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Somos Novios [NC-17] por hikari_senshi

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Notas del fanfic:

Dedicado a mi esposa Nekomata Uchiha, mi amada María.

Gracias por aceptar casarte conmigo (aunque sea en el cybermundo) eres una amiga inigualable, te amo, te adoro.

¡Gracias por estar conmigo!

A todos los que le leen y me dejan comentarios, la unica manera de agradecerles, es escribiendo. Amo el escribir, me hace feliz.

A todos ustedes, gracias.

Notas del capitulo:

Dedicado a mi cyberesposa Umi, Mary te adoro mi hermoso Sasuke-kun!

¡Por nuestro matrimonio!

Recomendación: Escuchar la cancíon "Somos Novios" cantada por Luis Miguel

¡A Leer!

“...Para hablarnos
Para darnos el más dulce de los besos
Recordar de qué color son los cerezos
Sin hacer más comentarios, somos novios...”

“Somos Novios”

Inspirada en la canción homónima cantada por Luis Miguel

La luz comienza a molestarlo suavemente. Los traviesos rayos cubren sus parpados obligándolo a removerse un poco más.

Gruñe suavemente levantándose de golpe, cerrando con una furia mal contenida las cortinas, pero, escucha un gruñido aun más audible desde la cama.

Una cabellera oscura busca a ciegas con su mano su cuerpo; no evito sonrojarse ni mucho menos sonreír, se acerco de nuevo dejando un beso en aquella nuca nívea, provocándole ciertas cosquillas en aquella piel.

Se recostó de nuevo a su lado abrazándole con lentitud. Sus ojos mostraban un brillo lleno de satisfacción y de alegría.

Tenerle a su lado era lo que más amaba en el mundo. Nada podría sustituirlo, por lo menos, no ahora, después lo tendría que compartir.

Sintió una mano sobre la suya que estaba en aquel vientre; ¿Cómo se enamoro?, no lo recordaba exactamente.

Lo había conocido en la preparatoria. Al principio ambos competían por ser el mejor estudiante, deportista, compañero, pero, llegó un momento que tuvieron que separarse.

Al entrar a diferentes Universidades, pero serían unos años después, que supieron que se fueron estando unidos más que una “extraña amistad”.

-Naruto-

Sus ojos se encontraron con aquellos negros mirándole con aire burlón, ¿Cuándo se había dado la vuelta y era ahora el que estaba presos en aquellos brazos?

-Dime-

El otro no respondió. Recargo todo su cuerpo sobre el suyo; provocando una sonrisa traviesa y un gemido al sentir ambos miembros rozarse, tan solo siendo separados por una delgada sabana.

-Te amo-

Aquella declaración, hace unos años atrás, había sido motivo de enojo y tal vez de incredulidad, pero ahora, tan solo le provocaba un sentimiento hermoso en su pecho.

-También yo Sasuke-

Ahora que lo pensaba al sentir esos labios reclamándole los suyos, que después de graduarse se reencontraron en una exposición.

El maestro de una de las Universidades privadas de todo Japón, un reconocido Naruto Uzumaki, conocía a muchas personas, incluyendo en el ámbito empresarial.

Encontrar a uno de los hijos de Fugaku Uchiha, dueño de un gran capital de una serie de restaurantes, no era de extrañarse.

Meditó. No era rico, pero poco a poco se volvió “popular” entre los hombres y mujeres, gracias a su carácter conciliador, tenía muchos admiradores.

Pero el jamás cedió ante nadie, porque, aunque no lo admitiera, el Uchiha hijo, aquel que no le quitaba la mirada de encima, en aquella reunión, le había robado el corazón tiempo atrás.

-Naruto, ¿en qué piensas?-

Le pregunto un extrañado Sasuke, parece que había estado distraído, y quería saber el motivo.

-Lo siento, es que, no puedo evitar recordar aquella vez que volvimos a hablarnos-

-Entiendo, pero, estaba besándote y tú te perdiste-

-Jajaja…lamento pensar en ti-

El otro sonrió mientras se colocaba en medio de sus piernas; frotándose mutuamente, exclamando gemidos libres.

-Para qué piensas en mí, si estoy desnudo enfrente de ti-

-Es verdad, no quiero desaprovecharte-

Unas manos acariciaban su piel con devoción completa. Un par de dedos se colaban en su interior, su miembro estaba altivo, en todo su esplendor, siento lamido por aquella lengua traviesa.

En ocasiones, le molestaba ciertos comentarios “agudos” de él, pero le encantaba cuando le retaba de esa manera en la intimidad.

-¡Sasuke!-

Aquel miembro entró en el con cierta rapidez que le provocó cierto dolor en su entrada; besos recorriendo su cuello, y una mano masturbándole, hizo que su atención fuera hacia el placer.

Jadeaba contenidamente al sentirse invadido una y otra vez, estaba completamente extasiado. Se aferro a aquellos hombros, abrazándole.

Un par de brazos le atrajo con amor hacia aquel pecho, sentándolo, siendo el que se penetrara a sí mismo. Ambas pieles estaban cubiertas por una leve capa de sudor, resaltando el brillo de las mismas.

Se besaron hasta sentir el orgasmo golpearles de una manera exquisita. Sintió el semen de aquel de cabellos negros en su interior, y el terminar entre los dos.

Ambos cayeron como peso muerto en la cama; Sasuke se aferró aquel cuerpo embriagándose de aquel aroma que su piel dejaba expuesto.

-Gracias por casarte conmigo-

Y sus argollas se quedaron unidas al entrelazar sus manos, ambos sonriendo.

-Alguien debía ponerte en cintura-

Una risa clara, sin un deje de sarcasmo o ironía, escucho de aquellos labios.

