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Encuentro (VI) por danyleo

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Notas del fanfic:

Es cortito, porque no tuve imaginacion para mas.

La Death March era algo que Sena jamás imaginó. Llevaba varios días corriendo, empujando una piedra pequeña con los pies y sus compañeros llevaban casi lo mismo. Todo parecía ir bien, corrían 24 horas y descansaban otras 24, pero cuando Hiruma dijo que correrían el doble y descansarían la mitad, su autoestima cayó un kilómetro abajo. Aún así, el castaño comprendió que debía esforzarse más y admiró la forma en que su quarterback siguió apoyándolos y dándoles el ejemplo.

 

Aunque le diera pena admitirlo, Sena amaba a ese rubio demonio de ojos verdes que era un sádico controlador, chantajista, estafador. Con sólo verlo, se paralizaba [Muchas veces del miedo y otras por amor] y comenzaba a tartamudear. Aún así, no podía dejar de imaginar y desear que un día, Hiruma pondría su atención sobre él y...

 

--¡Maldito enano! ¡Deja de distraerte y sigue corriendo!-Gritó un sudado Hiruma mientras seguía disparando a Monta y Yukimitsu.

 

El castaño obedeció por su bien y continuó corriendo, siempre pensando en el rubio.

 

Después de correr durante 24 horas, Doburoku sensei dijo que podían descansar para llevar a cabo su hiper-recuperación. Todos se reunieron alrededor del carro para cenar... Excepto Hiruma. Sena comía en silencio mientras los demás parecían "pelones de hospicio"*. Terminaron de cenar y comenzaron a platicar acerca de sus planes para el siguiente torneo. El castaño se levantó para buscar a Hiruma. Quería verlo, antes de dormir, como ya era costumbre. Ansiaba poder ver sus ojos rasgados concentrados en su portátil o limpiando y recargando sus armas, o simplemente haciendo pequeñas bombas con su goma de mascar.

 

Lo vio sentado escribiendo infinidad de cosas en su portátil. Se quedó viendo fijamente al rubio, observó sus facciones relajadas y supo que era imposible olvidarlo. Sin darse cuenta, el mayor lo observaba.

 

--¿Qué quieres jodido enano?

 

--¡¿Eh?!

 

--Llevas ahí quince minutos y no dices nada, ¿Qué tanto estás viendo?

 

--Hiruma-san...--Susurró el castaño-Yo... Sólo quería saber si estabas bien... Mamori-neechan guardó comida por si quieres un poco más...

 

--No tengo hambre-El quarterback no dejó de teclear en ningún momento.

 

De pronto, el resto del equipo se acomodó lejos para dormir. Sena no se movió de donde estaba. Hiruma sabía que si su running back no se iba a dormir, es porque quería decirle algo, pero por su habitual cobardía, no sería tan sencillo de sacarle la información.

 

--Jodido enano, vete a dormir ya. Debemos salir al amanecer y tu cuerpo no resistirá demasiado si no duermes.

 

--Pero... Hiruma-san... También deberías dormir... Tú llevas mucho peso con las armas y corres y...

 

--Ve a dormir.

 

Sena se frustró. Levaba varios días, por no decir semanas, planteándose el hacer algo. Podría morir en el intento pero bien valía la pena. Se acercó lentamente al otro y tomó el rostro del mayor, acarició sus mejillas pálidas con sus pequeñas manos.

 

El otro intuyó la acción de Sena, pero dejó que se desarrollara por sí solo.

 

Se acercó despacio y posó sus labios sobre los delgados labios de Hiruma. Fue algo tímido, pero esperaba que el rubio se diera cuenta de sus sentimientos. Por otro lado, sentía un arma apuntando a su cabeza y estaba listo para que le disparara, sin embargo no sucedió.

 

El contacto terminó y el castaño tenía mucho miedo de abrir los ojos. No sabía qué podía encontrar en esa mirada.

 

Una larga y delgada mano apretó su cintura y atrajo su cuerpo para seguir besando a Hiruma. El rubio aceptó sus acciones pero puso condiciones a su favor. La portátil del rubio fue cerrada y colocada sobre sus armas. Sena ya estaba montado sobre las piernas de su compañero.

