Taka, mis padres quieren vernos -lo abrazó para acercarlo más.
- De acuerdo -se acurrucó dispuesto a dormir, pues el reloj marcaba la una con cincuenta y siete minutos... de la madrugada, ¿tan rápido pasó el tiempo?
- Mañana -dijo acomodando sus cabellos.
- Está bien.
- El tren sale en la mañana... a las seis -mencionó y el otro se levantó exaltado.
- ¡Akira!
No descansaría casi, pero y lo encamado, ¿quién se lo quita?