-Eres único, y completamente mío, no quiero a nadie rondándote-

-Tú eres demasiado celoso-

-¿Por qué crees?-

Es cierto. Cuando comenzaron a salir, era muy perseguido, le gustaba que le dijeran cosas lindas, ¡a quien no!, pero, muchos querían sobrepasarse.

A el jamás le llamó la atención tener sexo con alguna persona, no porque no tuviera la oportunidad pero, las ocupaciones o el no haber olvidado a Sasuke, le impedían cualquier acto pasional.

Claro, el estaba consciente que su ahora esposo, fiel no había sido, y no quería hurgar en su pasado, pero ahora esa suyo.

-Tú también eres mío, ¿cierto?-

-Por supuesto-

Le abrazó con fuerza; el pelinegro salía de su interior para abrazarle por completo, quedándose así juntos.

-Deberíamos salir, a conocer el mar…hace tres días que llegamos y no conozco nada-

-Es nuestra luna de miel, durará un mes…tenemos tiempo-

Se sonrojó, por alguna razón sentía que no saldría en mucho tiempo.

Unos labios recorrían su cuello lentamente, ¿Qué acaso no se cansaba?, pero no pudo evitar recordar, como le había pedido matrimonio, fue una noche tan hermosa, que jamás la olvidaría.

Flash back.

Caminaba tranquilamente por aquel parque a las afueras de la ciudad. Sasuke lo había citado ahí a las cinco. Faltaba media hora para su encuentro y estaba, sin explicación, nervioso.

¿Presentimiento? No lo sabía.

Llevaba una gabardina oscura, su novio, se la había regalado unos días atrás, era preciosa, muy suave, y extrañamente tenía ese perfume que el Uchiha usaba.

-Parezco que soy un estudiante enamorado-

Llegó a un pequeño lago que estaba un poco congelado por las fechas; las hojas caía lentamente desde las copas de los arboles, se escuchaba niños a los lejos en algunas casas, los luceros públicos parpadeaban.

Estaba de una manera tranquila.

-Dobe-

El se giró, por alguna razón, comenzaron a llamarse de una manera graciosa entre los dos, pero no era por humillación ni por enojo, era como un juego.

-Teme, llegaste temprano-

-Igual tú-

El extendía sus brazos para rodear aquel cuello; estaba enamorado. Desde kilómetros era notable. No era sumiso ni mucho menos cursi, pero al ver aquellos ojos negros, mirándole con amor, aunque su rostro se mostrará impasible, le hacía expresar todo lo que sentía.

Sasuke no era muy expresivo. Lo sabía. Todos los que lo conocían decía lo mismo. Pero, por el cielo, y que se lo tragara la tierra, al ver como hurgaba entre el bolsillo de su saco y extender en su mano una cajita de terciopelo, le hacía pensar lo contrario.

-Naruto…se que yo, no soy perfecto, le he hecho mucho daño a personas, soy frío, tengo defectos, pero, te amo, eres lo único que amo en este mundo, y que me harías feliz…-

Hizo una pausa para abrir la pequeña cajita para descubrir un anillo de oro blanco, con una serie de diamantes sobre él.

-El que te casaras conmigo-

El rubio, dueño de unos ojos azules, se mostraba impactado. Su corazón golpeaba ferozmente su pecho, amenazando con salir, saltar e irse junto al azabache.

Sus labios temblaban mientras un par de lágrimas traicioneras de su actitud calmada, se deslizaron por sus mejillas.

-¡Si! ¡Si!-

Comenzó a gritar eufórico; su dedo estaba tembloroso pero fue tomado por una mano serena, colocándole aquel anillo, símbolo del compromiso.

Se besaron apasionadamente, hasta quedar con un beso tan dulce que se grabaría como fuego en sus mentes, el otoño llegaba y los cerezos caían.

End flash.

 

-Lo haces de nuevo-

Sus ojos se abrieron contemplando una extraña mueca de su esposo.

-Es que, hace tres meses planeamos la boda-

-Fue eterno ese tiempo-

Acaricio aquellos cabellos que caían sobre esos hombros; sus dedos comenzaron a jugar con ellos, y sonrió.

-Valió la pena-

-Totalmente-

Un beso.

¿Alguna vez un beso fue tan significativo?

Te pueden dar muchos, demasiados besos, más apasionados que otros.

Pero este beso, tranquilo, dulce, apacible, era lo más hermoso, y Naruto lo sabía.

-Además, se darían cuenta que el pequeño, Hikaru, venía en camino ya-

-¿Hikaru?-

-¿No te gusta Sasuke?-

El otro simplemente se enderezó un poco mientras extendió su mano hasta una mesita cerca de la cama, sacando una caja mediana envuelta en papel de regalo.

-Por supuesto, anda ábrelo-

No habían sido santos en su noviazgo, si se hubieran tardado más en casarse, habría nacido su hijo en plena boda.

Y lo abría casi con desesperación, quedando completamente enternecido.

Un pequeño conjunto amarillo de bebe era lo que contenía.

Tomó el gorrito entre sus dedos, mirándolo casi con devoción, para después darle un beso dulce en los labios de su amado.

-Es precioso, en serio, muchas gracias-

No contestó. Tomo una de sus manos llevándola a sus labios, dando un beso, estaba enamorado, irremediablemente y condenadamente amando a Naruto.

Y no le importaba.

-Parecemos novios-

-Seamos novios por siempre-

-Lo seremos-

 

FIN

Notas finales:

¡Un comentario me haría muy feliz!

Felicitenme, ya no estoy soltera (xD)

¡Besos!


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