 

El beso se torno muy apasionado y el mayor aprovechó para acariciar cuanto pudiera. Sena trataba de lograr seguirle el paso, pero era difícil por su inexperiencia... De repente se asustó porque algo entre sus piernas se sentía duro, pero siguió sin hacerle caso.

 

Hiruma aprovechó para bajarle el short y quitárselo. Comenzó a acariciarlo delicadamente y luego introdujo uno de sus largos dedos en el cuerpo del castaño.

 

--¡Ah! Hiruma-san...

 

--No grites o te oirán... ¿Quieres que todos te vean así? ¿Que la jodida manager te vea aquí?

 

--No...

 

El rubio volvió a besarlo y desabrochó su camisa, para poder jugar a gusto con sus pezones. El otro no pudo más y se aferró al cuello del rubio.

 

Sus sueños se estaban haciendo realidad frente a él. No podía ser más feliz.

 

Hiruma siguió moviendo su dedo y aprovechó que Sena estaba relajado para introducir otro. El castaño gimió. El rubio ya estaba a tope.

 

Como pudo, con la otra mano, liberó su miembro del encierro del pantalón y lo masajeó un poco. El menor tenía levantado su trasero, por lo tanto le sería fácil entrar.

 

Bajó las caderas pequeñas del running back y comenzó a penetrarlo.

 

--Hiruma-san... Duele...

 

--Cállate jodido enano...

 

Cuando estuvo completamente dentro, comenzó a levantar el cuerpo de su compañero, controlando la velocidad y profundidad de las embestidas. Sena ya no pudo seguir besándolo, los gemidos por el placer eran demasiado y no podía ocultarlos, así que se aferró a los hombros del mayor y trató de no hacer mucho ruido para no alertar a los demás.

 

--Aaahhh... No... Hiruma-san...

 

Sintió una mano sobre su miembro y no reprimió una mordida en el hombro del mayor.

 

--Eres podidamente estrecho...

 

Unas cuantas estocadas más y el rubio rozó de manera constante su próstata hasta que no pudo más y eyaculó dentro de Sena, al mismo tiempo que el otro lo hacía en su mano.

 

Sena se desplomó en brazos del rubio. Cerró sus ojos y dejó que el sueño lo venciera. Estaba demasiado cansado y eso lo terminó por agotar, aunque estaba muy feliz.

 

--Te quiero... Hiruma...--Fue lo último que dijo antes de dormir.

 

Hiruma estaba agotado, pero aún así levantó al otro en brazos, se acomodó la ropa y llevó al otro al camión. Lo dejó recostado y acarició su mejilla.

 

--Maldito enano...

 

Fue a dormir en el otro lado y despertó antes que todos. Vio que Sena seguía dormido, dejó la nota que escribió entre su ropa, de manera que nadie más la viera.

 

El castaño se levantó y vio que todos estaban dormidos aún. Recordó la noche anterior y creyó que había sido un sueño. Pero todo había parecido tan genial que... Un papelito en la bolsa del short lo distrajo. Sacó el pequeño papel y vio algo escrito.

 

--Te quiero. Hiruma.

 

Sena sonrió. Entonces no había sido un sueño. Todos comenzaron a levantarse y ya no pudo hablar con el rubio. Pero ya tendría más tiempo... Puso todo su empeño ese día y los siguientes. Ya no era un sueño el que Hiruma le correspondiera, ahora sería más feliz que nadie. Gracias al cielo que pudo propiciar el encuentro sin morirse en el proceso.

 

FIN

 

Notas finales:

XP ¡Qué asco de lemon! Pero estaba haciendo el de Saku y Shin y el de "Fotografía", entonces, perdónenme.

 

*Pelón de hospicio, designa a una persona que come desesperadamente, es decir con glotonería. Es un regionalismo usado aquí en México.

 

"¡Soy un esclavo del placer!"--Yumeji/Otona Keikenchi

 


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